“Dejamos una Argentina que ha renacido”

“Dejamos una Argentina que ha renacido”

“Quiero saludar con todo mi afecto y reconocimiento al maravilloso pueblo argentino en una jornada democrática ejemplar en donde la voluntad popular ha elegido al nuevo presidente, al ingeniero Mauricio Macri a quien acabo de saludar, deseándole éxito por el bien de nuestro país”, dijo el candidato a presidente de la Nación por el Frente Para la Victoria, Daniel Scioli, a las 21.35, cuando la derrota era hecho. Después de horas de expectativa en el Centro de Campaña, Scioli apareció en el escenario de Hotel NH junto a su esposa Karina Rabolini, su hija Lorena y su equipo de campaña. Los ánimos estaban caídos y tres horas y media después de finalizados los comicios se daba por finalizada la elección a presidente de la Nación en una jornada histórica: por primera vez se definió el ocupante del Sillón de Rivadavia a través de un balotaje.

Faltarían todavía un par de horas para que el escrutinio final determinara la victoria de Cambiemos con el 51,4% de los votos contra 48,6%  de Scioli. Fueron apenas 2,80 puntos de diferencia que representan 705.000 votos sobre un total de 25 millones.

Scioli agradeció a la militancia y a los más de diez millones de ciudadanos que le dieron su apoyo.

Scioli agradeció a la militancia y a los más de diez millones de ciudadanos que le dieron su apoyo y recorrió los logros en materia económica y políticas sociales en estos doce años de gobierno: “Dejamos una Argentina que ha renacido, con su fuerza emprendedora que se ha industrializado, un país que dejamos con la enorme tarea de tomar la posta, con la tasa más baja de desempleo de muchísimos años, con la tasa más baja de desendeudamiento desde el año 1976. Nuestro país no tenía esta libertad de independencia económica”. Asimismo, remarcó los logros en estos años en materia de educación: “Una Argentina que ha puesto en la educación un pilar fundamental de inclusión social generando innumerables oportunidades a los jóvenes de cara al futuro. Una Argentina que ha puesto a la ciencia y la tecnología como una política de Estado, con científicos que han vuelto a nuestro país para contribuir al progreso, al desarrollo de nuestro país”. Agradeció a su compañero de fórmula Carlos Zannini y recalcó que el pueblo, profundamente demócrata, ha elegido una alternativa. Agregó que espera que Dios ilumine por el bien de todos los argentinos.

Frente a la tendencia de los resultados, en ese momento con el 63,26% de las mesas escrutadas y con 7 puntos abajo con respecto a Mauricio Macri, expresó: “Los resultados ya muestran una tendencia definitiva y por eso me parece muy oportuno llegar desde lo más profundo al corazón de cada argentino y decirle que como he hecho a lo largo de mi vida, siempre voy a buscar el lugar que sea, para poner a la bandera argentina bien en alto”.

Asimismo manifestó su vocación de servicio y el amor por su país: “Siempre, hasta el último suspiro, voy a estar con esa vocación de servicio y con ese amor por la Argentina, para poder ayudar especialmente a los que más necesitan al Estado al lado suyo para que puedan seguir definitivamente adelante”.

Dijo, además, que defenderá a los compañeros trabajadores ya que son la base fundamental del movimiento justicialista, y el Centro de Campaña se llenó de emotivos aplausos. Puntualizó además que el Estado es el centro fundamental de todas las iniciativas que han generado seis millones de puestos de trabajo, la inclusión de tres millones de jubilados, y políticas de salud con un calendario de diecinueve vacunas y que, gracias a ello, se ha logrado la tasa más baja de mortalidad infantil.

A las 18:26, Alberto Pérez había dado la primera declaración a la prensa: «Hoy ganó la democracia en la Argentina”.

Las primeras palabras en el Hotel NH las había acercado  Alberto Pérez, jefe de campaña del FPV, a las 18.26: “Hoy ganó la democracia en la Argentina”. Se sabe, en la política argentina cuando alguien reivindica el triunfo de la democracia es porque su partido perdió en las elecciones.

Fue a las 19:30 cuando el país entero conocería los primeros resultados de la elección. La tensión crecía a cada minuto y las caras de preocupación y nerviosismo se respiraban en el Centro de Campaña del Frente para la Victoria. En el Centro de Campaña de Cambiemos ya se festejaba un resultado que aún no era oficial, mientras que en el de Scioli, se esperaba con cautela.

Las caras de desconcierto iban en aumento, mientras aparecían los datos oficiales. El equipo que acompañaba a Daniel Scioli subía y bajaba los pisos del hotel NH, donde se reunió el espacio kirchnerista para esperar los resultados del balotaje a presidente de la nación. Por su parte los bombos de la militancia, ya presente en las afueras del Centro de Campaña, se hacían escuchar en las inmediaciones de la Plaza de Mayo con la esperanza de que los datos oficiales revirtieran las tendencias

A pesar de la derrota consumada, miles de militantes de distintas agrupaciones del FPV -Nuevo Encuentro, La Cámpora, el Movimiento Evita, entre otras- esperaron en las inmediaciones de Plaza de Mayo, el tradicional espacio de las manifestaciones políticas argentinas. Se quedaron allí, aún conociendo los resultados. Lágrimas, abrazos contenedores y cantitos que proliferaran en forma de promesa: “No pudo López Rega, no pudo Isabel, no podrá Mauricio Macri, acá estla la JP”, era uno de las consignas.

Una hora después llegó el director de ANSES Diego Bossio: “Es una elección en la cual nos sentimos muy orgullosos, estamos convencidos que de la democracia se ha fortalecido en todos estos días, se han fortalecido las ideas, se han puesto en consideración dos visiones sobre la Argentina, y hoy se escuchó la voz de las urnas”. Luego de las palabras de Scioli en el búnker del Frente para la Victoria la tristeza no tenía fin, algunos trataban de explicar lo sucedido, otros simplemente manifestaban incredulidad.

Los rostros de la militancia en la Plaza de Mayo.

Poco a poco el Centro de Campaña fue quedando vacío, aunque la militancia, siempre presente, no paraba de cantar y acompañar al candidato que no llegó a ser presidente de la Nación. Abrazos solidarios y la promesa de que no dejarán que se atropelle ninguna de las conquistas sociales, acompañaros el final de la jornada.

Piloto de tormentas

Piloto de tormentas

La noche del último 11 de mayo, en plena campaña previa a las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) de agosto, aún no se sabía si sería posible un debate presidencial, pero Marcelo Tinelli ya había reunido en su programa a los tres presidenciables que, según las encuestas, disputarían mayor cantidad de votos en octubre.

“¡Señoras y Señores! –dijo Tinelli en el estudio de televisión de canal 13-. Vamos a presentar – frena, e interpela a sus productores- ¿Cuánto hace que no venía por acá? Primera vez que viene al programa en los últimos años ¿no?”. Y rápidamente vuelve a hablarle al público: “Viene de jugar la Copa Libertadores de América con su equipo de futsal de Villa La Ñata, en Paraguay. La persona que voy a presentar ahora es un amigo personal –continúa Tinelli -, lo conozco desde hace treinta años cuando vivíamos a una cuadra de distancia y yo iba a buscar los casettes a su casa para llevarlos a Badía y Compañía. Corría el año 1985 y él era un corredor de motonáutica muy groso, y yo era un periodista muy desastroso”.

La presentación duró alrededor de dos minutos. Jugaba con la ironía y la expectativa manteniendo la tensión de los televidentes en sus casas y del público presente en el estudio. Algunos sostenían carteles naranjas con la leyenda “Scioli 2015”. Agravando la voz, Tinelli continuó presentándolo: “Candidato a Presidente por el Frente para la Victoria, es el actual Gobernador de la Provincia de Buenos Aires”.

De pronto, volvió al tono jocoso y agitó: “¡Se viene la ola naranja! –se refería al color elegido en la campaña política de Daniel Scioli- ¡Qué grande! –agregó, como pensando en voz alta- Está casado con una gran amiga, una gran modelo y que si sigue laburando así –advirtió- yo la veo con un futuro político. Yo creo que en 2019… Karina Gobernadora” -tituló.

– “¿Vos decís?, le preguntó Marcela Feudale, la voz que lo acompaña a Tinelli hace más de veinte años desde VideoMatch y, ahora, en ShowMatch, un programa de humor popular argentino y de competencia de baile con alto rating devenido en un escenario determinante para políticos en campaña.

– “¡Olvidate!” –afirmó Tinelli y se quedó dos segundos pensativo- Iba a decir una grosería –sonrió cómplice– ¿Vio que Karina hace crema’?, con Karina los encremamo’ a todos y ¡adentro!” –propuso como eslogan.

Retoma la presentación: “Señoras y señores, un placer presentarlo acá. Fuerte el aplauso para presentar, acompañado de su mujer Karina Rabolini -toma aire y repite- fuerte el aplauso para presentar al señor Daniel Scioooliiiiiiiiiiiiiii”, dice Tinelli como relatando un gol.

La cámara ahora enfocó con un plano general  la escenografía que se abrió. Apareció Daniel Scioli de traje y corbata y, a su izquierda, tomándolo del brazo, Karina Rabolini con vestido negro hasta por debajo de las rodillas y un peinado alto. Cuando ambos llegaron hasta el conductor empezó a sonar la canción “Yo creo” del artista Ricardo Montaner, reconocido públicamente como amigo del candidato y que, en campaña, le regaló a Scioli la canción “Himno para la Victoria”.

 

“Quien iba a pensar Marcelo que treinta años después nosotros íbamos a estar acá, en un momento muy especial, de tu vida y de la mía. Vos soñando con presidir la AFA –Asociación del Fútbol Argentino- y yo con presidir la Nación”, le djo Scioli al conductor y se rieron en el estudio, mirándose cómplices.

Treinta años atrás, Scioli intentaba persuadir a Tinelli en Canal 13 para que el periodista deportivo difundiera sus carreras de lanchas offshore (“alejadas de la costa”) por TV casi al mismo tiempo en que se comenzaron a emitir en el prime time de Canal 9, luego de ser recuperado por Alejandro Romay asociado con Héctor Péres Pícaro y José Scioli, padre de Daniel.

El motonauta no sólo se encargaba de buscar emisoras sino también sponsors. Cuando en 1985 compró una lancha de carrera ni siquiera sabía si quería competir en motonáutica hasta que, en Punta del Este, Lelio González Elicabe, entonces subcampeón del mundo, se acercó a hablarle. Ese mismo día se subieron a la embarcación para correr. Las terribles olas y saltos que Elicabe imaginó asustarían a Scioli, generaron en él un efecto contrario: cuando llegaron a la orilla le pidió que le enseñara a manejar. Antes de Scioli, la motonáutica era un deporte conocido por pocos. Los que navegaban en el Delta los fines de semana no pensaban en competir en Europa y menos en televisarlo. Scioli obtuvo ocho títulos mundiales. “Cuando llegaba a la meta, sabía dónde estaban las cámaras. Y quedaba siempre de frente a ellas”, contó González Elicabe al diario Perfil.

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“Yo hace treinta años que estoy con Daniel. Si hay alguien que tiene carácter y personalidad es él. Siempre ha defendido sus convicciones sin ser agresivo. Siempre ha vivido con mucha pasión, siempre con su estilo y hasta la misma Presidenta –Cristina Fernández de Kirchner- ha dicho que son distintos”, dice Karina Rabolini en el piso de Telenoche junto al candidato, su pareja.

Se conocieron el 23 de noviembre de 1986 en el Delta y ese mismo día él la invitó a cenar a su departamento de soltero, ubicado en Callao y Posadas. Al poco tiempo se mudaron juntos. Ella era una modelo, oriunda de Elortondo -Santa Fé-; él, un famoso deportista de motonáutica. Se llevan diez años de diferencia. Desde el comienzo fueron una pareja mediática que, con peleas y reconciliaciones, coparon tapas de las revistas del corazón. “Siempre fue un tremendo sostén en mi vida, un extraordinario compañero. Es un hombre con una gran fuerza de voluntad y con el optimismo de que las cosas se pueden lograr”, afirma Rabolini a la revista Gente.

“Cuando perdió el brazo y lo fui a visitar a la clínica –agrega la modelo – me preguntó si todavía me quería casar con él, y me dijo: ‘Menos mal que fue el brazo y no otra cosa’.  Siempre tuvo armas para salir adelante. Estaba en terapia y pedía su manzana asada y su pastafrola”. Se casaron en 1991. Después de dos años, Rabolini se enteró por televisión que Scioli tenía una hija no reconocida de cartorce años que vivía en Rosario: María Lorena Rentería Beltrán, hija de Margarita Rentería Beltrán, ex empleada de Casa Scioli, donde había conocido a Daniel.

El libro Scioli Secreto, que presentaron este año los periodistas Walter Schmidt y Pablo Ibañez, da cuenta de que a los once años Lorena, que seguía la vida pública de su padre por los medios de comunicación, logró ver a Daniel sólo unos minutos cuando se enteró que lo habían internado en una clínica de Rosario a la vuelta de su casa cuando tuvo el famoso accidente en lancha. La niña convenció a su madre para que la llevara al sanatorio diciéndole: “Tengo miedo que se muera sin conocerlo”. Después de advertencias del médico sobre el peligro de un shock emocional que podría causarle este encuentro, Lorena desistió de entrar a terapia intensiva, pero sin embargo pudo conocer a su abuela Esther Méndez -madre de Scioli- en la sala de espera. Actualmente, y con el paso del tiempo, desde que la situación se volvió pública Scioli construyó y mantuvo un vínculo estable con Lorena, y esa incorporación sentimental se hizo extensiva a Rabolini.

A pesar de que en 1998 Rabolini y Scioli se divorciaron, en 2003 volvieron a formar pareja. “Que me devuelva la plata del divorcio y nos volvemos a casar”, le dice bromeando Daniel Scioli a Susana Giménez en el programa que la presentadora conducía en Telefé una noche de 2013. La conductora lo entrevistaba junto a Rabolini. “La plata ya me la gasté”, contestó la modelo sonriente mirando a Susana.

Siempre que puede Rabolini expresa el orgullo que le provoca la Ley de Fertilización Asistida que promovió Scioli como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires y que luego se extendió a nivel nacional, porque ella asegura que vivió en carne propia la imposibilidad de tener hijos, ya que durante un largo tiempo intentaron concebir mediante tratamientos pero no pudieron lograrlo.

Actualmente, viven en la residencia ubicada en Carlos Belgrano al 4500 sobre el Río Luján, en una zona conocida como Villa La Ñata, en la localidad de Benavídez. Se mudaron allí a fines de 2006 para que Scioli pudiera candidatearse a Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.

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Bunker Frente Para La Victoria, Elecciones presidenciales 2015. Luna Park, 25 de Octubre 2015.

“Cuando lo conocí él ya era Gobernador de la Provincia de Buenos Aires. La mayoría de nosotros jugábamos en clubes de barrio y fuimos a lo de Daniel por amigos en común. Desde el primer momento, cuando íbamos a jugar futsal a la casa nos trató como uno más, como compañeros de equipo. Él siempre trata de alentarnos, siempre tira para adelante”, le confiesó a ANCCOM Ismael Maldonado, integrante del equipo en el que juega Scioli.  

Frente a su residencia de La Ñata, Scioli levantó Villa La Ñata Sporting Club. En el lugar, como era de esperar, predomina el color naranja. Una virgen grande en una esquina, un retrato con el Papa Francisco en la otra. La cancha de parqué en la que entrenan futsal equipos de distintas categorías y diferentes edades está rodeada de estatuas: Mandela, Alfonsín, Perón, Evita, Messi, El Che, Tévez, Maradona y Samid, entre otras. Colgados en palcos y en las paredes aparecen carteles de Scioli Presidente 2015.

Scioli juega en el equipo de primera. En la cancha, le dicen Pichichi (como se los denomina a los goleadores en España). “Yo vi que él evolucionó mucho a comparación de lo que era cuando empezó a jugar y eso es por la garra que le pone. Porque él antes no jugaba al fútbol, pero aprendió”, explicó a ANCCOM Lucas Argañara, compañero de equipo. De chico y adolescente, Scioli, practicó natación, básquet, pelota paleta y llegó a ser federado en tenis, pero no solía practicar fútbol. “Cuando le toca entrar a la cancha a Daniel –continúa Argañaraz- nosotros hacemos todo lo posible para que se sienta cómodo y se divierta. Él encuentra acá su descarga, toma el futsal como un cable a tierra”.

“Con el equipo, hemos compartido muchos momentos inolvidables, gracias a Daniel: conocimos a Maradona, Tévez, Agüero, Pichot, Los Pimpinela, Cacho Castaña, jugamos en Fuerte Apache, fue muy lindo jugar con toda la gente mirando el partido desde los monoblocks”, contó a ANCCOM Argañaraz.

“Daniel nos ha invitado a su casa a ver videos, partidos. Más allá de él como jugador, a mí lo que más me gusta es su presencia – subraya a ANCCOM el DT del equipo, Guillermo Freire-, porque para el equipo es motivador, tiene una mentalidad ganadora, siempre hacia delante y eso sirve. Él nos ha contado una anécdota: cuando lo fueron a rescatar cuando tuvo el accidente él pedía por su compañero, ‘dónde está el tano’, decía, ‘vamos a buscarlo’. Cuando finalmente vio al tano le dijo: ‘Cuando volvamos, vamos a salir campeones del mundo’. Dicho y hecho, volvieron y salieron campeones del mundo. Es un hombre con convicciones y emprendedor”.

Camisetas de muchos equipos visten el techo del bufet del club. Desde ahí se escucha aterrizar el helicóptero del Gobernador.

 

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Cuando Scioli llega a su casa en La Ñata, algunas noches se encuentra con Alberto Samid a compartir el ajedrez. “Ahora estamos jugando la copa “Papa Francisco”. Jugamos a eso de las diez de la noche, cuando él termina sus tareas, cenamos y hacemos una partidita. El que llega primero a 100, gana la copa. Lleva mucho tiempo, una copa dura tres o cuatro meses y llevamos como 6 o 7 copas ya”, dice Samid a ANCCOM.

“La mayor virtud que tiene como candidato es que se preparó toda la vida para ser presidente, tiene la edad justa, tiene una relación con todos los países de Latinoamérica extraordinaria, con Brasil, Uruguay, Paraguay. También un vínculo fuerte con el Papa Francisco, que era Bergoglio antes. Todo eso es muy importante. Relaciones en todas partes del mundo, tiene las puertas abiertas en todos lados”, resume Samid.

Daniel Osvaldo Scioli nació el 13 de enero de 1957 en Villa Crespo y a corta edad sus padres, José Scioli y Esther Mendez, se mudaron a Ramos Mejía, Provincia de Buenos Aires, donde vivió hasta la adolescencia. Es el mayor de tres hermanos: José “Pepe” Scioli  y Nicolás Scioli – hijo de José Scioli y Lilia Neumann-.

Cursó sus primeros estudios en el Colegio Ward de Ramos Mejía, y luego estudió en en la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini, dependiente de la UBA, donde egresó como Perito Mercantil. De su paso por allí, en una época de ferviente militancia, sus compañeros lo recuerdan más como un “banana” que como alguien inmiscuido en cuestiones políticas. Más tarde eligió la carrera de Comercialización en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) pero, ante el secuestro de su hermano José, en 1975, decidió demorar su finalización. José había sido secuestrado por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y liberado, posteriormente, a cambio de un rescate en efectivo que pagó su padre.

En 2015, volvió a retomar sus estudios en la UADE. Obtuvo el título de Licenciado en Comercialización el 5 de octubre del mismo año tras rendir en condición de libre las últimas materias que le restaban y defender su tesis de grado, dedicada a investigar el funcionamiento de la firma Durax,  una empresa emblemática de la industria argentina que, tras su quiebra en medio de la crisis de principios de siglo, ahora es autogestionada exitosamente por sus trabajadores.

José Scioli padre fue dueño por herencia de la cadena de electrodomésticos Casa Scioli, también una firma emblemática en la Ciudad. Con esa empresa, su familia adquirió importantes ganancias y una buena posición económica. Desde adolescente, Daniel trabajó junto a en la compañía famliar, de la que formó parte del directorio hasta 1989 cuando sufrió el famoso accidente en la carrera de lanchas. Casa Scioli quebró en el contexto de apertura económica y del libre mercado generado por políticas menemistas -que el mismo Daniel Scioli defendió en su momento- y que posicionaron mejor a productos importados en detrimento de la industria nacional.

Paralelamente a su carrera deportiva, en plena época menemista, Daniel Scioli se dedicó a la actividad empresarial: en 1989 fue contratado por la firma sueca Electrolux y desde 1994 gestionó  la instalación de la empresa en la Argentina hasta convertirse en director, posición que mantuvo hasta fines de 2006.

El lunes 4 de junio de 1989, la lancha de Scioli y Luca Nicolini, su copiloto del equipo de Fabio Buzzi, iba a más de ciento cincuenta kilómetros por hora cuando pasó por la derecha de un barco carguero que, segundos antes, había provocado olas peligrosas e impredecibles. Ambos volaron hasta caer y flotar en el río Paraná cerca de Ramallo, Provincia de Buenos Aires. “Una mancha de sangre apareció alrededor del cuerpo de Scioli. Mareado y dolorido, no sabía que un gajo de plástico de la lancha le había rebanado el brazo derecho, unos quince centímetros arriba del codo”, cuentan los periodistas Walter Schmidt y Pablo Ibañez en el libro biográfico Scioli secreto.

Cuando Carlos Menem, por entonces Presidente de la Nación, lo vio por primera vez después del accidente, le dijo: “Daniel, los mejores días están por venir”. Puede decirse que sin siquiera pensarlo ahí empezó su carrera política pero hasta 1997, aún después de la pérdida del brazo, Scioli, continuó corriendo carreras de lanchas y trabajando como distribuidor de Electrolux en Argentina. Sin embargo, a partir del año 2006, por diferencias con la empresa, decidió cambiar de “rubro”. Su vida era sumamente mediática y popular. Esa particularidad le garantizó altos niveles de imagen positiva y fue uno de los factores fundamentales que le permitieron abrirse camino como político argentino. Carlos Menem se convirtió rápidamente en su padrino político. Sin embargo, Alfonsín, dirigente radical que conoció gracias a su padre José Scioli, fue quien había despertado primero su inquietud por la política.

“Nos interesó hacer un libro sobre Daniel Scioli porque es un bicho raro de la política – contestó el escritor Schmidt a Infobae-. Es alguien que la gente no considera un dirigente tradicional, lo ven más como alguien relacionado con la farándula o el mundo empresarial, y lo que nos dimos cuenta es que es un personaje conocidísimo públicamente, no hay particularmente nadie en la Argentina que desconozca quién es Daniel Scioli, pero todos ignoran cómo es su vida y qué proyectos e ideas tiene”.

“Creo que el peronismo es un espacio político que le vino muy bien a Scioli para manejarse en esas aguas turbulentas y con diferencias ideológicas –agrega Schmidt- Siempre ha sido leal a su jefe del momento y esta es la primera vez que no tiene uno, más allá de que la líder sea Cristina Kirchner. Esas lealtades son valoradas y le permitieron posicionarse”. Tanto en su faceta política como deportiva Scioli se convirtió en un sobreviviente: ocupó cargos públicos durante los gobiernos de Carlos Menem, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández y los atravesó indemne.

Desde 1997 fue Diputado Nacional por el Partido Justicialista de la Capital Federal hasta 2001, luego fue reelecto pero estuvo en su cargo unos pocos meses hasta que Duhalde, Presidente de la Nación elegido por la Asamblea Legislativa, lo designó Secretario de Turismo y Deporte de la Nación. Luego, en 2003, acompañó a Néstor Kirchner en la fórmula presidencial como Vicepresidente de la República Argentina, cargo que desempeñó hasta 2007. Desde entonces hasta la actualidad es Gobernador en la Provincia de Buenos Aires, zona geográfica que concentra más de dieciséis millones de habitantes.

“Estamos parejos –continúa Samid-.  Él –por Scioli- juega muy bien, pero según como esté, a veces le va bien, a veces le va mal, tiene muchas tensiones. Por ahí estamos jugando y llama (el ministro de Justicia bonaerense Ricardo) Casal y le dice: ‘Hay un muerto allá’, o llama Salud y hay un problema y se desconcentra, eso me favorece a mí, porque lo distrae”, cuenta el empresario frigorífico a ANCCOM. Lo llaman a cualquier hora sus ministros. Es muy trabajador, es un hombre quelabura hasta 15 o 16 horas por día”.

Algunas de las características que más se destacan sobre el candidato a Presidente por el FpV en el libro Scioli Screto son su lealtad, el humor ácido, la capacidad para mantener vínculos políticos aún en las peores condiciones, el espíritu competitivo, la devoción por salir en las fotos y el carácter templado, metódico y rutinario pero también pendiente de la rapidez, meticuloso y obsesivo. También en el libro se subraya su preferencia por la brevedad: de textos, discursos y  mensajes, explicando que por eso apela a valores universales que cualquiera pueda entender, como la fe, la esperanza y el optimismo constantemente. “Lo que nos quedó claro haciendo este libro –dice Schmidt, co-autor, a Infobae- es que Scioli tiene esta meta desde hace muchos años. Él no va a permitir que nadie se interponga entre él y su deseo de ser Presidente, salvo, claro, el voto de la gente”.

Elecciones 2015 en imágenes

Elecciones 2015 en imágenes

ANCCOM estuvo presente a lo largo de toda la jornada electoral, recolectando testimonios e imágenes exclusivas. A continuación postales de la elección presidencial 2015.

 

 

 

 

 

 

“Les pido a los independientes y a los indecisos que nos acompañen”

“Les pido a los independientes y a los indecisos que nos acompañen”

Pasada la medianoche en el centro de campaña del Frente para la Victoria (FpV), la intensidad de los bombos bajó abruptamente, se dejaron de agitar las banderas y las miradas comenzaron a cruzarse desconcertadas. Cuando se conocieron los primeros datos oficiales -que contradecían a todas las encuestas de los últimos días y al resultado obtenido por el FpV en las elecciones primarias-, la incredulidad inundó a la militancia y a los dirigentes que se habían reunido en el Luna Park con la certeza de que la jornada terminaría con un amplio festejo. Con el 96 por ciento de mesas escrutadas, la fórmula presidencial Daniel Scioli – Carlos Zannini superó por apenas dos puntos a la de Cambiemos, Mauricio Macri – Gabriela Michetti: 36 a 34. Con este resultado, habrá que esperar al balotaje del próximo 22 de noviembre para saber quién será el próximo presidente argentino.

La gran sorpresa de la noche la dio la candidata a gobernadora de Cambiemos en la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, que venció al actual jefe de gabinete nacional, Aníbal Fernández. El candidato del FpV –que estuvo ausente en el Luna Park y decidió no hablar con la prensa- perdió en el distrito más grande del país, donde el peronismo gobernaba desde 1987. Allí, Vidal obtuvo más del 39 por ciento de los votos, cinco más que su adversario y se convirtió en la próxima Gobernadora.

Con respecto a las elecciones presidenciales, la Constitución Nacional determina que, para consagrarse victoriosa en primera vuelta, una fórmula presidencial necesita obtener el 45% de los votos, o bien 40% y al menos diez puntos de diferencia por sobre el segundo para evitar la segunda vuelta. Para octubre, las encuestas anticipaban un posible balotaje, aunque advertían una diferencia entre ocho y once puntos entre el FpV y Cambiemos.

Ayer, antes de las 22 y aún sin conocer las cifras oficiales, Scioli fue el único orador del Luna Park. Acompañado por su mujer Karina Rabolini, su compañero de fórmula Zannini, parte de su eventual gabinete y un grupo de gobernadores de diferentes provincias. El discurso fue general, amplio y se interpretó como un rápido reconocimiento de que habría balotaje: “Con mucha humildad, les pido que nos sigan acompañando y, a quienes eligieron otra propuesta, los convoco muy especialmente, porque llegó el día en que, para un argentino, no hay nada mejor que otro argentino”, dijo parafraseando al fundador del justicialismo, Juan Domingo Perón. En esa misma dirección llamó “a los indecisos e independientes” a apoyarlo en la segunda vuelta, que se llevará a cabo en casi un mes.

En lo que más que un acto celebratorio se convirtió en el primer discurso de campaña en vistas a la elección que viene, Scioli aludió a múltiples e históricas fuerzas políticas del país: “Creo, como Perón, que todos unidos triunfaremos; creo, como el padre de la democracia, el doctor Raúl Alfonsín, que con la democracia se cura, se come y se educa; creo como los socialistas y progresistas en el valor de la igualdad. Fundamentalmente creo, como Néstor, que las convicciones no se dejan en la puerta de la casa de Gobierno. Creo, como nuestra presidenta Cristina, que la patria es el otro y creo, como el Papa Francisco, en la necesidad de construir cada vez más puentes”.

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Si bien había dicho que volvería a hablar en el escenario a la medianoche, cuando se conocieron los sorprendentes números oficiales, el candidato por el FpV se recluyó y mandó a decir a los periodistas que daría una conferencia de prensa el lunes al mediodía en el Hotel NH, de la calle Bolívar 160.

En el estadio, los militantes se habían convocado desde temprano, hicieron sonar intensamente sus bombos desde las 17 hasta pasadas las 21. Adentro, se mezclaban las banderas del Movimiento Evita, el Peronismo Militante, la Tupac Amaru y MILES. También estaban las de Grupo Descartes, Juventud Peronista y Descamisados, que bailban con el reggaeton y la cumbia de fondo.

Canciones de Nene Malo, Daddy Yankee, Agapornis, El Original y Los Totora fueron animando el ambiente, que se fue cargando de incertidumbre a medida que pasaba el tiempo y no aparecían los resultados oficiales, que se demoraron casi seis horas en anunciarse.

Entre la concurrencia se repartieron gorras, remeras, lapiceras, bufandas y paraguas. A la izquierda y abajo del escenario, se ubicó la Ola Naranja, conformada, entre otros, por jugadores e hinchas de futsal de Villa La Ñata Sporting Club, donde juega el candidato. Todavía ilusionado con una amplia victoria, el DT de La Ñata le dijo a ANCCOM: “Daniel es un excelente jugador, compañero, pero mejor será como presidente”.

004_Búnker FPV_VALADO_8944Fue notable la ausencia de las fuerzas más afines al kirchnerismo: La Cámpora, Nuevo Encuentro y Unidos y Organizados no estuvieron en el estadio. No obstante, el Luna Park se había inundado de militantes con merchandasing naranja y la leyenda “Scioli Presidente”. Bailaban coreografías y saltaban sin parar hasta que los invadió la sorpresa y la desazón.

“Macri es un capitalista al que, de un día para el otro, le gustan las políticas kirchneristas. Pero esas políticas son nuestras y las vamos a defender. La militancia va a continuar y va a seguir creciendo, porque los jóvenes quieren estar y quieren involucrarse”, intentaba convencer a ANCCOM Maximiliano Haritzhandy, militante de Ola Naranja.

A poco de cerrar los comicios, el primer colaborador de Scioli que se acercó a hablar con la prensa fue su vocero, Jorge Telerman, quien pedía prudencia y esperar los resultados oficiales. Al mismo tiempo, en el bunker de Cambiemos, Marcos Peña exultaba felicidad y aseguraba que habría balotaje.

Pasadas las 19 en el centro de campaña del FpV, Alberto Pérez, Jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, dijo a la prensa: “Todos los datos extraoficiales que tenemos marcan un contundente triunfo de Daniel Scioli, nuevamente va a ganar por una enorme diferencia. De todos modos vamos a esperar los resultados oficiales”.

Los resultados finales sorprendieron no sólo al FpV y a los encuestadores –que hablaban de diferencias de unos ocho puntos-, sino incluso a la propia dirigencia de Cambiemos. El 9 de agosto, en las PASO, el FpV se había impuesto con el 38,41% de los votos ante Cambiemos que obtuvo 30,07%. A partir de ahí tanto Scioli, Macri, como Sergio Massa, el tercer candidato de la alianza UNA, apuntaron a captar votos apelando al “voto útil” y a la peronización de sus discursos. El dirigente de Cambiemos se había propuesto alcanzar el balotaje. En cambio, Scioli apuntó a sumar a aquellos votantes “indecisos”, peronistas, radicales y socialistas para ganar en primera vuelta. Si bien ganó y obtuvo la primera minoría, en el Luna Park se instaló el sabor de la derrota.

006_Bunker FPV_Elecciones presidenciales 2015_ Foto- Laura Pasotti135

Durax, toda la vida

Durax, toda la vida

“Me parece un caso muy interesante de los trabajadores que se pusieron al hombro la recuperación de la fábrica”, explicó el candidato a Presidente Daniel Scioli a ANCCOM sobre la ex Cristalux.  La experiencia fue elegida por el gobernador bonaerense Daniel Scioli para realizar su tesis de grado de la Licenciatura de Comercialización en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). En la fábrica desconocían que dicha tesis estaba en proceso. Antonio Bucci, gerente general de la cooperativa, se enteró el mismo día de la presentación por un llamado telefónico del propio Scioli: “Me comentó toda la información que tenía, estaba muy bien informado de algunas cuestiones y me preguntó si había algo más que agregar. Le conté del nuevo proyecto que tenemos en marcha, una máquina que vamos a recibir en diciembre, la estamos comprando de Italia para fabricar frascos. Es un producto distinto, con las mismas características de la vajilla, a precio razonable y con la mejor calidad. Seguramente vamos a tener éxito y le vamos a servir al mercado”, detalló Bucci. Scioli, además, visitó la fábrica el pasado 17 de octubre de 2014. “Quizás algo de lo que vio o de lo que le comentaron los funcionaron lo motivaron para desarrollar la tesis”, agregó Bucci.

La vajilla Durax es un ícono de la industria nacional y hoy sigue en pie gracias a los trabajadores que sin certezas de éxito pero tomando como bandera el eslogan de la marca, apostaron con sus cuerpos por la recuperación de una fábrica que había sido saqueada, producto de la decadencia de los años ‘90. En 2002, luego de una vigilia de dos meses en carpa y a partir de la expropiación por parte de la provincia de Buenos Aires, formaron la Cooperativa Cristal Avellaneda, ejemplo de lucha y reconstrucción que hoy continúa viva y en constante crecimiento.

Hace dos años, la cooperativa también había participado de un proyecto de la Gobernación de Buenos Aires que se llamó Experiencia Exportadora. Junto a otras nueve empresas, recibieron ayuda profesional para armar un departamento de exportación: “Le pusimos mucha garra, mucho empuje –enfatizó Bucci–. Aceptamos todas las sugerencias del profesional para hacer las modificaciones aconsejadas. Viajamos, ofrecimos, insistimos. Hoy estamos exportando activamente a Uruguay y Paraguay, y en diálogo con la gente de Bolivia”.

Otro impulso importante para el crecimiento de la fábrica fue la sustitución de importaciones que establece un porcentaje de compra nacional. Empresas grandes se acercaron a Durax para cumplir con esta obligación. “Nos utilizaban, éramos su pasaporte para poder importar. Nosotros que podíamos abusar de esa situación, hicimos todo lo contrario, tratamos de afianzar un vínculo para que les sirva el negocio como negocio. Y hoy siguen con nosotros”, explicó Bucci.

 

Osvaldo Donato, asociado de la  Cooperativa de trabajo.

Osvaldo Donato, asociado de la Cooperativa de trabajo.

Hasta el ruido se habían llevado”

Osvaldo Donato, secretario de la cooperativa, entró a Cristalux en 1979 cuando había 2.200 obreros trabajando, cuatro hornos y una docena de máquinas en funcionamiento. Lejos estaban esas épocas de esplendor cuando, en 1999, se decretó la quiebra y 600 personas quedaron sin trabajo.

Durante los dos años que estuvo abandonada, la fábrica fue completamente saqueada. “Los vecinos nos avisaron de los supuestos saqueos pero nosotros no podíamos saber si era verdad o no”, contó Donato. Los obreros decidieron instalar un campamento en el portón del frente del edificio, sobre la avenida Hipólito Yrigoyen al 2008 en la ciudad de Avellaneda. En la carpa estuvieron desde el 25 de mayo hasta el 19 de julio de 2002 (“a las cinco menos cuarto”, recordó Donato) cuando se otorgó la tenencia del predio a la Cooperativa Cristal Avellaneda. “Cuando ingresamos, hasta el ruido se habían llevado –graficó Donato casi gritando sobre el ruido actual de la fábrica–. Este ruidaje siempre fue parte nuestro, lo teníamos como camiseta”.

Las imágenes de ese momento, que pueden verse en un DVD editado por la cooperativa en 2010, son desoladoras. Una voz en off, notoriamente dolida, relata los faltantes y los destrozos con los que se va topando mientras recorre el edificio con una cámara en mano. Las máquinas estaban rotas, se habían robado las herramientas, los motores; los bancos de trabajo estaban destruidos. “Los trabajadores pasaron de la alegría de la posibilidad de ingresar a su lugar de trabajo a la desazón de ver en qué condiciones estaba todo. Les habían sacado el estaño, el cobre, el bronce, todo lo valioso que encontraron lo sacaron y lo que no sacaron lo destrozaron. Fueron saqueos dañinos”, resumió Bucci.

 

Fueron 200 los obreros que participaron del primer ingreso pero, luego de ver el estado de destrucción y saqueo, sólo 40 obreros continuaron con el proceso de resistencia. “Acá los inicios fueron muy bravos. Teníamos la fábrica hecha pedazos y un país hecho pedazos”, recordó con tristeza Donato y contó anécdotas propias de cuando salían a “manguear” y no les creían que “semejante fábrica” no estaba funcionado, e historias de compañeros que simulaban ser vendedores ambulantes para viajar en tren sin pagar.

“Mucha gente dice que fue arrancar de cero o de menos diez pero fue mucho más abajo. Las mujeres estaban incansablemente picando porque el vidrio se pega al bloque y lo tenían que dejar liso”, contó Donato. Lo que tenían que dejar en condiciones eran bloques de las paredes del horno para reutilizarlos porque estaba arruinado. “Cerrar los grifos del gas es destruir los hornos. Los hornos funden a 1550 grados de temperatura y tanto el encendido como el apagado tienen que ser muy paulatinos, a través de los días, porque los ladrillos que lo forman no soportan un cambio de temperatura tan brusco. Ellos cerraron el gas con toda la materia prima adentro. Como se dice en la jerga, se congeló el vidrio adentro del horno y quedó inutilizado”, explicó Bucci.

Primero construyeron varios hornos chicos con los materiales reciclables de los hornos viejos, así trabajaron el vidrio de forma artesanal para juntar algo de plata vendiendo adornos. En 2005 consiguieron armar un horno de 32 toneladas y dos líneas de fabricación automática para fabricar platos y vasos. Pero se empezó a deteriorar y tuvieron que volver a los hornos más chicos, mientras acumulaban deudas cada vez más grandes.

El horno es el corazón vital de toda fábrica de vidrio. Los trabajadores pusieron el cuerpo para recuperarlo y defenderlo. En algún caso, incluso, llegaron a amenazar con prenderse fuego. Pero, independientemente de las deudas con Metrogas, la planta era insegura porque la precaria instalación de gas estaba llena de pérdidas y el servicio fue cortado por precaución.

En un acto en el año 2009 y durante un descuido de la custodia, Osvaldo Donato logró acercarse a la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner para decirle: “Presidenta, somos la gente de Durax, necesitamos ayuda, se nos cae la fábrica a pedazos”, mientras la tomaba del brazo. “Se me salía el corazón por la boca –recordó el secretario de la cooperativa–. Son palabras que no me voy a olvidar. La presidenta ya nos conocía porque había estado con nosotros en la exposición de Fábricas Recuperadas en 2008. ¡Gracias a Dios se acordó!”. De esta manera, los obreros consiguieron una cita con Guillermo Moreno, el entonces secretario de Comercio Interior. A partir de esa reunión, se organizó un gerenciamiento encabezado por Antonio Bucci. “Lo que noté desde el primer día en que empecé a caminar la fábrica es que había una necesidad y unas ganas de no quedarse sin trabajo. Yo contaba con esa ventaja enorme de las ganas de salir adelante de la gente y nos pusimos a trabajar. Fue fundamental la ayuda de Moreno en ese momento, que nos abrió la puerta para negociar con Metrogas el tema de la deuda”, contó Bucci quien, una vez cumplido el ordenamiento principal, eligió quedarse en la cooperativa al tiempo que se incorporó un equipo de profesionales para fortalecer el área de administración – la licenciada Cora Pena, el contador Jesús Barral Sánchez-. “Se quedaron en una fábrica que todavía estaba hecha pedazos, no es que estaba funcionando. Siempre digo la misma frase: se cargaron una fábrica al hombro”, destacó Donato.

Volver al origen

Cuando el único servicio que tenían era una canilla de agua, Amalia fue una de las cocineras que hacía magia en una olla grande que les habían prestado. Con lo poco que iban consiguiendo, sobrantes de carnes, bolsones de verduras y pan duro que recalentaban, fueron sobrellevando los peores momentos. “Ella era una de las cocineras –contó Donato–, estaba colorada porque se quemaban para que nosotros pudiéramos comer, rescatábamos lo que sea. Nos cagamos de hambre, de frío… Me saco el sombrero varias veces mientras respire y esté de pie por todo lo que se hizo acá”.

Amalia hace 32 años que trabaja en la fábrica: “Me siento orgullosa por lo que hicimos y le agradezco a mi familia que me apoyó muchísimo”, dijo con una sonrisa. Hoy ella arma las cajas que rezan “Hecho en Argentina” mientras de la comida se encarga Lucas, un cocinero que hasta abril estuvo trabajando en España y ahora organiza el menú semanal de la cooperativa: un almuerzo y una cena nutricionalmente equilibrados, que se sirven cada día en platos y vasos Durax.

Un desafío actual de la gerencia es no perder ese espíritu que los caracterizó: “Sobre todo al comienzo, se vivió el verdadero sentido de la palabra cooperativismo. Cuando el hombre se encuentra herido, vulnerable, es cuando más se abraza al resto para hacer un frente común al problema. Hoy en día nuestro principal objetivo es tratar de rescatar esa esencia. Por eso el nombre del comedor: ‘Volver al origen’ –explicó Bucci–. Hoy el comedor tiene dos plasmas, pero me gustaría recuperar la mística de cuando había una olla y lo poquito que había se compartía. El ser humano, a medida que va solucionando los problemas, se torna más individualista y egoísta. Se hace a veces difícil concientizar y no perder de vista cuales son los objetivos”.

Cooperativa de trabajo Cristal Avellaneda (Durax).

Cooperativa de trabajo Cristal Avellaneda (Durax).

En el momento de la quiebra fue difícil reinsertarse, el oficio del trabajador de vidrio es muy específico. Los obreros más calificados tuvieron mayores posibilidades de inserción en otras fábricas. En este sentido, es interesante observar que, en muchos casos, esas personas están volviendo de a poco a Durax. “Reincorporamos a Félix que se había formado en la época de Cristalux. Nunca había participado en la cooperativa pero es una de las personas que más saben de vidrio en Argentina y hoy está feliz de estar con nosotros”, señaló Bucci. O el caso de Daniel Canosa, que trabajó diez años en Cristalux, cuando quebró estuvo trabajando en empresas multinacionales y desde hace tres años volvió para desempeñarse como coordinador de Calidad. “Cuando yo me fui la fábrica estaba caminando bien. Y uno se emociona mucho por lo que era la fábrica y cómo la encontró después. Cuando todavía uno recorre algunos rincones de la fábrica da mucha pena. Cuando llegué, lo que ahora es mi oficina estaba llena de gatos, de mugre, toda derrumbada. Y hoy hay cuatro computadoras, microscopios, sala de ensayos. No había nada y hoy ver todo eso armado da mucha alegría”, detalló Canosa visiblemente emocionado.

Y es que la profesionalización del oficio y el compromiso con un proyecto que fuera más allá de la productividad debieron ir de la mano en este camino de recuperación. Mientras Bucci subrayó el importante crecimiento de la cooperativa, Donato rescató la libertad con la que van a trabajar y el amor por la camiseta: “En un momento donde las empresas crecen poco, nosotros estamos creciendo enormemente, porque no tenemos la especulación que existe en una empresa de capital donde el dueño regula todo”.

Recorrer la planta de la cooperativa Cristal Avellaneda es descubrir una historia de esfuerzo compartido que se esconde detrás de cada vaso y plato de vidrio. La emoción está a flor de piel en las paredes de una fábrica que está viva gracias a los trabajadores que decidieron hacerle frente a las leyes más violentas del mercado neoliberal de los ´90. Allí donde se intentaron saquear capitales y esperanzas y romper los lazos sociales es donde comienza la reconstrucción de un tejido que se apoya en la ayuda mutua, la responsabilidad, la democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad.