Por Virginia Vitali
Fotografía: Pilar Camacho

«Cuando te ponés la lente ESI, no te la sacás más”, asegura Aranda.

El “Comando ESI” es una organización que surge en la urgencia. Contra los intentos de secuestros y violaciones en la zona de Florencio Varela, un grupo de mujeres salió a combatir tabúes y multiplicar los contenidos de la Educación Sexual Integral.

ANCCOM acompañó a Ayelén Aranda y a Guadalupe Ruíz en una jornada de militancia. Fue un sábado a las 10 de la mañana, de un día bastante nublado, gris y fresco, que armonizaba con el cemento del playón, donde suele reunirse el grupo “Scout Peñi-hue” del distrito 2, de Florencio Varela. El grupo está compuesto por 64 pibas y pibes, de entre 7 y 21 años.

El lugar se recuperó y sigue reconstruyéndose a pulmón, por el trabajo de 15 padres, madres y docentes, para que los chicos puedan desarrollar allí sus actividades. La sede se encuentra sobre Avenida Eva Perón, a seis cuadras de la estación Florencio Varela.

La pava eléctrica se apagaba otra vez para llenar el último termo para el mate. Arrancaron la charla las coordinadoras invitadas del “Comando ESI”.

Ayelén rompió el hielo: “¿De qué hablamos cuando hablamos de ESI?” Explicó que es una ley sancionada en el 2006, que su potencial está en el contenido y que su aplicación es fundamental porque implica avanzar en los derechos de niños, niñas y niñes. Una ley que está basada en el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable.

Aranda dijo que hablar de ESI es hablar de una educación sexual transversal, que no se limita a lo sexual, sino que tiene en cuenta cuestiones como la afectividad, los vínculos saludables, la toma de decisiones y básicamente el respeto a las diferencias. Es una perspectiva de derechos integral, un cambio en la mirada frente a la propia vida y en cómo nos vinculamos con los demás, con los prejuicios y mitos.

“Es hacer foco en lo cotidiano  -continuó Ayelén-,  en las desigualdades, en los micro-machismos, en el humor y en cuestionarse aquello que nos causa risa. Y no es que con la ESI se pierde el humor, es ponerte ‘la lente ESI’ y desde ese momento no te la sacás más”.

“¿Por qué poner en una nota ‘señores padres’, si no sabés con quién vive esa piba o pibe?», se pregunta Aranda.

Talleres que deconstruyen

Durante el taller, Ayelén narró un relato que ayudaba a las presentes a posicionarse en otro lugar. Luego, se dividieron en grupo, charlaron y se entretejieron experiencias, desde esa nueva óptica.

Guadalupe tomó la palabra y se instaló desde su experiencia: la práctica docente. Así les explicó a las participantes la importancia de deconstruir colectivamente para visibilizar modos que atraviesan el cotidiano. “¿Por qué poner en una nota ‘señores padres’, si vos no sabés con quién vive esa piba o pibe. Directamente decimos: ‘Familia’. O preguntar: ‘¿Cómo querés que te llamen?’

En una clase de Biología, en la que tuvo que hablar sobre la estructura del ADN, Ruíz comentó que incluyó en la explicación la historia de la científica Rosalind Franklin, que descubrió el ADN y cómo fue estafada por Watson y Crick, quienes se quedaron con el premio Nobel. “Yo sigo dando Biología, pero problematizo esas cosas”, contó.

¿Por qué explicar por la negativa? ‘Tenés que usar forro, porque si no, te agarrás sífilis, HIV o la dejas embarazada’. En cambio, si explicamos por la positiva, decimos: usá forro, así podés disfrutar placenteramente de tu sexualidad con la otra persona.

Los insultos también los desarmamos junto con los alumnos. “¿Qué quiere decir? MMLPQTP, ¿Las putas tienen la culpa?”, preguntaron.

El comando ESI nació en 2017 tras una serie de intentos de secuestros a chicos de Florencio Varela.

El cuidado del cuerpo como hábito

Uno de los ejes más importantes de la ESI es el cuidado del cuerpo, en términos de hábitos. Guadalupe lo plantea como un desafío, en términos de cómo un adolescente se va a cuidar con preservativos, cuando no tiene hábitos de cuidado en general. Ella afirma que por más que tenga a mano un preservativo, es posible que no vaya a usarlo. “Los chicos muchas veces vienen enfermos a la escuela, con fiebre, tuberculosis, sarna… -describe-. Prefieren ir a la escuela porque si se quedan en sus casas tienen que cuidar a los hermanos, padecen frío, o deben limpiar. En esas condiciones, ¿cómo hacés para que use forro? La respuesta sería lograr que comprenda que con el forro puede disfrutar plenamente de la sexualidad”.

Mariana Vega, jefa del grupo “Scout Peñi-hue” contó que la necesidad de abordar la ESI es para el trabajo con los 64 chicos y chicas. Comentó que muchos de los chicos que asisten asisten a escuelas privadas, donde no se trabaja sobre ESI y es muy necesario empezar a tratar con ellos y ellas sobre estos temas. “Vos te das cuenta, como adulta, que hay algún pibe que se siente diferente y hay que ver cómo acompañarlo desde la escucha. Es muy importante”.

 

Una experiencia de militancia fuera y tras las rejas

Guadalupe Ruíz es profesora de Biología, en Nivel Medio y en la cárcel de Florencio Varela, con especialización en Educación Sexual Integral. Le contó a ANCCOM cómo decidieron armar el “Comando”, en 2017, a raíz de una serie de intentos de secuestro en las puertas de las escuelas en Florencio Varela y de la violación de una nena de 13 años, por la pareja de su madre, un vicedirector de escuela. La Clínica del Niño de Quilmes no aplicó el protocolo, por lo que la niña fue sometida a un proceso de sensibilización y fue madre.

 

¿Cómo se organizaron?

No teníamos muy en claro qué hacer, pero teníamos que armar el Comando ESI. Teníamos que hacer alguna acción, darles estrategias, o ver qué recursos les podíamos facilitar a las pibas, para evitar los secuestros y las violaciones

¿Cuál es el mayor desafío al que tienen que enfrentarse?

El desafío mayor a la hora de armar los talleres para trabajar la ESI fue vencer la resistencia de los y las docentes y el miedo a las familias. Esto es el producto de una formación biomédica.

¿Cuál creés que es el factor fundamental de esa resistencia?

La ESI es liberadora, los pibes y las pibas adquieren mayor autonomía, poder de decisión, mayor libertad, van a conocer mejor sus derechos. Pero hay muchos sectores a los que eso no les conviene.

¿Cómo se armaron los talleres?

De a poco, íbamos por los barrios, por las escuelas, empezamos a viajar y llegamos al Chaco. Este año tuvimos un gran logro, porque nos invitaron al Encuentro Nacional de ESI, en Santiago del Estero. Pero uno de los grandes problemas que teníamos eran los recursos, porque si dabas un taller de abuso, por ejemplo, después no había estructura para contener toda esa demanda. Entonces decidimos capacitar a los docentes, darles herramientas para poder replicar en las aulas la ESI, trabajar la prevención con mucha paciencia. Es un trabajo de hormiga, porque es muy lento y hay que hacerlo con mucho amor.

¿Cómo trabajás la ESI en contextos de encierro?

Es mucho más complejo y tenés que pensar todo mucho más, porque nunca sabés a quien tenés enfrente. Pero tampoco hace falta saber a quién tenés en frente para trabajar en cárceles. Sabemos que en las prisiones están los más pobres, los perejiles. Como profesora trato de generar un poquitito de empatía por el otro. Por ejemplo, en una cárcel de hombres, uno trató a otro de ‘trabuco’ y bueno, a veces no sé cómo controlarme… ‘¿Qué?’, le dije haciéndome la sorprendida. ‘Se dice travesti, transexual o transgénero’, contesté. Y me respondió: ‘Acá se dice trabuco’. ‘¿Acá? ¿A dónde?’, continué. ‘Acá, en la cárcel’, insistió. ‘No’, le aclaré, ‘de esa puerta para acá estás en la escuela, de esa puerta para allá estás en la cárcel. Así que acá estás en la escuela y tenés que hablar como corresponde’. La homosexualidad en las cárceles es muy complicada, genera mucha violencia, de las mujeres no se habla. Sabemos que hay muchas relaciones homosexuales sin consentimiento, pero eso nadie lo va a blanquear, son cosas que quedan ahí adentro. ESI es acompañar desde la empatía. O si das ‘aparato reproductor’, es un posicionamiento político. En cambio yo utilizo ‘aparato genital’, no hablo de mujeres embarazadas, sino de personas gestantes, el tema de sus derechos. Después salen temas de la mujer, de sus hijas. El otro día salió la cuestión de la masturbación, porque estábamos hablando del aborto y yo les decía que estábamos ante una desigualdad erótica en la relación entre la mujer y el varón… y uno saltó y dijo: ‘Pero las mujeres disfrutan, les gusta’. Entonces le pregunté: ‘Si vos tenés una hija de 14, que está en el baño masturbándose, ¿qué hacés?’ Y casi se descompone el hombre con la pregunta. Pensó un poco y dijo: ‘Y la saco cagando’. ‘Y si tu hijo de 15 se está masturbando en el baño, ¿qué hacés? ‘Lo dejo’, contestó. ‘Ah, ¡viste! No le permitís el placer a tu hija, bueno así la sociedad no nos permite el placer a las mujeres’.

 

Autogestión

Comando ESI, es un proyecto autogestivo, independiente, que no recibe ningún tipo de ayuda económica de ninguna institución, ni empresa, ni estructura partidaria. Se autofinancia a partir de comercializar en los encuentros materiales de consulta, que las coordinadoras editan, así como pins y calcos. El pago de los viáticos corre a cuenta de quienes las convocan. Trabajan en el Conurbano Bonaerense.