La crisis impacta fuerte en las revistas culturales

La crisis impacta fuerte en las revistas culturales

La situación actual de las revistas culturales independientes de todo el país es grave y los impactos negativos de la pandemia profundizaron la crisis. Según relevó la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA), apenas el 16% de las revistas que debían salir durante abril y mayo se publicaron en papel. Disminuyeron los ingresos por publicidad y algunas publicaciones redujeron su tirada o cantidad de páginas. Alertan sobre la suspensión de pagos a colaboradores, servicios y alquileres y abundan los pedidos de subsidios y donaciones.

En mayo, AReCIA realizó una encuesta y el aumento de los costos de impresión aparece como el principal problema. El 88,6% de los editores informó que desde noviembre de 2019 sufrieron incrementos. En cinco meses, el promedio de los aumentos registrados es del 33,5% y está por encima del aumento del dólar y de la inflación.

AReCIA es una asociación civil sin fines de lucro con base en Ciudad de Buenos Aires que nuclea más de cien revistas culturales independientes autogestivas de todo el país. Mariane Pécora, integrante de AReCIA y editora del Periódico VAS, comentó que todas las revistas tienen algo en común y es “la falta de políticas públicas para el sector” y agregó: “Conformamos AReCIA con la finalidad de promover políticas públicas de fomento para la producción periodística y editorial autogestiva, la historia de nuestro país está signada por el devenir de las revistas culturales. Promovemos la defensa de un sector que genera más de mil fuentes laborales y la mayoría de las personas que trabajan en las revistas son mujeres”.

Colectivo Al Margen es una organización social que promueve la inclusión y la cultura del trabajo en Bariloche. Desde hace 16 años, su equipo de comunicación popular autogestiva compuesto por la Revista Al Margen, un programa de radio semanal y una página web visibiliza la agenda de la región. Mariela Martínez, integrante de la institución, contó  que actualmente la revista no está saliendo a la calle porque “la situación de cuarentena no permite venderla y ni pagar la impresión. El primer y único número que sacamos este año fue digital, no obtuvimos ingresos económicos por ese número”.

En cuanto a la organización de la revista, Martínez agregó que “el trabajo de autogestión es el más arduo, lleva mucho tiempo estar atentos y atentas a dónde se puede buscar ingresos, pero es también lo que asegura la independencia del medio en cuanto a lo que publica y a poder seguir creciendo”.

Dentro del ámbito de la autogestión, las revistas de AReCIA fueron de las pocas que accedieron a un porcentaje mínimo de publicidad oficial durante el macrismo, que luego sería devorado por la inflación e interrumpida (sin retorno) con la excusa de la veda electoral. En la actualidad, las autoridades nacionales mantienen un diálogo abierto con el sector pero no renovó el convenio fijado en 2013 que otorga a las revistas culturales una pauta compensatoria en detrimento de los beneficios que reciben las corporaciones mediáticas. Al día de hoy, sólo 18 revistas reciben pauta oficial.

El 88,6% de los editores informó que desde noviembre de 2019 sufrieron incrementos de costos.

Revista Link!, de Tucumán, también  vive un momento duro: “La situación es la que compartimos con la mayoría de las publicaciones del país. El fuerte ajuste desde hace cinco años nos ha obligado a achicarnos, a pagar menos colaboradores y por esas mismas razones no pudimos continuar la edición en papel. A lo largo del tiempo recibimos pauta del gobierno nacional, provincial y municipal pero siempre en forma discontinua”, contó Adriana Gil, editora de la revista que aborda temáticas vinculadas a los impactos del neoliberalismo en la región.

En 2013, AReCIA impulsó un proyecto de Ley de Fomento a las Revistas Culturales Independientes y Autogestivas: “Esta ley, además de saldar una vieja deuda de la democracia con el periodismo cultural independiente al reconocer nuestro  trabajo, proponía la creación de un registro de publicaciones, un fondo para la producción independiente, concursos de estímulo, líneas de crédito accesibles”, comentó Pécora. La iniciativa ingresó al Congreso en 2013 y 2015 pero nunca fue tratada.  

“La Ley de Fomento sería una herramienta de gran ayuda para balancear el escenario de las revistas culturales en el país. Hablo de escenario y no de mercado que es el que está restringido para nuestras publicaciones y que se encuentra absorbido casi en su totalidad por el predominio de los grandes medios comerciales. Venimos en franco retroceso”, afirmó Gil.

Femiñetas es un periódico impreso ilustrado y en viñetas, feminista y  transoceánico, con un pie en Rosario, Santa Fe, y otro en España. Lleva casi dos años y siete ediciones, ilustradoras de Argentina, Méjico, Colombia, Brasil y 190 colaboraciones: “Somos un medio interdependiente, como decimos. No somos individuales sino colectivas. La situación de Femiñetas actual no es la que deseábamos, el contexto económico no ayuda, estamos pagando todavía las últimas cuotas de imprenta de la edición N°7”, comentó la rosarina Flor Coll, su directora.

Destacó, además, el rol fundamental que juega el Nodo Rosario de AReCIA y afirmó que “es necesaria una verdadera protección estatal al sector.  Coll completó “Es sumamente importante la posibilidad de seguir planteándonos desafíos en la narrativa, en el lenguaje y en la producción de sentido. Porque en definitiva lo que buscamos desde nuestros medios, desde nuestras miradas tan diversas, es la disputa del sentido”.

Malas Artes , en tanto, es la primera revista autogestiva de arte de la ciudad de Tandil. Este año tendrá una sola edición, redujeron su tamaño y modificaron la impresión: “Nos financiamos con nuestro dinero y contamos con algunas empresas privadas y universidades públicas que bancan el costo de impresión. Dependiendo mucho de los auspicios con los que contamos va variando el aspecto de la revista”, relató Dolores Tuculet, directora de Malas Artes. Sobre los valores que impulsan la edición sostuvo que “hacer una revista impresa es más bien revolucionario. La información virtual es espontánea e instantánea. Una revista la tenés toda tu vida, la agarras en cualquier año y representa una época, representa un momento. Es revalorizar el papel y ampliar el acceso a la cultura”.

Desde 2012, AReCIA realiza un censo anual entre sus asociados: “Año a año, el Informe es una radiografía de un sector dinámico que tiene un largo recorrido, que trata una gran diversidad de temáticas y cuya frágil situación económica advierte la necesidad de políticas que fomenten el pluralismo informativo. Sea el añorado proyecto de Ley para las Revistas Culturales, o propuestas multisectoriales como la «Iniciativa para el Fomento de la Pluralidad y Diversidad Informativas», la acción es urgente. Antes de que sea muy tarde”, afirmó Pécora.