La crisis económica en la que se encuentra sumergida la Argentina, sobre todo tras más de un año y medio de pandemia y un la recesión que arrastraba del gobierno macrista, deteriora constantemente el poder adquisitivo de los trabajadores. Las medidas sanitarias, sumadas a la profunda sensación de incertidumbre vivida durante gran parte de 2020, se tradujeron en un retroceso en los índices de consumo y por ende una preocupación constante entre la población respecto al mantenimiento de sus fuentes laborales.
Si bien la economía ha ido reactivándose muy lentamente en los últimos meses, y el Estado ha tomado medidas con el fin de palear la caída de los salarios respecto de la inflación, también es necesario mantener la sustentabilidad del sistema previsional.
Respecto a esto, el economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz (CESO), Nicolás Pertierra, dice que “la base de todo es mejorar la economía y crear empleo. Los trabajadores en actividad son los que financian las jubilaciones. Y para crear empleo tenés que sostener la actividad económica, o sea es un círculo virtuoso. Para poder incrementar todavía más las jubilaciones se tiene que volver a crear fuertemente empleo privado registrado, que fue lo más afectado de los últimos años.” Y agrega: “Se podrían pagar mejores jubilaciones aumentando la cantidad de trabajadores y el salario promedio de los mismos, de esa forma aumentarían los recursos de la seguridad social”.
Entendiendo que el problema de fondo es muy complejo y son múltiples las circunstancias económicas que entran en juego, la duda surge al tratar de entender por qué no aumentan las jubilaciones. “La realidad es que han sido la variable constante de ajuste dado al gasto público que representan. El peso que tienen es tan importante, que han sido objeto de las políticas de ajuste sobre todo de 2017 a 2019. En ese periodo hubo una clara pérdida del poder adquisitivo de los jubilados, y todavía viene oscilando un poquito por debajo. En la medida en que los ingresos del sector privado y la recaudación se empiece a recuperar, las jubilaciones deberían subir. Pero falta una recuperación contundente”, detalla el economista.
Para el sistema integrado provisional argentino parece fundamental la evolución del salario mínimo vital y móvil. El mismo tuvo un incremento del 35% en los últimos cinco meses y a partir de este mes se percibirá el último aumento previsto para este año. De esta manera, el piso de las remuneraciones pasará a ser de $29.160 e impactará en octubre.
Por otra parte, el gobierno aprobó para los jubilados el pago junto a sus haberes de una serie de bonos (de $1500 en abril y mayo más un tercero de $5000 que se pagó en agosto de 2021,) con el fin de compensar la pérdida en la capacidad de consumo producida por la inflación. “El punto más bajo, en términos de poder adquisitivo de los jubilados, estuvo en mayo de este año. A partir de ahí empezó a recuperarse un poco, y eso sin considerar los distintos bonos que se fueron otorgando, los cuales van a compensar un poco más la base de la pirámide de las jubilaciones”, señala Pertierra.
Haciendo una comparativa de los haberes percibidos en los últimos diez años, el especialista explica que “las jubilaciones actualmente están en niveles similares a los de fines de 2019 y son comparables con algunos niveles del 2010 y 2011. El periodo de fuerte crecimiento de las jubilaciones mínimas fue del 30% y va del 2011 al 2015. Por el contrario, del 2015 al 2017 hubo un relativo estancamiento y una contundente caída del 20% entre 2017 y 2019. En la primera parte del 2020 hubo un incremento en las jubilaciones, que se deterioró mucho con la aceleración de la inflación de fines del mismo año”.
Según informo a principios del mes de agosto la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses), y de acuerdo a lo estipulado por la Ley de Movilidad 27.609, las jubilaciones aumentarán a partir de este mes un 12,39%. De esta manera que el haber jubilatorio mínimo será de $25.922 y beneficiará a más de 7 millones de jubilados y pensionados.