Por Ariadna Dacil Lanza
Fotografía: Julia Otero

El gobierno nacional tiene un extraño mérito. Haber logrado la unidad, si bien precaria, de las cinco centrales sindicales del país en un acto común por el Día del Trabajador.  Será el viernes, cuando las tres CGT y las dos CTA marchen y se movilicen en el centro de la Ciudad con una lista de reclamos hacia la administración de Mauricio Macri. Será el primer acto que contará con la presencia de Hugo Moyano (CGT Azopardo), Antonio Caló (CGT Alsina), Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca), Hugo Yasky (CTA de los Trabajadores) y Pablo Micheli (CTA Autónoma). La movilización también contará con la adhesión de organizaciones de la economía social, como la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), organizaciones sociales y partidos políticos.

En el centro de la escena estará el pedido de las centrales para declarar la emergencia en materia laboral. Hugo Yasky, secretario general de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA) pronosticó que, un eventual veto del Ejecutivo a las iniciativas que se discuten en esa dirección en el Congreso, dejaría a las centrales sindicales “ante la obligación de convocar a un paro general”.

En una entrevista exclusiva con ANCCOM, Yasky cuestionó la promesa de Macri de terminar con la precariedad laboral en medio de una ola de despidos. “Quiere curar una uña encarnada cortándote la pierna”, graficó.

El cuadro de “La manifestación” de Antonio Berni, y la camiseta de River firmada por el plantel visten las paredes de la oficina del dirigente sindical. Yasky sirve los vasos de agua y amplía su crudo diagnóstico a las últimas medidas sociales anunciadas por la gestión Cambiemos. “Son casi como grajeas homeopáticas para alguien que ha sufrido la embestida de un tractor”, juzga.

¿Cómo observa la situación social a cuatro meses de la asunción del gobierno de Mauricio Macri?

Los primeros cuatro meses del gobierno de Macri le han mostrado a los trabajadores el rostro del ajuste; hubo un aumento desmedido del precio de los alimentos, vino la devaluación que siempre tiende a licuar el poder adquisitivo de los salarios. A eso se le sumó el aumento de las tarifas de los servicios, y ahora el incremento del transporte. Todo esto no tuvo una compensación en términos de alguna política social que tendiera a mitigar el ajuste. Por el contrario, apareció de entrada un tema que generó rechazo y movilizaciones como fueron los despidos en el sector público, que ya suman 30 mil, y que generan un contagio en el sector privado, porque la actividad económica tiende a retraerse, producto del retroceso en el poder adquisitivo del salario.

Las grandes empresas, además de los despidos, están implementando suspensiones y cierre de turnos, ¿qué pasa con las pequeñas y medianas que tienen una situación más crítica?

Las grandes empresas tienen mayor elasticidad porque pueden manejar variables como el adelantamiento de las vacaciones o las suspensiones, pero las pequeñas empresas, de cinco o nueve empleados, tienen un margen muy reducido para eso y sienten de manera muy fuerte tanto la caída del consumo, porque no pueden acumular stock, como el aumento de las tarifas. Están entrando en un cuello de botella porque les cuesta hacer frente al aumento. El cuadro es muy preocupante porque el gobierno anuncia medidas que benefician  sobre todo a sectores poderosos de la economía pero no tiene una agenda para las PyMEs ni para los trabajadores, entonces todo se agota en una suerte de imprecación, te dicen que tenemos que esperar a que lluevan dólares o que vengan las inversiones. Pero nadie va a invertir productivamente en un país que hoy ofrece la posibilidad de obtener grandes tasas de ganancias en corto plazo especulando financieramente. Estamos en un problema de concepción de quienes gobiernan, que aplican esto como si fuera un dogma, porque es lo que desde las empresas que dirigen siempre han sostenido, y, lamentablemente, esto tiene arrinconado a grandes sectores de nuestro pueblo que empiezan a sentir las consecuencias.

¿Hay un exceso de confianza en la llegada de inversiones para reactivar la economía?

La denuncia de las sociedades de la familia Macri en Panamá nos pone frente a una contradicción. El presidente pretende que los inversores externos vengan a generar empleo, cuando los argentinos, incluido él, optan por los paraísos fiscales sacando la plata del país. Hoy en la Argentina se pueden hacer grandes negocios financieros, en tres o seis meses, y nadie va a correr el riesgo cuando las tasas de ganancia productiva están por debajo de las financieras. Está claro que el pago a los fondos buitre y el inicio del ciclo de endeudamiento les va a servir a los que siempre tuvieron el capital para hacer negocios y obtener tener más capital. A los que siempre tuvimos salarios de hambre,  nos va a servir para tener, todavía, más salarios de hambre.

¿Cuál es la situación de los empleados públicos que entraron en la revisión de contratos y que vencieron en marzo?

Macri heredó una situación de precariedad laboral en el Estado, que es una de las asignaturas pendientes que dejó el anterior gobierno y le facilitó esta sangría de despidos. Porque como eran contratados, ni siquiera se hicieron cargo de mandarles telegrama de despidos. Por eso el trámite fue tan grotesco, de hacer listas, con policías en la puerta que decían ´este entra y este no entra´ y no mandaron los telegramas. Lamentablemente esto nos dejó en una situación de vulnerabilidad total y los que siguen trabajando saben que tienen una inestabilidad absoluta en términos laborales. Porque a pesar de que Macri dice que ha venido al gobierno a terminar con la precariedad, su manera de hacerlo es echando a todos los precarios. Esto es como decir que vas a curar una uña encarnada cortando la pierna.

¿Se niega esta situación de forma deliberada?

Creo que la política del gobierno para los trabajadores, para los sectores populares, por un lado consiste en negar la realidad y utilizar el blindaje mediático para que los grandes medios de comunicación se dediquen a mostrar la caza de los corruptos como un deporte nacional y hablen de cualquier cosa menos de lo que están sufriendo los trabajadores. Y por otro lado, a tratar de montar escenas como la que hicieron en el Centro Cultural Néstor Kirchner donde trajeron al gurú de la felicidad para explicarles a los opulentos qué digna puede llegar a ser la pobreza cuando uno sigue los consejos de los manuales de autoayuda. Es lamentable que un gobierno en la campaña electoral dijera que no venía a hacer el ajuste, que no se dejaran correr por la política del miedo, y ahora están haciendo estas cosas.

¿Son suficientes las medidas que anunció el gobierno para los sectores populares, como la quita del IVA de los productos de la canasta básica de alimentos?

Son medidas casi como grajeas homeopáticas para alguien que ha sufrido la embestida de un tractor. Se ha hecho mucho daño con estas políticas, y el gradualismo ha brillado por su ausencia en lo que es más sensible a los sectores de menor poder adquisitivo como son  las tarifas de gas, electricidad y los alimentos. Hoy tenemos, por ejemplo, aumento de demanda en los comedores escolares como no lo veíamos en mucho tiempo, o vemos sectores de la clase media que van  retrocediendo en su nivel de consumo para limitarse a los alimentos.

El Centro CIFRA de la CTA está dedicado a la investigación del mercado de trabajo, el desarrollo económico y problemáticas sociales. ¿Qué importancia tiene contar con mediciones y estudios propios en contextos como el actual?

Al INDEC antes se lo ha criticado porque publicaba cifras que no se correspondían con la realidad. Ahora directamente no hay cifras, es clara la parálisis y el hecho de que algunas consultoras privadas prefieran no dar a conocer públicamente los números que registran porque implica mostrar un panorama que al gobierno no le conviene. Carecemos de parámetros objetivos. De todas formas, CIFRA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina) y CEPA (Centro de Economía Política Argentina) están dando datos sobre el incremento de la pobreza, el descenso de los salarios, los aumentos de los niveles de desocupación, que demuestran claramente que el efecto del ajuste es nocivo para los sectores populares. Dentro de los despidos hay algunas áreas que son muy sensibles, que tienen que ver con las prestaciones sociales y con las políticas para los sectores más vulnerables de la economía, que garantizaban desde los camiones sanitarios que recorrían los barrios, hasta los empleados del sector público que tenían a cargo tareas sociales como los planes de vacunación. Son muchas cuestiones que para un CEO de una multinacional deben ser absolutamente prescindibles. Acá se había logrado que las políticas públicas penetraran en sectores donde culturalmente es muy difícil que se puedan dar con la continuidad y seguimiento, como por ejemplo los planes de vacunación, Ahora se ha producido un daño que tiende a consolidar las desigualdades y las zonas de exclusión de la pobreza estructural.

En este contexto de ajuste para los sectores sociales más vulnerables, se postula la unidad de las cinco centrales el 29 de abril…

Se pudo, en un proceso que no fue fácil, acercar las posiciones de las cinco vertientes, tres de la CGT y dos de la CTA, y converger en la convocatoria a un acto el 29 de abril que, más allá de conmemorar el Día del Trabajador, puso en la mira la demanda de políticas sociales frente a este panorama de destrucción y avasallamiento de las conquistas de los más vulnerables. En ese sentido, el eje fue una ley de emergencia ocupacional que permita ponerle freno a los despidos que actualmente se están produciendo en el sector público y en el privado. Se busca generar una serie de instrumentos que les permita a las PyMEs hacer frente al pago de salarios con recursos del sector público para sostener el empleo mientras dure la crisis. En el caso del empleo público se prohíbe directamente el despido sin causa, y se plantea que esta emergencia se extienda por doce meses para evitar que se produzcan despidos en ese período. De alguna manera es tomar el argumento que da el propio gobierno, de que dentro de seis meses o un año la activación económica y las inversiones van a generar fuentes de trabajo. Nosotros decimos que hay que proteger durante ese período a quienes pueden quedar desempleados, porque hoy no hay condiciones para que el que pierda un trabajo pueda encontrar otro en lo inmediato. De todos modos, es asombroso que el gobierno se niegue a que haya una ley de estas características, porque se trata de una ley de emergencia, transitoria, y que permitiría a los que pierdan el trabajo en este período sostenerse hasta que llegue ese tiempo de reactivación que el gobierno dice que va a venir.

¿Por qué los proyectos de emergencia laboral plantean la reincorporación de los despidos a partir de marzo, si empezaron en diciembre? ¿Fue el límite del acuerdo que lograron?

En parte porque legalmente una ley no puede ser retroactiva en su aplicación, así que por más que pusiésemos el 1 de febrero, cualquier presentación ante la Justicia la haría vulnerable, y hasta se podría vetar ese artículo con un argumento legal. Entonces se acordó establecer un  corte el 1 de marzo. De todos formas, si se pudiera aprobar esa ley en un tiempo razonable –porque no serviría de mucho si se tarda tres o cuatro meses en sancionarla- sería muy útil porque muchos despedidos podrían ser revisados, otros tendrían el derecho a una suerte de indemnización que hoy se les niega porque eran contratados, y además significaría un paraguas abierto para ambos sectores. Esto es clave, porque los despidos no llegaron a 30 mil y terminaron, sino que es un proceso que tiende a avanzar.

El macrismo ya se manifestó en contra de una ley de emergencia laboral y de hecho está trabajando un proyecto alternativo…

Yo creo que están tratando de generar un efecto de distracción en la opinión pública, plantean ahora una ley de primer empleo que puede llegar a ser complementaria de la emergencia laboral, pero si no paras la sangría de los despidos qué sentido tiene hablar de una ley de primer empleo. Es una incoherencia absoluta. Está claro que quieren mostrar, ´nosotros tenemos iniciativa, sensibilidad social, acá está la prueba, tenemos la ley de primer empleo, pero la otra la vamos a vetar´. Es actuar de mala fe, porque si uno tiene realmente la preocupación de garantizarles el primer empleo a los jóvenes, lo primero que tienen que  hacer es parar con los despidos que  están haciendo en el nivel público, porque muchos de los que están despidiendo eran jóvenes que por primera vez tenían un trabajo estable.

De hecho el oficialismo está negociando con el Frente Renovador, que apoyaba la declaración de emergencia laboral, para llegar con los votos que necesita la nueva iniciativa…

Lo del Frente Renovador es preocupante porque si bien los diputados que componen ese bloque, integrado por muchos que vienen del sindicalismo, advirtieron que van a sostener el proyecto de ley, Sergio  Massa, que es el referente del bloque, en este momento parece haber sido seducido por la idea del oficialismo de que esta ley no tiene que avanzar. Lamentablemente se ha prestado a este juego, porque él tuvo un protagonismo muy grande el día que fuimos las cinco centrales al Congreso, donde se comprometió públicamente a apoyar la iniciativa, pero parece que ahora se inclina por un proyecto que, al igual que el del primer empleo, es complementario de la ley de emergencia. Se trata de un proyecto de asistir con créditos y otros incentivos a la pequeña empresa. Esto es absolutamente complementario, sería un excelente paquete de leyes de una agenda social muy necesaria. El viraje de Sergio Massa es reciente, de manera que todavía estamos midiendo qué efecto se produjo hacia adentro. Lo que sí sabemos, porque hemos hablado con ellos y otros lo han dicho públicamente, es que van a seguir sosteniendo el proyecto, tanto Facundo Moyano, como Daer por ejemplo. Ellos dicen que el bloque puede ir a una votación dividida y que ellos pueden llegar a traccionar muchos votos para conseguir la mayoría que hace falta. Y si se da la escena del veto presidencial, ahí ya estaríamos jugando en otra pantalla. Porque sin lugar a dudas, las cinco centrales estarían frente a la obligación de convocar a un paro general y una movilización a Plaza de Mayo, y quizás entraríamos a una escala de lucha que interpreten mejor la necesidad de los que hoy están acorralados por el ajuste.

¿Todos los sectores sindicales van a por lo mismo el 29?

Creo que va a haber matices que se van a advertir en los discursos y en el palco, pero en la calle va a haber homogeneidad absoluta. Sea del gremio que sea, quienes vayan saben que van a protestar contra el ajuste, a pedir una ley que pare los despidos, para lograr un respiro en una situación que asfixia cada vez más al bolsillo de los trabajadores. En ese sentido será un excelente acto y creo que es lo mejor y más inteligente que podríamos haber hecho: unificar las centrales y hacer una demostración de fuerza hacia el gobierno. Después, hacia adentro, habrá lecturas que tendrá que ver con los espacios de disputa dentro de la CGT a cargo de las tres vertientes que hoy se expresan, algunos especularán con los matices o cuánta gente movió cada una. Pero creo que la lectura más importante es la de pensar que si se trata de una multitud de trabajadores la que se expresa en las calles y lo hace en unidad, habremos dado un paso importantísimo para no estar tan desválidos frente a este gobierno que tiene la potencia de ser el gobierno que apoyan los grandes grupos económicos, la clase dominante, los sectores más opulentos, los dueños de medios de comunicación y los jueces que forman parte de una casta que defienden los intereses de las minorías de privilegio.

¿Hay conversaciones con la otra CTA sobre una posible unificación?

Sí, es un tema que se está conversando. Con Pablo Micheli hemos coincidido en la necesidad de que esta unidad en la acción que se ha venido llevando adelante, hemos estado juntos en varios actos con compañeros estatales, en el de CTERA con el paro y movilización, y ahora vamos a volver a estar juntos en la marcha convocada por las cinco centrales. La idea es que todos estos episodios en los que nos unifica la acción, nos vayan llevando hacia  un camino de unidad orgánica. Eso está en la agenda y creo que tendríamos que pensar que a lo largo de este año, se puedan dar pasos en concreto.

Publicado 27/04/2016