Por Joaquín Bousoño
Fotografía: Daniella Collque

El Gobierno de la Ciudad clausuró de manera intempestiva el Mercado de Economía Solidaria de Bonpland. Los cooperativistas resisten y denuncian un plan para transformarlo en torres.

Productores y trabajadores cooperativos del Mercado de Bonpland organizaron este fin de semana una jornada de protesta con feria, radio abierta y actividades culturales en Bonpland 1660,para hacer frente  al cierre del espacio destinado a la comercialización de la economía social y agricultura familiar. El Gobierno porteño clausuró el mercado que desde hace 15 años abastece a los vecinos y vecinas del barrio.

“Vamos a hacerle frente a esta clausura autoritaria, iniciada con el objetivo de realizar en este mismo predio un desarrollo inmobiliario. Hace 15 años que estamos en el mercado gracias al convenio marco que firmamos con el Gobierno de la Ciudad. Se comprometieron a hacer una obra para entregarnos el predio en condiciones para habilitarlo, pero hoy en día el mercado no tiene gas y falta el final de obra”, dijo Rosa Zambrano, una de las referentes de las cooperativas que comercializan en el lugar..

Guillermo Varela, tesorero de la cooperativa “La Parcela”, estuvo presente el día de la clausura: “El martes pasado, intempestivamente y de manera sorpresiva, vino la Agencia Gubernamental de Control sin ninguna intención de controlar e inspeccionar, si no que nuestra sensación es que venían con una orden de clausura prevista. Los inspectores, casi sin revisar, empezaron a nombrar aspectos del mercado aleatoriamente y a decir que no cumplían con las condiciones necesarias”, explicó.

Las organizaciones cooperativas y feriantes exigen que se abra una mesa de diálogo con las distintas áreas del Gobierno de la Ciudad que participan en el tema, y adelantaron que presentarán un amparo esta semana. 

“Necesitamos que se levante la clausura porque esta es la fuente de trabajo que hemos construido. Nos hemos organizado para dar visibilidad a las producciones de la agricultura familiar y la economía social. El consumidor nos apoya y ha hecho crecer el mercado porque sabe que los productos son de calidad y llegan acá sin intermediarios”, agregó Zambrano. 

En el mercado funcionan verdulerías, una cooperativa que comercializa productos de empresas recuperadas, emprendimientos familiares y cooperativas textiles. Nació con el objetivo de sentar precedente en la construcción y desarrollo de un proceso de comercialización solidario y justo; y la soberanía alimentaria como bandera, para promover la capacidad de las poblaciones de decidir y controlar sus propios sistemas de producción de alimentos, así como su derecho a acceder a alimentos suficientes y nutritivos.

“Somos trabajadores que decidimos organizarnos en cooperativas -dice Carlos Briganti-, decidimos mostrar que la economía familiar tiene un peso. En este momento tan particular que vivimos, en el que los poderes económicos de la comercialización de productos nos sacan los productos de la mesa familiar, nosotros tenemos la capacidad de poner alimentos sanos en la mesa de los argentinos”.

Este es el único mercado de economía solidaria y autogestionado de la Ciudad de Buenos Aires, y sirve como ejemplo de que una forma de consumir y producir distinta es posible. Durante la jornada de protesta, Romina, docente de la materia “prácticas para la inclusión social” de la facultad de Ciencias Económicas de la UBA, señaló que, por sus condiciones distintivas, el mercado es utilizado como ejemplo de uso corriente en la universidad. 

“Para la Facultad de Ciencias Económicas,  el mercado, aparte de ser una experiencia de economía social muy importante para la Ciudad de Buenos Aires, es un espacio de formación. Venimos con nuestros estudiantes a pensar, en conjunto con las organizaciones, en otra economía posible. Por eso es importante reivindicar la posibilidad de que existan estos espacios”, agregó la docente. 

Carlos Carvallo, reconocido intelectual del sector agroecológico y fundador de la primera cátedra libre de Soberanía Alimentaria de la facultad de Agronomía de la UBA, también participó de la jornada de protesta. “Estamos sembrando una sociedad distinta, con soberanía alimentaria, estamos sembrando esperanza y demostrando que otra economía y otros valores son posibles. La resistencia que estamos generando la van a poder ver nuestros hijos y nietos, lo hacemos por ellos”. 

Con la pandemia de covid-19 quedó evidenciado que otra forma de vincularnos con la sociedad, con la economía y con el medioambiente hoy es algo crucial, y el Mercado de Economía Solidaria de Bonpland es el ejemplo de que se pueden construir otros paradigmas.