Por Micaela Kordovan
Fotografía: Andrea Bravo

Una muestra en el Museo Histórico Nacional exhibe 800 piezas de los años de oro de un género que resultó identitario para los jóvenes de fines del siglo pasado.

El rock se hace presente en el Museo Histórico Nacional. Hasta el próximo 30 de mayo está abierta la exhibición Los 80. El Rock en la Calle, que cuenta con la curaduría de los historiadores Gabriel Di Meglio y Ricardo Watson y del fotógrafo Carlos Gustino (Aspix). La muestra se puede visitar de miércoles a domingos y feriados de 11 a 19 y la entrada es libre y gratuita. Además, todos los viernes a las 20:30 se puede disfrutar de Rockumenta, un ciclo de proyecciones de documentales al aire libre, con presencia de sus realizadores.

Watson cuenta que junto a su amigo y director del museo, Di Meglio, querían plantear una muestra disruptiva de historia cultural que convocara a otro público, diferente al habitual de la institución: “Además de hablar de los artistas y su obra, queríamos trazar una radiografía social y cultural de la música. Nos interesaba saber dónde se escuchaba el rock, cuál era su geografía, cuál era la estética, qué pasaba con el sonido y qué pasaba con el público”.

La muestra es un camino por el rock argentino entre 1982 y 1991, fechas elegidas por la prohibición de la música en inglés y por el concierto de Soda Stereo en la 9 de Julio al que asistieron 250 mil personas. Comienza con una línea de tiempo para no perder de vista el contexto en el que fue posible el boom de este género musical. Dictadura, Guerra de Malvinas, vuelta a la democracia, juicio a las Juntas, hiperinflación, menemismo, caída del Muro de Berlín, el uno a uno, son algunos de los acontecimientos de la época. De pronto, el visitante llega a un cuarto oscuro y está solo con la guitarra de Spinetta y se cruza con la mirada emocionada de Charly, Moro, Lebón y Pedro en la despedida de Serú Girán mientras suena Rasguña las Piedras en el Festival de la Solidaridad Americana de 1982. Después se encuentra con la valija con la que Luca Prodan llegó a Argentina, se puede sacar una foto en el mural de Clicks Modernos y leer la letra de “Rezo por vos” mientras se le escapa una sonrisa al ver un dibujito de Charly y Spinetta en el papel. Más tarde pasa por un afiche que anuncia a las Viudas en el Luna Park y se deslumbra con los vestidos coloridos de Claudia Ruffinatti y Claudaia Sinesi. El recorrido sigue con el piano de Miguel Mateos y de Fito Páez. Continúa por Los Pericos, Boom Boom Kid, y merece un alto en la guitarra que usó León Gieco para cantar “Sólo le Pido a Dios” con Mercedes Sosa en su regreso del exilio. Al ver el Suplemento de Clarín, llega el momento de la da nostalgia por aquellos años en los que tocaban Los Redondos, Charly y Massacre en una misma noche. Resulta inevitable leer al ritmo “Papá o mamá, papá y mamá, papá o, papá y mamá” en el manuscrito de “Una noche en New York City”. Mientras tanto, un cuadro de Osvaldo Pugliese acompaña, silencioso, la escena.

El recorrido no termina: el under, como corresponde, puede espiarse en el subsuelo del museo. También la sala de proyecciones y el cuarto de un adolescente en los 80. Aquellos que nacieron con Ares y Youtube, pueden usar las “instrucciones para escuchar rock en los 80” y cruzarse con una infaltable colección de cassettes donde los visitantes pueden dejar los nombres de sus canciones favoritas. Uno de ellos escribe: “Mi alma es libre gracias al rock nacional de los 80”.

La muestra cuenta con casi 800 instrumentos, letras, piezas de vestuarios, fotos, afiches, videos y otros objetos. Número impresionante que se logró con mucho esfuerzo y colaboración, ya que no había un patrimonio del rock. “Quisimos mostrar la amplitud de la escena oficial del rock y el famoso under de los 80. Nos interesaba que no solo se hablara de los artistas, sino que estén presentes los diseñadores, vestuaristas, periodistas y productores, toda la industria” concluye Watson.

Entre las 1.200 personas que visitaron la muestra el domingo pasado, está Ramiro de 36 años, nacido en Campana, al igual que Nekro (Carlos Rodríguez, el líder de Fun People) y dice: “Tuve una banda punk muchos años, un amigo me avisó de la muestra y me vine. Sin dudas, lo que más me gustó es que incluyan cosas de Fun People”, dice mientras señala la tabla de Charles Manson. También asiste Cintia de 44 años, quien invitó a Gerardo de 53 porque es “una fanática del rock de toda la vida” y no podía perdérselo: “¿Lo que más me gustó? Ver la ropa de Charly”, asegura. Además, Maira de 18 años, mientras recorre los pasillos del museo con su mamá afirma: “Me encantó ver la guitarra de Cerati. La muestra es buenísima”. Y si fuese un recital, el público hubiese pedido bises.