Por Maira Abril Moussou
Fotografía: Clara Pérez Colman

El lunes la empresa no asistió a la mesa de diálogo ni reincorporó a los 48 despedidos, como le ordenó el gobierno. El martes dio marcha atrás y se abrió una instancia de negociación.

Después de no asistir a la primera audiencia de conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo ni retrotraer la situación de los periodistas despedidos como indicaba la orden gubernamental, Clarín finalmente aceptó sentarse a la mesa de negociaciones. “Se abrió una instancia de diálogo con el gremio”, manifestaron en el SiPreBA, el Sindicato de Prensa de Buenos Aires.

No obstante, SiPreBa sostiene el estado de alerta y movilización y continuará con las medidas previstas en todo el gremio para exigir una recomposición salarial. Por eso, anunció para el próximo viernes un cese de tareas en la prensa escrita entre las 14 y las 18, así como también una asamblea general frente a la redacción de Clarín, en Tacuarí al 1.800.

La mañana de este martes había comenzado con una conferencia de prensa llevada a cabo por los miembros del SiPreBA y de la Comisión Interna de Trabajadores de AGEA (Grupo Clarín), luego de que en un principio Clarín incumpliera la conciliación obligatoria.

SiPreBa convocó a un cese de tareas en todas las redacciones para el próximo viernes entre las 14 y las 18.

Como respuesta a los despidos de 48 trabajadores del diario Clarín, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria por 15 días que debía llevar a retrotraer las desvinculaciones y convocó una audiencia entre la empresa y SiPreBA para el día de ayer. Clarín desacató ambas medidas. “Se cree que está por encima de la ley”, había declarado en la conferencia Sebastian Díaz, delegado de SiPreBA en la puerta del diario.

Lo que dicta la conciliación obligatoria es que los trabajadores despedidos continúen con sus actividades habituales, ya sea de manera presencial, remota o mixta. A pesar de que Clarín mandó un correo electrónico a sus empleados asegurando que acataría la medida, el edificio continúa vallado y los despedidos no fueron admitidos. “Recién intenté entrar porque supuestamente hoy es mi día presencial y el de seguridad me dijo ‘tenés que conectarte remoto’”, comentó Sandra Commisso, una de las redactoras despedidas por el medio.

Durante la conferencia de prensa, se hicieron oír las voces de algunos de los trabajadores despedidos como Cecilia Vecchiarelli, editora de video que había sido víctima de los conflictos de 2019, que aseguró estar acostumbrada a ese trato por parte de la empresa, “a sentir que somos simplemente un número para ellos”. Según Rodolfo Del Percio, encargado de armar el estudio de televisión dentro de la redacción, ya no importa la idoneidad de los trabajadores sino que sean obedientes.

Sandra Comisso, una de las periodistas despedidas, llevaba 31 años trabajando en Clarín.

Distintos sectores se acercaron a apoyar la lucha de los trabajadores. Entre ellos estaba el diputado nacional por la Izquierda Socialista Juan Carlos Giordano, para quien en esta y otras redacciones hay una esclavitud laboral y persecución enormes. Para el diputado, el caso de Clarín debe quedar como un “conflicto testigo” para que la historia no se repita en otras empresas. Este conflicto, cabe aclarar, se da también en el marco de la lucha salarial convocada por la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren).

Otro de los despedidos, también de la sección audiovisual, Leo Torresi, desacreditó que la medida se deba a una reconversión digital ya que ésta “empezó hace más de veinte años cuando Clarín tuvo su primera página web”. Desde sus comienzos como redactor en la empresa, hace casi 29 años, tuvo que adaptarse muchas veces: “Si no nos hubiéramos reconvertido, no podríamos haber estado laburando hasta ahora”.

SiPreBA también negó que los despidos se debieran a razones económicas ya que, como declaró el delegado Martín Cervilla, “la masa salarial del total de los compañeros despedidos equivale solamente a 5 pesos de cada 100 que ganan los directivos del Grupo Clarín”. Como afirmó el secretario general del sindicato, Agustín Lecchi, se trata de un mensaje político contra todo el gremio y los trabajadores que, por primera vez, en el marco de la lucha salarial, iban a discutir paritarias.

Carla Gaudensi, la secretaria general de Fatpren, afirmó que no es casual que la Subsecretaría de Trabajo de la ciudad quiera convocarlos a una audiencia —desconociendo que el problema salarial es a nivel nacional—, sino que se debe a que, a diferencia de 2019, esta vez el Ministerio de Trabajo reaccionó frente a los pedidos: “Esto es plenamente político y disciplinario para el movimiento obrero, nos quieren de rodillas en un año electoral”.

Por el momento, Clarín declaró vía correo electrónico que su ausencia ante el Ministerio de Trabajo se debió a la presencia de inspectores en el edificio de la redacción. “Nosotros somos ocho en la Comisión Interna y pudimos estar en los dos lugares”, denunció Díaz.