Una frutería en Plaza de Mayo

Una frutería en Plaza de Mayo

Los extremos de una cadena de comercialización que rara vez se ven la cara se encontraron este martes en el marco de una peculiar protesta. Productores y chacareros viajaron con sus camiones desde distintas regiones de Río Negro y Neuquén y se plantaron frente a la Casa Rosada para regalar fruta a quienes se acercaban a la Plaza de Mayo. El objetivo: que se visibilice el pedido de medidas de protección al sector frutícola y que el presidente Mauricio Macri los reciba en una audiencia.

Vicente Santiago Jara, productor del Alto Valle de Río Negro, estuvo presente en la plaza. “Nos da vergüenza saber lo que está pagando el consumidor final por un producto que hacemos nosotros con nuestra materia prima. Tenemos de costo de producción entre cuatro y cinco pesos y los grandes monopolios de la cadena nos están pagando entre tres y cuatro. Y no nos pagan de una vez sino que lo hacen en diez cuotas, por eso hasta ahora hemos recibido solo un peso por kilo entregado”, indicó Jara y agregó: “Venimos a pelear por un precio justo, queremos que el Estado, por ley, establezca lo que es justo para cada quién. Y nos ayude; no con subsidios sino con préstamos a tasas que nos permitan seguir produciendo”.  

“Nos da vergüenza saber lo que está pagando el consumidor final por un producto que hacemos nosotros con nuestra materia prima», confesó Vicente Jara, productor de manzanas.

El presidente de la Cámara Frutihortícola de Cervantes, Carlos Ilú, es otro de los productores que atendía cada solicitud de la prensa. Cuando se le consultó sobre el estado de los productores de peras y manzanas dijo sin titubeos: “Es desesperante”, y explicó: “Éramos diez mil familias de productores y hoy quedamos 2.500 porque no resisten su posición en el circuito comercial. Por eso, solicitamos una ley que dé un margen de beneficio por encima del costo de producción”.

Para graficar la situación detalló: “Un kilo de fruta se vende en góndola a 30 pesos el kilo. El Estado recauda el 10,5 por ciento en concepto de IVA, que es alrededor de 3,1 pesos, y el productor recibe menos de 3 pesos por kilo de fruta producida. Esto implica que hay un desfasaje de 1,5 pesos por kilo producido. Veníamos de ocho años en que producíamos con un dólar a 15 pesos y vendíamos con un dólar a 7 pesos. Hoy la paridad cambiaria es igualitaria, pero aún no llegan los beneficios al productor primario sino que va directo al sector exportador. Este sector exportador se queda con los beneficios de una paridad cambiaria mejor y con los reembolsos que se sustentan a través de los puertos patagónicos, que rondan el 7 por ciento, más la derogación de las retenciones que suma otro 5 por ciento”.

“Es desesperante. Éramos diez mil familias de productores y hoy quedamos 2.500 porque no resisten su posición en el circuito comercial», explicó el presidente de la Cámara Frutihortícola de Cervantes, Carlos Ilú.

Un productor de uvas de Mendoza, Daniel Domínguez,  se acercó para apoyar la protesta y aprovechó el espacio para describir el mismo problema en su provincia: “El año pasado me pagaban 50 centavos el tacho de uva, que no alcanza ni para pagar el fertilizante. Y hay familias que no tienen ni para renovar el par de zapatillas que se la gastan en el viñedo. Todos los productores tendríamos que apoyarnos entre nosotros mismos, para hacer más fuerte al sector. Todos los productores tendríamos que estar acá. Pero somos muy grandes, somos viejos. Somos productores por vocación, por incidencia de los padres, no por rentabilidad. A las nuevas generaciones no les interesa, se van a la mierda, porque no vale la pena tanto sufrimiento”.    

 Por otra parte, el crecimiento de las importaciones, acelerado a partir de las medidas tomadas por el actual gobierno, también repercute en los productores de frutas. De acuerdo a un informe realizado por la consultora Radar, que conduce la economista Paula Español, advierte que han ingresado fuertes cantidades importadas de naranjas y pomelos de Chile, España es Israel. Por caso,  durante el primer semestre se importaron 181 toneladas de limones del exterior, mientras que en el mismo período del año anterior no había ingresado ninguna.

Peras, manzanas y personas

Cientos de personas formaron hileras que surcaban Plaza de Mayo. Vinieron de González Catán, de Moreno, de Monte Grande, de Villa Madero, y también de Villa Soldati, de Mataderos, de Liniers, entre otros puntos de la Ciudad y del Gran Buenos Aires. Según declaró uno de los chacareros, había personas mayores desde las cuatro de la mañana haciendo cola, a la espera de las manzanas y las peras que trajeron los productores patagónicos desde sus pagos y que regalaron a modo de protesta contra los intermediarios. Había también muchas madres con changuitos, bolsas y mochilas. Mientras todos esperaban al calor de un cielo abierto, alguno se animó a declarar que tenía dificultades para cubrir sus gastos a fin de mes. En menos de dos horas, cerca de 10 toneladas de fruta ya habían sido repartidas.

Nora había llegado a la plaza a las ocho de la mañana, “bien temprano para ayudar en la economía de mi familia, que tengo cuatro nietos que tienen a su mamá desocupada”. Juan Domingo, de unos 70 años, había hecho un viaje de dos horas para llevar fruta a un comedor al que asisten a 60 vecinos de González Catán, en la provincia de Buenos Aires. Mientras que María del Carmen comentaba que tiene la sensación de vivir un contexto parecido al de la crisis del 2001.  

“Cada habitante consumía alrededor de 14 kilos de manzanas y peras per cápita por año; hoy se están consumiendo seis kilos», afirmó Ilú.

Por su parte, Ilú, también miembro de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, mostró el contraste con otros tiempos. Para él, hace unos años, “cada habitante tenía alrededor de 14 kilos de consumo de manzanas y peras per cápita por año; hoy se están consumiendo seis kilos. Nosotros queremos que la gente coma más y para eso hay que cobrar un precio razonable”.   

Todos los productores coinciden, además, en que los intermediarios son los grandes formadores de precios. Ilú es más elocuente: “Los intermediarios son una cadena de parásitos que ganan plata por el solo hecho de intervenir. Son los grandes supermercados que compran en cantidad el Mercado Central y luego lo distribuyen en las verdulerías y en los supermercados más chicos, y lo venden al precio que quieren”.    

También acuerdan en que no hay políticas ni nacionales ni provinciales que regulen con equidad el precio que se tiene que pagar por la materia prima, que, a su vez, afirma Jara, “es lo que genera el motor de cualquier economía regional”, y completa: “Esto no es nuevo, venimos mal hace años”.

Luis Aznar y Damián González, chacareros de la localidad rionegrina de Cervantes, indicaron que otra de las razones de su presencia en Buenos Aires es explicarles cara a cara a los consumidores la realidad de los costos de producción de las frutas y la incidencia negativa del sector intermediario. “Con Cristina Fernández teníamos algunos subsidios, que ayudaban pero tampoco eran la solución. Una solución más de fondo es que se designe un precio básico de cosecha, como se hacía antiguamente en el monte, en la chacra”, explica Aznar.

“Con Cristina Fernández teníamos algunos subsidios, que ayudaban pero tampoco eran la solución», detalla Luis Aznar, chacarero de Cervantes.

 

José Alberto García preside la Cámara de Productores de General Roca. “Hay supermercados que cobran la fruta a 50 pesos, y no quiero ser mal pensado, pero parece que hay una gran amistad entre los supermercados y el Gobierno”. Y especifica: “Eso explicaría que el Gobierno no interceda a favor de los productores que están desapareciendo, que abandonan las chacras, que dejan las cosechas sin podar, que no hacen la tarea de cultura necesaria”.  

“Promediamos los 65 años y si no nos dedicamos a esto ya no tenemos otra cosa para hacer. Somos reacios a desaparecer: solo queremos seguir con la producción y seguir manteniendo los puestos de trabajo que quedan y empezar a generar nuevos empleos a partir de algo tan importante como son los alimentos”, completa García.     

 

Actualizado 24/08/2016

 

“Noto la presión de algunos medios periodísticos como La Nación y Clarín”

“Noto la presión de algunos medios periodísticos como La Nación y Clarín”

El viernes pasado el Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata otorgó el beneficio de prisión domiciliaria al genocida Miguel Etchecolatz por razones de salud. Sin embargo, no se hará efectiva porque actualmente está siendo juzgado en otras causas que están en etapa de instrucción. El represor, de 87 años, mano derecha del ex General Ramón Camps, fue Director de Investigaciones de la Policía de la Provincia de Buenos Aires en 1976 y 1977, responsable de “La noche de los Lápices”, y tuvo a su cargo 21 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio. Además, es el principal sospechoso de la desaparición de Jorge Julio López.

Esta semana, organismos de derechos humanos se reunieron en repudio de esta decisión. El argumento en el que se basó el Tribunal para otorgar la prisión domiciliaria al represor fue su estado de salud: hipertensión y riesgo de accidente cerebrovascular. Sin embargo, otras pericias médicas determinaron que estos síntomas son parte de una huelga de hambre que llevó a cabo y consideraron que sus dolencias pueden ser tratadas en un hospital.

En este marco ANCCOM conversó con Carlos Rozanski,  presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal I de la Plata, y reconocido por su trayectoria y dedicación en los juicios por delitos de lesa humanidad. Con el permanente objetivo de velar por los derechos humanos, el magistrado fue el primero en condenar a Etchecolatz. En 2004 lo sentenció por apropiación de bebes y, en 2006 –luego de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final–, lo juzgó por su participación en el genocidio llevado a cabo durante la última dictadura argentina condenándolo a cadena perpetua. Como es parte de las causas en las que actualmente está siendo juzgado el ex policía, no dio su opinión sobre la prisión domiciliaria que fue otorgada al represor. Sin embargo, aclaró los alcances de la ley que la regula; reflexionó sobre el poder reparador de los juicios; denunció las presiones de medios de comunicación como Clarín y La Nación; y recordó la herida abierta y la falta de verdad y justicia en la desaparición de Jorge Julio López.

Si una persona estuvo en prisión domiciliaria y se la revocaron por haberle encontrado un arma de fuego, como a Miguel Osvaldo Etchecolatz, o por algún otro motivo que lo justifique ¿cuenta con un precedente para que no se la puedan volver a otorgar?

Sí, debería ser así. Habría que analizar cada caso. Sobre el caso de Etchecolatz no puedo opinar porque intervengo en la causa. Pero en abstracto, a quien incumple de alguna manera se le revoca y nunca más se le da, sobre todo en delitos comunes. Pero bueno, hay que analizar cada caso porque, ese tipo de decisiones, como cualquier otra de los seres humanos, pasa por el pensamiento, la ideología y el sistema de creencias de esa persona que está decidiendo.

Se cumplieron diez años del juicio a Miguel Etchecolatz en 2006, ¿cuál fue su importancia?

Ese juicio fue posterior a los que se hicieron a las Juntas, donde Etchecolatz y Camps –entre otros–  ya habían sido juzgados, y luego beneficiados por los indultos que dejaron sin efectos las sentencias. Yo ya había condenado a Etchecolatz y a otros represores en el año 2004, porque aunque estaban vigentes las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, no se aplicaban a la apropiación de criaturas. Y el juicio que yo hice en aquel momento, en 2004, fue por la apropiación de un niño de padres uruguayos. En el 2006 se hizo el primer juicio después de la declaración de inconstitucionalidad de esas dos leyes. La importancia que tuvo fue ser el primero, y ser un desafío en todo sentido. Además, se produjo la tragedia de la desaparición de Jorge Julio López sobre el final del juicio. De modo que también tiene una importancia trágica.

Fue la primera sentencia en el país que incorporó la figura de genocidio, ¿en qué sentido la última dictadura argentina merece ese calificativo?

La utilización del concepto de genocidio para aplicarlo al proceso que vivió la Argentina deriva de la necesidad de llamar a las cosas por su nombre. Es decir, de poder aplicar el nombre adecuado a los fenómenos que se producen, y muy especialmente cuando se trata de crímenes masivos de lesa humanidad como es un genocidio. Utilicé esa noción en el sentido más amplio y abarcativo. Por un lado, está el concepto de la Convención sobre Genocidio, que yo considero aplicable porque las víctimas del proceso que se vivió en Argentina estarían incluidas en lo que la Convención llama “grupo nacional”. Más allá de eso, hay un antecedente histórico interesante: previo a la Convención había un proyecto, y previo al proyecto había una declaración de Naciones Unidas, y en los dos casos se incluía el concepto de “perseguidos políticos”. Que la Convención haya sacado esa categoría, en realidad tuvo que ver con una coyuntura: Stalin estaba matando millones de personas y, por lo tanto, fue uno de los que se impusieron para que se quitara ese ítem de “perseguidos políticos”. Pero se conservó el de “grupo nacional”. La caracterización de ese proceso como un genocidio venía siendo, también, un reclamo histórico de los organismos de derechos humanos. Después, este punto de vista se fue enriqueciendo con el trabajo de Daniel Feierstein, que agregó el concepto de “genocidio reorganizacional”: la finalidad de la dictadura argentina era reorganizar la sociedad, pero en base a las categorías que ella misma establecía, fundamentalmente para poder aplicar un proyecto económico que fue el origen del terrorismo de Estado.

También se están por cumplir diez años de la segunda desaparición de Jorge Julio López, ¿qué cree que pasó con él? 

Desconozco qué es lo que sucedió puntualmente. Lo que sí sé es que desapareció, literalmente. De modo que entiendo que fue víctima de una desaparición forzada, que no se investigó hasta el día de hoy con la intensidad suficiente. O, por lo menos, no se observaron resultados de ninguna especie, no hay ningún tipo de información, lo cual es alarmante. Y, además, es la confirmación de la truculencia que tuvo esa desaparición, el mensaje mafioso que pudo implicar en aquel momento y el esfuerzo que hubo que hacer a partir de ahí para poder reanudar todo el proceso de juzgamiento.

¿Afectó el desarrollo de los juicios?

Sí, lo hizo. Lo que tuvimos que trabajar fue la medida de ese impacto, para que no se vieran perjudicados los procesos de verdad y justicia como el que se inició en aquel momento, después de 30 años de impunidad. El siguiente juicio en la Plata fue el del sacerdote Christian Von Wernich. Había que hacerlo después de la desaparición de López y lograr que los testigos asistieran, declararan y se sintieran contenidos. Por suerte, esto se pudo lograr porque establecí un sistema de convenio con dos organismos: el Centro de Protección a las Víctimas de la provincia de Buenos Aires y el Comité para la Defensa de Derechos Humanos. Ellos proveen, hasta el día de hoy, de psicólogos y psicólogas con los cuales se da contención a los testigos para que el trauma que significa volver a declarar sea el mínimo posible, para que se sientan en condiciones de hacerlo y que el que no esté condiciones, no lo haga. La protección material física se hace a través del programa nacional de Protección de Testigos y el programa Verdad y Justicia, que depende del Ministerio de Justicia de la Nación. Son distintos ámbitos pero todos apuestan a lo mismo, es decir, a que se puedan hacer los juicios con la mayor normalidad posible y sobre todo con el respeto que a las víctimas y los testigos se les debe por la ley y por cuestiones éticas elementales.

¿Cómo cree que esta herida sigue afectando hoy?

Sigue afectando de una manera muy específica, que tiene que ver con lo que en su momento escribió en una obra de teatro Tato Pavlovsky  El señor Galindez, en donde él le hizo decir al represor: «Por cada uno que tocamos, mil paralizados de miedo. Nosotros actuamos por irradiación». Si pensamos que hubo 30.000 desaparecidos, son 30 millones de personas las atravesadas por ese aparato de terror de los años 70. Esa irradiación a la que aludía Pavlovsky sigue hasta hoy, producto de la etapa de terrorismo de Estado y, luego de tres décadas, de la desaparición de un importante testigo, de un hombre que hizo un aporte muy fuerte en ese juicio, una figura especial, porque él fue testigo presencial de los hechos que relató. De modo que la desaparición, además de la tragedia personal que esto representa para su familia, significó una tragedia social. Pero como toda tragedia social, es un desafío para la comunidad: reponerse, no olvidar, seguir adelante en un proceso que busca investigar la verdad de lo que pasó, poder condenar como corresponde y cultivar la memoria para que no vuelva a pasar.

¿Considera que los juicios son una instancia reparadora para víctimas y familiares?

Sí, estoy completamente convencido. Cuando finalizó el juicio a Etchecolatz, al terminar de leer el veredicto se me acercó una señora, una madre de Plaza de Mayo, que había estado presente, aunque no se estaba juzgando el caso de su hijo desaparecido. Me dijo, tocándose el pecho, que había tenido durante 30 años una opresión que se le había ido. Y la verdad es que además de lo conmovedor de la frase, creo que es la prueba más elocuente de lo que significa la reparación. Difícilmente se puede explicar de una manera más gráfica que con esta señora, que se llamaba Edna (Coparón de Ricetti).

¿Actualmente existen presiones para limitar los juicios de lesa humanidad?

Presiones hubo siempre, y amenazas también. Las presiones son ilegales, pero son lógicas y entendibles si se tiene en cuenta que este proceso de juzgamiento afecta intereses muy concretos: económicos y de los otros. Eso ha existido desde el primer juicio. Por ahí lo que está sucediendo es un cambio de clima. A mi entender, desde el año 2003 el contexto fue distinto, ya que se declaró la inconstitucionalidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y, a partir de ahí, se pudieron iniciar los juicios. Ese contexto siguió siendo favorable durante toda esta década: el apoyo del Ministerio de Justicia y el programa de los testigos, sin ninguna duda, colaboraron con el avance de los juicios. Hoy se está percibiendo un cambio de clima en ese sentido. En lo personal, no recibí ningún tipo de presión de parte del gobierno. Sí noto la presión de algunos medios periodísticos importantes, que son los que vienen haciéndolo hace tiempo: La Nación y Clarín. Entiendo que tiene que ver con intereses económicos e ideológicos.

¿Qué tipo de presión ejercen estos medios?

En el caso de La Nación, por ejemplo, los editoriales que hace años vienen produciendo. Unos días antes de finalizar un juicio por delitos de lesa humanidad muy importante, publicaron editoriales a favor de uno de los imputados que luego fue condenado a prisión perpetua. Eso fue explícito, fue y es una presión concreta que después mantuvo a partir de otros editoriales, algunos más fuertes y otros menos, pero todos dirigidos a lo mismo: a desalentar el proceso y desacreditar a algunas personas –incluyéndome, por supuesto– en operaciones de prensa absurdas, pero no por absurdas menos graves.

¿La Teoría de los Dos Demonios sigue presente en el imaginario social?

La teoría de los dos demonios se fue abandonando con los primeros juicios. Comenzó hace 35 años. En el juicio a las Juntas se hablaba de los dos demonios. Pero, cuando en esta etapa se comenzaron los juicios de Etchecolatz y todos los que se vienen haciendo en el resto del país, claramente quedó descartada por completo. Primero, porque es una teoría interesada: no es neutra. Cuando se habla de dos demonios lo que se busca es confrontar, por un lado, la represión genocida y, por el otro, la actividad –o la supuesta actividad– de las víctimas. Si tenemos en cuenta que en todos los juicios ha quedado demostrado el secuestro y desaparición de bebés, de niños, la violación sexual, el homicidio, la tortura y desaparición de miles de personas, suena extraño que alguien pueda elaborar una teoría en la cual se confronten dos demonios. Sin embargo, está presente en algunas personas que tienen interés en mantenerlo circulando. Lo cual no significa que se ajuste a la realidad. En la Argentina de esa época no hubo dos demonios, sino que hubo un genocidio pensado, elaborado y puesto en marcha, de secuestro, tortura, desaparición y muerte. Y esto está probado, con sentencias firmes. Y si hay gente que todavía está elaborando esa teoría o la repite, es porque tiene intereses en hacerlo: económicos e ideológicos.

Mauricio Macri relativizó el número de los desaparecidos en la última dictadura y calificó como «guerra sucia» lo sucedido en esos años. En el mismo sentido, Lopérfido también cuestionó la cantidad de víctimas ¿Cómo afectan estos dichos  a la búsqueda de la verdad y la reparación a las víctimas y sus familiares?

Depende de lo que cada juez haga cada día con las causas que lleva. No solo por la opinión que pudo haber dado el Presidente de la Nación, sino en general. También puede ser por las intimidaciones de los medios y sus presiones, que van a tener eco o no en jueces y fiscales y lo vamos a saber en cada actuación de ellos. Lo que pasa es que si tenemos en cuenta que estos juicios se están llevando a cabo porque durante treinta años los organismos de derechos humanos, las Madres, Abuelas e Hijos, resistieron y exigieron, vemos que eso es la prueba más elocuente de que cualquier persona puede decir lo que quiera, pero cuando dice cosas de esa envergadura, que descalifican un proceso genocida como el que hubo, la respuesta social es muy fuerte. Esa es la parte rescatable, la parte llena del vaso. Porque del mismo modo que treinta años de reclamar, sin descanso alguno, generó un proceso único en el mundo –que es el de juzgamiento de genocidas–, con el mismo criterio cualquiera puede decir lo que quiera, pero eso no significará ni que esté bien ni que no va a tener una respuesta social. Y nuestra sociedad va a ir eligiendo en cada caso qué respuesta elige. En el caso de los jueces, la respuesta es hacer los juicios que tienen que hacer y aplicar la ley como corresponde.

¿Qué establece la ley de Prisión Domiciliaria?

La 24.660 es una ley penitenciaria que luego fue modificada por la ley 26.472. Lo que establece es la posibilidad de prisión domiciliaria bajo determinadas condiciones: ser mayor de 70 años, tener enfermedades graves o incurables, etcétera. Pero todos esos requisitos que esa ley establece están encabezados por la palabra “Podrá”, “El juez podrá”. De modo que claramente lo que el legislador hizo fue otorgarles a los jueces la posibilidad de determinar o no, en cada caso, un beneficio de esa naturaleza, que de ningún modo es obligatorio ni automático.

Cuando la sociedad denuncia la injusticia de algún caso de prisión domiciliaria y exige rever esa decisión ¿quién es el responsable de intervenir en la discusión?

En el caso de la prisión domiciliaria solamente los fiscales pueden efectuar algún tipo de recurso. Y depende la interpretación podrán los querellantes o no. Pero la realidad es que los fiscales tienen la responsabilidad de decidir. Cuando se les da una vista a los fiscales antes de decidir, hay fiscales que aconsejan dar una prisión domiciliaria. No solo en casos de lesa humanidad, sino en delitos comunes también. Lo que pasa  es que ahí cada uno interpreta, y eso es lo que la ley le otorga a los jueces: la posibilidad  de interpretar si va a decidir o no una prisión domiciliaria. Y la va a otorgar o no el juez en función de su propia visión de los hechos, de la gravedad de los mismos, de la situación de la persona que fue condenada.

¿Qué tipo de custodia reciben los que tienen prisión domiciliaria?

Lo que pasa es que históricamente la prisión domiciliaria no preveía custodia física. Después existieron casos en los cuales se aconsejó eso. Imaginate que si hablamos de miles de personas que están en esa condición, sería imposible destinar decenas de miles de guardias para custodiarlos. Existen las pulseras electrónicas que se utilizan en casos de prisión domiciliaria, pero de delitos comunes. El caso de delitos de lesa humanidad es mucho más complicado, la mayoría no tiene custodia.

¿Y entonces cómo se garantiza que cumplan la prisión domiciliaria?

Por eso es complicado… la responsabilidad de los jueces que las otorgan es ver cómo se verifican. Puede ser a través de una visita del Patronato de Liberados, o de distintas maneras. Hace poco se dio un caso muy fuerte con un hombre de 87 años que estaba procesado por delito de lesa humanidad y estaba con prisión domiciliaria por  razones de salud. Estaba arriba de un limonero podándolo y se cayó adentro de una pileta y se murió. Uno tiene que analizar esta escena, porque si lo que se argumenta es que es beneficioso para su salud estar en su casa, y se cae de un limonero y se mata en una pileta de natación, no puede ser beneficioso. En segundo lugar, si se mata en una pileta de natación es porque la tiene, lo cual demuestra un estándar de vida importante que tal vez a más de uno haga pensar que se dan condiciones inequitativas con respecto a otros detenidos de una situación económica menor que a lo mejor ni siquiera obtienen la prisión domiciliaria.

Actualizado 24/08/2016

 

Hambre de derechos

Hambre de derechos

Este lunes a las 18 se inició un acampe con huelga de hambre en Plaza de Mayo para solidarizarse con la líder de la Tupac Amaru, Milagro Sala, y denunciar la situación que atraviesa como detenida política. Al ayuno se sumaron Alejandro Gafagnini, coordinador nacional de la Tupac Amaru; Nélida Rojas, referente de la misma organización en Mendoza; el sacerdote Francisco Oliveira, de Curas en la Opción por los Pobres; Gumercinda Giménez Valdés, de Madres contra la Violencia Institucional; y Ana González, antropóloga, profesora de la Universidad de Buenos Aires y activista de derechos humanos. Después de una larga vigilia, acompañados por distintas agrupaciones que se fueron acercando a la plaza durante la noche, los cinco huelguistas dieron una conferencia de prensa ayer a las 9.

El primer orador, Alejandro Gafagnini, destacó la denuncia de Milagro Sala sobre la existencia de celdas de castigo en la prisión de Alto Comedero «que están fuertemente cuestionadas por Naciones Unidas y que no existen más en el país salvo en algunas provincias». Las celdas, precisó, «son de dos por dos, sin luz, y allí las compañeras internas tienen que dormir en el piso, sin contacto con nadie. Son celdas que tienen mucho que ver con situaciones de tortura. Es una vergüenza como argentinos que tengamos presos políticos, pero además tener estos calabozos de tortura en nuestros penales», subrayó el dirigente de la Tupac.

"Es una vergüenza como argentinos que tengamos presos políticos, pero además tener estos calabozos de tortura en nuestros penales", subrayó el dirigente de la Tupac.

«Es una vergüenza como argentinos que tengamos presos políticos, pero además tener estos calabozos de tortura en nuestros penales», subrayó el dirigente de la Tupac.

Milagro Sala lleva 214 días presa ilegalmente. El mecanismo aplicado por el Poder Judicial de Jujuy, manejado por el gobernador Gerardo Morales, consiste en renovar continuamente las causas contra ella –que ya suman nueve–, cambiando constantemente la orden de detención y así violando la presunción de inocencia (ver  ‘Milagro está presa por ser mujer, kolla y dirigente social‘, la entrevista a Elizabeth Goméz Alcorta, abogada de Sala).

El pasado viernes, Milagro y otras reclusas cuestionaron la existencia de las celdas de castigo que funcionan en el penal de Alto Comedero. Frente a esta “inconducta”, las autoridades penitenciarias la sancionaron con un “aislamiento” de diez días, tan irregular como el resto de las causas, puesto que, al no ser notificada, le negaron el derecho legítimo de la defensa. En función de esta medida, Milagro –junto a tres compañeras de la Tupac también detenidas– empezó una huelga de hambre que finalmente levantó ayer por la tarde a pedido de su familia.

Padre Francisco "Paco" Oliveira.  Acampe y huelga de hambre por la libertad de Milagro Sala en Plaza de Mayo. 16/08/2016.

Padre Francisco «Paco» Oliveira. Acampe y huelga de hambre por la libertad de Milagro Sala en Plaza de Mayo. 16/08/2016.

«Parecería que no alcanza la prisión, la estigmatización, el saqueo a los barrios de la Tupac Amaru, la persecución: han decidido además castigar a Milagro en el mismo penal y por un acto solidario», afirmó Gefagnini, quien se quejó de la falta de predisposición del Gobierno Nacional para dialogar con el Comité por la Libertad de Milagro: «Hace 15 días le pedimos una reunión al (ministro de Justicia) Germán Garavano y al secretario de Derechos Humanos (Claudio Avruj) porque sabíamos que iban a suceder este tipo de cosas. Esta es una escalada de violencia que está llevando adelante el Gobierno provincial con la anuencia de la Nación. Hace diez días echaron a la psicóloga del penal que había establecido una excelente relación con Milagro; eso le costó que la despidieran de su trabajo. La respuesta la tuvimos ayer: nos dieron la reunión para el 31 de agosto. Se ve claramente cuáles son las prioridades de estos funcionarios ante la violación sistemática de los derechos humanos y la situación que se está viviendo en Jujuy».

Gefagnini anunció que la huelga de hambre continuará hasta el lunes 22 de agosto, fecha en la cual supuestamente levantarían la incomunicación de Milagro. Representantes de las agrupaciones que apoyan el acampe se sumarán diariamente al reclamo, ayunando por 24 horas.

Parecería que no alcanza la prisión, la estigmatización, el saqueo a los barrios de la Tupac Amaru, la persecución: han decidido además castigar a Milagro en el mismo penal y por un acto solidario", afirmó Alejandro Gefagnini.

Parecería que no alcanza la prisión, la estigmatización, el saqueo a los barrios de la Tupac Amaru, la persecución: han decidido además castigar a Milagro en el mismo penal y por un acto solidario», afirmó Alejandro Gefagnini.

 

El párroco de Nuestra Señora Fátima de la Isla Maciel, el Padre Francisco «Paco» Oliveira, sostuvo: «No estoy a nombre personal, estoy en representación de los Curas en la Opción por los Pobres». Desde el 16 de enero, las cartas públicas que quincenalmente emite la organización comienzan diciendo: «Hace ya demasiado tiempo está detenida injustamente, y es una presa política, Milagro Sala». A estas misivas hizo referencia el padre Paco: «No podíamos sólo quedarnos en una carta cuando ella hace cuatro días está en huelga de hambre, nos lleva la delantera», y agregó: «No sé si vamos a tocarles el corazón, no haría falta tocarles el corazón, alcanza con la ley, la razón de los jueces que llevan adelante el tema en Jujuy, o del poder político. Por eso estamos en la Plaza de Mayo y no en Tribunales. Claramente hay decisiones políticas que hacen que hoy Milagro Sala y los compañeros  de la Tupac Amaru estén presos y perseguidos».

«Que se metan con nosotros, con los grandes, hasta se entiende. Pero que nuestros niños jujeños de Alto Comedero no se hayan podido bañar este verano en las piletas de natación que hizo la Tupac, porque les cortaron el agua, es una vergüenza, y si eso no es atentar contra los más pobres, no sé yo qué palabra podemos decir», expresó. Antes de finalizar, transmitió el apoyo de todos los Curas en Opción Por los Pobres: “Queremos que ella sienta, y que sienta toda la Tupac Amaru, que tienen nuestro abrazo, que tienen nuestra compañía porque compartimos su lucha y sus ideales».

"La violencia la está ejerciendo este Gobierno con las medidas que está tomando en contra del pueblo", remarco Rojas.

«La violencia la está ejerciendo este Gobierno con las medidas que está tomando en contra del pueblo», remarco Rojas.

Antes de la ronda de preguntas, la referente mendocina de la Tupac, Nélida Rojas, aseguró que Milagro «luchó sola, sin nada, cuando el norte del país estaba abandonado, cuando los niños se morían de hambre y el Estado no se hacía presente, hasta que con el gobierno de Néstor y Cristina pudieron realizar y concretar los sueños de miles de jujeños, y así en otras provincias, como en Mendoza, la mía». Según Rojas, lo que más ha molestado a este Gobierno es «que le hayan dado dinero al pueblo para que lo administre, y que hayamos podido hacer más que cualquier diputado que hoy se presenta en programas mediáticos ensuciando a nuestra compañera».

La Tupac es una organización pacífica, que no busca ningún tipo de confrontación violenta, remarcó Rojas y concluyó: «La violencia la está ejerciendo este Gobierno con las medidas que está tomando en contra del pueblo. Esto es una muestra de que seguimos apostando al diálogo, tratando de que entiendan que un pueblo tiene que ser libre, que sus dirigentes sociales tienen que ser libres, como están libre ellos aunque estén procesados».

Actualizada 17/08/2016

Trece kilómetros por trabajo digno

Trece kilómetros por trabajo digno

Antes de empezar a andar, los grupos sirven algo caliente y reparten alfajores Guaymallén. La organización se ve por todas partes: movimientos con pecheras, gorras, banderas, carteles,  viandas, micrófonos y repertorio de canciones, viandas. También tuppers con empanadas llevadas en carros, bolsones de maíz inflado para el trayecto, packs con botellas de agua. Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.

Marcha Paz, Pan y Trabajo- Tierra, Techo y Trabajo/ CABA / 07-08-16 / Camila Alonso Suarez /ANCCOM Movilización que reunió a trabajadores de la Economía Popular de todo el país agrupados en la CTEP junto a Barrios de Pie, la CCC (Corriente, Clasista y Combativa) y otras organizaciones populares. Se marcho desde San Cayetano, Liniers hasta Plaza de Mayo, bajo las consignas " Paz, Pan y Trabajo" y "Tierra, Techo y Trabajo".

La movilización reunió a trabajadores de la Economía Popular de todo el país agrupados en la CTEP junto a Barrios de Pie, la CCC (Corriente, Clasista y Combativa) y otras organizaciones populares.

El tradicional paisaje de cada 7 de agosto en el barrio de Liniers está  alterado. A los feligreses de la iglesia de San Cayetano se suman hoy miles de militantes de organizaciones sociales. Pero ellos no quieren ingresar al templo, sólo se proponen marchar por la avenida más larga del mundo. La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de  dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”. Dos consignas que para el lector desprevenido puede sonar redundantes. Sin embargo, ambas tienen su historia: la primera fue la consigna de la marcha del 30 de marzo de 1982 cuando miles de trabajadores argentinos se movilizaron contra la última dictadura militar; la segunda fue recientemente pronunciada por el Papa Francisco.

Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.

Muchos vinieron en familia, con chicos en brazos, cochecitos o de la mano. Hay planificación, no pueden improvisar en una caminata de trece kilómetros.

Acá todos saben moverse entre las tacuaras y sogas de las banderas, saben cómo caminar entre un grupo que agita los brazos mientras golpea sus bombos, saben respetar los cordones de seguridad y saben qué son los cordones de seguridad. Algunos llegaron en micros desde Mar del Plata, Córdoba, La Matanza, Villegas. Otros tuvieron menos suerte: “El micro que nos iba a traer desde La Plata tuvo problemas y tuvimos que llamar a remises para poder llegar”, dice Jorge Villa del Movimiento Misioneros de Francisco, mientras camina en la cabecera de la movilización.

 Santo

Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers. Las dos filas están prolijamente valladas en casi todas sus cinco cuadras de extensión sobre la calle Bynon. En una de las colas declaran que llegaron al alba, no más. En la otra, la mayoría está desde ayer, por eso tienen sillas plegables, abrigos hasta las orejas y cantan con palmas para darse aliento. “Esta cola es la del sacrificio, la que podés entrar y tocar a San Cayetano, no sólo verlo de lejos”, explica una mujer con la figura del santo en cuestión en sus manos. Un drone vaga sobre las cabezas del grupo.

. La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de  dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”.

La Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y el movimiento Barrios de Pie se preparan en el cruce de Rivadavia y Cuzco, bajo el paraguas de dos frases “Paz, Pan y Trabajo” y “Tierra, Techo y Trabajo”.

“Espiga para la abundancia, para que no falte ni el pan, ni el trabajo”, vocea una vendedora ambulante de las decenas que escoltan a los feligreses antes de llegar a la iglesia. La imagen del santo se puede ver en cada figura, miniatura, colgante o estampitas que exhiben los feriantes, pero no faltan elementos de la cultura oriental, imágenes del Gauchito Gil, venta de sábanas, juguetes, chipá, y el tradicional choripán. Las palabras de ocasión se entremezclan con referentes de la iglesia que apostados en la calle de adoquines  confiesan a los visitantes, arrojan agua bendita o los invitan a “hacer una oración por los que no tienen trabajo”.

Al otro lado de la vía, la calle Cuzco se arrima a Rivadavia. Allí empiezan a desbordar los contingentes de las organizaciones convocantes. Es la previa. Ya se van a acomodar.

Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers.

Son las ocho de la mañana. Dos colas desembocan en las puertas de la iglesia de San Cayetano, sobre la calle Cuzco, en el barrio de Liniers.

 Mensaje

En la cabecera, antes de partir, se lee la carta que el Papa Francisco envió al presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el obispo José María Arancedo, el primer día de agosto. “El pan es fácil de conseguirlo, porque en Argentina siempre alguien te lo acerca, pero el trabajo es tan difícil lograrlo, sobre todo en momentos con índices de desocupación tan altos”, escuchan los manifestantes. Un pastor de la iglesia pentecostal Dimensión de Fe recibe el micrófono y afirma que “Jesús, quien nació en la hoy Palestina bombardeada, fue torturado y asesinado por pelear por un mundo nuevo”. Luego es el turno del obispo Juan Carlos Ares quien da una bendición.

“Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro.

“Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro.

Los que marchan son trabajadores de la economía popular, cooperativistas, y desocupados. Hoy no se escucha hablar del Impuesto a las Ganancias. “Nosotros venimos acompañando a las cinco centrales sindicales, ahora ellos nos están acompañando a nosotros que somos los trabajadores de la economía popular”, afirma el secretario general de la CTEP, Esteban “Gringo” Castro. La referencia incluye a Hugo Yasky (CTA), Roberto Baradel (SUTEBA), Eduardo López (UTE), Daniel Catalano (ATE), y algunos referentes de la CGT. Raúl Eugenio Zaffaroni, ex juez de la Corte Suprema de Justicia, el legislador del Parlasur Jorge Taiana, y el intendente de San Martín Gabriel Katopodis se suman a las columnas de textiles, cartoneros y recicladores agrupados en la CTEP, cooperativistas de la construcción de la CCC La Matanza, militantes de Barrios de Pie de González Catán, productores agrícolas de La Plata.

 Testimonios y consignas

Silvia camina con su casco amarillo, pantalón de trabajo beige y una camisa con la cara de uno de los líderes del Cordobazo, el dirigente clasista René Salamanca. Trabaja en una cooperativa en La Matanza donde realizan obras de agua, cloacas y construcción de viviendas. “Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC. Y continúa: “La plata, con la inflación, no alcanza. Tenés que comer, pagar los impuestos, transporte, vestirte. La situación es caótica”.

“Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC.

“Qué hace el Presidente (Mauricio Macri) en los Juegos Olímpicos. Esa gente [de las delegaciones deportivas] hizo mucho esfuerzo por estar ahí, pero Macri qué prioriza; el país que se está viniendo abajo o unos juegos”, se pregunta Silvia, militante de la CCC.

Desde una columna de Barrios de Pie, Walter cuenta que vino desde Córdoba donde tienen diez cooperativas de trabajo. “Yo estoy en una que hacemos carpintería. En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche. A nosotros también nos pegó el tarifazo, pero nadie sale por eso porque el presidente está acá en Buenos Aires. Podés reclamar al gobernador porque también es cómplice pero no es lo mismo”, describe.

Algunos integrantes del Movimiento Misioneros de Francisco, que vinieron en remis, cuentan que son “del campo”, son productores agropecuarios de La Plata, con tradición andina. “Yo tengo trabajo pero hace falta más, también atendemos a chicos de la calle y no alcanza”, explican.

"En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche" afirma Walter.

«En nuestra provincia la situación se agravó en los últimos meses, hay muchísimas más personas en los comedores y también los que piden la copa de leche» afirma Walter.

Noelia promedia los 25 años. Es de la CCC de Mataderos y trabaja en una cooperativa encargada de mantenimiento de un colegio, camina al lado de su pareja quien lleva a su bebé en brazos. No es su primera marcha.

Uno que peina canas sostiene un paraguas para cubrirse de la “lluvia de dólares” que lleva enganchados para emular las promesas presidenciales. Mientras los más jóvenes saltan y cantan: “Por eso yo te quiero dar, algo de corazón. Basta de bajos salarios, tarifazo y desocupación…”, “…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”, “…porque el hambre con Macri no se termina, soy piquetero, quiero ser gobierno, hoy salgo a luchar por un gobierno popular…”

Margarita de Villegas también milita en Barrios de Pie. Trabaja dando la copa de leche a los chicos, pero dice que por ahora no pudo cobrar. “La plata no alcanza”, aclara. Fabiana, del partido bonaerense de Laferrere, dice: “Hacemos productos de panadería. El país empezó a vivir una situación  inhumana”.

En las filas de la organización Compromiso Padre Múgica levantan una veintena de pancartas de monseñor Enrique Angel Angelelli, un símbolo de la lucha contra la dictadura. Apenas unos pasos por detrás aparece un banner con la imagen de Bergoglio como Papa Francisco con la frase “hagan lío”.

“Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica un visitador medico.

“Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica un visitador medico.

 

Mientras las organizaciones avanzan, los altoparlantes invitan a los vecinos de Floresta, en Rivadavia y Nazca: “Sumate a la caravana de la dignidad. Vamos a Plaza de Mayo donde tenemos una feria de productos de la economía popular.” La ambulancia de la CTEP con la cara del padre Mugica y el Che acompaña el paso al final de las columnas.

Un visitador médico transita descalzo. Es delegado sindical en Morón. “Vengo por la salud pública, para que las empresas no desvirtúen nuestra profesión, la quieren transformar con sus coimas. También contra los despidos, y sobre todo por la memoria de los compañeros desaparecidos”, explica.

La cartelería -además de las consignas de “Paz, Pan y Trabajo” y las T “Tierra, Techo y Trabajo”- siguen: “Somos lo que falta”, “basta de inflación, desocupación y del tarifazo”, “trabajo=dignidad”, “#MenosDrogas”, “en todas perdés vos: devaluación, quita de retenciones, aumento de tarifas, inflación, despidos, “merendero gaucho gil”, “el hambre es un crímen”, “quiero pan con manteca”, muchas acompañadas de globos con la leyenda “fuera Macri”.  “Nuestra fe será revolucionaria o no será nada”, reza la bandera argentina que sostiene un grupo de la JP Evita. Cantan algo sobre Kosteki y Santillán, y contestan que “trabajan, estudian y militan”.

Habrá que llegar hasta Plaza Flores para que se sume más ciudadanía.

 Sueltos

Emilio camina bajo una boina, con sus manos agarradas por detrás de la espalda. “Soy jubilado, tengo 89 años, vengo de Flores”, responde frente a cada pregunta.

Dos “vecinas de Flores sur, casi Bajo Flores” marchan del brazo, mientras una sostiene una banderita argentina en la mano. “Es la primera marcha a la que vengo pero estuvimos haciendo ruido contra el tarifazo”, explica una. Dicen que es importante estar porque “aumentó todo, el costo de vida es muy alto”. Promedian los 60 años. Critican que la “marcha está politizada”, pero están decididas a caminar junto a las banderas de Barrios de Pie.

Claudia también marcha del brazo con su compañero. Del otro lado ayuda el paso con un bastón. “Venimos porque tenemos pensamiento crítico. Yo ya cuento 65 primaveras”, apunta buscando una sonrisa. Y continúa: “Sabemos lo que se hizo en el pasado y no podemos dejar que Macri haga lo quiera. Hay que salir a la calle”. Claudia viene desde Flores y su pareja de Liniers. “Acá está todo, desde San Cayetano que estoy subiendo a Facebook” dice mientras desliza el índice por su teléfono celular.

“…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”.

“…estamos todos juntos nuevamente, la dignidad del pueblo no se vende, se defiende”.

La ex directora de un colegio de Caballito, jubilada “de las que paga ganancias”, dice por qué salió a la calle: “Para no traicionarme a mí misma, porque fui maestra villera y sé lo que padecen los chicos. También sé lo que hicieron en la Ciudad; cerraron cursos porque faltaba un alumno, no arreglaban el frente de una escuela de más de cien años que se caían los pedazos”.

“Fuimos esclavos del ayer pero dueños del mañana”, dice la remera de una decena de jóvenes y familiares de personas con problemas de adicción. “Mi hijo está en una granja de recuperación, le falta poco para salir porque son dos años de tratamiento”, se presenta una madre. “Estamos acá porque si los chicos consiguen trabajo, tienen algo en qué pensar, mantienen la cabeza ocupada”, completa.

En Parque Rivadavia unos vecinos al paso aplauden mientras exhiben orgullosos un cartel, con estética de imprenta, que dice “No al tarifazo”. Unas cuadras después, Ricardo sale a la vereda de la librería en la que trabaja, y sostiene dos hojas pegadas a un cartón escritas a mano, que dicen “basta de despidos” y “gracias pueblo”. En el camión de sonido, un vocero apunta: “El Papa dice que más importante que ser ciudadano es ser pueblo”. Y concluye: “Lo dijo Francisco, este sistema no se aguanta”.

Ya en Plaza Once las columnas de las organizaciones se nutren  aún más de familias con cochecitos, personas mayores, otras organizaciones como Patria Grande y Movimiento La Dignidad que suma al menos una cuadra más de extensión. Lo mismo pasa en la Avenida 9 de Julio. Los contingentes de Barrios de Pie de Avellaneda, la CCC de Berazategui y Varela, CTEP y Movimiento Evita de Zona Sur. La gente “suelta” se multiplica en el último tramo. Algunos marchan apenas un tramo. Otros muchos prefieren llegar directamente a la Plaza.

Actualizada 08/08/2016

“La unidad es lo único que nos puede salvar”

“La unidad es lo único que nos puede salvar”

San Cayetano es conocido como el patrono del pan y del trabajo desde el año 1671 cuando fue proclamado santo por el Papa Clemente X. Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país. Hoy, a ese grupo de creyentes se sumaron numerosas agrupaciones sociales y sindicales que transformaron la plegaria cristiana en una manifestación popular y política que conectó a la iglesia ubicada en Cuzco 150, en el barrio porteño de Liniers, con la histórica Plaza de Mayo. Bajo la consigna de “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”, miles de manifestantes -los organizadores calcularon cerca de 100 mil personas- se movilizaron contra los despidos y el proceso de ajuste de la administración de Mauricio Macri.  Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional. La movilización fue convocada por la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTE), el Movimiento Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC), pero recibió el respaldo de sectores sindicales y políticos que cuestionan el rumbo económico-social del gobierno de Cambiemos.

Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país.

Cada 7 de agosto miles de fieles acuden a su templo en una de las muestras de religiosidad popular más importantes de nuestro país.

“Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, el primero de los oradores. El inicio del acto central estaba previsto para las 14:00, pero debió retrasarse al menos una hora debido a las incesantes columnas de manifestantes que avanzaban hacia el escenario junto a la Pirámide de Mayo. Agrupaciones barriales, gremiales, políticas y universitarias conformaron la multitud que cambió el habitual paisaje de la Plaza de Mayo en una tarde de domingo. Al iniciar el acto, la plaza entera recibió con aplausos a los “Jóvenes Misioneros de Francisco” que, portando las imágenes de San Cayetano, la Virgen de Lujan y el Papa Francisco, marcharon esos trece kilómetros desde Liniers.

Marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo por pan, paz y trabajo , 07 de Agosto de 2016; Foto: Nicolas Parodi / ANCCOM

Marcha de San Cayetano a Plaza de Mayo por pan, paz y trabajo , 07 de Agosto de 2016; Foto: Nicolas Parodi / ANCCOM

Menéndez criticó en duros términos el orden de prioridades establecido por el gobierno nacional al que calificó como el “agresor” y señaló una serie de problemas que concluyen en un golpe contra la industria que provoca la pérdida de puestos de empleo. “Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció.

.  Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional.

. Después de trece kilómetros de caminata, todos se unieron frente a la Casa Rosada en el reclamo de un “Salario Universal Complementario” para los trabajadores de la economía popular y la declaración de la Emergencia Social en el Congreso Nacional.

Luego, el coordinador nacional de la CCC, Amancay Ardura, alertó sobre la problemática más urgente que las organizaciones deben enfrentar: “El hambre arrecia en todos los territorios. Las necesidades nos están matando”. Y advirtió: “Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando. Estamos muy mal y un nuevo fracaso lo vamos a pagar nosotros. Por eso estamos en las calles, por eso estamos aquí, por lo que estamos sufriendo. No vemos la luz al final del túnel”.

 “Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez.

“Acá estamos los agredidos de este modelo, de sus políticas económicas”, sintetizó el coordinador de Barrios de Pie, Daniel Menéndez.

El mensaje final estuvo a cargo del secretario general de la CTEP,  Esteban Gringo Castro, quien también responsabilizó al modelo económico de las problemáticas que enfrentan los sectores más vulnerables. “El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó.

“Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció Menéndez.

“Lo único que se produce en este país, como consecuencia de este gobierno, es que se ha instalado una fábrica de pobreza con las políticas económicas que se están llevando adelante”, sentenció Menéndez.

Además, enfatizó la necesidad de mantener la unidad entre las agrupaciones sociales y del trabajo informal. “Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad. Vamos a trabajar para la unidad porque es lo único que nos puede salvar. No nos puede salvar la guita que viene de afuera porque viene para sacar lo que tenemos adentro”, señaló.

“El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó Gringo Castro.

“El sistema nos expulsa del trabajo a nosotros que somos creadores de trabajo. Nos reprime y no nos deja laburar y eso no lo podemos permitir”, remarcó Gringo Castro.

El representante del CTEP también dedicó una parte de su discurso a señalar la sintonía que el reclamo de los trabajadores puede encontrar en la figura del Papa Francisco a quien visualizó como uno de los propulsores de las iniciativas del sector. “La consigna Techo, Tierra y Trabajo surge de la convocatoria del Papa Francisco. Nos encontramos con un Papa que nos dijo que tenemos que hacer la reforma agraria, que además planteó que los trabajadores de la economía popular, y así lo nombró, teníamos en nuestras manos la posibilidad de garantizar un futuro para nuestro país”, remarcó. Tanto la movilización como el acto en Plaza de Mayo superaron ampliamente las expectativas de sus organizadores que, sin embargo, ya plantean una marcha federal y multisectorial como el paso siguiente. “Acá hay mucha bronca, mucho malestar por lo que están haciendo y que día a día afecta a nuestros bolsillos, nos afecta porque tenemos que ir para atrás y todos queremos progresar. Es por eso que necesitamos hoy que paren la mano con las políticas económicas que están llevando adelante. Acá estamos los que la estamos pasando mal. Aspiramos a que, a partir de esta muestra de nuestro pueblo en esta fecha tan simbólica, el gobierno reflexione y convoque a un estado de emergencia social”, sintetizó Menéndez.

“Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni  podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando", alertó Amancay Ardura.

“Los que convocamos a esta jornada no esperamos ni podemos esperar. Las organizaciones no estamos para contener a nuestros compañeros, estamos para luchar y organizar. Nosotros no queremos desestabilizar a este gobierno, pero sí que cambie esta política que nos está matando», alertó Amancay Ardura.

La movilización convocada por los movimientos que lideran la denominada economía popular también contó con la adhesión de Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores; Roberto Baradel, de Suteba y Eduardo López, de UTE. Además, se sumaron al reclamo los dirigentes del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro; y Jorge Ceballos, de Libres del Sur; entre otros.

“Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad", señaló Gringo Castro.

“Si los monopolios lo que quieren es fragmentar a la clase trabajadora, nosotros vamos a trabajar incansablemente para la unidad», señaló Gringo Castro.

Actualizada 08/08/2010