Por Karina Rosenblum
Fotografía: Melody Abregú

El Corralón de Floresta, ubicado en Avenida Gaona  4660, es un espacio recuperado por los vecinos en 2005, en el cual se desarrollan distintas iniciativas artísticas. El Gobierno porteño pretende avanzar con una serie de obras  que alterarían el predio e implicarían el cese de varias de las iniciativas puestas en marcha por los vecinos.  Las autoridades de la ciudad amenazan con el desalojo del predio durante esta semana.

El 23 de mayo pasado, los vecinos recibieron la orden de desalojo y cierre, y desde ese momento recurrieron a varias instancias en defensa del Corralón. En un principio, el Poder Judicial porteño dio lugar a un amparo colectivo impulsado por varias agrupaciones en contra de “la puesta en valor” del Corralón de Floresta. Pero posteriormente, la jueza Andrea Danas falló a favor de las autoridades. “Nos  intimaron a abandonar el predio el 6 de octubre, sin horario fijo, tras lo cual decidimos convocar a un festivales de resistencia  los  días 5 y 6 de octubre. Por lo cual convocamos a la comunidad a dar apoyo”, señaló Catriel Varone, integrante de la huerta, muralista y miembro del grupo que brinda un taller de cerámica.

Mariano Cáceres, integrante de la Huerteca -el grupo que gestiona la huerta y la biblioteca del Corralón- explicó: “El primer proyecto de Plaza Cultural se realizó en 2005, que preveía que en el predio haya una plaza y un espacio para  grupos culturales. Pasó el tiempo y los grupos culturales crecieron exponencialmente”. Hoy, en el Corralón hay teatro para chicos, música, canto e improvisación, cine, huerta comunitaria, biblioteca, cerámica, escultura, entre otras actividades.  El fin de semana del 17 y 18 de septiembre organizaron en el lugar un encuentro nacional de copleros, con grupos venidos del norte argentino y de Bolivia y la huerta posee más de 30 variedades de especies frutales.

Según Cáceres, “el Gobierno porteño se acercó al espacio con la excusa de retomar el proyecto de Plaza Cultural, antes sacó a ocupas de la Barra de All Boys y a empresas que estaban ocupando el predio de manera ilegal, donde dejaron escombros. Nos invitaron a dialogar en la Comuna 10 por el proyecto que ellos tenían y cada vez que pedíamos que algo se concrete, las respuestas eran con evasivas”.  Ante esa situación, los vecinos formaron la asociación civil Grupos Culturales del Corralón de Floresta, que reúne a todas las iniciativas autogestivas que usan el predio.

En 2012 la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, con el proyecto del diputado Juan Cabandié, nombró al Corralón como sitio histórico en reconocimiento a su valor urbanístico, social e histórico. Cáceres agregó: “Es un espacio público que primero se dedicó a la recolección de residuos, fue utilizado por varias empresas, luego quedó abandonado y fue recuperado y limpiado con el trabajo de los vecinos”.

Varone detalla la argumentación que dan las autoridades para cerrar el predio: “Dicen que hay placas de fibrocemento que son cancerígenas y tanques de combustible enterrados donde funcionaron las empresas de transporte, hace mucho tiempo. Tienen que sacarlos, hacer un estudio ambiental y luego el proyecto de Plaza Cultural. La excusa para desalojar el predio es una cuestión de salud y ambiental. Lo cierto es que esta realidad contaminante está hace más de veinte años. Pero de esa manera, el predio estaría cerrado por un año y medio”.

Actualizado 6/10/2016