Por María Eva González
Fotografía: Romina Morua

“Informamos la restitución de otro nieto, el caso número 119 que logramos resolver”, anunció Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo. Minutos después del inicio de la conferencia de prensa, destacó que esta es la quinta vez que una madre puede recuperar a su hijo apropiado durante la dictadura. En este caso, Sara había sido secuestrada en julio de 1975 en Tucumán: fue de una comisaría a la Jefatura de la Policía Provincial y luego a la Cárcel de Villa Urquiza, donde la mantuvieron secuestrada en calidad de detenida-desaparecida. En ese mismo lugar dio a luz entre mayo y junio de 1976. Apenas alcanzó a escuchar el llanto de su bebé cuando un enfermero se lo llevó. En noviembre de ese mismo año fue liberada.

Décadas más tarde, en 2004, Sara se puso en contacto con la Secretaría de Derechos Humanos de su provincia. Dos años después, llegó a la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) comenzó una investigación sobre el caso. En 2007, su sangre fue ingresada al Banco Nacional de Datos Genéticos. Claudia Carlotto, titular de la CONADI, explicó a ANCCOM: “Es un caso especial porque no es de los históricos de Abuelas, que toda la vida estuvieron en el Banco de Datos. Tenemos bastantes casos de desaparecidos que no estaban denunciados por diferentes razones. Ella está un poco amedrentada, porque no la mataron pero la dañaron mucho, pero más que eso pudieron las ganas de estar con su hijo. Ahora van a empezar a tener la relación que tienen que tener”. Mario, por su parte, contó: “Siempre ves que encuentran a otro y otro. Pero hoy me toca a mí, no puedo no creer esto. Yo me encontraba a la noche revisando la página de Abuelas, mirando fotos de desaparecidos y pensando de quién sería. Y claro, nunca me iba a encontrar si mi mamá estaba viva”.

El nieto recuperado 119, Mario Bravo.

El nieto recuperado 119, Mario Bravo.

Mario vive en Las Rosas, Santa Fe, pero viajó a Buenos Aires y aquí se reencontró con su madre biológica. Respecto del abrazo guardado durante casi cuarenta años, Carlotto expresó: “Este encuentro fue de dos adultos, pero era la mamá abrazando al bebé. Yo los visualicé como que no se podían separar. Casi estaba naciendo él de esa madre, nuevamente. Mientras ella le susurraba a este hijo cosas que él sabrá, y yo alcancé a escuchar que nunca más se iban a separar”. El hombre, al mismo tiempo, estaba acompañado por su esposa y su hijo, el mayor de tres: “Mi mamá me hablaba mucho en su panza, todos esos meses. Es una madre que me vio después de 38 años y escuchó mi voz después del llanto. El click se hizo cuando decidí acercarme a Abuelas. Recibís un apoyo increíble, acá hay gente que trabaja en serio, que trabaja con amor”. La decisión fue tomada en febrero de este año, cuando se acercó a la sede de Abuelas en Rosario y se derivó su caso a la CONADI. Meses más tarde, se llevó a cabo la extracción de sangre que, en noviembre, confirmó que es hijo de Sara.

De todas maneras, el hombre manifestó que desde chico tenía sospechas sobre su verdadero origen. Había sido inscripto como nacido en 1977 con el apellido Bravo, en la localidad santafecina en la que se crió, que cuenta con 15 mil habitantes. Es uno de los cinco casos en los que un hijo apropiado durante el terrorismo de Estado logra reencontrarse con sus padres biológicos. Destacó la contención y el acompañamiento que le brindaron las personas de los organismos estatales que intervinieron en su investigación y búsqueda, sobretodo el apoyo de otros nietos restituidos que colaboran con estas instituciones y juegan un papel central en el proceso de recuperación de la identidad. Al plantearse la posibilidad de que alguien con dudas lo estuviera escuchando, relató: “Cuando empecé todo esto, mi madre de crianza estaba viva y yo no quería dañarla de ninguna manera. Pero hay gente que te va a contener muchísimo y además somos iguales, porque venimos del mismo lugar. Ellos también son hijos de desaparecidos. Entonces, hablan desde adentro”.

“Cuando empecé todo esto, mi madre de crianza estaba viva y yo no quería dañarla de ninguna manera", dijo el nieto 119, Mario Bravo.

“Cuando empecé todo esto, mi madre de crianza estaba viva y yo no quería dañarla de ninguna manera», dijo el nieto 119, Mario Bravo.

Mariana Zaffaroni, una mujer que recuperó su identidad en 1992, manifestó a ANCCOM: “Cada edad tiene lo suyo. Me parece que cuanto más grande sos, es más fácil aceptar algunas cosas y a la vez todo se vuelve más complicado por los hijos”. Por su parte, Mario dijo en relación a esto, que buscaba saber quién era, más por sus hijos que por él mismo. Y agregó: “Estamos siendo padres y necesitamos dar respuestas, porque los hijos van preguntando y quieren saber. Hay que ser consciente también de que te están buscando. Pensá en tu hijo, que lo podés perder y lo vas a buscar. Es duro. Pensás que te buscaban, y pensás que faltaste, que le faltaste a esa familia durante todos estos años, en tantos momentos”. En relación al logro de la restitución de la identidad de un nuevo nieto, Carlotto manifestó: “Esto nos da fuerzas para seguir. Es lo que nos anima a saber que no estamos haciendo mal las cosas”.

“Cada edad tiene lo suyo. Me parece que cuanto más grande sos, es más fácil aceptar algunas cosas y a la vez todo se vuelve más complicado por los hijos”, dijo Mario Bravo.

“Cada edad tiene lo suyo. Me parece que cuanto más grande sos, es más fácil aceptar algunas cosas y a la vez todo se vuelve más complicado por los hijos”, dijo Mario Bravo.

Leonardo Fossati, otro nieto restituido presente en la conferencia de prensa, habló con ANCCOM y se refirió a los hechos vandálicos que tuvieron lugar en el predio del Centro Clandestino de Detención Mansión Seré, ubicado en Morón, semanas atrás: “Esta es una reivindicación más, y de las más fuertes. Haber encontrado un nieto más demuestra que el trabajo está intacto, que seguimos para adelante y que la sociedad entera festeja estos hechos. Ante semejantes actos de cobardía, la mejor respuesta que puede haber es encontrar un nuevo nieto, llenar estos espacios de alegría, de contenido, de historia, de memoria, de verdad, de justicia. Hay personas que verdaderamente quieren volver atrás, que sienten sed de venganza. Es gente que no cree en la justicia, porque justamente en su momento no pidió justicia, sino que pidió asesinatos, desapariciones, torturas”. Minutos antes, Estela de Carlotto había hecho referencia a esos aires de revancha en el comunicado institucional: “Hoy, que desde algunos sectores políticos, mediáticos y judiciales se intenta dar voz a la idea de reconciliación, se evidencia una vez más la necesidad de profundizar las investigaciones. Aún hay desaparecidos con vida y graves delitos por juzgar” y aseguró que “por todos los nietos y nietas que desconocen su verdadero origen, por todas las víctimas que aún no alcanzaron justicia y para que estos crímenes nunca más se repitan” no permitirán “dar ni un paso atrás”.  

A días del inicio de un nuevo gobierno que comenzará el 10 de diciembre con Mauricio Macri como presidente de los argentinos, Fossati reflexionó: “La nueva etapa va a ser todo un desafío. Ellos (por el gobierno electo) tienen en sus manos la posibilidad de acompañar a los organismos de Derechos Humanos en su gestión, de continuar políticas de Estado que surgieron en estos doce años. Sabemos que son la derecha, sabemos a quiénes representan, pero también sabemos (y ellos saben) que tiene un costo grande ir para atrás con ciertos derechos ganados del pueblo”.