Nov 22, 2016 | destacadas
Un living, una sala de estar, tazas con restos de café y varios mates circulando. Al fondo, una habitación pequeña dividida por un vidrio. De un lado, paredes recubiertas con goma espuma, una mesa, con cuatro o cinco sillas; algunos micrófonos, varios auriculares. Del otro lado de la pecera, una consola, una computadora y muchos cables. Algunas son viejas casas remodeladas, otras son monoambientes grandes en edificios de oficinas y otras son los clásicos departamentos. Algo tienen en común: la pasión para transmitir información con la voz.
Son muchas las formas que existen para escuchar radio, pero la tendencia a hacerlo de forma online creció y comenzó a imponerse en los últimos años. Lo novedoso es la creciente masividad de la escucha. Y también la aparición de nuevas radios: sitios web de una sola emisora (que puede tener una radio que vaya por antena), sitios web de ofertas múltiples y las aplicaciones para teléfonos móviles y tablets. “La radio online y el contenido on demand ya no son el futuro, son el hoy”, afirma a ANCCOM el productor de radio Nacional Folklórica y especialista en el tema, Pedro Patzer.

Futurock desde su estudio, en pleno programa.
La primera «estación de radio» por Internet (online), «Internet Talk Radio», fue desarrollada por Carl Malumud, en 1993, en los Estados Unidos. En febrero de 1995, surgió la primera estación de radio exclusiva por Internet de tiempo completo. Fue bautizada como Radio HK y emitía música de bandas independientes. Actualmente existen tutoriales y guías para montar una radio online. Las condiciones de creación de sonido cambian y ya no es necesario tener un estudio. Con una computadora, un micrófono y conexión a Internet, cualquiera puede transmitir.
Según una investigación del último mes de la consultora IBOPE, sólo el 53,7% de los encuestados (población de ambos sexos de 12 a 75 años), escucha la radio. De esa cifra, solo el 4,15% escucha esa misma radio también de manera online. Sigue prevaleciendo la escucha offline.
Carlos Ulanovsky, periodista y autor de Días de radio, un libro emblemático sobre la historia de la radiofonía en la Argentina, considera que con los adelantos tecnológicos actuales el medio tiene otras posibilidades de desarrollo. “Hoy desde una mesa con una computadora, los jóvenes se pueden armar una radio por Internet. Yo creo que los medios van en esa dirección. Serán temáticos o no serán nada”, explica en diálogo con esta agencia.

«los medios serán temáticos o no serán nada», dice Carlos Ulanovsky, periodista y autor de Días de radio.
El horizonte de desafíos se amplía. El jefe de producción de Radio Belgrano AM 950, Juan Pablo Romero, advierte que “el formato AM (Amplitud Modulada) actualmente es un formato difícil, que debe adaptarse”. Radio Belgrano fue una de las primeras radios en el país. Sus oyentes eran fieles, escuchaban toda la programación. Sin embargo, como todas las emisoras, hoy enfrenta otra competencia: la tendencia de los usuarios a despertarse y prender la televisón para informarse. “Hoy a la radio la alimenta buscar un tema chiquito, potenciarlo con las redes sociales y con la televisión. La mayoría de los informes de la televisión se alimentan de cortes de programas de la radio. La radio va a permanecer siempre con la inmediatez, la tele es más difícil. El tema lo instala la radio. Después lo desmenuza, para bien o para mal la televisión, pero lo instala la radio”, agrega optimista Romero en diálogo con ANCCOM.
Agustín Gulman, creador de Radio Border (una señal que nació en lo digital), opina que las radios online son, definitivamente, “otro lenguaje”.
Y advierte que las nuevas plataformas tienen que incluir mayores contenidos y mezclar varios lenguajes. En su página, por ejemplo, ofrece un sector de noticias actuales, una plataforma para ver la radio por streaming (que sería una suerte de televisión), y el canal para escuchar la radio online.
“Las radios online vamos hacia ese formato. Creo que hay cierto fetichismo de los medios de ver qué es lo que está pasando y del ´dame un poco más´. Creo que tiene que ser gradual y que tiene que tener un mix. No es televisión, pero tampoco radio tradicional”, advierte. .
Contemporáneas de Border, también vieron la luz La Rocker, Radio Colmena (funciona dentro del Centro Cultural Matienzo), Radio a la Calle, Radionauta y Radio La Bici, solo por citar algunas de las propuestas más visibles.

“Todo un grupo con una misma identidad nos habíamos quedado sin radio”, explica Julia Mengolini.
Actualmente, existe una radio cuya identidad nació en el dial. Su frecuencia modulada (FM) era el 93.7, pero el 30 de diciembre del año pasado el titular del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, Hernán Lombardi, decidió que la programación de la Radio Nacional Rock debía ser otra. En diálogo con ANCCOM, la periodista Julia Mengolini -una de las mentoras del nuevo proyecto- agrega que la radio Futurock nació con la impronta de ese antecedente inmediato. “Todo un grupo con una misma identidad nos habíamos quedado sin radio”, explica.
Varios de los ex Nacional Rock se propusieron continuar con el proyecto. Por costos, desecharon la opción de hacer radio por frecuencia y optaron por el éter cibernético. “Las radios online son medio amateurs. Alquilan los espacios y meten programaciones que terminan siendo un mosaico. Queríamos una programación sencilla, que funcionara como cualquier otra radio, con tiras de programa, con pauta, con sueldos, y tenía que ser por Internet”, agrega Mengolini. Con estudio propio en el barrio porteño de Almagro, Futurock ya lleva en la web casi seis meses y tiene más de 140.000 IPs únicos.
Más allá de los cambios tecnológicos y las nuevas tendencias de escucha, Patzer opina que “lo importante es tener algo para decir”. “¿Qué sentido tiene hacer algo sin contenidos? La radio con los podcast es más radio que nunca. Comienza a haber otras posibilidades. “Un podcast es una radio a pedido. Te permite profundizar temas específicos”, explica.
El futuro es siempre un gran acertijo. “El espectro radioeléctrico es finito, no hay más frecuencias disponibles. Entonces si querés crear una radio tiene que ser sí o sí online. No sé bien qué va a pasar, pero me parece que hay una tendencia a ir digitalizando todo”, suma Mengolini.
Para Gulman, “la radio por antena va a seguir por una cuestión cultural y porque la Argentina está bastante atrasada en materia tecnológica”. Y puntualiza: “La radio tradicional va a seguir existiendo como sigue existiendo la televisión, que también está en crisis. Yo creo que es cuestión de un par de años, de un cambio cultural y de que los empresarios se den cuenta que la radio online sirve, funciona y que estaría bueno que inviertan en ella”.

Más allá de los cambios tecnológicos y las nuevas tendencias de escucha, Patzer opina que “lo importante es tener algo para decir”.
Romero es menos optimista. “No sé si llegará el apagón tecnológico, pero yo creo que a nosotros nos va a costar. Estamos en Argentina, en donde no llega bien la señal a todos lados, y además tenemos otras costumbres. Si cuando estás en el auto, en el colectivo o en tu casa, no escuchas radio online, ¿por qué la vas empezar a hacer ahora? Entonces, a lo mejor hay que prestigiar más las caras o las voces”, evalúa.
Patzer contrapone la idea de “radio de autor” como un nuevo objetivo. “La clave es agarrar un tema del dia y construir un mundo artístico alrededor de eso. No es lo mismo la radio en un día de lluvia, que en un día soleado, si es lunes, si es domingo a la noche, si alguien murió o no. Tenemos que hacer notar la diferencia”, reflexiona.
Y apuesta: “¨La radio, más allá de cualquier plataforma, debe encontrar su alma, su identidad su palabra, sus sonidos, su poética”.
Actualizado 22/11/2016
Sep 14, 2016 | Entrevistas
Su primer dibujo profesional fue en 1984, a los 14 años, en la legendaria revista Canta Rock, donde trabajó hasta los 17. Pasó por las publicaciones de Ediciones de la Urraca de Andrés Cascioli y creó los fanzines ¡Suélteme! y Maldita Garcha. El público infantil puede disfrutar de sus dibujos, juegos e historietas en las revistas Billiken y Genios. Colaboró en el programa ¡Plop! Caete de risa -que todavía se emite por Canal Encuentro- y tiene su espacio en La Nación, a través de su panel “Humor Petiso”, y en las revistas Fierro, de Página 12, y Barcelona. Diego Parés –de él se trata- dialogó con ANCCOM en el estudio de su casa, en el barrio porteño de Flores.
¿Cómo se dio el pasaje de dibujar para uno mismo, como lo hace cualquier persona en su niñez, a hacerlo para los demás, como todo profesional?
Fue al revés, siempre dibujé para otro; lo que me costó fue dibujar para mí, porque a los 14 yo ya estaba trabajando y a los 12 ya tenía en la mente que quería publicar. Mi viejo, que era arquitecto, me llevó a conocer a Martín García que editaba la revista Feriado Nacional para ver si ya podía publicar. También me hizo conocer a Horacio Altuna, al Viejo Breccia, al Bebe Ciupiak. Yo quería publicar, dibujar y publicar para mí eran lo mismo. A los 20 o 21 años, cuando aparecen en mi vida Robert Crumb, Esteban Podetti, Pablo Payó y mi hermano Pablo me planteé hacer algo más propio. Y me terminó costando mucho más laburar para Maldita Garcha, un fanzine amateur que hacía con mi hermano, que laburar para Sex Humor, donde hacía un laburo profesional. Y creo que esa falencia tenía que ver con la falta de carácter, porque yo me diluía en el otro, entendía los parámetros de lo publicable de una revista profesional, pero no entendía cómo ser mejor más allá de eso. Cuando era pibito pensaba que el que publicaba era bueno y yo cumplía con esa función de ser un trabajador correcto de la industria del dibujo y del humor. Pero más tarde logré hacer cosas que me dieran más satisfacción personal, fue después de sentirme insatisfecho con la vida que tenía, cuando pasé por la etapa del consumo de drogas, en la que estuve internado en neuropsiquiátricos, donde mi viejo me llevaba para dibujar pero no podía porque estaba empastillado.

Tus trabajos transitan por el humor negro, la sexualidad, el grotesco, el absurdo, y de pronto pasás a un registro más inocente. ¿A qué se debe esta versatilidad que se expresa en tu dibujo?
En el Bellas Artes aprendí dibujo académico y, paralelamente, cuando conocí al Bebe Ciupiak me fui hacia el hiperrealismo, un estilo que me resultaba fácil y tentador porque parecía una foto. Lo que no me salía era hacer chistes. Tuve que aprender más el dibujo gráfico y humorístico que el dibujo hiperrealista. Entonces, cuando fui aprendiendo ya partí de una amplitud de estilos, de dos extremos. Por eso, cada vez que quise tener un estilo definido me resultaba una cosa artificial, me duraba poco porque me aburría. De hecho tuve tres firmas: DAP que era Diego Alejandro Parés, luego Franco no sé porqué, y terminé con Diego Parés. Ese proceso duró un tiempo -entre 1999 y 2002-, hasta que me decidí a dibujar de todo. Me sirvió para encontrar laburo: si me pedían tal o cual cosa ya tenía la capacidad de registro como para hacerlo.
¿Cómo comenzaste a trabajar en Barcelona?
Entré en el 2003. Venía dibujando cosas políticas para mí, haciendo catarsis desde la crisis de 2001. No hacía chistes sino que dibujaba grandes titulares, con alguna bajada, pero siempre con una impronta muy gráfica. Y cuando sale Barcelona me doy cuenta de que tenía relación con lo que yo hacía. Hablé con Pablo Sapia y con Dany the O., y él me contactó con Mariano Lucano, uno de los directores. Ya en el Nº 2 me publican y a partir de ahí seguí. Y cada vez que publicaba hacía algo distinto, hasta que me di cuenta que lo que más pegaba era dibujar el mensaje humorístico en estilo hiperrealista. Lo que aprendí fue a ordenar mis estilos según el trabajo. Para Barcelona hago hiperrealismo, para revista Genios algo más infantil, para “El Sr. y la Sra. Rispo” algo más animado, y para Fierro no tengo un parámetro demasiado claro. También me voy dando cuenta qué cosa funciona más que otra. Por más que no tenga una bajada de línea de los directores de Barcelona, sé qué funciona mejor cuando subo el material a Facebook y me doy cuenta qué mensaje le llega a la gente.
¿Cuál es la importancia de ¡Plop! Caete de risa, el programa conducido por Juan Sasturain y Eduardo Maicas que se emite en Canal Encuentro?
¡Plop!… es un lindo programa, ya lleva veinticinco capítulos en dos temporadas. Me convocó la productora para hacer la mano que dibuja; ilustro el off de Juan Sasturain referido a los humoristas argentinos. Me habían dicho que no había mucha guita, pero les dije que lo quería hacer igual porque está Juan y porque me gusta que se vea la historia del humor dibujado argentino. Ya para el segundo ciclo se consiguió un poco más de guita, así que laburamos más cómodos. Además, es muy barata mi participación porque es dibujar sobre una pared y directamente filmarlo con dos o tres luces, después es laburo de edición. Fue algo muy lindo que disfruté mucho. Con la gente con la cual me llevo bien termino muchas veces colaborando de onda para que la cosa salga mejor, aportando por ejemplo parte de mi material. “Necesito que me consigas chistes de tal en la revista tal”, me dicen y yo busco y espero que venga el taxi y se lleve el material de mi biblioteca.
El tema de los límites del humor tiene repercusión cada vez que se sucede un hecho desafortunado, ¿cuál es tu opinión sobre este tema?
Desde mi lugar, es muy difícil opinar. El gran problema es cuando un medio que no es muy masivo o que está orientado para un público muy específico, como la revista Charlie Hebdo o la revista Barcelona, llega a la consideración de gente que no está habituada a consumir ese medio. El tipo que nunca leyó estas revistas y se encuentra con eso que le cae mal no entiende el registro, no comprende cuáles son los parámetros con los que trabaja esa revista. Entonces le choca o se hace el que le choca. Sería parecido a que mañana comprés el diario y adentro del diario te venga la Penthouse (n. del r.: revista erótica). En cambio es distinto si un tipo compra la Penthouse: ya sabe lo que se va a encontrar, listo, se terminó la historieta. El problema es cuando se mezclan dos mundos que, en general, no se cruzan y de ahí surge toda la careteada, toda la tilinguería, el asustarse y toda esa cosa.
¿Pero qué pasa cuando el mismo lector de Barcelona, por ejemplo, envía una carta que les dice: “Con esto se zarparon, no los leo más”?
Puede ocurrir y es difícil tomar partido. Cada vez que hago humor desde mi ideología me planteo una distancia emocional frente al objeto que estoy tratando. Y cada vez me lo planteo más desde que soy padre. Por ejemplo, podés hacer un chiste de decapitados por la guillotina y sabés que no pasa nada porque fue en Francia hace más de doscientos años y no sabés cómo se llamaban los tipos ni quién tenía hijos y esposa, ni si esos hijos se murieron de hambre, ni tampoco quién sufrió y quién no sufrió. Eso es distancia emocional, que puede ocurrir con un hecho que haya pasado en otro lugar hace mil años o con un hecho que haya pasado acá. ¿Y esa distancia emocional quién tiene derecho a medirla? Medir eso es muy difícil. Yo hago un chiste de Macri y a la hija le molesta, a la mujer le molesta o a la tía le molesta. Y bueno, qué voy a hacer, es parte de la cosa. En general, estamos laburando para un público que ya conoce la cosa. Los límites siempre están, a Dios gracias que están. Yo en Barcelona no publico lo que hago en Billiken y viceversa. Me pasó una vez de mandarle a Hernán Ciriani, que iba a sacar un fanzine tipo under, una página que era para Billiken y me dice: “Boludo, ¿qué te pasó, qué hago con esto?” (risas).
¿Es imposible hacer humor que no hiera alguna susceptibilidad?
Es que el humor que queda bien con todos tampoco hace reír. También hay tipos como Sergio Langer que busca meter el dedo en la llaga y le saltan un montón de tipos diciendo: “Mirá lo que está diciendo este hijo de puta” y, en realidad, es todo lo contrario, él está totalmente en contra de lo que está diciendo. Y lo que precisamente busca hacer es una llamada de atención sobre eso. Nosotros ya sabemos para qué medio laburamos y nos movemos con ese margen. Yo sé qué cosa no voy a hacer para Barcelona y sé qué no voy a hacer para La Nación. Entonces, es un tema del que se puede hablar mucho y que no sé si tiene una solución. Por algún lado la pus, la mugre, la podredumbre siempre va a salir. Entonces es mejor que salga por el lado del dibujo. Un dibujo es un dibujo y la realidad es la realidad. Y el único espacio de libertad que yo tengo es este: el del dibujo, que es un medio de expresión, como si fuera un cuadro, una canción o un libro.
¿Y cómo es tu relación con la crítica?
Estoy convencido de lo que dice Lucas Nine (n. del r.: ilustrador e historietista): “La crítica es un género en sí mismo”. La crítica no valida ni convalida. Tampoco critica la obra ni critica al autor, ni modifica ningún aspecto de la obra. La crítica hace lo suyo. Yo hago historietas, la crítica hace crítica de historietas. Listo, entre esos mundos no hay puntos en común. Por otra parte, no me interesa la racionalización intelectual que se hace de la historieta en la universidad porque la noto alejada del consumo de historieta que se hace por placer. Yo leo y me divierto y trato de disfrutar y chau. Pero hay gente que lee solo crítica, no le gusta la historieta, le gusta lo que dicen sobre la historieta. ¿Cuánta gente habrá que leyó criticas de “El Eternauta” y después habló sobre “El Eternauta” sin haber leído esta historieta de Oesterheld y Solano López? En cambio, a mí me gusta leer historietas y dibujarlas. En todo caso me interesa la información sobre historietas. A veces pienso que la crítica es como un género parasitario de la historieta, pero después me digo: “No, seamos buenos y pensemos como Lucas Nine, que es un genio de la historieta”. La crítica es un género es sí mismo y listo.

¿Qué lugar ocupa hoy el humor gráfico en los medios actuales?
El humor gráfico sigue siendo lo más popular que hay porque tiene más público que una revista o que un libro. Eso hace que mi trabajo llegue a más gente que no es necesariamente del palo de la historieta, lo cual está bueno porque el mercado de la historieta es chico. Pero, a la vez, los puestos de trabajo para las tiras diarias son poquísimos. Cuatro o cinco de Clarín, lo mismo para La Nación y un par para Página/12, algún suplemento como Sátira 12, algo de La Prensa y casi que pará de contar. Después están los ilustradores que ahí sí hay varios. Pablo Bernasconi, Sebastián Dufour, Pablo Vigo y otros en La Nación. Y en el caso particular de este diario sé que le tienen cariño. Carlos Guyot, que es el secretario de Redacción, se encarga de la sección de chistes y tiene un cariño por las historietas y sé que le gusta lo que publicamos. Pero sí, en general, son pocos y cada vez menos. Pasa que las revistas cayeron. Antes se podía vivir de ser colaborador de una revista y ahora no se puede más. Grondona White y Ceo vivieron de ser colaboradores de la revista Humor. Pero principalmente lo que cambió es que al no haber más editores el dibujante se transforma en un editor de su propio arte. Y si antes los límites los ponía otro, ahora los límites se los pone uno mismo. Y no sé si eso es peor, porque yo no quiero ponerme límites en una tira digital. Te convertís en tu propio carcelero, siendo que Internet no tiene ningún límite para eso.
¿Qué lugar ocupan hoy la historieta en la “alta cultura”? ¿Qué implica que haya aparecido ahora el término “novela gráfica”?
Espero que ninguno. La alta cultura la asocio al museo y la historieta y el humor gráfico quedan mejor en las revistas, en el papel, y no en el lugar privilegiado donde se exponen los cuadros. Se disfrutan más en el baño que colgadas de las paredes de un museo. Es cuando los músicos de rock quieren tocar en el Teatro Colón. ¿Para qué? ¿Para gustarle a quién? ¿Para sentirte qué? La historieta ya es importante, pero dentro de su dispositivo. Yo disfruto más de esa maravilla que es la historieta cuando la obra es buena y cuando más barata me sale. El término “novela gráfica” surge hace mucho tiempo, ya en los cincuenta la EC (n. del r.: Entertaining Comic) tuvo problemas de censura en Estados Unidos por el Comics Code Authority, tuvieron que dejar de hacer las historietas de terror y empezaron a sacar otras cosas. Entre ellas, historietas para adultos sobre psicología y debajo de la tapa decía “nueve novelas gráficas”. Así le daban otro tinte, pero no dejaban de ser historietas. Y lo que hizo Art Spiegelman, el autor de “Maus”, en los ochenta, fue tratar de colocarlas en las librerías y para esto necesitaba un nombre nuevo. Entonces, el término novela gráfica es un marketing, una cuestión comercial, y no se sabe bien qué es. ¿El Eternauta es una novela gráfica? Antes era una historieta, ahora le dicen novela gráfica y la obra no cambió.
¿Cómo ves el estado de la historieta local a nivel artístico y a nivel industrial y comercial?
Lo artístico y lo comercial los pongo juntos. La historieta es un arte popular del siglo XX donde el hecho artístico y el comercial e industrial iban unidos. Vos tenías que entregar una revista cada quince días, de tantas páginas, con tal papel, y tal historia. Los mejores tipos que conocemos laburaron en esas condiciones e hicieron obras maravillosas. Jack Kirby, George Herriman, Charles Schulz, Hugo Pratt, e incluso Robert Crumb, que entró cuando ya se rompía esa industria. Hoy día esa industria no existe y el hecho artístico encuentra mayor libertad, por un lado, pero mayor desamparo, por el otro. Tenés mayor libertad creativa pero quedás solo dentro de tu propia libertad creativa. Y yo creo que un pibe con esa condición no termina haciendo algo de la calidad de Jack Kirby, que tenía más presión pero estaba amparado por esa industria que lo contenía. Pero ahí también tiene que ver con la genialidad del tipo. Y hoy los dibujantes nuevos que son buenísimos no tienen dónde laburar. Los ves creando cosas buenísimas pero no los ves laburando. ¿Y esta creatividad hasta cuándo la tienen? Hasta que el chabón tiene 30 años, se casa y tiene un pibe y ya no pueda dibujar más porque tiene que trabajar. Los chicos del fanzine LULE Le LELE, Gastón Souto y el Polaco Scalerandi, son dos genios que están restaurando monumentos en las plazas para el Gobierno de la Ciudad porque necesitan la guita. Pero en realidad tendrían que estar creando y viviendo de su dibujo. Ser dibujante de historietas era un laburo más para muchos y hoy lo es solo para pocos. Y si lográs hacer un libro es muy difícil que vivas de eso, porque los libros no dan de comer.
Actualizada 14/09/2016
Sep 8, 2016 | inicio
“Estimados ciudadanos: Somos Palabra Subterránea, pregoneros de noticias desde una mirada diferente”. Así abre cada presentación el colectivo de hombres y mujeres que todas las semanas salen a difundir en el subte porteño noticias de interés general ocultadas por los grandes medios. De esta forma, retoman la oralidad y la comunicación cara a cara para contar la actualidad.
Nidya Lirola (42) imaginó, junto con su pareja Pablo Molina (40), este grupo de ciudadanos en abril de 2016. “Estamos preocupados por el manejo desproporcionado de la información, que deja de lado el deterioro de la situación social actual de la población”, señala la fundadora.
Palabra Subterránea comenzó como un proyecto de comunicación alternativa integrado inicialmente por solo cuatro miembros, preocupados por la realidad social. De un pregón por semana pasaron a hacer cuatro. Actualmente, el colectivo está compuesto por más de 40 personas, cuyas edades oscilan entre los 19 y 70 años, y cuyas ocupaciones varían: empleados, profesionales, artistas, estudiantes y jubilados que residen en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. “Y se sigue sumando gente que nos contacta a través de las redes sociales o nos conoce en vivo cuando hacemos los anuncios”, asegura Lirola.

“Estamos preocupados por el manejo desproporcionado de la información, que deja de lado el deterioro de la situación social actual de la población”, señala la fundadora.
En tanto, Molina –padre de un hijo- explica que el pregón se realiza, en cada vagón del subte, en grupos de no menos de cuatro personas; mientras uno de ellos anuncia las noticias el resto reparte los volantes a cada pasajero. Este volante suele ser una historieta o un cuadro cómico referido a la coyuntura actual. “Por ejemplo, en los volantes de la semana que viene figuran los cargos que ocupan los funcionarios de la administración pública en distintas empresas privadas”, agrega Nydia, madre de tres hijos.
Además, la impresión de los volantes que se reparten de modo gratuito les sirve al grupo para contabilizar la cantidad de receptores. Así se sabe que más de 3.000 personas que viajan en el subte son interpeladas por Palabra Subterránea en cada edición.
“Hablamos sobre cuestiones cotidianas que cualquiera puede ver al abrir la heladera. El aumento del costo de vida, los tarifazos de los servicios, la menor cantidad de puestos de trabajos… cuestiones en las que han influido las políticas del gobierno nacional”, afirma Molina, al referirse a la agenda que proponen.

“Hablamos sobre cuestiones cotidianas que cualquiera puede ver al abrir la heladera. El aumento del costo de vida, los tarifazos de los servicios…»
Palabra de exportación
Claudia Fernández Arce (44) nació en la Argentina, es psicóloga y tiene la tonada guaraní tras haber vivido en Asunción, Paraguay, hace veintinueve años. “Estando allá les escribí a este grupo que admiro y les propuse poder acompañarlos y conocer lo que hacen. Así que aprovechando mi licencia laboral de invierno ahora estoy haciendo mi primer pregón”, describe la mujer, que también ejerce la docencia.
“A través de medios como la TV Pública o Radio Nacional me enteraba de qué manera ciertos canales como Canal 13 y TN tergiversaban la noticia con una intención bastante maliciosa. Y con el cambio de gestión del gobierno ya no pude enterarme de lo que estaba pasando acá, donde tengo familia, a mi mamá y mi hermana”, afirma.
Asimismo, la docente añade: “Mi mamá es de Moreno, provincia de Buenos Aires, y trabaja como alfabetizadora con adultos que tienen muchas necesidades. Ella me cuenta su preocupación por el retroceso y la degradación social que se está viviendo en el país”.

La impresión de los volantes que se reparten de modo gratuito les sirve al grupo para contabilizar la cantidad de receptores.
i En tanto, Claudia -junto con su pareja que se dedica al periodismo y la abogacía- quiere tomar la idea del pregón y adaptarla en Paraguay, donde no hay subtes. “Porque allá los medios de comunicación están monopolizados por pocos empresarios que tergiversan la realidad de acuerdo a su conveniencia, pero aunque sea difícil es cuestión de organizarse”, señala esta mujer que además integra la Dirección General de Verdad, Justicia y Reparación, entidad constituida en 2009 para la defensa de los Derechos Humanos en el país vecino.
Por otra parte, Nydia explica la manera en que Palabra Subterránea construye la noticia: “Los miembros que podemos nos reunimos una vez por semana, luego hay unos redactores rotativos que escriben desde sus casas, y después ensayamos a viva voz el pregón, como se hacía antiguamente. No vamos al campo a buscar información, sacamos las noticias de todos lados, incluso de los medios que las ocultan o las minimizan”, añade. En tanto, su pareja Pablo afirma: “Tratamos de armar la noticia para que el ciudadano que viaje nos escuche desde sus propios zapatos y no desde lo que escucharon y vieron en televisión“.
Además, Molina, quien se desempeña como enfermero y delegado sindical en el Hospital Nacional “Profesor Alejandro Posadas”, agrega: “Yo no sé qué ideología tenemos, pero básicamente es una ideología que va por ampliar derechos, porque todos vivamos mejor, no sé en qué partido político se encuadra eso, pero la propuesta política que considere que hay que ampliar derechos para todos, esa es mi ideología.”
Consciente del impacto que tienen los medios de comunicación, este grupo de ciudadanos, que se sumerge en el laberinto subterráneo de la ciudad, anuncia las noticias desde su propia perspectiva, con la intención de que la población se convierta en parte activa del debate público ante las medidas del gobierno nacional. Porque, tal como finaliza cada pregón, la acción ciudadana da resultados, es solo cuestión de hacer correr la voz.

Actualizada 06/09/2016
Ago 23, 2016 | destacadas
Por la tarde del último viernes, Radio América refulgía de arte. Músicos, actores, narradores, humoristas, fotógrafos y pintores intervinieron en el edificio de Amenábar 23 (CABA) con lo que mejor saben hacer y llenaron las instalaciones con sus creaciones. El motivo fue poner en escena, de modo creativo, el conflicto que los antiguos dueños, Sergio Szpolsky y Matías Garfunkel, y el supuesto nuevo propietario, Mariano Martínez Rojas, mantienen con los trabajadores, a quienes se les adeudan nueve meses de salarios y dos aguinaldos.
Andrea Recúpero, periodista especializada en política nacional, trabaja en la emisora hace casi seis años y explicó la génesis del vaciamiento: “Los empresarios que estuvieron gestionando la radio los últimos años se ausentaron un día y jamás volvieron, dejandola directamente abandonada. Desde diciembre estamos sin cobrar y no tuvimos respuesta de los empresarios ni de las autoridades nacionales. Con lo cual hay un vacío respecto a nuestro futuro”.
Durante ese tiempo, periodistas, locutores, operadores, técnicos y otros trabajadores vienen haciéndose cargo de una programación de emergencia, con el fin que no caduque la licencia que la emisora tiene por la frecuencia LR9 AM 1190. Por eso el ataque sufrido el mes pasado los había dejado con un sabor muy amargo. “El empresario Martínez Rojas, presunto nuevo dueño de la radio y que jamás presentó un papel que así lo acredite, ingresó al edificio con una patota, desmanteló los estudios y el archivo digital del diario Tiempo Argentino”, agrega cuando empieza a vibrar Milonga Sentimental en los oídos de los concurrentes.
En tanto, Vilma Noce, delegada del Sindicato Argentino de Locutores, aseguró que ese ataque, ocurrido en la madrugada del 4 de julio, tuvo la complicidad de las fuerzas policiales y que, la semana pasada, “por fin la Justicia Federal inició un proceso penal por este hecho”. También informó que la planta en la que opera la antena de Radio América hoy está copada por personal que trabaja para Martínez Rojas.

«Desde diciembre estamos sin cobrar y no tuvimos respuesta de los empresarios ni de las autoridades nacionales. Con lo cual hay un vacío respecto a nuestro futuro”.
“Los trabajadores intervenimos donde no interviene el Estado. Hace más de un mes el ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones) nombró un delegado normalizador, conforme a lo que establece el artículo 50 de la Ley de Medios. Este normalizador terminó su función pero aún no hemos tenido ninguna respuesta”, continúa Noce, miembro de la comisión gremial interna. “La radio debe licitarse nuevamente y nosotros queremos controlar el proceso de licitación, y aquel licenciatario que tome más trabajadores tiene que ser el que se quede con la radio. Y el Ministerio de Trabajo debería velar por eso”, completa Noce frente a la oficina de los jefes, en la cual se aprecia un maniquí sin cabeza y otro con la cara de Spolszky con las orejas de Mickey, rodeados por una lluvia de dólares.
Con el correr de las horas, la actividad que comenzó a las 17 se fue llenando de fieles oyentes convocados por la necesidad de defender la pluralidad de voces. Entre ellos estaban Kety y Dora, de unos 70 años, que se hicieron presentes para colaborar con dinero que dejaron en una alcancía solidaria que resplandecía, alumbrada por unas luces cubieras con brillantina violeta.
De pronto, los pasillos se hicieron más estrechos de lo que ya eran. En la entrada, dos mimos de la Escuela Latidoamericana (sic) de Mimo y Teatro Corporal invitaban al hall central. En una de sus esquinas se apilanban las bolsas de alimentos para colaborar con los 106 trabajadores de la radio. En otra punta se había improvisado un pequeño escenario musical. En las paredes resaltaban distintas pinturas (un puño gigante en alto, una figura femenina en pleno vuelo y un felino con cuernos), fotos de trabajadores en lucha y las palabras de apoyo de los oyentes escritas con marcador. Todo estaba intervenido, incluso las escaleras, cuyos escalones señalaban la cantidad de meses sin cobrar, y los baños, que lucían la leyenda “No nos caguen más”.
Cerca de la sala de estudio se vendían empanadas, tartas y café con leche para recaudar fondos para las familias. En la cabina del operador el mate pasaba de mano en mano mientras se discutía sobre la factibilidad que Radio América forme una cooperativa, proyecto que Recúpero señaló como una posible opción.
La cantante Marisa Otero estuvo acompañada por el bajista y compositor Germán Pontoriero en un repertorio folclórico. “En esta etapa que se está viviendo en el país todos tenemos que ser solidarios con todos. Se sabe que con la gestión política se están perdiendo muchos puestos de trabajo y para que esta lucha no sea tan desigual los trabajadores tenemos que unirnos para defender nuestros derechos”, afirmó. Asimismo, señaló su asombro por la calidad con la que los trabajadores de la radio y los artistas solidarios transformaron la destrucción y el vandalismo de las oficinas en una obra artística: “Tendría que verlo Marta Minujín para felicitarlos”, cerró.
Actualizada 23/08/2016
Ago 10, 2016 | destacadas
El lunes 8 de agosto volvió Infonews. Después de tres meses de baja de su plataforma online, debido al incumplimiento de los empresarios Matías Garfunkel y Sergio Szpolski con los servidores del sitio y tras la acumulación de deudas salariales, los trabajadores reflotaron el portal. “Decidimos dar un paso adelante y conformarnos como medio autogestionado, cooperativo, para relanzarlo”, consignó Ezequiel Dolber, delegado del portal de noticias en el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA).
El impulso de la cooperativa, sin embargo, enfrenta sus adversidades: los trabajadores comunicaron este miércoles en el portal que “los propietarios del inmueble donde funciona Infonews comenzaron un juicio de desalojo por una deuda de seis meses que mantenía la antigua patronal y de la cual obviamente no se hizo cargo”. La causa, especificaron, se tramita en el Juzgado Civil y Comercial 63, “en donde los delegados de Sipreba junto con un letrado del sindicato presentaron un amparo para que se atienda la situación que viven los trabajadores del sitio”.
El incremento de cierres de empresas de medios periodísticos desde finales del 2015 provocó la pérdida de más de 1.300 puestos de trabajo en Capital Federal y 2.500 a nivel nacional, además de una reducción en el espectro mediático. Este proceso denota un escenario complejo para la prensa. En el marco del vaciamiento del Grupo 23, de Garfunkel & Szpolski, el de Infonews es un caso más: 52 trabajadores fueron afectados por incumplimiento de las leyes laborales, como la falta de pago de sueldos, indemnizaciones, jubilaciones, obras sociales y aportes provisionales. “El 28 de diciembre de 2015 hicimos la primera presentación en el Ministerio de Trabajo, señalando las irregularidades de la empresa, y hace ocho meses que no nos dan respuestas –contextualizó Dolber-. Hay responsabilidad por parte del Estado, que tiene que intervenir y hacerse cargo. Sin embargo el Gobierno, que habla constantemente sobre la seguridad jurídica, solo la aplica a los empresarios, ya que como trabajadores no tenemos ningún tipo de respaldo”.

«Decidimos dar un paso adelante y conformarnos como medio autogestionado, cooperativo, para relanzarlo”.
“Durante todo este tiempo nosotros seguimos trabajando en la redacción, incluso después de que el portal se cayó continuamos viniendo”, dijo Pablo Albornoz, presidente de la Cooperativa de Infonews. “Era nuestro lugar de reunión, y eso agilizó la idea de armar la cooperativa y salir adelante con este proyecto –agregó-. Lanzamos un fondo de lucha para sostener a los compañeros en situaciones más graves y fue a partir de ahí que pudimos detectar un apoyo y solidaridad muy grandes de un amplio sector de la sociedad que nos dio ánimos y entusiasmo para relanzar el medio”.
El sitio www.infonews.com retoma las anteriores secciones: Política, Economía, Sociedad, Mundo, Deportes, Todoshow y Latitudes, pero con notas propias bajo el sello de un portal autogestivo. La dirección periodística está a cargo de Gustavo Streger, que venía desempeñándose ya como jefe de redacción. De los 52 trabajadores originarios, 30 quedaron involucrados en este nuevo proyecto. “Proponemos un línea editorial al servicio de los intereses populares –explicó Albornoz-. Mantenemos el sitio de interés general que competía con los principales portales generadores de noticias, pero desarrollando una agenda crítica”. Con el relanzamiento del medio también se recuperó el archivo del portal que se había borrado.

«Lanzamos un fondo de lucha para sostener a los compañeros en situaciones más graves y fue a partir de ahí que pudimos detectar un apoyo y solidaridad muy grandes de un amplio sector de la sociedad que nos dio ánimos y entusiasmo para relanzar el medio”.
El domingo, en la jornada previa al reflote del portal, en las dos salas de la redacción de Infonews de la calle Oro, en el barrio de Palermo, se respiraba entusiasmo. “Estuvimos laburando toda la semana pasada y el fin de semana haciendo notas de parrilla para el lanzamiento –explicó Marina Giacometti, editora de la sección Latitudes-. Para nosotros es una súper victoria por todo lo que tuvimos que atravesar. Porque, además, esto es lo que siempre nos gustó hacer. Poder recuperar el portal autogestivamente y sacarlo adelante está bárbaro”. La idea es sustentarlo con pauta publicitaria y contribuciones de los lectores.
“Esperemos que sea un medio consolidado y que haya podido ganar su lugar en la agenda mediática”, señaló Dolber con respecto a las expectativas del medio, y agregó: “Con lo referente a la política comunicacional de este Gobierno, pensamos que va a seguir apuntalando a un esquema reducido de medios y favoreciendo a las grandes corporaciones. Pero en ese sentido vemos una luz en la experiencia de otros medios, como Tiempo Argentino, El Argentino Zona Norte, y el propio Infonews, más toda una gama de publicaciones alternativas, y creemos que al mismo tiempo se va a fortalecer un polo independiente que pueda pelearle a una agenda bastante reaccionaria que están promoviendo el Gobierno y las principales patronales de los medios”.
“Para nosotros es un desafío hermoso –concluyó Albornoz- Vamos a ser dueños de nuestras palabras. Todos lo que estamos acá, trabajamos, cada uno desde el lugar que le toque, o cubriendo otros cargos, porque es una cooperativa. Acá tiramos para el mismo lado, y eso nos da mucho entusiasmo.”
Un entusiasmo que convive con esa resistencia al desalojo. “Solicitamos el apoyo y solidaridad activa de todas las organizaciones políticas, sindicales, estudiantiles, de DD.HH. y a la sociedad en general –concluyeron los cooperativistas en el comunicado que publicaron este miércoles-. Al mismo tiempo, pedimos la intervención urgente del Estado para responder a los reclamos de los trabajadores y brindar una solución definitiva al conflicto”.
El sitio Infonews se mantiene las 24 horas actualizado. Se puede visitar en: www.infonews.com

“Esperemos que sea un medio consolidado y que haya podido ganar su lugar en la agenda mediática”.
Actualizada 09/08/2016