Por Lucía Wainer
Fotografía: Sabrina Nicotra

Productores y consumidores de la agricultura familiar se reunieron en un festival para consolidar redes, dar a conocer otro modo de elaboración, distribución y comercialización alimentaria y construir “Mas comunidad”.  

Productores y consumidores de la agricultura familiar se encontraron este fin de semana para dar a conocer sus productos, conversar sobre otro modo de producir, distribuir y consumir alimentos y, ante todo, para fortalecer al colectivo de Red de Alimentos cooperativos a la que pertenecen. 

Entre las 15 y las 22, en un local de la calle Moreno 945, ubicado en el barrio porteño de Monserrat, se llevó a cabo el primer Festival Más Comunidad organizado por la Red de Alimentos Cooperativos y la cooperativa de comunicación Huvaití, las organizaciones que gestionan ese espacio, donde el sábado todo fue fiesta. Hubo degustaciones, presentaciones de productos, radio abierta y hasta música en vivo, pero, también, un lugar para la reflexión sobre las problemáticas a las que se enfrentan las cooperativas.

Alimentos Cooperativos es una red nacional de cooperativas vinculadas a la cadena agroalimentaria. Su modo de producción es agroecológico, es decir, producen alimentos saludables y nutritivos minimizando la utilización de conservantes, saborizantes, y otros químicos de uso habitual en la industria alimenticia. “Alimentos Cooperativos surgió de un grupo de cooperativas que producen alimentos que hicieron un diagnóstico de por qué se les dificultaba tanto la comercialización. Se dieron cuenta de que el problema era que no se podía seguir peleando un lugar en el mercado tradicional. No se puede seguir disputando ingresar al supermercado porque las condiciones son un problema. Entonces, se dio la discusión de que necesitábamos nuestros propios esquemas comerciales”, recuerda Miguela Varela, organizadora del Festival, en diálogo con ANCCOM. Así fue como en 2014, la red comenzó a tomar forma hasta contar hoy con cooperativas de comercialización, consumo, comunicación, locales en distintos puntos del país y una tienda virtual. “Todo evolucionó al pensar la cadena de valor agroalimentaria como un todo, no solamente como el productor que necesita ubicar su producto. Buscamos que el Festival pueda ser un evento para reflexionar sobre lo que está pasando con la alimentación hoy, un poco por los precios y un poco por la calidad también”, agregó.

«Buscamos que el Festival pueda ser un evento para reflexionar sobre lo que está pasando con la alimentación, un poco por los precios y un poco por la calidad», señaló Miguela Varela, una de las organizadoras.

Durante la jornada, diferentes cooperativas tuvieron un lugar para dar a conocer sus productos. En el marco de la Semana de la Miel, la Federación de Cooperativas Apícolas (FECOAPI) se acercó desde San Pedro para realizar una degustación y presentación de sus productos y dialogaron con los consumidores sobre las propiedades de la miel, sus variedades y cómo se elabora. ANCCOM conversó con Jacobo Soria, representante de FECOAPI: “Como pequeños productores unidos podemos llegar a los estándares de las grandes empresas, seguir progresando, capacitándonos e ingresar a nuevos mercados. La cooperativa surgió por un problema de ventas, se vendía la miel a un precio que al productor no le convenía. Entonces, ahí surgió la idea de crear una cooperativa, trabajar en conjunto y vender nuestra miel a un precio que fuera rentable. Así, pudimos canalizar la miel en un mercado que no existía”, explicó.

Con respecto a quienes consumen sus productos, Soria observa una mayor concientización por parte de los clientes. “Nuestro consumidor suele buscar productos naturales, cooperativos. No es lo mismo que hace 10 años, hoy la gente está buscando lo natural, lo orgánico, lo autóctono”. 

Natalia de Majo Arbizo, referente de Oro del Inca, cooperativa de Bernal que se dedica a la elaboración de alimentos saludables como milanesas y hamburguesas vegetales, rebozador de mandioca y snacks de girasol, también estuvo presente en el evento. “Hay una concientización cada vez mayor, yo creo, de dos cosas: del origen del alimento, apostar políticamente a consumir un tipo de producto que sabemos de dónde viene: de la agricultura popular, familiar y también sobre de qué está hecho el producto”.

Natalia De Majo Arbiza, referente de la cooperativa Oro del Inca y Pasta Sur.

Por más que los productores notan un aumento en la preocupación por lo natural por parte de la sociedad y eso se ve en un consecuente aumento del consumo, no están exentos de la situación económica del país. “En este contexto, es difícil sostener un precio. Lo que nosotros siempre discutimos es que, que sea un precio justo no significa que sea un precio barato. Los supermercados, por ejemplo, pueden bajarte el precio e ir a pérdida para romper la competencia. El precio justo es el precio que realmente vale ese alimento por el trabajo que le puso el productor o productora. Además, en el medio hay un trabajo de comercialización y un costo de logística, de movilidad del producto. Ese después es el precio que le llega al consumidor. No hay factores especulativos en el medio, pero tampoco estamos al margen de las escaladas de precio”, explica Varela. “Los pequeños productores tienen costos muy altos, mucho más altos que los de una gran empresa por una cuestión de escala. Tratamos de hacer un equilibrio, siempre marcando los precios reales y justos”, agrega sobre el trabajo de la Red de Alimentos Cooperativos. Oro del Inca también se sostiene a pulmón, cuenta Natalia de Majo Arbizo. La organización sale adelante construyendo estrategias colectivas. “Una de ellas es fortalecernos en red y la participación en Alimentos Cooperativos es eso. Es juntarnos, fusionar las potencialidades y laburar las problemáticas de manera colectiva”, describe.

Alimentos Cooperativos tiene como objetivo fortalecer la economía de las distintas provincias, potenciando y priorizando el envío de recursos económicos hacia todos los rincones de la Argentina para mantener viva la diversa cultura alimentaria de nuestro país. Para Varela, ahora se trata de seguir creciendo: “Queremos abrir cada vez más espacios para que no sea un consumo esporádico, para que puedas reemplazar tu compra del súper por estas, y cerca de tu casa”.