Sin pan y sin trabajo

Sin pan y sin trabajo

«Respeten al país que los recibió», decía un cartel escrito y desplegado hoy en la manifestación que llevaron adelante los distribuidores de Fargo que desde diciembre reclaman que la empresa panificadora comprada en 2011 por Bimbo México los indemnice. Otros estaban escritos por sus hijos: «Bimbo osito feo». Los carteles iban pegados en sus propios camiones y fueron en caravana desde la planta de Pacheco hasta la intersección de las avenidas 9 de julio y Corrientes, donde quedaron parados durante dos horas y media.

Luego de haber reclamado por las vías legales correspondientes, los trabajadores continúan sin respuestas de la empresa mexicana Bimbo -dueña total de Fargo en Argentina a partir de 2011- desde que los desvincularon sin pagarles indemnización el 2 de diciembre último. Luego de la movilización, los trabajadores que se acercaron hasta Capital Federal desde todas las provincias en conflicto, presentaron un petitorio en Casa de Gobierno para reclamar por las desvinculaciones impuestas a los distribuidores; los despidos en las plantas panificadoras y el incumplimiento de la Ley Antimonopolio que rige desde que Bimbo compró Fargo en Argentina. Un funcionario del Gobierno recibió el documento y les aseguró una respuesta para dentro de diez días.

Los distribuidores de Fargo se manejaban hasta el momento como pymes independientes que le compraban a Fargo asumiendo el costo, y luego vendían a clientes propios. Bimbo  se está quedando con sus fondos de comercio sin indemnizarlos por la clientela. Juliana Michele tiene 25 años y es distribuidora en Rosario. La PyME familiar arrancó hace 33 años. «Mi papá dejó la vida en esto, consolidó confianza con cada uno de sus clientes. Empezó en una bicicleta, hasta que pudo comprar el camión. A mí los clientes me conocen desde bebé. Me duele el alma porque Fargo no era así, dejaba crecer a los distribuidores pero desde que la compró Bimbo se creó un monopolio, nos vinieron a arruinar. Mi papá falleció hace tres años, estoy segura que no hubiese querido esto para nosotros. Si lo que quieren es dejarnos a un costado, por lo menos que nos paguen la indemnización que corresponde», dijo Michele a ANCCOM.

Horacio Arregui es distribuidor en San Martin desde hace 36 años. Para él lo que está ocurriendo fue planeado, ya que primero les achicaron los repartos y luego les ofrecieron un retiro voluntario. «Eran migajas lo que ofrecían. Hay gente que trabaja desde 1970. Gastan mucha plata mostrándose como una empresa que piensa en la familia, y en realidad no les importa nada», denunció.

Néstor Barchi, distribuidor en Rosario, explicó que el 80 por ciento de la venta de pan de molde en Argentina actualmente está a cargo de Bimbo, porque al comprar Fargo, obtuvo a Lactal y Sacaan. Además, Bimbo ya poseía a Trigor, y en 2015 compró parte La Salteña. Por esto, los distribuidores también buscan que se cumpla la Ley Antimonopolio. Néstor agregó: «Cuando Bimbo se desprenda de empresas va a haber competencia de calidad y precios, y va a ser bueno para el consumidor. Bimbo bajó la calidad de Fargo cuando la adquirió».

«Nos culpan a nosotros del desabastecimiento, pero es la excusa que dicen para mandarnos la carta documento. Ellos nos empezaron a desabastecer a partir de que no aceptamos la zonificación que querían imponer. La zonificación no se aceptó porque en Mendoza, cuando la implementaron, nuestros compañeros se fundieron», dijo Marcela Parody, distribuidora junto a sus hermanos y su padre.

Los conflictos de la empresa no son sólo en la distribución. Durante 2016 en las plantas fueron despedidos 108 personas en Pilar, 40 en Hurlingham y San Martín, cuatro en Avellaneda, 21 en Córdoba, 30 en la empresa Sacaan, y hay 22 trabajadores rosarinos en conflicto; sumado a los más de cien despedido que ya había realizado la empresa durante 2015.

Quieren pan, no les dan

Quieren pan, no les dan

«Bimbo me está robando los clientes», dijo uno de los 400 distribuidores de Fargo que quedó sin trabajo debido a que el Grupo Bimbo, su dueño desde 2011, decidió aplicar sus propias políticas de distribución en Argentina. Es decir, utilizar sus distribuidores en lugar de los que históricamente llevaban los productos Fargo a las góndolas. El personal histórico, con más de 40 años de trabajo, reclama una indemnización, ya que la clientela que construyeron pasaría a ser de Bimbo. El conflicto comenzó cuando Fargo les envió una carta documento desvinculándolos de la empresa.

La distribución de la empresa Fargo funcionaba, hasta el momento, a través de Pymes independientes. Cada distribuidor poseía su propio camión, mantenía una relación comercial con la empresa panificadora y asumía el costo de la compra de los productos. Luego, los vendía a sus propios clientes, como por ejemplo almacenes o supermercados. Forjaba una relación de confianza con el cliente. El primer cambio que dispuso el Grupo Bimbo en la distribución fue disponer la zonificación de la clientela, lo que significa que a cada distribuidor se le otorgaría una zona elegida por la empresa, en vez de atender a la cartera propia de clientes. «Cuando en Mendoza se dispuso la zonificación, los distribuidores acordaron porque era el primer lugar en el que se hacía y no se sabía el riesgo. Hoy hay un montón de compañeros que quebraron», dijo Darío Fantone, distribuidor de Fargo desde hace 21 años, referente de Rosario. A partir de la zonificación -explicó- se les otorgan lugares de baja densidad poblacional y la clientela forjada durante años pasa a ser tomada por distribuidores propios del Grupo Bimbo. En el caso de los distribuidores independientes, las promociones y los precios cuidados los asumen ellos mismos. Ahora, aseguran, estos costos quedarían en manos de la empresa por lo que se daría una situación de competencia desleal y les sería imposible competir en precios.

 

La abogada Alicia Vargas, defensora de los distribuidores, explicó que lo que buscan es que se haga cumplir la regulación del contrato de distribución que se especifica en el artículo 1511 del Código Civil: «La ley prevé dos tipos de indemnizaciones. Si el contrato de distribución se termina por cualquiera de las partes incluso de común acuerdo, establece una indemnización por clientela, que es el equivalente a un año de la rentabilidad del distribuidor. Por otro lado, también hay otra indemnización si la empresa rompe el contrato de manera imprevista, porque como son contratos de larga duración el distribuidor tiene su inversión a disposición de ese trabajo, en compra de unidades de transporte, productos y demás, por lo cual se le tiene que avisar con anticipación la ruptura del contrato para que tenga la posibilidad de readecuar su negocio. Cuando eso no se da, corresponde abonar la indemnización por preaviso, que está prevista en un mes de rentabilidad por cada año de antigüedad.  Hay distribuidores que tienen entre 45 y 50 años de antigüedad. Lo que les quieren dar a los trabajadores es sólo un 20 por ciento de lo que les corresponde».

Además, el histórico contrato de distribución dice que de ser pertinente puede considerarse la regulación de los contratos de agencia, concesión o franquicia, los cuales establecen las condiciones de labor de un mediador entre el productor y el consumidor. El intermediario es quien acerca el producto a partir de conocer la modalidad y requerimientos de la mercadería en una región específica. No obstante, el distribuidor cuenta con una particularidad: asume la compra del producto, por lo que su clientela pasa a ser un fondo de comercio.

Guillermo Varela, distribuidor referente de Pilar, dijo que el Grupo Bimbo en el exterior no está acostumbrado a pagar indemnizaciones, y quiere aplicar lo mismo en Argentina. Además, el trabajador expresó: «Nos culpan a nosotros de que las ventas de la empresa bajaron, pero la empresa Bimbo sube los precios. Bajaron la calidad de los productos de Fargo desde que la compraron, nosotros hicimos el reclamo en su momento y nos prometían que iban a cambiarlo en unos meses. Esto sumado a la suba del dólar, y la situación económica actual, hace que nosotros quedemos fuera del mercado». Recientemente, a Varela le prohibieron el ingreso a la empresa, y no le dieron productos para vender.

El reclamo está unificado a partir de una junta federal de la que participan trabajadores de Córdoba, Mendoza, Rosario, distintas zonas de Buenos Aires, entre otros; y se expresó de diversas maneras para hacerse visible. «En la Secretaría de Comercio nos dicen que están trabajando en el tema, pero ya hace tres meses que dicen lo mismo», señaló Fantone. El 24 de noviembre, en la inauguración de una planta de Bimbo en Malvinas Argentinas, provincia de Córdoba, los distribuidores se manifestaron para mostrar su situación y también la de trabajadores de planta que están siendo despedidos, como los 108 trabajadores de la panificadora de Pilar que echaron en septiembre. La policía los detuvo 300 metros antes de llegar. Horacio Arregui, distribuidor de la zona de San Martin, con 36 años cumplidos de trabajo, dijo: «Somos gente grande y con años de experiencia. Ese día, compañeros nuestros tuvieron que ser hospitalizados». Además reflexionó: «Muchos de nuestros compañeros están en juicio, otros despedidos, otros ya quebraron. Con nuestra labor movilizamos la economía, generamos más puestos de trabajo. En la situación  actual, más de 400 familias de distribuidores llegan a fin de año en la incertidumbre».

 

Actualizado 14/12/2016