May 20, 2015 | destacadas
El movimiento obrero cuenta entre sus filas un nuevo sindicato: la Unión Informática (UI), agrupa a los trabajadores de la industria tecnológica, y desde 2013, ha ganado presencia en las principales multinacionales de todo el país como IBM, Accenture, Atos Origins y NCR. El sindicalismo informático irrumpe así en el mundo del trabajo para aggiornar las prácticas tradicionales e imprimirle su impronta.
Los trabajadores informáticos del siglo XXI se enfrentan con nuevos y viejos problemas: empresas multinacionales que contratan fuera de convenio, un Estado que busca crecer con inversiones extranjeras, sindicatos históricos que no quieren ceder poder y vacíos legales que permiten la explotación laboral. Estas condiciones tienen como marco de referencia una cultura neoliberal – nacida en los 90 -, impresa a fuego en las relaciones laborales con un alto grado de fragmentación de tareas, trabajo a distancia y desactivación de la capacidad de organización de los empleados. La historia de Unión Informática comenzó en 2010 cuando un grupo de trabajadores decidió defender sus derechos en una de las compañías más antisindicales del planeta: IBM.
En vísperas de los festejos del Bicentenario, Pablo Dorín, Ignacio González Lonzieme y Christian García, junto a otros empleados de la multinacional tomaron la iniciativa de enfrentar la leyenda corporativa que contaba que si escribían la palabra sindicato en un correo electrónico, al día siguiente vendría un OVNI y los abduciría. En momentos en que su salario se igualaba con el de un vendedor de ropa, la necesidad de mejoras salariales fue determinante para dar el primer paso a pesar de los temores. González Lonzieme, secretario gremial, señala que para la empresa no existía el sindicalismo ni reconocía la existencia de la organización de los trabajadores: “La gente más antigua de la empresa comentaba que siempre había algún sindicato dando vueltas y en cuanto te afiliabas, al día siguiente te llegaba el telegrama de despido”.

La primera puerta que golpearon fue la de la Central de Personal Telefónico (CEPETEL), histórico sindicato que fue desguazado con la llegada de las privatizaciones y que tras la crisis del 2001 se reorganizó y se unió a la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
Por primera vez en 85 años, este grupo de informáticos logró una elección abierta de delegados en todas las sedes de la multinacional. Sin embargo, la representación gremial no era suficiente ya que los IBMers veían que sus demandas no eran escuchadas y no encontraban respuestas a sus necesidades: «(En CEPETEL) no nos vimos representados, no compartíamos la forma de construcción que tenían. Entonces, decidimos abrirnos y hacer lo nuestro porque queríamos un sindicalismo distinto, fundamentalmente desde lo desde lo comunicacional”, cuenta Ignacio, profesional IT de 31 años, estudiante de Derecho, y recuerda las primeras reuniones hasta tarde en Norcenter porque no tenían un espacio propio.
El primer traspié no los detuvo sino que les dio fuerza para golpear la segunda puerta, esta vez en Azopardo 802, y encontrarse en el Edificio de los Trabajadores con Facundo Moyano, diputado nacional y dirigente del Sindicato Único de Trabajadores de Peajes y Afines (SUTEP). “El entendimiento ffue muy rápido. Facundo tiene 30 años, compartimos los códigos y las vivencias. Nos impulsó a tener un sindicato de la actividad dirigido por nosotros y nos puso en contacto con su hermano abogado”, destaca Ignacio en las nuevas oficinas de la calle Estados Unidos, en pleno trabajo de pintura con la ayuda de los afiliados.
El proceso de oficialización implicó más tiempo del esperado. Habitualmente, el Ministerio de Trabajo tarda noventa días en otorgar la inscripción gremial. Sin embargo, tras varias presentaciones judiciales y manifestaciones en la calle Alem, el trámite llevó dos años y medio. Las razones son varias, según esgrime González Lonzieme: “El gobierno sistemáticamente niega las inscripciones gremiales. En aquel momento el vínculo del gobierno con el moyanismo era positivo y luego cambió, lo cual es probable que haya influido. Pero más decisivo fue el lobby de las empresas que de ninguna forma querían un sindicato».
Unión Informática se caracteriza por sus manifestaciones frente a las empresas con el fin de visibilizar el reclamo con todo el Consejo Directivo presente, huelga, acampe y bombos al mejor estilo del sindicalismo combativo. El 28 de octubre de 2013 recibieron la inscripción gremial y su Secretario General, Pablo Dorín, sentenció en un acto en la CGT que se había acabado la fiesta informática. Un mes después, pararon durante tres semanas en Parque Patricios, la planta de Tata Consultancy Services, una multinacional de origen hindú, hasta conseguir un acuerdo con la empresa para llevar al salario mínimo a $5.000. Actualmente, un sueldo básico en la industria IT ronda los 8000 pesos y a esto se suma presentismo, antigüedad y título, que en muchas empresas antes de UI no eran considerados. Por ejemplo, los empleados de las principales consultoras de software son contratados mientras estudian, se les paga bajos sueldos y se les ofrece «rewards por performance», al mejor estilo Mc Donalds. Se trata de recompensas por efectividad en el trabajo que pueden consistir en vouchers en restaurants y casas de ropa o gimnasio pago, nutricionista y días de spa. Estos nuevos ingresantes al mercado laboral tienen poco o nulo conocimiento político. Muchos de ellos sueñan con ser Bill Gates pero terminan haciendo testeos de software cuando estudiaron para crearlo. En pocos casos, negocian sus condiciones laborales de manera individual a sabiendas de que en ciertas áreas IT el conocimiento que poseen se cotiza alto por su escasez, razón por la cual trabajan seis meses en un proyecto y luego mudan a otra empresa. “Es una cuestión cultural que está relacionada con el predominio de una cultura individualista que fue ganando terreno en los 90, cuando eestas empresas se hicieron más fuertes. Es difícil que la gente participe, se afilie y realice una medida de fuerza», dice González Lonzieme mientras hace un alto en su trabajo remoto, otra forma de precarización laboral aun no legislada. El hecho de estar bajo el ala del moyanismo los ayudó, pero no les dio ninguna ventaja práctica. “Tratamos de aggiornarnos a las ideas, a la comunicación, a la forma de militar. No es la misma forma de participación que había antes. A veces discutimos la palabra compañero porque es parte de la mística pero no es propio de nuestra disciplina. Si bajamos con la doctrina peronista no se suma nadie y además está fuera de tiempo. Tratamos que se vayan los fantasmas y el miedo que tiene la gente sobre el sindicalismo. En general, lo que conduce a los jóvenes a meterse en el tema sindical son las ganas de querer cambiar las cosas».
Unión Informática forma parte de Juventud Sindical, la agrupación dirigida por Facundo Moyano que nuclea a los nuevos rubros, tales como Peajes, Jerárquicos de Comercio y Call Centers. Estos gremios reconocen los defectos históricos del sindicalismo como proscribir a un compañero porque no es peronista o prohibir las elecciones libres, ya que lo consideran prehistórico. El desafío que tiene por delante la UI es el de crear conciencia en los trabajadores IT y empoderarlos para realmente reiniciar el sistema, como postulan desde su eslogan, con objetivos tan básicos como lograr un Convenio Colectivo de Trabajo y una categorización real según disciplinas y especialidades.
May 19, 2015 | destacadas
El fracking es una técnica de fractura hidráulica para extraer gas natural de manera no convencional desde capas rocosas profundas. La primera perforación es vertical hasta llegar a una profundidad de entre 1000 y 5000 metros. Una vez localizada la parte rocosa, que en sus poros contiene el gas, se desplaza de modo horizontal e inyecta cantidades de agua y arena con sustancias químicas a gran presión. La roca se rompe y libera el gas que asciende a través del pozo. “Lo más grave del fracking es la contaminación del agua. Todas las aguas (superficiales y subterráneas) que consume el ser humano y los animales se ven perjudicadas con este método que llega más abajo. El peligro son las consecuencias que puede traer la filtración de los químicos o de gas en esas aguas” cuenta a ANCCOM Luis Laferriere, docente de Economía de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) y miembro del Movimiento Entre Ríos libre de fracking, organizador del evento.
Entre las buenas noticias de la cumbre, el profesor Laferriere destaca la existencia de veintisiete ciudades entrerrianas con ordenanzas firmadas o en trámite que impiden esta técnica en sus áreas. Este trabajo minucioso de cada municipio se debe a la acción de los asambleístas que buscan protegerse frente hecho de que el proyecto de ley presentado por la diputada provincial del Frente Amplio Progresista (FAP) María Emma Bargagna para declarar la provincia libre de fracking duerme el sueño de los justos. “Fue presentado en 2011 pero los diputados del oficialismo no lo trataron porque ellos están a favor del fracking, por sus beneficios. Ahora lo volví a presentar y pasó a comisión, pero tampoco lo van a tratar”, señala la legisladora miembro del Movimiento Entre Ríos libre de fracking, quien recuerda las estrechas relaciones entre el CEO de YPF, Miguel Galuccio, y el gobernador Sergio Uribarri. “Algunos diputados oficialistas fueron invitados a un “Frackingtour” por Vaca Muerta para que luego vinieran a la provincia a hablar de sus bondades”.
La historia de esta forma de extracción no convencional comenzó en Estados Unidos en la década del 40 pero fue perfeccionada por el petrolero George Mitchell en los 90s y se popularizó con el fin de lograr la independencia energética de los países de la OPEP. Estados Unidos calcula que por medio de esta técnica aplicada sólo en Dakota del Norte puede reemplazar las importaciones de Venezuela y Nigeria.
El fracking fue prohibido en Francia, Irlanda del Norte y Bulgaria por sus consecuencias sobre el medioambiente; Argentina entró al modelo fracking sobre la formación geológica de Vaca Muerta, en Neuquén. Así fue como en 2010 se firmó un acuerdo de trabajo entre YPF y la provincia de Entre Ríos para el Desarrollo de Proyectos Exploratorios de Hidrocarburos, que fue resistido por la comunidad organizada hasta el punto que el Gobernador Uribarri negó que existiera el acuerdo. En 2012, YPF anunció un acuerdo con Chevron para explotar esta región pero los conflictos con Ecuador que había denunciado a la empresa por desastre ecológico, impidieron su concreción. En 2013, la empresa Gas & Petróleo Neuquén llevó a cabo el primer fracking en Vaca Muerta con la benevolencia del gobernador Jorge Sapag.
Los logros obtenidos en esta cuarta Cumbre fueron contados a ANCCOM por sus organizadores; tanto el profesor Laferriere como la diputada Bargagna coinciden en que la firma de un documento público por parte de algunos precandidatos a gobernador por la provincia de Entre Ríos es un avance muy importante “porque estos candidatos prometen defender la provincia del fracking y van a tener en su agenda de gobierno una política de energías renovables siempre orientado al cuidado del acuífero guaraní. Es un compromiso que asumen en un año electoral”,
Finalmente, Barbagna declara que la propuesta a largo plazo se vincula con “la constitución de una agenda pública que permita salir de esta matriz energética de los fósiles para ingresar paulatinamente en las energías renovables teniendo en cuenta la ideas expuestas por Roberto Bertinat”, un experto en energías alternativas: se han ido implementando en la provincia de Santa Fe como el aprovechamiento del viento, aunque no sea del tipo patagónico, ya que lo importante es que mantenga intensidad, continuidad y dirección. Actualmente, se están haciendo pruebas en Venado Tuerto, Rufino, Las Rosas y San Jorge.
Además, lograron establecer un amplio diálogo con asambleístas de Tacuarembó y Paysandú que tienen más experiencia en la defensa contra el fracking. En Uruguay, hay cinco militantes procesados por intentar detener unos camiones que comenzaban el trabajo de fracking, con los cuales la Cumbre se solidarizó. Al respecto, se presentó un pedido al Congreso de la Nación de derogación de la llamada ley antiterrorista que persigue a luchadores sociales y también de la ley de Hidrocarburos, por ser una entrega de soberanía.
May 11, 2015 | inicio
Actualmente los comuneros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se encuentran finalizando su primer mandato –que habían iniciado en 2011– y se enfrentan a las posibilidades de cambio o renovación en las próximas elecciones del 5 de julio. A pesar de esto, gran parte de los ciudadanos desconoce quiénes son los miembros a elegir y cuáles son sus responsabilidades en tanto representantes del barrio. “Hay gente que no está enterada qué es un comunero. Todavía al día de hoy hay gente que no sabe cuál es específicamente la función de un comunero y la mayoría desconoce que existe una ley de comunas, desconocen que deberían tener el derecho a participar”, aseguró Laura Maggi, vecina y militante de la Comuna 12 (Coghlan, Villa Urquiza, Saavedra y Villa Pueyrredón).
La ley número 1777, denominada Ley orgánica de Comunas, sancionada en septiembre del 2005, definió como objetivos principales de la división comunal: “la descentralización de las funciones administrativas y políticas del Gobierno de la Ciudad, la participación ciudadana en el proceso de toma de decisiones y la promoción de los mecanismos de democracia directa para la consolidación de la cultura democrática participativa”. Pero recién en 2008 comenzaron a funcionar cuando se establecieron los límites que definieron el territorio asignado a cada Comuna, quedando conformadas, de esta manera, las 15 Comunas que agrupan la totalidad de los barrios de la Ciudad.

Según la Ley, el gobierno de las Comunas es ejercido por un órgano colegiado: “la Junta Comunal, integrada por 7 miembros”. Los miembros de la Junta son elegidos por los ciudadanos de forma directa durante las elecciones ejecutivas y legislativas de la Ciudad, y también permanecen en el cargo durante cuatro años. El miembro que recibe mayor cantidad de votos es designado Presidente de la Junta, y será quien se reúna con los demás presidentes de las Comunas y con el poder Ejecutivo. Los actuales –y primeros– comuneros fueron electos en 2011. Las Juntas quedaron conformadas por las tres fuerzas mayoritarias en ese momento: PRO, Frente para la Victoria y Proyecto Sur, estableciendo de esta manera en todas las Comunas un presidente por el PRO junto con dos o tres miembros más del mismo partido, uno o dos miembros del Frente para la Victoria –según cada distrito– y un miembro de Proyecto Sur.
Además de la Junta Comunal, la ley crea el Consejo Consultivo Comunal como organismo asesor en las decisiones de cada Comuna, y como modelo de ampliación para la participación popular: “El Consejo Consultivo Comunal está integrado por representantes de entidades vecinales no gubernamentales, partidos políticos, redes y otras formas de organización con intereses o actuación en el ámbito territorial de la Comuna”.
Si bien formalmente la descentralización figura como esencia de la legislación, la realidad es que las Comunas aún no obtienen las jurisdicciones para poder gestionar las atribuciones que les corresponden, continúan siendo dependientes del Gobierno de la Ciudad, y solo cuentan con responsabilidades menores: “Lo que nosotros manejamos cotidianamente es el mantenimiento y mejora de los espacios verdes, el arbolado urbano, o sea la poda y el mantenimiento del arbolado. Después también hacemos obras comunales: mejoras, puestas en valor de plazas, de espacios de barrios, de lugares públicos y hacemos la parte de los arreglos de la vereda. Pequeñas intervenciones en espacios públicos”, explicó Maximiliano Corach, presidente por el PRO de la Comuna 14 (Palermo). Edith Oviedo, miembro por el FPV de la Junta, en la Comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución), agregó: “Al no tener jurisdicción que es lo que te permite que los fondos sean trasladados a cada una de las 15 Comunas, se impide totalmente que podamos gestionar, sabiendo nosotros qué hacer con el presupuesto, y dónde están las necesidades reales de los vecinos, se nos impide la acción. El Ejecutivo sigue definiendo las obras, los montos y las licitaciones”.
Según Oviedo, en la Comuna 1 los problemas son mayores cuando se actúa desde “la no gestión”. La comunera – que se postula para presidente de la Junta en las próximas elecciones– sostiene: “Hay que luchar constantemente para que los consejos consultivos sean aceptados como dice la Ley, porque eso tampoco se logró. La ley dice que dentro de las Juntas comunales, es la obligación del presidente de cada comuna gestionar para que el consejo consultivo cuente con lo necesario para operar, que es poner en marcha la democracia participativa y deliberativa de los vecinos. Eso no sucede”. Pero la mirada desde la Comuna 14 difiere cuando Corach afirma que a pesar de todo “se ha hecho una descentralización de competencias bastante amplia, manteniendo la responsabilidad de que esto no influya negativamente en el servicio que se presta a los vecinos”.

Para Laura Maggi, el funcionamiento de los Consejos Consultivos es fundamental si se quiere consolidar el proceso de descentralización: “Las obras siempre termina decidiéndolas el ejecutivo. Un día te encontrás con que todas las plazas de la Ciudad están intervenidas, están cerradas y están trabajando adentro. A nadie se le consultó, a los vecinos no se les consultó si preferían que pongan plata para ponerle juegos nuevos a la plaza o que mejor, tal vez, en una Comuna como la mía –la 12– donde de golpe tenés gravísimos problemas por el tema inundación, hay muchas otras obras que son más importantes que poner juegos nuevos o aparatos de gimnasia en la plaza. Y ya está hecho, ya está decidido. Se decide desde el Ejecutivo. No existe la famosa descentralización que debió existir desde el momento que salió la ley de comunas, en la que los vecinos de cada comuna decidan cuáles son las obras necesarias para su barrio”.
Con respecto al desconocimiento sobre el accionar de los comuneros, Oviedo manifestó: “La idea básica del PRO fue que los comuneros no tuviéramos gestión. Y no sólo por una decisión política, o una decisión del manejo del dinero, fue una decisión para que no tuviéramos visibilidad. Porque ya para la primera elección de comuneros, lo que se debía cumplir como proceso de difusión tampoco se cumplió. Hay poca participación y mucho desconocimiento del vecino”. Además concluyó que el cambio debe ser en conjunto entre los comuneros y los ciudadanos: “Yo creo que hay un laburo mucho más grande para hacer: entender cómo comprende la gente en general, esto de la participación”.vida
May 5, 2015 | destacadas
El Movimiento por laley nacional de danza se propone dignificar a la actividad, que sus trabajadores tengan derechos y a que sea fomentada por el Gobierno Nacional. Así lo sostiene María Noel Sbodio, actual coordinadora del movimiento: “El proyecto de ley nacional de danza surge más o menos en el año 2008, cuando se convocó a una reunión a la comunidad afín. Hacía rato que se venía hablando sobre esta ley, pero nadie tomaba la iniciativa. El teatro y el cine ya tienen su regulación, pero la danza siempre está relegada. Es algo difícil, porque hay muchos géneros y tipos de danza. Nosotros tratamos de instalar la idea de que todos somos trabajadores de la danza y eso nos unifica, todos tenemos que pelear por lo mismo, sin importar a qué se dedica cada uno en el movimiento”.
El pasado 29 de abril, Día mundial de la danza, se realizó en la Facultad de Derecho el Foro Argentino de Danza. Sbodio cuenta que este evento “nació para seguir pidiendo que se aplique el proyecto. Queremos fomentar la idea de que necesitamos estructurar el sector. Intentamos que cada provincia logre su propio foro, que haya representantes en todas las provincias”. El 29 de abril, pero del año pasado, se presentó el proyecto de ley en el Congreso, junto con las 10 mil firmas de personas cercanas a la danza que lo acompañaron.

Actualmente, comentó Sbodio, “el proyecto está en el Senado, en la comisión de Comunicación y Cultura, sin ser tratada por el momento”. “Para que el proyecto se lleve a cabo, tiene que tomarlo un legislador, pero nosotros no queremos que se lo apropien, sino que se mantenga la neutralidad partidaria”, añadió.
“No me voy de joda, me voy a bailar. Me rompo los pies, el alma y el cuerpo. Hay un montón de cosas que implican que no es un divertimento, es un laburo y un disfrute. ¿Por qué el laburo no se ve como un disfrute? Y ¿Por qué el disfrute no se ve como un laburo? Están mal los conceptos a nivel social”, se pregunta Natalia O’Connor , profesora nacional de danzas y artista. “El hecho de bailar constantemente sin regulación está naturalizado, para muchos estás de joda, la mayoría entiende que el arte es un hobbie, un placer y no un trabajo. Como tomarte un café, y leer un libro”. Agregó. Al día de hoy, no existe ninguna ley que ampare a los trabajadores. “A vos te hacen un contrato que no está regulado, no hay una ley que me respalde si a mí me pasa algo”, contó O’Connor.
Para Sbodio existe una necesidad: “Que el Estado reconozca a la danza como una actividad a fomentar y al mismo tiempo crear un Instituto Federal de Danza. Justamente, la ley de fomento lo que brinda es el status del trabajador a todos los bailarines, coreógrafos y afines. Lo que no logró la danza hasta ahora fue esa organización y el debate, un tema de unificar todo en un solo sindicato”.

Como primer paso, el movimiento que coordina Noel Sbodio se plantea crear una ley de fomento y como segundo, crear una laboral y así el sindicato de trabajadores de la danza. “Desde el principio, nos preguntamos si queríamos una ley de fomento o una ley laboral. Elegimos empezar por la primera, y lo laboral viene ahora donde planteamos crear un sindicato de trabajadores de la danza”, agregó Noel. Según los datos del movimiento que impulsa la ley, existen en nuestro país más de 15 mil trabajadores que entrarían dentro de esta regulación. Ninguno de ellos cuenta con obra social, vacaciones ni ART. En su experiencia, O’Connor recuerda: “Tuve muchísimos yesos y cuando me pasaba algo tenía que usar la obra social de mis padres”. Y agrega: “Como profesora nacional de danzas, al no estar regulado nuestro trabajo, aunque estés enfermo o tengas algún problema, vas igual a trabajar, y así se te pueden ir los alumnos para otro lado”.
En cuanto a la trayectoria que un bailarín promedio puede lograr, con estas condiciones laborales, Natalia O’Connor afirma que “en el momento que se instale la ley, vamos a estar un poco mejor todos, tantos los empleados como los empleadores, podremos defendernos y entrar al circuito del trabajo corriente, yo con 40 años ya tengo que buscar otra forma de vivir, nadie me reconoce todos los años de trabajo, no tengo jubilación”, añadió. “Está la idea de que el arte es para unos pocos, y en realidad el arte es gratis y es para todos. El problema es que el sistema educativo no incluye el arte, por ende no se le da valor. Es como si vos le decís a tu vieja ‘quiero tocar la guitarra todo el día- como dice la canción- y que a gente se enamore de mi voz ‘ . ¿Por qué eso no puede ser tu laburo? La mayoría dice que eso es de vagos pero para tocar la guitarra hace falta un aprendizaje, eso es hacer arte”, reflexionó la profesora de danzas.
May 5, 2015 | inicio
Hijos del «que se vayan todos”, contemporáneos de una realidad que encontró en la política una nueva forma de relacionarse con el club de sus amores, son, quizás, síntoma de una generación que no se conforma con criticar desde la tribuna, sino que quiere informarse, escuchar demandas, debatir y trabajar para resolverlas.
Franco Caselli, con apenas 19, preside desde 2013 la Agrupación La Liberti, que cuenta con alrededor de dos 1.000 inscriptos de River: “En mi casa siempre se respiró política. Esteban, mi abuelo, fue un militante histórico del Peronismo y ocupó cargos relevantes en la mayoría de los gobiernos democráticos. Antonio, mi padre, embajador de la Orden de la Cruz de Malta en la Argentina con tan sólo 30 años de edad, es además uno de los dirigentes más votados en la historia de River».
Otros testimonios se presentan alejados de la tradición familiar; Matias Scinica es parte de Boca es Pueblo, una organización que se reconoce como democracia de base, con dirección colectiva y sin cargos. Desde hace unos años, su club viene aplicando medidas que tienden a excluir a las clases más bajas lo que le produjo «mucha rabia» y lo alentó a participar.
Ignacio Scarcia sabe que «son el futuro». Al igual que varios pibes comenzó a participar en reuniones de distintas agrupaciones en Racing. Recién en 2013 un amigo lo llevó a conocer Racing Cambia y se enganchó tanto, que tiempo después ocupó cargos en la comisión de socios y filiales. Además, en las últimas elecciones realizadas en diciembre de 2014, integró un frente electoral, denominado Racing Unido, que terminó segundo.
Sufrir una desigualdad o sentir la necesidad de ayudar puede funcionar como motivo suficiente para involucrarse. Para Franco Caselli fue algo más traumático: «Me terminé de involucrar cuando el club atravesaba el peor momento de su historia. Ahí entendí que no alcanzaba con ser hincha o socio, que había que transformar la realidad desde adentro». Para todos los hinchas de River, junio de 2011 no será una fecha más. En lo deportivo, marcó el primer descenso a la segunda división del fútbol argentino.

Franco Caselli de la Agrupación Antonio V. Liberti. Fotos: Romina Daniela Morua – ANCCOM.
La transición que vivió Franco, tras un golpe emocional, no se corresponde, por razones obvias, con los otros casos aunque encuentra puntos de contacto: «Empezamos con la actividad política en el club cuando nos dimos cuenta que si los hinchas no militábamos para cambiar las cosas, nadie lo haría», cuenta Matías Scinica.
Uno de los mayores reclamos de los hinchas de Boca tiene que ver con la posibilidad de ir a ver al equipo cuando juega de local. Por razones de capacidad, o limitaciones estructurales, La Bombonera quedó chica, razón por la cual el club no acepta nuevos socios ni pone entradas a la venta. La dirigencia actual ideó la categoría de socio adherente -con derechos limitados- para oxigenar la situación; pero para la inscripción es necesario emitir el pago con tarjeta de crédito o mediante débito automático.
Boca es Pueblo quiere recuperar la identidad del barrio de La Boca y que todos tengan los mismos derechos. Es decir que los hinchas no se queden sin poder ver a su equipo porque su lugar es ocupado por turistas o empresarios. «Logramos elevar el nivel de conciencia del hincha», reconoce Matías. A partir de un trabajo de difusión y sobre todo, de mucho entusiasmo, impulsaron un banderazo al que concurrieron casi 7.000 hinchas con el objetivo de proponer un sistema de confirmación de asistencia que permita liberar un remanente de entradas.
En la calle y la tribuna, las demandas del hincha son las mismas. Saber identificarlas y proponer un plan de acción permite navegar en las turbulentas aguas del reconocimiento popular. Sin proponérselo, cada uno de estos dirigentes sub-25 hizo política, a su manera, desde su lugar. Ocupando un vacío de representación e incluso lugares viciados por viejas prácticas.
«Celebro la participación de los jóvenes en la vida política y la militancia comprometida de todos los que quieren sumar. Nos toca enfrentar a capas de dirigentes que están enquistados hace décadas en el poder y eso a veces desalienta la participación de nuevas generaciones, pero estoy seguro que más temprano que tarde vamos a prevalecer con propuestas y gestión», explica Franco Caselli.

Ignacio Scarcia de la Agrupación Racing Cambia. Fotos: Romina Daniela Morua – ANCCOM.
Con una mirada más conciliadora, Ignacio Scarcia reconoce que «los jóvenes tienen una mayor participación en la vida política del club que parte de la necesidad y las ganas de involucrarse. Hay que agradecer a los que vienen caminando hace muchos años por considerarnos y valorar nuestras propuestas e ideas. Pienso que muchos de nosotros estaremos en algún momento dirigiendo el club».
No obstante, toda agrupación necesita un trabajo de base para desarrollarse. En este sentido, Matias Scinica cuenta que sus «primeros pasos fueron incorporar nuevos compañeros e ir siendo reconocido por el sujeto que interpelamos». Reconocerse en el otro, trabajar mucho desde la identificación del barrio La Boca, los colores azul y amarillo con La Bombonera como ícono.
En el contexto de un 2011 marcado por la lucha por ascender, de un River que además, era noticia por sus deudas, Franco Caselli comenzó a organizar reuniones informativas periódicas hasta alcanzar reunir a casi 1.200 pibes, «algo inédito en la historia del club”. Fue en ese año cuando fue presentada la agrupación ante el club para lograr la oficialización en 2013 por parte de la Inspección General de Justicia (IGJ): «Logramos que los jóvenes se comprometan y participen. Sentimos orgullo por lo que estamos haciendo», concluye Franco.
Para Ignacio Scarcia, el camino fue más largo. Racing Cambia nació en 2006 como un «grupo de jóvenes profesionales y entusiastas» que luchaban por tener un reconocimiento legal que lograron recién a principios del año pasado. «Una de las medidas más importantes fue la creación de `Academia de Dirigentes`, —explica— donde los socios podían participar de distintas clases en la cuales exponían los distintos profesionales de cada área del club y de otras entidades».
Cada club tiene diferentes demandas, pero las horas no se negocian y todos reconocen pasar más tiempo del necesario trabajando por el club. Sin embargo, la política no los define por fuera de su institución. Ninguno ha tenido participación en partidos políticos tradicionales, ni tiene intenciones de hacerlo en el corto plazo.
En 2013, Rodolfo D´Onofrio se impuso en las elecciones de River con un total de 18.364 votantes, récord en la historia; hacia fines del año pasado, cuando Racing daba una vuelta olímpica tras trece años, Víctor Blanco retuvo la presidencia gracias a los 5.009 votos sobre un total de 9.849 votantes. En Boca, donde habrá elecciones este año, Daniel Angelici deberá pelear para conservar el 54 por ciento de los más de 24.524 votos, otro récord histórico.
ANCCOM intentó desmenuzar estos números para lograr acercarse al porcentaje de los jóvenes que votaron, pero la misión fue imposible dado que el registro de los votos emitidos que realizan los clubes no permite este distingo.
Para cada uno de estos jóvenes, la política es la posibilidad de cambiar la realidad. Así lo cuentan, casi a coro. Experimentaron la misma sensación, la necesidad de involucrarse. Los clubes de fútbol surgieron como el ámbito de socialización más reconocible y dieron el paso. Saben que deberán conjugar la pasión con el compromiso y reemplazar la discusión en las tribunas por el trabajo en los escritorios.