Por Magalí Antonelli Laffitte
Fotografía: Andrés Wittib, Daniela Yechua, Deborah Valado

Marchar vale la pena. “Los llamados a la línea 144 -la línea telefónica nacional que brinda contención a las mujeres en situación de violencia- crecieron en un mil por ciento y la línea sumó 50 operadores». Tras la multitudinaria manifestación Ni una menos los organizadores dieron cuenta de los primeros efectos concretos que hubo a nivel nacional: «Además el Gobierno Nacional, mediante la Secretaría de Derechos Humanos, oficializó la Unidad de Registro de Femicidios y la Corte Suprema de Justicia convocó a las autoridades judiciales a colaborar en la confección de otro Registro. En Mendoza, se instrumentó el patrocinio jurídico gratuito para las víctimas de violencia machista y en Chaco se anunció la creación de un Registro de casos de violencia de género. En Neuquén, se anunció la puesta en funcionamiento de un refugio para víctimas de violencia. La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE-Ctera) presentó un proyecto para incorporar licencia por violencia de género en el Estatuto del Docente de la Ciudad de Buenos Aires y la Procuradora General de la Nación, Alejandra Gils Carbó, creó la Unidad Fiscal Especializada en violencia contra las mujeres”. También destacan que se afirmaron “políticas públicas que amplían el repertorio de caminos para la defensa de los derechos de las mujeres: desde la conversión en ley de la Asignación Universal por Hijo, hasta la renovación del protocolo de abortos no punibles”. Si bien los organizadores consideran que a partir de la marcha “bastante sucedió”, también insisten en “la deuda que implica que el Plan de Acción para la Prevención –previsto en la Ley 26.485– siga sin hacerse plenamente efectivo”.

La marcha del pasado 3 de junio había sido convocada por un grupo de periodistas, activistas y artistas que plantearon una agenda de cinco puntos: “Implementar el Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres que estableció la Ley 26.485; garantizar que las víctimas puedan acceder a la Justicia; elaborar el registro oficial de víctimas, para contar con estadísticas actualizadas sobre femicidios, y poder diseñar políticas públicas efectivas; garantizar y profundizar la Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos, y garantizar la protección de las víctimas de la violencia, implementando el monitoreo de los victimarios”. Además, se propusieron extender a toda la sociedad el grito de “Basta de femicidios” ante la terrible estadística que afirma que,  en Argentina, cada 30 horas una mujer es asesinada.

Concentración "#Niunamenos" en repudio a femicidios y violencia de género.

Concentración «#Niunamenos» en repudio a femicidios y violencia de género.

“Pensamos que la marcha fue un hecho histórico, pero es importante seguir pensando sobre ella, que no quede ahí. La idea es que cada uno, en el rol que ocupa en la sociedad, tome también noción de qué cambios tiene que generar para este cambio social que estamos pregonando”, opinó Claudia Perugino, integrante de la nueva Unidad de Registro, Sistematización y Seguimiento de Femicidios y Homicidios Agravados por el Género que depende de la Secretaría de Derechos Humanos.

Para Perugino es importante profundizar el debate al nivel de lo cotidiano: “Que no sea un hecho que quede en la historia como una marcha más. Esto necesita, y requiere, un cambio de actitudes nuestras. En una casa, por ejemplo, empezar por democratizar las tareas domésticas. Y es difícil. Es más fácil dar un taller o una charla de violencia de género que ponerte con tu marido, con tu hija, con tu hijo, y decir bueno a ver, a partir de hoy quién lava los platos, quién los seca, quién lava la ropa, quién la cuelga. Porque ahí es donde realmente se empiezan a socavar las estructuras patriarcales y machistas de la sociedad, cuando se ponen en debate estos temas”.

La Unidad de Registro se oficializó el 5 de junio, porque fue ese día en que se completó el expediente administrativo que permite su funcionamiento. Pero la creación del Registro comenzó en junio del 2014. Ana Oberlin, directora nacional de Asuntos Jurídicos de la Secretaría, y también integrante de la Unidad, reveló a ANCCOM por qué no se dio a conocer la generación del proceso previamente al “Ni una menos”: “No queríamos que pareciera que estábamos haciendo esto de una forma apurada o rápida para decir que algunos de los reclamos de la marcha estaban cumpliéndose. O que quedara como que estábamos siendo oportunistas, porque está muy lejos de eso. Es un trabajo que encaramos con muchísima seriedad. Promocionarlo como si fuera una cuestión en respuesta a una coyuntura determinada, no nos parecía lo más adecuado”.

La Unidad es llevada a cabo por un grupo multidisciplinario de mujeres –abogadas, comunicadoras y sociólogas– que decidieron colaborar en el trabajo que estaba pendiente. Hasta el momento, la única estadística oficial era la realizada por la Asociación Civil La Casa del Encuentro. Desde el Observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zembrano”, la organización presentó informes estadísticos anuales a partir de 2009 y se conformó en la única fuente de información.  Fabiana Tuñez, directora de la Casa del Encuentro, explicó: “La realidad es que nuestra cotidianidad sigue siendo igual y fundamentalmente con mucho más trabajo. Nosotras tenemos un equipo de 59 profesionales voluntarias que están dentro de la Asociación y. lamentablemente, tenemos que decir que han aumentado mucho las consultas. Pero abogamos que todos los anuncios que se hicieron a partir del 3 de junio efectivamente se puedan profundizar y llevar adelante”. Y agregó: “En lo particular desde la Casa del Encuentro seguimos trabajando como lo vinimos haciendo todos estos años. De hecho, seguimos realizando el informe sobre femicidios este año. Y seguimos atendiendo mujeres derivadas de la línea telefónica 144”.

Los organizadores de Ni una menos explican que es necesario contar con estadísticas oficiales para poder avanzar en el diseño e implementación de políticas preventivas. En ese sentido, el Registro de Femicidios parece un avance. El objetivo, según sus integrantes, es retomar lo que ya existía pero profundizarlo, de modo de generar un resultado más exhaustivo. Ana Oberlin explicó: “Lo que hicimos fue crear un registro que va más allá de un trabajo numérico, o de una investigación cuantitativa. Porque hacemos investigaciones cualitativas. De cada caso hacemos un estudio muy pormenorizado de lo que ocurrió, sobre todo previamente, y de lo ocurrido una vez que el femicidio se cometió, para ver cuáles fueron las respuestas institucionales que se dieron a ese caso”. Perugino también detalló el aspecto cualitativo: “Una de las patas importantes del Registro, sin duda, son las entrevistas con las familias. Ya que son las que nos dan el contexto en que se produjo: si la mujer trabajaba o no, cuánto ganaba, si tenían algún plan social, si tenía estudios, hasta dónde llegaban esos estudios, si sufría discapacidad, si tenía certificado de discapacidad, cuántos hijos tenía, qué edades tenían esos hijos, a cuidado de quién quedaron. Y con el tema del femicida también. Nuestro Registro es bastante amplio en función de la información que se recoge porque queremos tener un panorama completo de quiénes eran estas mujeres, y fundamentalmente saber si falló el Estado, dónde falló en la asistencia”.

Otro de los avances de los últimos dos meses, fue el tratamiento de un proyecto de ley presentado por la Casa del Encuentro: “Estamos esperando dentro del Congreso de la Nación que se apruebe el anteproyecto sobre la pérdida automática de la patria potestad del femicida condenado. El proyecto se viene trabajando desde el año pasado, y hubo algunas reuniones los últimos días que dicen que ahora hay consenso para que sea aprobado, pero igual tenemos que esperar”, señaló Tuñez. Además, desde la Asociación esperan que el Registro oficial sea un registro unificado: “Esperamos que haya una sola estadística que nos permita medir oficialmente un mapa de todo el país, porque ahora hay dos anuncios: uno del Registro de Femicidios, y el otro de Elena Highton de Nolasco, vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia”.

Si bien se dio impulso a muchas iniciativas, se anunciaron otras y aún quedan muchas cosas por hacer, hay un discurso general de satisfacción por lo que generó “Ni una menos”. Ana Oberlin dijo que desde su punto de vista “sirvió para que se empiece a pensar sobre esto de otra manera, y con la seriedad que tiene” y además opinó: “Creo que uno de los sectores más cuestionados fue la Justicia, y creo que la justicia está entendiendo el mensaje de que tiene  que estar, de una vez por todas, a la altura de lo que está pasando”. Claudia Perugino también se mostró optimista por la convocatoria: “Ojalá que este reproche social también se dé a futuro y se sigan haciendo convocatorias. Yo rescato del 3 de junio que haya habido muchas convocatorias en las provincias, y en muchos pueblos, y en muchas ciudades, en las que también se hicieron expresiones públicas de repudio a la violencia contra las mujeres”. Por otro lado, Fabiana Tuñez hizo hincapié en el trabajo que todavía queda por hacer: “Sabemos que este es un momento de transición presidencial, pero el Plan Nacional de Acción para la Prevención es fundamental, porque dentro de ese plan tienen que estar contenidos programas de asistencia, de prevención y programas para la modificación de currículas educativas a nivel integral y federal, para todo el país”. También rescató que “hubo una toma de conciencia de parte del poder político, de que algunas respuestas van a tener que generarse. Hasta la marcha las respuestas eran bastante escasas, ahora por lo menos algunas cosas se han concretado”.

Actualización 05/08/2015