Por Milagros Rodríguez Costa
Fotografía: Gentileza Prensa "Esquirlas"

El jueves 9 de junio se estrena en Puentes de Cine “Esquirlas”, una película-documental nacional que busca retratar la vida de una familia antes y después de la explosión de la fábrica militar de Río Tercero, durante el gobierno de Carlos Menem. La película está dirigida por Natalia Garayalde, quien debuta en el mundo del cine de una forma muy especial.

El 3 de noviembre de 1995 estalló la fábrica militar de Río Tercero, dejando daños severos e irreparables para los habitantes de la ciudad, muertos, cientos de heridos, destrucción de hogares y un miedo insuperable. En ese entonces, Natalia Garayalde tenía doce años y vivía en el barrio militar de Río Tercero junto a su familia. Los Garayalde se mostraban como una familia unida, cómplice y divertida, hasta que la tragedia los atravesó para siempre. A su corta edad y con una inocencia que la inundaba, Natalia utilizó la cámara de su papá para filmar todo lo que estaba ocurriendo en ese momento, jugando un poco a ser periodista y un poco a ser cineasta, sin saber que ambas se harían realidad tiempo más tarde. Hoy, recibida de Licenciada en Comunicación Social en la Universidad de Córdoba, debuta como cineasta con “Esquirlas”.

“Fue muy raro para mí cuando volví a ver los archivos porque sentí cómo me marcaron a fuego. En principio estudié Comunicación Social y Periodismo para investigar más profundamente sobre acontecimientos sociales. Después el cine me dio un lenguaje más poético y emocional que me permitió salir de lo clásico de la entrevista y tener un mix”, comentó la directora en diálogo con ANCCOM.

En esta obra, Garayalde busca retratar en primera persona de qué manera la impunidad y el poder arruinaron la vida y la inocencia de la gente que vivía en el barrio militar de Río Tercero.

En un principio la historia que iba a narrar era la del operario Omar Gavilio, quien fue acusado en primer lugar de ser el “responsable” de la tragedia, y luego terminó por convertirse en testigo clave de la causa. Pero luego de un tiempo de rodaje Omar enfermó y fue necesario cambiar el rumbo. Fue entonces cuando Natalia se reencontró con sus cassettes, y recordó: “Ahí me veo jugando con mi hermano entre los escombros, algo que apenas recordaba. Cuando se lo mostré al equipo le pareció que era muy potente mostrar la historia desde la mirada de una niña y un niño porque es una mirada muy subjetiva e implicada”. Sin embargo, tomar la decisión de utilizar los videos familiares para hacer la película no fue nada fácil: “Al principio no quería hacer una historia autorreferencial entonces le di muchas vueltas, hasta que entendí que con mi historia personal no estaba solo contando lo que me había pasado a mí y a mi familia sino que estaba hablando de lo que había sucedido el 3 de noviembre de 1995 en Río Tercero”, explicó la directora.

La película está inundada por un tono de denuncia ante la impunidad que persiste frente a lo que sucedió en ese tiempo. Mientras que la versión oficial se refería a los hechos como un “desafortunado incidente”, los vecinos sospechaban que algo más había sucedido y es lo que “Esquirlas” viene a mostrar: nada tuvo de accidente, sino que se trató de un atentado llevado a cabo con el objetivo de borrar las huellas de la fabricación y venta contrabandista de armas a Croacia y Ecuador que allí se realizaba. En un punto la película tuvo sus frutos ya que como expresó la protagonista y directora: “Cuando hicimos la función especial en Río Tercero para invitar a familiares de víctimas y a la comunidad, sucedió algo que me sorprendió mucho y fue que después de la proyección se empezó a hablar mucho sobre un tema que había sido silenciado durante años y que afecta actualmente a toda la ciudad de Río Tercero: el de las industrias químicas”.

“Esquirlas” se construye a partir de la recopilación de fragmentos e imágenes caseras sobre la tragedia y de ahí su nombre. La mayoría de los materiales que se utilizaron son los propios de los Garayalde pero también hay archivos de vecinos, canales de televisión e instituciones públicas de Córdoba que la directora fue recopilando a lo largo del tiempo, “Gran parte del archivo es material que yo ya tenía porque siempre estuve implicada en el tema”, contó Natalia, quien desde muy pequeña se involucró con lo sucedido en busca de respuestas, fue parte de una organización que buscaba que se investigara la causa, mantuvo charlas con la única querellante Ana Gritti y con Omar Gavilio, testigo clave de la causa y participó de distintas manifestaciones artísticas. Fueron estos los primeros pasos que luego le darían forma a este documental: “De alguna forma cuando se cumplieron 20 años de las explosiones me encontré con ese montón de material que había recopilado durante muchos años y pensé que con eso podíamos hacer una película. Ahí fue que llamé a la productora, Eva Cáceres, y fue ella la que me motivó a dirigirla”, explicó Garayalde.

Y si bien la película muestra las consecuencias inmediatas de la explosión, deja muchas preguntas abiertas sobre posibles efectos a largo plazo relacionados a enfermedades graves, así como una amarga sensación de impunidad que continúa hasta el día de hoy, a pesar de que exista una “condena” de la que uno de los máximos responsables quedó impune. “La película para mi es muchas cosas: en un principio intentaba que empujara la investigación, que permitiera que se difundiera lo que había pasado porque no tuvo mucha repercusión más allá de la espectacularización del momento. Entonces en un primer momento era un acto de justicia para mí. Pero a veces uno se da cuenta que el cine tiene un límite porque puede mostrar cosas pero cuánto puede transformar la sociedad no se puede predecir y entendí que no se puede ser tan pretenciosa. Por eso dije ‘por lo menos dejo un documento que muestre lo que pasó, un documento de memoria para que no se olvide”, concluyó la directora.

Desde el jueves 9 de junio, “Esquirlas” se podrá ver en https://play.puentesdecine.com.ar/