Por Sebastián Alonso
Fotografía: Prensa

Redes cooperativistas de Argentina, Brasil y Chile organizaron un encuentro en Buenos Aires para compartir experiencias. Avances y obstáculos de un movimiento que promueve una vida más justa.

Un encuentro de cooperativas de alimentos de América Latina, organizado por la Red de Alimentos Cooperativos de Argentina, la UNICAFES de Brasil y Campocoop de Chile, se está desarrollando en el país, con el objetivo de convocar al debate e intercambio de experiencias. La propuesta que se está desarrollando del 2 al 4 de mayo, incluye visitas a la provincia de Santa Fe, a la Ciudad de Buenos Aires y la localidad de Saladillo, en la Provincia de Buenos Aires. 

En representación de Brasil asistió la Unión Nacional de Cooperativas de Agricultura Familiar y Economía Solidaria (UNICAFES), surgida en el año 2005 con el objetivo de representar y fomentar a nivel nacional el cooperativismo solidario, relacionado con la agricultura familiar, comunidades rurales y los pueblos tradicionales, en busca de mejorar las condiciones de vida de esos sectores. Actualmente reúne a más de 700 cooperativas de agricultores familiares y de la economía solidaria de las distintas regiones del país.

En diálogo con ANCCOM, Genês da Fonseca Rosa, consejero e integrante de la delegación de UNICAFES sostuvo: “El evento es importante para socializar los conocimientos, ampliar los aprendizajes sobre los productos, y sobre la forma de administrar, porque necesitamos de una cooperativa que, aunque sea pequeña, pueda estar bien administrada, y con productos que si provienen de la agricultura serán más naturales, sin químicos y de buena calidad, que le den garantía al consumidor”. En ese sentido, sostuvo que el intercambio fue fructífero y que, desde su mirada, la necesidad de Argentina, Chile y Brasil es la misma, aunque Argentina esté un poco más organizada que Brasil. “La experiencia argentina va a ayudar a las cooperativas de Brasil. Hay que continuar el debate con las cooperativas de aquí y de Chile. Es muy importante el intercambio que estamos haciendo aquí, y creemos que hay un saldo positivo de las experiencias y lo que se puede hacer en Brasil, que aún falta más”, comentó Fonseca Rosa y destacó que “en Argentina hay productos de calidad, y las cooperativas se ven favorecidas a través de sus mercaderías, consecuentemente la agricultura familiar también”.

“En Argentina hay productos de calidad, y las cooperativas se ven favorecidas a través de sus mercaderías, consecuentemente la agricultura familiar también”, dijo el brasileño Fonseca Rosa.

Por su parte, Milton Fornazieri, secretario de Abastecimiento, Cooperativismo y Soberanía Alimentaria de Brasil, consideró que en cuanto a la mirada del gobierno brasileño sobre el cooperativismo “se tiene la intención de contribuir en ese proceso organizativo de la región, y la experiencia de UNICAFES es bastante significativa en el Brasil. Creo que la experiencia de los conocimientos prácticos vistos en Argentina fortalece mucho al movimiento cooperativista en Brasil”. 

Una de las expectativas de este encuentro es crear una unidad regional del movimiento cooperativista, de la agricultura familiar, la soberanía alimentaria y la economía social. En relación a ello, Fornazieri explicó: “Una organización regional que congregue los diversos segmentos cooperativistas dentro del ámbito del Mercosur, pero también que congregue y rompa con las fronteras, y logre relaciones mutuas, será muy importante. Por ejemplo, tener un banco de crédito común entre los países, un banco cooperativista, y que podamos crear mercados alternativos para romper la dependencia de las grandes centrales distribuidoras de alimentos que existen en todos los países”.

Otra de las organizaciones participantes es la Confederación Nacional de Federaciones de Cooperativas y Asociaciones Silvoagropecuarias (Campocoop), de Chile. Fundada en 1969 en plena reforma agraria, Campocoop está integrada por pequeños productores ubicados entre la Región de Coquimbo y la Región de Los Lagos, y produce semillas de trigo, maíz, y trabaja con empresas extranjeras que producen semillas especiales en Chile, como semillas de origen asiático, aprovechando la condición fitosanitaria chilena.

Daniel Rebolledo Mercado, dirigente gremial y productivo de Chile y Gerente de Campocoop, expresó que, en Chile, producto de la última dictadura y del ensayo llevado adelante con el modelo neoliberal y sus fines del exitismo y resultados, se perdieron valores, y por lo tanto la sociedad fue llevada al individualismo. De ese modo, pensar en la cadena productiva cooperativizada no es sencillo, ya que significaría ir contra el modelo, que no es fácil, sumado a que ha faltado voluntad política para dinamizar el proceso del cooperativismo en Chile. 

La principal problemática se encuentra en la brecha entre los productos cooperativistas y los productos de consumo masivo que se encuentran en las grandes cadenas de supermercados. La causa de la brecha se da en la dificultad de industrializar la producción por el complejo acceso a los capitales en manos de unos pocos, que están consolidados.

“Necesitamos capitales importantes para montar una cámara de frío para dar un valor agregado como corresponde, y transformarnos en algo competitivo para llegar al mercado junto a aquellos otros que están produciendo grandes cantidades y volúmenes y que tienen todo el aparataje a su disposición”, explicó Rebolledo Mercado y agregó: “En Chile existe un intermediarismo muy consolidado en la formación de precios. Un personaje que te manda una empresa campo afuera, con dinero, pasa (por las fincas) mientras se está cosechando y busca comprar al mejor postor. Esa gente desarticula por su capacidad financiera y nos echa abajo negocios muy interesantes, porque la Cooperativa le va a pagar a 20 días, y el intermediario lo tiene en el momento”. 

En la misma línea, Daniela Encalada, integrante de Campocoop, manifestó que surgieron nuevos movimientos de consumidores enmarcados en cooperativas de consumidores donde las personas se organizan y compran de manera conjunta para poder lograr precios más económicos y justos para la alimentación básica. Al mismo tiempo, expresó que “estamos en una instancia de poder romper las barreras, las líneas limítrofes -que son imaginarias- del sistema político o la comercialización tradicional que las genera, para que no nos unamos. Queremos crear un núcleo que nos permita poder distribuir los productos desde Chile al territorio latinoamericano y viceversa. El futuro del cooperativismo es la intercooperación”.

Por el lado argentino, la representación está a cargo de Alimentos Cooperativos, una red nacional de cooperativas vinculadas a la cadena agroalimentaria. Actualmente nuclea a 150 cooperativas de todo el país y comercializa alimentos producidos por la agricultura familiar y la economía social y solidaria, con el objetivo de consolidar un modelo comercial alternativo.

Pedro Cerviño es integrante de la Red Alimentos Cooperativos y Presidente de la Cooperativa Centro de Comercialización de Productos de la Agricultura Familiar (CECOPAF), que gestiona todos los puntos de venta minorista y mayorista de la red en y desde Buenos Aires hacia otros lugares del país, al mismo tiempo que se encarga de la tienda virtual. 

Para Cerviño, el cooperativismo en Argentina está comenzando a despertarse en algunos sentidos de los que venía estancado, como es el caso de los productores de alimentos, en la transformación de la producción primaria, el agregado de valor, y, por lo tanto, lograr productos alimenticios en condiciones de calidad y diversidad para la dieta completa de la población, que hace años no sucedía. 

En Alimentos Cooperativos, la formación de precios se da de manera conjunta. El productor o la cooperativa de productores le pone el precio que considera justo a un producto, y se le suma el costo de logística y comercialización, dando por resultado un precio final del producto que en muchos casos es inferior al de supermercados, y en otros casos es más alto por la calidad del producto. De ese precio final, el 60 por ciento va a los productores y el 40 por ciento restante es del sistema.

“La diversidad de productos con que contamos, los precios que logramos, y la inserción en el mercado que tenemos con la diversidad de productos, no se ha logrado en los países vecinos. Nuestra propuesta es también promover este intercambio para que podamos tomar algunos desarrollos que ellos tienen”, comentó Cerviño y agregó que “el cooperativismo no es una única vía, pero es una herramienta importante que nosotros tratamos de promover. Tenemos valores de la diversidad. No queremos un discurso único, porque somos distintos, con posturas distintas, territorios diferentes. Eso es un valor que para nosotros nos fortalece. No queremos que todo sea igual, cada cooperativa tiene su estilo y su manera, y eso refleja la flexibilidad con la que nos tenemos que manejar”.