«El pueblo boliviano celebró una fiesta democrática»

«El pueblo boliviano celebró una fiesta democrática»

A un año de que la derecha y la OEA desconocieran la elección del 20 de octubre, el pueblo boliviano volvió a imponer su voluntad en las urnas y consagró como fórmula electa a Luis Arce y David Choquehuanca, pertenecientes al MAS, el partido liderado por Evo Morales, que arrasó con más de la mitad de los votos. En diálogo con AMCCOM Federico Fagioli relató lo acontecido en su experiencia como veedor en las elecciones del país vecino, Stella Calloni realizó un análisis de lo acontecido con una mirada regional y referentes de la comunidad boliviana en Argentina contaron cómo vivieron los comicios de este lado de la frontera. 

“El triunfo del MAS en el Estado Plurinacional de Bolivia es el triunfo de los pueblos de nuestra Patria Grande. Los sectores populares se impusieron para frenar el avance de un proyecto neoliberal, conservador, basado en la violencia, el racismo contra los pueblos indígenas, la discriminación y la dependencia” afirmó Fagioli, diputado nacional por el Frente de Todos, y agregó: “Ellos demostraron la fuerte construcción identitaria que no puede ser aplastada, como intentaron hacer con la Wiphala. Demostraron que son un pueblo digno y firme”.

“Este fue un gran triunfo. Era lógico que iba a ganar el MAS. En las pasadas elecciones, que ganó Evo Morales, se quemaron cuatro centros electores en lugares siempre muy favorables a Evo, así que creo que la cifra con que ganó era incluso mucho mayor de lo que se vio”, sostuvo Stella Calloni, quien acaba de publicar su nuevo libro Golpe en Bolivia: Washington ordenó, la OEA ejecutó. La escritora e intelectual señaló que tras el gobierno de Jeanine Áñez lo que quedó es “un terreno arrasado y minado. El binomio Arce – Choquehuanca tiene que enfrentar una situación muy distinta a la que habría si fuera como continuidad del gobierno de Evo Morales”. 

Evo Morales festejó el triunfo de Arce en la Argentina.

En la comunidad boliviana argentina vivieron el 18 de octubre con una mezcla de alegría, tensión y expectativa. Lucía Pari, Presidenta de la Asociación Civil Juana Azurduy, tuvo una participación activa en el desarrollo de los comicios: “Estamos alegres por todo, sobretodo los abuelos que son los más favorecidos. Con Evo consiguieron un montón de cosas, allá no les falta nada. Después de todos los maltratos que pasaron, si ganaba Carlos Mesa ellos hubiesen sufrido mucho más”. Desde Baradero, Fernando Hinojosa, presidente de la Colectividad Boliviana en ese distrito, contó que se vivió como un “día de fiesta, por poder ir a votar, ejercer nuestro derecho”. 

Fueron alrededor de 142.000 los bolivianos residentes en Argentina quienes se acercaron a las urnas el domingo, pero sostuvo Pari que “podrían haber sido muchas más las personas que hubiesen ido a votar. Los días anteriores estuvieron bastante complicados: han cambiado las escuelas, las direcciones, han confundido a la gente. El gobierno de Argentina ha hecho todo lo posible, incluso cuidar a Evo Morales, para que sean unas elecciones tranquilas. Lo que pasó es responsabilidad del gobierno de Bolivia. Hoy estamos más tranquilos porque si bien sabemos que la mayoría vota por el MAS y nos esperábamos la victoria que se dio, así como hicieron posible el fraude el año pasado, también lo podrían haber hecho ahora”, señaló la presidenta de la asociación. Por su parte, Hinojosa destacó que “es esperanzador ver que se aceptó el resultado por parte del gobierno de facto y los otros candidatos, era el riesgo que corríamos, que intentaran hacer algo como la vez pasada”.

En Bolivia, los días previos a las elecciones, se configuraba un panorama de profunda tensión. Al respecto, Federico Fagioli relató: “Fuimos invitados como veedores por la presidenta del Senado, Eva Copa, para asegurar el transparente desarrollo de los comicios. Cuando llegamos a La Paz, luego de haber hecho nuestra formal entrada al país, nos recibió Murillo (Arturo, designado inconstitucionalmente Ministro de Gobierno por la dictadora Áñez), con la policía. Me acusaron de haber cometido delitos de lesa humanidad. Así como suena: una locura digna de quienes usurpan el poder democrático”. Tras negarse a firmar un papel en el que se asentaba esta acusación, “recurrieron a la fuerza e intentaron separarme y meterme a una camioneta con vidrios polarizados que no tenía identificación. Imaginate lo que fue para mí ver que las fuerzas represivas de una dictadura me quería meter en una camioneta de esas características”.

Esta situación recién pudo resolverse después de muchas horas de negociación y con la intervención del gobierno nacional argentino, de Lucas De María, Sebastián Martínez Cabail y Diego Garcés -funcionarios de la embajada Argentina- y de distintos organismos como el Tribunal Superior Electoral de Bolivia y la ONU. “Una vez que las cosas se tranquilizaron, sucedió la segunda parte, igual de absurda y violenta que la primera: Murillo dio una conferencia de prensa donde pretendía dar su versión de lo que había acontecido en el aeropuerto conmigo. Pretendió subestimar al pueblo boliviano que ha dado sobradas muestras de su grandeza, negando la violencia y acusándome de mentiroso. Por suerte hoy en día los celulares tienen cámara y hay sobrada evidencia que avala mi relato y el de los compañeros mencionados”, repuso el diputado y agregó que “en ese contexto (Arturo Murillo) expresó que me declaraban ‘persona no grata’ y que no era bienvenido por haber participado el año pasado de una comitiva por la paz con organismos de Derechos Humanos”. 

En la Argentina, votaron más de 142.000 bolivianos.

“Por toda la intervención nacional e internacional que comenté, con grandes recaudos y cuidados, pudimos realizar nuestra función de veedores internacionales participando de la apertura del acto electoral en los distintos sitios de votación, recorriendo centros electorales y estando presentes para el cierre de los comicios. Luego, observamos el proceso de carga de datos y difusión de los resultados desde el Centro de Operaciones”, contó Fagioli. “Fue una experiencia maravillosa, un magnífico acto electoral, masivo y transparente. Al ser un triunfo tan contundente, cualquier intento pensado de alterar la voluntad popular fue desistido. El pueblo boliviano celebró una fiesta democrática. Y la verdad que es un enorme orgullo haber sido parte de ese proceso, con la coherencia que expresamos y el irrestricto apoyo a la voluntad de los pueblos, siempre”.

Si bien el triunfo del MAS supone una victoria fundamental para los sectores populares que representa, Calloni, escritora especializada en política internacional, no descarta que la derecha seguirá ejerciendo presiones para el nuevo gobierno ya que “mantiene el poder real, en las fuerzas militares y el poder económico”, y advirtió que “hay que mirar todo con mucha cautela, aún reconociendo la histórica respuesta del pueblo boliviano, que desde el primer momento resistió”. 

“En este tiempo (el gobierno de Áñez) ha devuelto el país a muchos de los sectores que conspiraron contra el gobierno del MAS y sus medidas. Tomaron decisiones que jamás debería haber tomado un gobierno transitorio, como privatizaciones, devolver la presencia a la DEA, la CIA, el FBI, cerrar embajadas de varios países, tomaron medidas muy fuertes en política exterior”, aseguró Calloni y añadió que “algo muy grave es la cantidad de armamento que entró a Bolivia, abrir las puertas nuevamente al paramilitarismo que ha sido siempre una tragedia para el pueblo boliviano”.

En este sentido, Hinojosa, profesor de Informática en Baradero, coincidió en que “va a ser una etapa difícil. Tenemos un país que ha sido devastado económicamente en poco tiempo, por el gobierno de facto y por la pandemia. Se contrajo una deuda enorme en Bolivia, la pobreza aumentó muchísimo, volvió a crecer la desigualdad social y la desocupación. Y, aún sin tener atribuciones para hacerlo, privatizaron empresas del Estado”. “Yo creo que Arce va a trabajar para sacar adelante el país que en un solo año dejaron casi en la miseria”, sintetizó Pari. 

“El gobierno de facto llevó a Bolivia de ser un ejemplo de crecimiento económico en el mundo a una profunda crisis social, económica y sanitaria. Los bolivianos y las bolivianas no estaban dispuestos a entregar su estado plurinacional, entonces se apropiaron de las herramientas constitucionales, para dar una lección no solo a los dictadores de Bolivia, sino a todos los que intenten deslegitimar a los pueblos de toda nuestra América: ‘¡Aquí no se rinde nadie, no pasarán!’”, concluyó el diputado nacional. 

La amplitud del triunfo del MAS superó ampliamente todos los pronósticos.

Una alerta para toda la región

“Tenemos una situación muy difícil en toda América Latina. El mismo día de las elecciones en Bolivia, en Chile se estaban produciendo las más grandes manifestaciones en la historia de ese país. Me recuerda a todas aquellas manifestaciones que se produjeron en América Latina en contra del neoliberalismo que se había establecido en los ’90, siendo el único continente en el mundo que derrotó los planes neoliberales de esos tiempos”, apuntó Stella Calloni. Además advirtió que “Estados Unidos decidió intervenir en todas las elecciones en América Latina, hay mucho dinero circulando para evitar que gane un presidente, muchas trampas. Y es algo que quieren imponer en toda la región. Cada actitud que toman las derechas latinoamericanas en el gobierno nos crean más compromisos de dependencia hacia el futuro, que ya no podemos aceptar”. 

En este sentido, Federico Fagioli aseguró que “esta victoria representa un freno visible a la injerencia del Departamento de Estado norteamericano en nuestro continente y un debilitamiento de las fuerzas de derecha articuladas en el Grupo de Lima. A nivel regional -agregó- esto nos da un nuevo aliento para reactivar las alianzas necesarias para dar la batalla por la dignidad de nuestros pueblos. Como siempre decimos, nuestro proyecto es continental, regional, queremos una Patria Grande hermanada, que camine hacia el mismo horizonte de justicia e igualdad para los pueblos”.

“Este debe ser un momento de enorme reflexión para todos, hay muchas cosas que se pusieron en evidencia y hay que aggionarse a los nuevos tiempos, en donde es evidente que es necesaria otra distribución de la riqueza”, concluyó Stella Calloni.

Fernando Hinojosa señaló que “en la historia de Bolivia esto va a quedar como una etapa muy triste, pero también como un aprendizaje del pueblo que exigió rápidamente sus derechos de nuevo. Si bien nos pareció eterno, en un año pudimos recuperar la democracia”. La experiencia en Bolivia evidenció que el pueblo no está dispuesto a tolerar más gobiernos impuestos mediante golpes de Estado y que la organización en pos de la defensa de los derechos de los sectores populares una vez más hizo valer la voluntad de la mayoría. Al respecto, Lucía Pari concluyó que “antes no se veía tanta unión y hoy sí. Se notó la unidad, la potencia y el trabajo para demostrar a Bolivia que desde Argentina estamos todos con ellos”.

 

 

 

“Es el momento de recuperar la democracia, la dignidad y la soberanía de Bolivia”

“Es el momento de recuperar la democracia, la dignidad y la soberanía de Bolivia”

Marcha de la comunidad boliviana de la Argentina en repudio al golpe de Estado contra Evo Morales, en noviembre de 2019.

El domingo 18 de octubre será un día clave para Bolivia: las elecciones, largamente esperadas y postergadas, finalmente llegarán y marcarán un momento bisagra en su historia. Mucha agua -también sangre- corrió debajo del puente desde el día en que Evo Morales se vio obligado a renunciar a la Presidencia y exiliarse.

El voto de los residentes en Argentina es de suma importancia, siendo el país del exterior con más ciudadanos bolivianos (del 4,7 por ciento del padrón que corresponde a bolivianos que residen en el extranjero, casi la mitad vive en nuestro país). Tal es así que en las últimas semanas se generaron una serie de cruces, desde el discurso de Jeanine Áñez en la ONU acusando al gobierno argentino de “acoso sistemático”, hasta el tweet del candidato Luis Arce agradeciendo “al gobierno y pueblo argentino por garantizar el derecho al voto de la comunidad boliviana”. Entre tanto tironeo, en un clima de altísima tensión -como no puede ser de otra manera cuando lo que está en juego es nada más y nada menos que la democracia- la comunidad boliviana en Argentina tiene mucho para decir.

De este lado de la frontera, la colectividad boliviana siguió de cerca los acontecimientos ocurridos en su país desde el golpe. “No hay palabras siquiera para hablar de lo que pasó porque nosotros sabemos que se ganó limpiamente y luego nos han sacado a la fuerza. Nuestros parientes que están en Bolivia la han pasado bastante mal, han sido bastante maltratados. Les han cerrado la boca a golpes. Nosotros tratamos de confiar en que en esta vuelta se pueda volver a ganar pero hasta ahora todavía siguen lastimando y eso genera miedo”, relata Lucía Pari, Presidenta de la Asociación Civil Juana Azurduy de General Rodríguez.

“El pueblo estaba convulsionado, nadie entendía por qué (Evo Morales) había renunciado. Nos marcó muy fuerte ese momento. Es algo que va a dejar una marca muy profunda en la historia, no se va a olvidar nunca”, cuenta Oscar Caiguara, presidente de la Cooperativa para Hortifruticultores 2 de Septiembre de Pilar -visitada por Morales en enero- y también de las Instituciones Unidas de la Zona Norte, Este y Oeste, y agrega: “Este gobierno de facto ha demostrado que no puede gobernar, que no tienen un sentimiento patriótico ni democrático, no aman a Bolivia”.

Se espera un clima de mucha tensión para el día de los comicios.

La fórmula del MAS encabezada por Luis Arce lidera ampliamente la intención de voto. La apuesta de quienes apoyan al ex ministro de Economía de Evo Morales es ganar en primera vuelta y evitar el ballotage con Carlos Mesa, donde el escenario podría complicarse para los sectores populares e indígenas. “Venimos siguiendo las declaraciones del gobierno de facto, como las del ministro (Arturo) Murillo, que vienen operando para desestimar que gane el MAS; advierten que si ganara no van a aceptarlo porque sería fraude. No pueden decir de antemano que va a haber fraude en una elección que no se ha hecho, salvo que piensen en desconocer la voluntad del pueblo”, apunta Luis Fernando Hinojosa, presidente de la colectividad boliviana de Baradero “Juana Azurduy de Padilla”.

En este sentido, desde la Agrupación Cultural Sangre Minera, Mario Chambilla afirma que “en las elecciones sí o sí va a haber tensión. Se viene una pelea larga, nadie va a querer dejar el mando. La verdad es que duele -agrega-. Desde lejos, además, no podemos defender, salir a la calle a repudiar. Nosotros estamos lejos, pero igual lo sentimos mucho. Siempre al país lo manejan los imperialistas, los terratenientes, las empresas grandes que Evo sacó. No les gustó e hicieron lo que hicieron: el golpe”.

Como desde un principio sentenció Evo Morales, la disputa por los recursos naturales, específicamente el litio, es un factor clave detrás del golpe. “El gobierno de facto implementó políticas impulsadas desde el exterior, básicamente desde Estados Unidos, por el deseo de la obtención de los recursos naturales de Bolivia. En el último gobierno de  Morales, se nacionalizaron los recursos naturales, como litio y petróleo, en beneficio del pueblo. Bolivia tiene la mayor reserva del mundo de litio, que es una energía limpia que está en toda la tecnología que utilizamos, como computadoras y teléfonos. Hay quienes quieren ese mineral para intereses particulares, y para eso quieren manejar Bolivia”, analiza Hinojosa, docente de informática en Baradero. “Creemos que esto es algo que en este momento se está llevando a cabo en Bolivia pero que las potencias lo tienen pensado para toda Sudamérica”, concluye.

Esta disputa no es nueva, sino que la historia de Bolivia siempre ha estado marcada por el saqueo de sus riquezas con base en la explotación de los trabajadores. Al respecto, el presidente de la Agrupación Sangre Minera relata que “años atrás, los mineros luchábamos por el pago, ya que siempre había dos o tres empresarios que eran los que dominaban toda la minería y la riqueza se la llevaban para ellos. La lucha siempre fue minera, si no se levantaban los mineros íbamos a seguir siendo dominados. Fueron más de 500 años de robo y explotación. Ahora hay que defender lo que queda que es el litio: y ellos están en busca de eso. Siempre fuimos esclavos -concluye- y con el gobierno de Evo Morales eso cambió, por eso queremos que vuelva”.

En agosto pasado, la Central Obrera Boliviana reclamó la renuncia de la presidenta de facto, Jeanine Añez.

Caiguara, oriundo de Potosí, resalta que “Bolivia ha pasado muchos atropellos y humillaciones. Por muchas generaciones se ha luchado por el gas, por el agua, Bolivia ha sido muy golpeada. El golpe de Estado militar, cívico y policial está marcando a toda una generación. Y el pueblo no va a permitir ser sumiso y machacado nuevamente. Mucho tiempo nos han humillado. Ahora es el momento de recuperar la democracia, la dignidad y la soberanía de nuestro país. Lo único que han demostrado es querer saquear a Bolivia, sus recursos naturales, ultrajar y discriminar a nuestros hermanos bolivianos”.

Los 14 años de gobierno del MAS fueron un punto de inflexión en ese aspecto. Afirma Lucía Pari, también nacida en cercanías a Potosí, que “Evo Morales defendió los derechos de la gente campesina fundamentalmente, la gente pobre, las mujeres de pollera que antes no teníamos derecho ni de hablar. Años atrás han explotado mucho a Bolivia y el hermano Evo frenó eso, adelantó mucho al país, eso nadie lo puede negar”.

En este sentido, Hinojosa, que llegó a este país desde Cochabamba en 1993, agrega que “la mayoría de quienes estamos en Argentina hemos venido a buscar una mejor situación económica. Cuando me vine, mi país tenía una situación muy difícil, no había perspectivas de mejora, pero el presidente Morales cambió esto, generó un desarrollo económico y eso empezó a alentar la integración. Las empresas estaban progresando, Bolivia estaba creciendo, pudo pagar su deuda con el FMI, logró tener reservas muy grandes y estaba apuntando inclusive a un desarrollo tecnológico. También se logró salir del analfabetismo, se crearon universidades, se estaba apuntando a una salud integral y gratuita como tiene la Argentina. Cuando me vine de Bolivia no existía todo eso.” Y en relación a lo que se decide este domingo, destacó: “Lo que está en juego son dos modelos de país: uno con perspectiva de crecimiento, con inclusión social, sin racismo; o un país endeudado, que vuelve a la pobreza, a la discriminación y la segregación. Pese a que hay muchos candidatos (cada vez menos, para intentar fortalecer la posición de Mesa), los modelos son dos”.

Cientos de bolivianos residentes en la Argentina acudieron al consulado de su país en Buenos Aires para empadronarse.

En este escenario tan complejo, señala Caiguara, “los hermanos y hermanas que antes pensaban que no querían que siguiera el proceso de cambio de Evo, ahora se han dado cuenta de que estos señores (por el gobierno de Áñez) no gobiernan para todos sino solamente para su sector. Eso ha despertado a la comunidad boliviana aquí en Argentina”. La organización del pueblo boliviano, sea en tierra natal o en territorio argentino, siempre ha sido fundamental en el devenir histórico. “Años atrás uno trabajaba por separado como un peón, pero a partir de que hubo mucha discriminación y explotación por parte de los patrones, cada uno de nosotros nos independizamos pero siempre con una organización, tratando de agruparnos, siempre intentando reunir a la colectividad boliviana”, afirma Lucía Pari, quien será fiscal de mesa el domingo. Entendiendo la importancia que tienen estas elecciones, desde distintos espacios de organización popular incentivan a que quienes residen en Argentina hagan ejercicio del derecho al voto, Pari agregó: “Las hermanas y los hermanos bolivianos tienen que ir el 18 de octubre a sufragar y elegir democráticamente quién va a ser presidente”.

Las elecciones en Bolivia son un llamado de atención a velar por la democracia en la región. Frente a un gobierno que accedió mediante un golpe de Estado y en medio de un panorama harto complejo, las distintas instituciones y organismos internacionales competentes deberán garantizar la transparencia de estas elecciones para que se respete, sin vacilaciones, la voluntad del pueblo.

Antes de la pandemia, Evo Morales, exiliado en la Argentina, marchó en la ronda de las Madres de Plaza de Mayo.