Por Luz Rodríguez
Fotografía: Sipreba

SiPreBA convocó a un acto en las puertas de Perfil en repudio al último cierre de paritarias. Desde el gremio exigen una recomposición salarial a la altura de la inflación y llaman a realizar asambleas, cese de tareas y medidas de fuerza en todas las redacciones. La prensa tiene sueldos al borde de la pobreza.

Este martes, cerca de las 11 de la mañana, el calor de la convocatoria desafía la baja temperatura. No hay más de 15 grados. La calle aún está tranquila en la esquina de California y Santa Elena, en el barrio de Barracas. Para los comercios y talleres de la zona es un día más. Allí, algunos delegados de SiPreBA descargan equipos, bombos y banderas para posicionarse frente a las puertas de la redacción de Perfil. Visten chalecos con el logo que los identifica como integrantes de uno de los gremios de prensa de la Ciudad de Buenos Aires.

La acción que lleva adelante el sindicato es sobre el cierre de las últimas paritarias realizadas el pasado 27 de abril. Reclaman no haber sido convocados a discutirla y aseguran que “son a la baja”. Agustín Lecchi, Secretario General, señala: “En el Poder Judicial y en el Ministerio de Trabajo venimos denunciando año a año que las paritarias las negocian a la espalda de los trabajadores y trabajadoras, que no consultan en asambleas, que no hay derechos, con lo cual los dirigentes no tienen ningún tipo de representatividad”.

Tras unos minutos, a lo lejos en la misma esquina pero de la vereda de enfrente, dos muchachos montan un trípode desde el cual filmarán parte de la jornada para un informe. Para las 11.30 ya hay 50 personas concentradas, carteles pegados y banderas flameando al ritmo de los bombos. Un patrullero hace guardia. 

También se manifiestan por la última decisión de Clarín que intentó despedir a 48 de sus empleados, una decisión que tuvo que retrotraer ante la órden de conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo. Según Lecchi se trata “un mensaje político y un ataque a la organización sindical”: “Lo que sorprende –agrega– es que no es un contexto de despidos como durante el macrismo; esta situación es atípica, busca marcar la cancha, desviar el eje, que no estemos debatiendo salarios y atacar a la organización”.

Mariana Berger, delegada de Clarín–Agea, explica: “Estamos en reuniones entre el Ministerio, nosotros y la empresa. La conciliación vence el 8 de mayo. Ojalá todos sean reincorporados, con el tiempo hay compañeros que van perdiendo el interés. Cuando ves que a la empresa no le interesa tenerte, hay gente que tampoco quiere volver a un lugar donde no la quieren”.

Entre las condiciones laborales que subyacen a estas medidas, denuncian una pérdida del poder adquisitivo y salarial que obliga a tener más de un trabajo en condiciones precarias. Por otro lado, desde hace tiempo las empresas buscan concentrar grupos de medios (prensa escrita, internet, radio y TV) para reducir personal, sin respetar el Estatuto del Periodista. 

Con megáfono en mano, el delegado de Perfil Agustín Colombo describe la realidad laboral: “Hay periodistas que salen de Perfil, van a otro trabajo y cuando llegan a su casa se ponen a hacer una changuita o una colaboración en otro trabajo”. Para Colombo es  “como en el siglo XIX. Reclamaban por ocho horas de trabajo, ahora nosotros tenemos que reclamar para que se termine la precarización de nuestro oficio, que es tiempo perdido para tener dignidad como laburante”.

Al respecto, Matias Arena, delegado de la Comisión Interna de Clarín, señala: «Cada vez mayor cantidad de compañeros van perdiendo sus puestos de laburo. Tenemos dos o tres laburos para llegar a fin de mes. Eso no solo atenta a lo salarial sino a la calidad de periodismo que estamos tratando de llevar adelante. Si vos tenés en un mismo día 12 o 13 horas de laburo, va a perjudicar el resultado final en cada uno de los lugares”.
Pasado el mediodía y tras una última foto grupal, los manifestantes dan por concluida la medida de fuerza. Los puntos centrales del reclamo son: negociación salarial con  SiPreBA; 35.000 pesos adicionales para el período 22/23 –a incorporarse a lo definido para los sueldos de abril– y una suba del 60% para el tramo mayo-noviembre 2023.
De acuerdo al reclamo de SiPreBa y según los números cerrados en la última paritaria entre mayo de este año y la proyección hasta abril del 2024, el primer sueldo post acuerdo de un redactor comienza en 152.700 pesos; el de encargado de sector 154.500 pesos; editorialista 162.600 y secretario de redacción 182.000. Todos números que apenas se acercan a la canasta familiar total que para marzo de este año, según cifras del INDEC, oscila entre los 152.000 y 201.000 pesos, según la composición de miembros del grupo familiar.

Según explicó una fuente cercana a Clarín, la situación aún es más grave: los sueldos ya están por debajo de la línea de pobreza: comienzan en los  $120.000 y llegan a $200.000  para un trabajador sin antigüedad o jefatura a cargo. Cabe señalar que el  Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo marca $191.241 como mínimo para cubrir las necesidades básicas.