Por Jacinta Geishauser
Fotografía: Natali Ormazábal y Wojciech Ganczarek

Un grupo de familias acampó en un predio comunal como modo de visibilizar la total ausencia de políticas habitacionales. Cómo impacta el factor turismo.

El sábado 23 de abril por la mañana, siete familias de El Chaltén empezaron a congregarse en la única canchita de fútbol que tiene la localidad. “Un acampe pacifico en señal de protesta por la falta de entrega de terrenos”, informa Ricardo Sánchez, concejal de Encuentro Vecinal a ANCCOM. Una semana después, ya eran once las familias que acampaban. Y mientras pasa el tiempo siguen llegando. Acampan en condiciones sumamente precarias, con carpas o casillas móviles. Tienen que soportar un clima muy duro, con nieve, heladas, vientos fuertes y temperaturas sumamente bajas llegando a 9 grados bajo cero durante la noche, y durante el día de 4 a 6 grados.

“Es un reclamo histórico de un pueblo joven”, aclara Sánchez, en referencia a la crisis habitacional que presenta el Chaltén, que lleva más de 20 años, aunque sea municipio institucionalizado desde hace ocho. Por otra parte, tampoco da respuestas al problema. “Hay falta de planificación, de manejo de las tierras. Esto comenzó con el Consejo Agrario provincial y luego lo continúa este Gobierno. No hay un criterio de adjudicación y eso devino en una crisis habitacional”, remarca el concejal de Encuentro Vecinal.

El Chaltén se encuentra en Santa Cruz, una de las provincias más grandes del país. “La Patagonia es uno de los lugares con la menor densidad de población en el mundo, poco más de una persona por kilómetro cuadrado. La interminable llanura del sur argentino pertenece, sin embargo, a un acotado número de propietarios y resulta que para quienes hoy desean establecerse en la Patagonia les falta espacio. Muchos de los habitantes del sur sobreviven inviernos helados en casillas rodantes y construcciones precarias, situados temporalmente en terrenos de amigos, espacios alquilados o incluso en las veredas”, escribió Wojciech Ganczarek, un periodista polaco que realiza un documental sobre el presente de El Chaltén y alrededor de la Patagonia.

Esta situación se debe a que durante todo su desarrollo económico se privilegió al sector turístico. Las familias que se encuentran hoy acampando están dispuestas a pagar un alquiler, pero la crisis habitacional las lleva directamente a no poder acceder a los mismos, ya que los contratos son por temporadas, sobre todo si tienen hijos. “Tener hijos es como un pecado”, comenta a ANCCOM Mariano Juan Alí, referente de Inquilinos en la localidad. Alí formó parte del equipo de trabajo con la Asociación Platense de Inquilinos, trabajó con la Plataforma por la Vivienda Digna en El Chaltén, y el Observatorio para la Vivienda. La experiencia de los últimos cinco años, para el referente de Inquilinos, fue reiterativa: se tuvo que mudar 20 veces.

“Los que viven en la Patagonia no tienen tierras y los que tienen tierras en la Patagonia viven en otro lado”

El intendente actual, Nestor Tico (FdT), había ganado las elecciones prometiendo al pueblo una ampliación de 200 hectáreas. Sin embargo, “más de 300 familias están en lista de espera para ser adjudicatarias de un terreno municipal y han tenido que acomodarse en residencias transitorias. En 2020, ya eran unas 129 casas móviles y 133 casillas rodantes, en condiciones de hacinamiento e inseguridad”, informan desde el partido Encuentro Ciudadano. Así también, mediante una asamblea los vecinos emitieron un comunicado para que quedara asentado de forma unánime y sea de público conocimiento cuáles son los motivos por los que decidieron el acampe, subrayando la falta de interés de sus representantes por tomar cartas en el asunto. “Sabemos que no nos brinda una solución inmediata y que ya recibimos demasiadas promesas vacías que año tras año nos han dicho, en actos oficiales, mediante medios y frente a nuestra cara, todas sin resultados concretos. Es por ello que debemos continuar con nuestro reclamo hasta tanto se concrete la verdadera solución al problema habitacional de las más de 300 solicitudes que se presentaron ante la Oficina de Tierras. Continuaremos en base a nuestro derecho fundamental de manifestarnos hasta ver una solución concreta, que no sean meras proclamas políticas, meras expresiones de buenos deseos sino ver real nuestro derecho humano de acceder a una vivienda digna”, señala el documento.

El problema habitacional por falta de medidas estatales en la planificación estructural de El Chaltén también se pudo observar en la temporada anterior. No contar con estaciones cloacales que den abasto en una temporada con récord turístico, se vio en la calle: miles de litros de agua con desechos cloacales fueron vertidos al Río de las Vueltas, con el consecuente  impacto ambiental. “Un turismo casi tan extractivista como cualquier explotación de un recurso -comentó una vecina de la toma-. No se puede seguir viviendo así, cuestionándonos si seguir viviendo en el lugar que elegimos para desarrollarnos o nos vamos porque ‘no hay lugar’, mientras los emprendimientos turísticos crecen y cada vez tienen más poder”. 

En 2021, esta agencia daba cuenta de la venta irregular de lotes para el desarrollo de un emprendimiento hotelero sin ningún control de impacto ambiental avanzando sobre un bosque nativo, la otra cara de la ausencia de políticas dirigidas a los problemas habitacionales.

El Chaltén es un pueblo que limita con la extensión de estepa más desolada, con una comunidad que crece de manera desigual, y es dependiente de la actividad turística sin poder desarrollar otras economías por falta de espacio. La mayor parte de las tierras están en manos de propietarios que no habitan en la localidad. 

“Los que viven en la Patagonia no tienen tierras y los que tienen tierras en la Patagonia viven en otro lado”, señala Ganczarek a modo de síntesis.