Por Andrés Aranguren
Fotografía: Leo Rendo, Noelia Guevara

La música reggae y la folclórica suenan a la par en las primeras horas de la concentración  que estaba programada para las 13. El primer ritmo sale de una improvisada tarima que reposa en la parte trasera de un pequeño camión estacionado sobre la calle Bolívar. El segundo, de un festival que se realiza al frente al Cabildo. En medio de la música están instaladas las carpas de las principales agrupaciones cannábicas que organizan la versión argentina de la concentración que se realizó por primera vez en 1973 en Nueva York.

Mamá Cultiva es una de las organizaciones sin ánimo de lucro que lleva la batuta de la legalización en el país. En su puesto se pueden conseguir remeras, pegatinas y el libro El camino del cannabis terapéutico. “Lo que hacemos nosotras es dar talleres, cursos y capacitar a profesionales. Nuestra tarea es empoderar, abrazar y acompañar a todas aquellas personas que se inician en el proceso del autocultivo y la autogestión de la salud”, comentó Valeria Salech, presidenta de la fundación que aglomera a más de 30 voluntarias y voluntarios.

Valeria Salech, Presidenta de Mamá Cultiva.

Sobre el objetivo de la movilización Salech afirmó que venían a denunciar al Estado Nacional porque les mintió en la cara cuando sancionó la Ley de Cannabis Medicinal (27.350) en 2017. “Hoy la reglamentación cercena y no respeta el espíritu de la ley. Por otro lado, tampoco tenemos autoridad de aplicación, que vendría a ser el Ministerio de Salud, hoy devenido en Secretaria, y sin presupuesto no hay forma de que se cumpla la norma”, afirma.

Por su parte, Mario Sánchez integra Plantemos Libres Argentina y lleva un chaleco verde fluorescente que lo identifica como organizador de la marcha. “En Argentina se están movilizando en cerca de 27 ciudades. Somos parte de la sociedad y a quien tenga la intención de representarla tiene que tener en cuenta al sector cannábico. Estamos en todos lados. Mucha gente querría estar en esta Plaza y no viene porque tiene un trabajo público”, asegura.

El festival de música folclórica ha finalizado. El reggae, en la tarima, también ha dejado de sonar. “El cannabis es un cultivo que genera un recurso que por un lado es medicinal, por otro es recreativo y también es industrial”, enuncia desde la tarima Facundo De Luca, representante de Cannabicultores del Sur y miembro del Frente de Organizaciones Cannábicas Argentinas (FOCA), que aglomera a casi 30 agrupaciones.

Sobre el tema de la prohibición, los referentes de las organizaciones difieren en cuanto a quiénes son los principales beneficiados. De Luca cree que los favorecidos son “los poderes hegemónicos” como “las industrias farmacéuticas y las industrias petroleras”. En cambio, Salech afirma sin titubear que quienes sacan más usufructo son “los narcotraficantes” y que en su organización cultiva “contra el narcotráfico”.

Las agrupaciones levantan las carpas mientras en la calle Bolivar toca el grupo Tambores en Movimiento. A las 16:30 la humareda verde que había tomado la Plaza de Mayo empieza a desfilar hacía el Congreso de la Nación. Un estruendo y una corrida amagan con empañar una jornada que ha transcurrido en total tranquilidad en medio de la música y la oferta gastronómica que va desde galletas hasta panes rellenos, pero que tiene como principal tentempié a los ‘brownies espaciales’.

La ley aprobada por el Congreso en 2017 dejó por fuera de la reglamentación a los pequeños cultivadores. @Barbaxnegra (en Instagram) es un autocultivador que tiene plantas hace un año. “Aprendí por medio de un amigo. Él, al igual que yo, estaba empezando y una persona con años de experiencia se acercó y le brindó los conocimientos necesarios para empezar un cultivo. Después, él me los transmitió a mí, me regaló mis primeras dos plantas y me motivó a aprender y a dedicarles tiempo, amor y energía”, comenta mientras la movilización camina por la intersección de Avenida de Mayo y 9 de Julio.

Como muchos, @Barbaxnegra marcha por primera vez. La afluencia de asistentes ha superado, por mucho, las concentraciones de años anteriores. “Marcho porque el narcotráfico mata a la gente y hunde al país; pienso que una persona nueva que cultive es una persona menos que compra al narcotráfico”. Salech es optimista por los avances de  otros países y cree que el mundo va camino a la legalización: “Nosotros vamos a tener que avanzar también, sino es con este gobierno tendrá que ser con el siguiente”.

La marcha transita de manera lenta. A las 6 de la tarde el grueso del movimiento entra a la Plaza del Congreso. El pequeño camión que sirve de tarima ha llegado y sobre su pequeña superficie hablan los representantes de cada organización: Latinoamérica Reforma,  Mamá Cultiva, Mamá Cultiva Fundadoras y Mamá se Planta. Las consignas fueron claras: no más presos por autocultivar, que se cumpla y se amplié la Ley de Cannabis Medicinal y que se ponga al cáñamo como actor protagónico de la salud, la recreación y la economía de la sociedad argentina.