
Las mejores fotos 2016 de ANCCOM
Excepto los imputados y su defensa, todos en la sala sintieron el impulso de aplaudir con furia y saltar de sus asientos. Pero se contuvieron. El juez Alfredo Ruiz Paz había sido claro al inicio de la jornada: “Esta presidencia no va a permitir ningún tipo de manifestación a favor ni en contra. Ni silbidos ni aplausos ni nada por el estilo. Si no se respeta esta indicación, aunque sea por una sola persona, procederé a desalojar la totalidad sala”. Nadie en el público quería perderse el último capítulo de una historia que comenzó hace treinta y ocho años, el 6 de octubre de 1978, cuando José Manuel Pérez Rojo y Patricia Roisinblit –embarazada de ocho meses- fueron secuestrados y llevados a la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA), en ese entonces a cargo del comodoro Luis Trillo, uno de los imputados. Por esos hechos también estaban acusados Omar Rubens Graffigna –Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea ese año- y Francisco Gómez, quien se apropió del hijo menor de la pareja, nacido en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada un mes después.
Rosa Tarlovsky –madre de Patricia- secaba sus lágrimas con un pañuelo. Sentados a su lado, sus nietos Guillermo y Mariana contenían su emoción, mientras tomaban de la mano a sus respectivas parejas. Los tres familiares son querellantes en la causa, junto con Abuelas de Plaza de Mayo, y las Secretarías de Derechos Humanos de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires.
El presidente del Tribunal acababa de afirmar la condena a veinticinco años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua a Graffigna “por resultar co-autor del delito de privación ilegal de la libertad agravado por mediar violencia o amenaza”. El magistrado interrumpió su discurso. “¿Hay un bebé llorando en la sala? –inquirió fastidiado- . Y al saber que era el hijo de un familiar de la familia Pérez Roisinblit le indicó, confundido, a la madre del chico: “No, no se lo lleve. Disculpen, voy a volver a leer esta sentencia”. Así fue como todos pudieron volver a escuchar ese veredicto inédito: por primera vez se condenaba a uno de los jerarcas de las juntas militares que había logrado sortear todas las instancias judiciales en las que había estado involucrado hasta el momento. Más temprano, cuando el imputado tuvo la oportunidad de decir unas palabras finales antes de la sentencia, prefirió discurrir una vez más acerca de la Guerra de Malvinas, homenajeando a oficiales y suboficiales de la fuerza como ex comandante y en nombre de todo el pueblo argentino.
Los otros dos imputados prefirieron no emitir palabra cuando tuvieron su turno para hablar, a las diez de la mañana. Ambos tienen información acerca del destino final de Patricia y José Manuel, que prefirieron no revelar en esta causa. A Trillo, el Tribunal le otorgó la misma pena que a Graffigna, mientras que a Gómez le asignaron doce años de prisión por considerarlo partícipe secundario del crimen.
Por primera vez en todo el proceso, se presentaron decenas de medios nacionales e internacionales para realizar la cobertura periodística. Apenas cabían las cámaras y trípodes en la sala de audiencias. Solo tenían autorización para quedarse algunos minutos previos al comienzo de la jornada, luego debieron esperar afuera. Adentro, el juez enumeraba otros aspectos del veredicto que, además de las penas a los acusados, incluía el pedido de investigación por la posible comisión de delitos de la que habrían resultado víctimas Mariana Eva Pérez –al ser sustraída junto a su madre en el momento del secuestro-, los testigos que declararon haber sido secuestrados en la RIBA y las personas que ellos indicaron que también fueron detenidos en la misma época en la zona Oeste. El tribunal también ordenó que se investigue la posible comisión de delitos por parte del vicecomodoro Raúl Pírez Apolonio, el suboficial Juan Carlos Vázquez Sarmiento –prófugo desde 2002-, el ex miembro de la Fuerza Aérea Jorge Cóceres y los NN apodados “el Oso”, “Patón” y “El gringo”. Al mismo tiempo, la sentencia solicita indagar la posible participación de Graffigna y Trillo en el delito en la sustracción de Guillermo Pérez Roisinblit -por el que oportunamente fuera juzgado y condenado Gómez- y también pide realizar actuaciones para saber quienes fueron los responsables del saqueo del negocio de cotillón perteneciente a José Manuel Pérez Rojo.
Casi cien personas aguardaron durante más de tres horas la lectura del veredicto, que tomó poco más de diez minutos. Entre ellos se encontraban familiares y amigos de los querellantes, representantes de organizaciones sociales y militantes por los derechos humanos. Una de ellas, Marcela Bublik, es la autora de la biografía de Rosa Tarlovsky, publicada en 2013. “Una de las cosas que siempre guió a Rosa como luchadora fue este juicio, además de la lucha por encontrar a todos los nietos, no solo al suyo, a quien pudo recuperar hace quince años“, dijo.
La autora estaba sentada en la puerta del Tribunal, a la espera de que abrieran el acceso al público para presenciar la lectura de la sentencia, anunciada para las dos de la tarde. El reloj todavía no marcaba la una y ya se había armado una fila de veinte metros. El ingreso era por orden de llegada y quienes quedaron afuera debieron seguir los acontecimientos a través de una pantalla ubicada en la sala contigua. La acompañaba Estela Elijis, quien fuera compañera de colegio y de facultad de Patricia: “Durante la dictadura todos estábamos distanciados de todos por el terror que se vivía –explicó-. Yo temía, en el transcurso de todo lo que fue pasando, que Patricia hubiera estado muy comprometida en su integridad. Cuando apareció el primer listado de desaparecidos en el año 83 la busqué y vi su nombre. Después la fui a buscar a su mamá”. Más tarde conocería a Bublik –recomendada por Rosa-, quien la entrevistó para la biografía. Hoy son amigas.
Durante el cuarto intermedio, el bar de la esquina del Tribunal se quedó sin mesas ni asientos libres. Rosa y sus nietos esperaron ansiosos, rodeados de sus abogados, amigos y familiares. Las meseras repartían café y medialunas de acá para allá. Leandro Despouy, abogado defensor de los derechos humanos, ex presidente de la Auditoria General de la Nación, estuvo charlando largo rato con Guillermo y se quedó hasta el final de la jornada. Antes de volver a la sala de audiencias, el hijo menor de Patricia y José Manuel salió a tomar aire a la puerta del bar. “Todavía esperaba que Gómez dijera algo, diera alguna información, pero no lo hizo. El abogado defensor mintió cuando afirmó que yo alguna vez dije que ese hombre era ‘un pan de Dios’. Nunca podría haber dicho eso”, señaló en alusión a la audiencia de alegatos de la semana anterior.
No fue posible conocer los gestos de los imputados cuando conocieron el veredicto. La cantidad de agentes penitenciarios que los rodeaba se había multiplicado para esta ocasión. Guillermo Javier Miari y Sergio Díaz Dalaglio, sus defensores, no hicieron ningún gesto mientras oían la sentencia. Apenas los jueces y las querellas abandonaron la sala, estallaron los abrazos en medio de un aplauso que duró varios minutos. “José Manuel y Patricia, ¡presentes!”, gritaron los asistentes a coro.
A la salida, Rosa Tarlovsky se halló circundada de micrófonos, cámaras y grabadores. La vice-presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo aclaró que estaba dispuesta a hablar y sacarse todas las fotos que hiciera falta. Recordó que todavía resta encontrar cuatrocientos nietos, que a su vez hoy probablemente ya tengan hijos que tampoco conocen su identidad. “Todos estos años que viajé al exterior con esta causa, encontré solidaridad, respeto. ¿Qué más puede pedir un ser humano? Estoy muy agradecida”, concluyó. La respaldaban sus nietos a ambos lados, que también respondieron preguntas de los periodistas. “No obtuvimos ninguna respuesta en este juicio acerca de adonde están nuestros padres, pero al menos tres de los responsables recibieron su condena”, afirmó la hija mayor de Patricia y José Manuel. “¿Estás conforme con los doce años para Gómez?”, preguntó alguien. Ella y su hermano intercambiaron miradas y respondieron al unísono: “No, es muy poco”. “No por una cuestión de que se pudra en la cárcel o no –completó ella-. Sino porque la cantidad de años es la medida de la gravedad del delito en el que incurrió. Vamos a apelar”.
“Mi hermana y yo coincidimos en que lo correcto sería haberlos juzgado por desaparición forzada de personas, y no por la privación ilegítima de la libertad, porque si solo los hubieran privado de su libertad, tendrían que seguir con vida, lógicamente. Pero la cantidad de años para Trillo y Graffigna en cierto modo puede llegar a reparar el daño que nos hicieron”, expresó Guillermo en su declaración y recordó que Gómez “tiene información precisa no solo de lo que sucedió con mis padres, del calvario que tuvieron que vivir, sino seguramente sobre dónde están sus restos. Y además tiene información de tres o cinco nietos más que están apropiados y no tienen su identidad, y van por la calle viviendo una mentira. Todo esto lo sé por boca de él”.
Los amigos y militantes permanecieron en la vereda del Tribunal durante una hora más a la salida de la sala. “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”, cantaban. Se sacaban fotos con Guillermo, con Mariana, con Rosa. Se abrazaban. Antes de despedirse, la prensa tomó una foto de la familia unida, y luego otra que incluyó a sus abogados y los de la Secretaría de Derechos Humanos de Provincia y Nación, también muy emocionados con el resultado del proceso judicial.
La lectura de fundamentos de la sentencia se llevará a cabo el 6 de octubre, exactamente treinta y ocho años después de la desaparición de José Manuel y Patricia.
Mirá el video que ANCCOM preparó con testimonios exclusivos de Mariana, Guillermo y Rosa:
Actualización 08/09/2016
Es martes a la tarde y en el Liceo N°4 Remedios de Escalada de San Martín alumnos y docentes se preparan para el acto patrio en conmemoración por el 25 de mayo. Un hombre de expresión severa en un sobretodo azul oscuro está dando indicaciones precisas al personal de limpieza. Su nombre es Diego Laplacette y es el rector de la escuela, en la que hace un mes desembarcó un proyecto de co-docentes en las aulas, conocido con el nombre Pexa, un programa impulsado desde el Ministro de Educación porteño en asociación con Enseñá por Argentina, una ONG en cuyo consejo asesor participan el ex ministro de Educación del gobierno de Fernando de la Rúa, el economista Juan Llach, y Gustavo Iaies, ex viceministro de esa cartera durante el gobierno de la Alianza y actual asesor de Sergio Massa.
«Para averiguar sobre el programa deberías hablar con Paula Nese, la asesora pedagógica de la escuela, decile que vas de parte mía, la encontrás en el segundo piso», indica Laplacette y prosigue con su tarea.
«No a las drogas», se lee en más de uno de los afiches confeccionados por alumnos que cuelgan en las paredes de los pasillos. «Sí al boleto estudiantil», reza uno de los graffiti en el patio a cielo abierto. En la oficina del segundo piso no está Paula Nese sino una compañera suya que aguarda la llegada del SAME para que atienda a un adolescente que se golpeó durante esa jornada. «El programa de las parejas pedagógicas está funcionando en la escuela actualmente, pero hubo problemas con eso, hay docentes que no los quieren y también hubo problemas con el gremio», comenta.
En total son cuatro las personas adentro de la oficina, en la que apenas caben el escritorio con tres sillas, y un gran armario de metal. Los otros dos son promotores del Gobierno de la Ciudad que acaban de llegar de la calle: su trabajo consiste en averiguar por qué algunos alumnos dejaron de asistir a clases y hacer que vuelvan a las aulas. «La idea es articular nuestro trabajo con el de los Pexa (miembros de la ONG Profesionales de Enseña por Argentina) para que los chicos no queden tan colgados cuando vuelven a las clases después de varias semanas sin asistir y puedan retomar el ritmo», aporta uno de ellos, entusiasmado. Minutos después llega Nese a pasos apurados, lleva consigo una notebook de Conectar Igualdad y varios papeles, está trabajando a contrarreloj para un proyecto de la escuela y le está resultando difícil encontrar un lugar donde poder concentrarse.
Formando líderes
«Postulá a nuestro programa de formación en liderazgo dando clases en las comunidades educativas que más lo necesitan y sé parte del cambio», invita el sitio de Enseñá por Argentina. «En nuestro país, los estudiantes de niveles socioeconómicos bajos están casi dos grados escolares por detrás de niveles socio-económicos altos», aseguran desde la web. Al pie de la página figuran los socios de la organización, casi todos ellos empresas privadas extranjeras: Microsoft, Nestlé, Ogilvy, Roche, DHL, Direct TV, HSB, Galicia, Supervielle, Deutsche Bank, Western Union, LAN, entre otros.
«Para postularte solo necesitás un título de grado», aseguran desde la ONG en conversación telefónica, «no hace falta que seas docente ni que hayas hecho las materias pedagógicas de la carrera. Durante el voluntariado necesitamos que trabajes full time, 30 horas por semana, y nosotros te becamos el profesorado en un instituto privado. Ahora, si vos preferís hacer las materias del profesorado en una universidad pública es válido también, lo podés hacer por tu cuenta».
En este momento, Pexa toma solicitudes para el ciclo lectivo 2017. La postulación se realiza por medio de un escueto formulario web, y luego comienza el proceso de “Reclutamiento y Selección”: entrevistas grupales, entrevistas individuales, un curso de ingreso y más tarde las prácticas dentro del aula.
¿Trabajo precario?
«El proyecto llegó a la escuela, el rector lo aceptó, y yo trabajo en la articulación. La realidad es que este año el Gobierno de la Ciudad quitó bastantes recursos, y nos ofreció este programa», explica Nese. «Los co-docentes trabajan en las aulas junto con los docentes, nunca están a solas frente a la clase. La responsabilidad civil la tiene el profesor, y en caso de que éste haya faltado, de ninguna manera el co-docente queda a cargo de la división». Durante la conversación con la asesora pedagógica, salen y entran de la oficina chicos de la escuela preguntando por las fechas de los exámenes de materias adeudadas. «De matemáticas no va a haber, no hay fondos para pagarles horas extra a los profesores que tienen que tomar», repite una y otra vez. «Como ves, hacen falta muchas cosas en la escuela, y para mí la ayuda siempre es bienvenida, venga de lo público o de lo privado», justifica.
Los Pexa dedican veinte horas de su carga horaria como pareja pedagógica y diez a la planificación de proyectos institucionales. Se estima que ganan entre cuatro y cinco mil pesos por mes, que se les paga con fondos del Ministerio de Educación porteño a través de la ONG. Juan Martinena, delegado gremial de Ademys en el Liceo Nº 4, considera que se trata de trabajo precarizado que va contra el estatuto docente. «Los co-docentes entraron al colegio por la ventana. Se comunicó como un hecho consumado que iban a empezar a venir en una reunión de profesores por cargo, no se decidió conjuntamente. Tengo entendido que ni siquiera se comunicó a los padres de los chicos esta decisión», comenta preocupado.
Para dar clase en escuelas públicas hay que pasar por un proceso que incluye la suma de puntajes, títulos, cursos, consulta de antecedentes, apto médico y psicológico. Los cargos disponibles se publicitan mediante acto público para asegurar un acceso democrático y transparente a las funciones. «Con el programa Enseña por Argentina se está precarizando la formación del que está dentro del aula, no se sabe con qué mecanismos se los selecciona, porque eso depende de los coordinadores de la ONG», sostiene Martirena. Resalta el hecho de que en Enseña por Argentina se fomenta la formación en institutos de enseñanza privada por medio de becas, en detrimento de los profesorados públicos.
Por el momento, muchos de los docentes del Liceo Nº 4 optaron por no dejar que los co-docentes ingresen a las aulas, ya que el programa es optativo. La objeción no es contra los individuos que se desempeñan en la ONG, sino contra la forma en que fue implementado, que implica una intromisión de lo privado en la educación pública.
La decisión que el programa se implemente en el establecimiento la tomó Eduardo Toscano, supervisor de la región. A pedido de los docentes, acudió a la escuela para dar detalles sobre el proyecto. «El supervisor no conocía el convenio por el cual la fundación entra a las escuelas públicas. Lo que yo entiendo es que se está aprovechando la necesidad de la escuela, se le quitan los recursos, y en lugar de crear cargos genuinos ingresan por medio de una ONG profesionales sin estatuto, sin convenio, sin reglas», afirma Martirena.
«Se está aprovechando la necesidad de la escuela, se le quitan los recursos, y en lugar de crear cargos genuinos ingresan por medio de una ONG profesionales sin estatuto, sin convenio, sin reglas», afirmó Martirena.
Profesionales que quedan afuera
En 2007, bajo el gobierno de Jorge Telerman, en la ciudad de Buenos Aires se creó la Tecnicatura en Pedagogía y Educación Social, dictada en el Instituto de Tiempo Libre y Recreación (ISTLyR), una institución educativa pública y gratuita. La carrera propone una formación integral de los educadores, teniendo en cuenta ámbitos educativos diversos, con eje en la visión de la educación como un derecho. Propone una actitud crítica y reflexiva ante la educación y la concepción del sujeto. Los egresados de esa carrera llevan años intentando lograr modificaciones o excepciones en el estatuto para poder acceder a cargos en escuelas públicas ya que cuentan con formación idónea para desempeñarse como asesores pedagógicos dentro del Estado, pero no han recibido respuestas del gobierno en todos estos años.
“En Enseña por Argentina trabajan con el (PISA) Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos. Se trata de exámenes estandarizados elaborados con los parámetros de países centrales, que desconocen los procesos de profunda desigualdad que dan lugar a la realidad educativa de nuestro país”, comenta una egresada de la institución que prefiere mantener su nombre bajo reserva, ya que trabaja en el Gobierno de la Ciudad. “La mejora de la educación –agrega- se tiene que realizar por medio de políticas públicas que atiendan las contradicciones de un Estado que legitima la desigualdad. Esta ONG, en su web, dice que está orientada a formar en el liderazgo; es decir, propone un horizonte educativo que tiene que ver con el mundo empresarial”.
Gabriela Pignataro, una estudiante de la carrera del ISTLyR, considera que la implementación de la ONG es una “pantalla de voluntariado que esconde un negocio”. Y agrega: “He visto avisos para trabajar en esta organización publicados en Zona Jobs como trabajo pago. Los cargos técnicos en las escuelas deben otorgarse a personas que estén formadas con una mirada en procesos educativos. Un título universitario no te garantiza una mirada pedagógica. ¿Cualquiera puede estar dentro de un aula?”.
Toma de posiciones
La implementación del programa de co-docentes en Capital Federal trascendió gracias a una denuncia de Ademys, pero lleva años siendo implementado en las provincias de Córdoba y Salta. No es la primera irregularidad en la injerencia de ONGs en la escuela pública: diez días atrás, la Justicia Porteña ordenó suspender el programa de evaluaciones de hábitos de niños, niñas y adolescentes que la Jefatura de Gabinete y la ONG ILSI (International Life Sciences Institute) realizaba en establecimientos porteños a través del programa Mi Escuela Saludable. La organización estaba sustentada por multinacionales como Monsanto y Coca-Cola.
El motor que impulsó la visibilización del caso de Mi Escuela Saludable fue la acción de los padres de la Cooperadora de la escuela República de Colombia Nº 26, de Boedo, en donde se intentó implementar el programa. “Cuando vino Cecilia Antún, la coordinadora del programa, a hablar con los padres para que firmáramos la autorización para realizar los estudios, no nos pudo dar explicaciones acerca de si esos análisis estaban aprobados para ser realizados en niños, ni tampoco podía explicar por qué se había elegido a ILSI, una institución cuestionada a nivel mundial, y ni siquiera nos pudo decir para qué serían utilizados los datos que ellos deseaban relevar. Cuando le preguntamos si los resultados del estudio serían aplicados al menú del comedor escolar nos dijo que el programa no tiene articulación con los comedores escolares”, comentó Diana Reingart, tesorera de la Cooperadora y madre de dos alumnos de la escuela.
Desde Ademys están trabajando estrategias para revertir esta tendencia de las ONG: “La escuela se debe organizar y dar el debate. Hay que transmitir a los docentes que el directivo no es el dueño de la escuela. Por otro lado, es preciso analizar cuáles son los recursos genuinos que le hacen falta a cada institución y de esta forma evitar las decisiones tomadas por medio de votaciones ideológicas”.
Actualizada 31/05/06
“Si la citan a Ella, nos citan a todos” fue la consigna que se convirtió en mandato popular. Así fue que, cuando la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se presentó en los tribunales de Comodoro Py citada a declarar por la causa de dólar futuro, cientos de miles de personas de todo el país la acompañaron. Las caravanas habían salido de todas las provincias, se habían organizado por localidades y fueron llegando a la Ciudad de Buenos Aires durante la noche del martes y la madrugada del miércoles. Las primeras horas trajeron lluvia para aquellos grupos que decidieron acampar, realizar una vigilia, armar ollas populares y acompañarse en medio del frío, la ansiedad y la incertidumbre.
La ciudad no amaneció mejor: las gotas, finas pero constantes, caían sobre los militantes que se concentraban en los locales partidarios para esperar a compañeros, vecinos y vecinas. Mientras se hacían apuestas sobre cuánto tiempo más duraría ese clima, circulaban múltiples equipos de mate y alguna que otra galletita para paliar el ayuno involuntario. “Si seguimos esperando, vamos a llegar después que Cristina”, se escuchó. Se vaciaron los mates, se dejó lo innecesario, se cerró la puerta y a las 8:30 se llenó el colectivo.
Los cuerpos mal descansados aún tenían voz para entonar tantas canciones militantes como la memoria pudiera recordar. Algunos brazos marcaban el ritmo en el bombo, otros en el techo y las ventanas, mientras otras tantas manos aplaudían. Los autos pasaban con banderas, levantaban los dedos de la victoria, tocaban bocina y se perdían. El tránsito se fue poniendo pesado hasta que el micro estacionó frente a la terminal de Retiro. A partir de ahí, comenzaba la procesión.
Los grupos trataban de juntarse, de no perderse, de avanzar agarrados de la mochila o el hombro de quienes iban al frente. A los pocos metros de andar, mantenerse unidos se convirtió en una tarea casi imposible. Como en un círculo vicioso, la organización fallaba y entonces el desorientado se asomaba un poco entre la multitud, vislumbraba alguna campera fucsia o algún paraguas de colores que lo referenciara, lograba acercarse, se volvía a reunir con su agrupación y a los pocos minutos se repetía la historia. Igualmente, con colores, banderas, remeras, o no, nadie se preocupaba por estar perdido entre vendedores de pilotos de lluvia.
La periodista Cynthia García fue la encargada de dirigir el acto, de nombrar a los referentes, de explicar cuáles eran los movimientos de Fernández dentro del edificio imponente. Parecía ser que el kirchnerismo no había abandonado la conducción del Estado: los cánticos, los brazos agitándose, los encuentros inesperados, los Redondos sonando, las sonrisas. La novedad era el nuevo hit kirchnerista: “Bonadío, la concha de tu madre, Cristina es del pueblo y no la toca nadie”.
“Llegó Cristina Fernández de Kirchner”, se escuchó minutos después de las 11 y estalló la ovación: “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”. Gran parte de los presentes, que habían sabido manejar las ansias y distraerse durante la espera, se aceleró y comenzó a querer estar más cerca del escenario que recibía a su máxima referente política.
“Muchas gracias por este regalo que me dan de bienvenida y de amor”, fueron las primeras palabras para quienes habían pasado meses sin escuchar esa voz que los representaba. Muchos le gritaban su cariño, otros muchos sólo querían silencio para poder oírla. La vorágine de ruidos y complicaciones para escuchar lo que estaba diciendo duró apenas quince eternos minutos: “Quiero que estén todos muy tranquilos. Me pueden citar veinte veces más, me pueden meter presa, pero no me van a callar ni a hacer que deje de decir lo que pienso”.
La ex mandataria comenzó con un repaso histórico en el que remarcó las conquistas de las grandes mayorías populares durante los mandatos de Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, y el retroceso que significó para éstas sus derrocamientos y el inicio de la última dictadura cívico-militar de 1976. Aclaró: “Los que cambian la historia son siempre los pueblos. Hay dirigentes que se hacen cargo de esos cambios. El movimiento nacional y popular encarnó en las figuras de Juan Domingo y Eva Perón, que construyeron historia y época, con los derechos adquiridos, con la transformación social, con la movilidad social ascendente”. Aprovechó el momento para realizar un paralelismo entre aquellos períodos históricos y la nueva etapa que comenzó en el país con la asunción de Mauricio Macri como presidente: “La década infame arrasó con derechos, garantías, libertades. Con entregas vergonzosas de nuestra soberanía nacional. Lo mismo pasó cuando derrocaron a Perón y ni hablar de la proscripción y los decretos prohibiendo decir ‘Perón’, ‘Peronismo’, ‘Eva Perón’. Yo estoy segura de que si pudieran prohibir la letra K del abecedario, lo harían”.
Luego sostuvo: “Los procesos moralizadores que sacaron a Yrigoyen, a Perón y el que llegó el 24 de marzo, venían por los derechos y las conquistas que habían logrado millones de argentinos que habían mejorado su vida en esos proyectos políticos, que no son otra cosa que el movimiento nacional y popular que se encarna en las distintas épocas, bajo distintas formas. Por eso yo soy el obstáculo. Ayer escuché a una señora que decía que tenían que inhabilitarme de por vida para ocupar cargos públicos. La proscripción otra vez en Argentina. Qué poco originales”, se refería a las declaraciones de la diputada del GEN, Margarita Stolbizer.
Cada vez que los chiflidos y las voces se alzaban en repudio, ella levantaba una mano, calmaba a la multitud e indicaba: “No se enojen con su amigo ni con su pariente ni con su vecino por cómo votó. No todos tienen o la capacidad o la actitud o la militancia para poder defenderse de medios hegemónicos de comunicación que les picaron la cabeza durante años con mentiras e infamias. Les propongo conformar un gran frente ciudadano, en el cual no se le pregunte a nadie a quien votó ni de qué partido es, sino que se le pregunte cómo le está yendo. Mejor que antes o peor. El punto de unidad es reclamar por los derechos que les han arrebatado”.
Una nueva novedad musical comenzó a surgir: “Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta tiene cuenta en Panamá”. Había llegado el momento en que la ex presidenta se pronunciara abiertamente sobre quien lidera actualmente el Poder Ejecutivo: “Los que querían llevarnos al mundo, nos han llevado. Hoy estamos en todos los diarios y noticieros internacionales, menos en los de Argentina. ¿Se imaginan si yo hubiera sido presidenta con un antecedente de haber sido absuelta por contrabando agravado? Durante mi gobierno se la pasaron buscando la ruta del dinero K y buscándola se cruzaron con la ruta del dinero M. ¿Se imaginan si hubieran descubierto sociedades y cuentas offshore a nombre mío? Esto demuestra que los argumentos tienen un solo objetivo: ir por los derechos adquiridos, por el bienestar que los argentinos se ganaron durante estos doce años y medio de gobierno en el cual generamos millones de puestos de trabajo”. Se refirió entonces a los miles de despidos, tanto del sector público como del privado, y destacó que la cantidad es mucho mayor en este segundo ámbito: “Hay empleados que cambian sus perfiles en Facebook o en Twitter porque tienen miedo. No quiero que los argentinos tengan miedo. Nunca lo tuvieron durante mi gestión. Podían insultarme, podían agraviarme, porque son los juegos de la democracia. Necesitamos que ningún empleado público tenga miedo a ser echado por lo que piensa, por lo que dice o por dónde milita. Qué es eso de que no se puede militar. Qué es eso de que los partidos políticos son estigmatizados”.
Finalmente, llegó el momento más esperado. La necesidad de justificar el silencio desde el 9 de diciembre de 2015 -cuando dio su último discurso al frente del gobierno nacional y fue despedida en la Plaza de Mayo por una multitud- y de orientar sobre el futuro: “Como ex presidenta, he guardado un respetuoso y democrático silencio por respeto a la voluntad popular. Pero la voluntad popular no la tiene que respetar sólo la oposición, sino el gobierno que ganó diciendo que no iba a devaluar, que no iba a haber tarifazos, que no iba a haber ajuste. Les propongo que seamos capaces de conformar un gran frente ciudadano. Convoquen a los frentes sindicales también, a esos que nos hacían huelga porque no querían pagar impuesto a las ganancias, y hoy están echando a la gente como perros y no dicen nada. Quiero que la gente vuelva a ser feliz en Argentina. Quiero que vuelva a tener libertad. No quiero que una dirigente social como Milagro Sala esté encarcelada sin que se sepa a ciencia cierta de qué se la acusa, de qué se la juzga, porque atenta contra los más elementales derechos y garantías de una democracia. En cuanto a mí, no se preocupen. Ustedes saben que voluntaria y explícitamente renuncié a tener fueros. No los necesito. Tengo los fueros que me dio el pueblo en doce años y en dos elecciones consecutivas”.
Cristina se despidió, cariñosa, sonriente, luego de una hora cargada de emociones acumuladas durante meses. A lo largo de los minutos finales de su discurso, se empezó a sentir el calor golpeando de lleno en los cuerpos húmedos de los 200 mil ciudadanos. Cuando sonaron los primeros acordes ricoteros de “Juguetes perdidos”, mientras la militancia se reconocía, se abrazaba y se buscaba, como en cada cierre de discurso, comenzó a asomar el sol.
Actualización 14/04/2016
Cinco minutos antes de las diez de la mañana apareció Cristina Fernández de Kirchner en el cuarto piso de los tribunales de Comodoro Py para entregar su declaración por escrito al juez Claudio Bonadio por la causa conocida en los medios como «dólar futuro» y caratulada en el Poder Judicial como “Banco Central de la República Argentina s/defraudación (…)”. La expresidenta entró sonriente, se acercó hasta el vidrio que divide el hall de ese sector y dedicó algunos segundos a saludar a abogados, periodistas, seguidores y colados que la miraban desde el otro lado. Antes de pasar al siguiente pasillo, apoyó su puño sobre el corazón y se dirigió resuelta hacia el despacho del magistrado, acompañada de su ex Secretario General, Oscar Parilli.
Luego de dejar su declaración por escrito en el despacho del juez Claudio Bonadío, a las once de la mañana, salió de los tribunales, para desplazarse hacia el escenario que la esperaba a pocos metros de las escalinatas de la entrada. Antes de salir, recibió a los miembros del Sindicato de Trabajadores Judiciales (SITRAJU) que la esperaban con carteles bajo la consigna: «El Poder Judicial será popular o no será nada» y a Laura Conte, Madre de Plaza de Mayo de la Línea fundadora, que también se acercó a abrazarla apenas salió de Comodoro Py.
Desde la noche anterior, personas de todas partes del país se había juntado para demostrarle su apoyo. Más seguidores con paraguas llegaron durante la mañana y hasta el mediodía, cuando comenzó a salir el sol. Los organizadores estimaron que unas 200 mil personas la escucharon dar un discurso de una hora. La acompañaron el ex juez de la Corte Suprema de Justicia y actual integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Eugenio Zaffaroni, quien se había reunido con ella el día anterior y también la acompañó dentro y fuera de los tribunales; las Madres de Plaza de Mayo y dirigentes del Frente para la Victoria como Aníbal Fernández, Guillermo Moreno, y los diputados nacionales Andrés “Cuervo” Larroque y Axel Kicillof, quienes se sacaron fotos con los militantes luego del acto. También se supo que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, salió temprano de La Plata con intenciones de asistir a los tribunales para manifestar su apoyo, pero el tránsito atestado por la multitud, le impidió llegar.
La imputación
La expresidenta fue llamada a indagatoria, junto con otros funcionarios de su gobierno, porque se la acusa de haber favorecido la venta de contratos de dólar a futuro desde el Banco Central de un modo que habría sido perjudicial para el Estado. Las figuras penales de las que se vale la acusación son administración fraudulenta y asociación ilícita.
Las operaciones con dólar a futuro son una herramienta de control de cambios de las que puede disponer el Banco Central. Un contrato a futuro es un compromiso para comprar o vender un activo en una fecha ulterior a un precio determinado. Cuando llega el vencimiento, el vendedor o comprador obtiene una ganancia o pérdida, según el precio vigente. El juez Bonadio acusa de defraudación a los ex funcionarios del Ministerio de Economía y del ente monetario por pactar estas operaciones que, según su parecer, habrían resultado perjudiciales para el Estado, y a Cristina Kirchner por haber ordenado esa maniobra. No queda clara la naturaleza de la «asociación ilícita» ya que se trata de funcionarios vinculados por ser parte del mismo gobierno que tomaron medidas de política económica.
Otra de las curiosidades de esta causa es que gran parte de las pérdidas que sufrió el Estado por estas operaciones fue producto de la megadevaluación que realizó -apenas asumió- el gobierno de Mauricio Macri, quien hizo que el dólar se disparase a más de 14 pesos, y la diferencia entre el precio de compra y el de venta se incrementara casi un 40 por ciento. La venta de dólar futuro es una herramienta de la política económica utilizada en muchos países para infundir confianza en las plazas extranjeras respecto del valor de la divisa a futuro.
La declaración
Cristina Fernández presentó su declaración ante el juez en forma escrita, como lo había hecho Axel Kicillof el día anterior, y rechazó contestar preguntas al magistrado ya que eso implicaría convalidar una acusación que considera que no tiene fundamentos. En el escrito, que hizo público a través de Internet, afirma que «luego de ser informada acerca de los hechos que se me pretende imputar, entiendo y confirmo claramente que sólo a través de un ejercicio abusivo del poder jurisdiccional esta causa pudo ser llevada adelante». Asimismo, en su discurso ante sus seguidores hizo énfasis en los casos de lesa humanidad como Papel Prensa que siguen en el edificio de Comodoro Py sin resolverse.
En la misma declaración judicial agregó: «Cabe señalar como algo absolutamente novedoso y sorprendente en términos judiciales, que haya sido citada a prestar declaración indagatoria cuando no existe ninguna mención, y mucho menos imputación en mi contra, ni en la denuncia efectuada por los legisladores oficialistas (Mario) Negri y (Federico) Pinedo, ni tampoco por parte del fiscal interviniente o que surja, al menos, de la prueba recibida.»
Tanto en su discurso como en el escrito, hizo mención a la situación actual del país e instó a los argentinos a organizarse para hacer frente a los aumentos, los despidos y los efectos de lo que denominó la maxidevaluación: «Cuando los dirigentes no respondan por ustedes, tomen las banderas y marchen, no esperen salvadores y mesías», exclamó y se refirió también al 51 por ciento que no votó por la continuación del proyecto del Frente para la Victoria: «No se enojen ni con su amigo ni con su pariente por cómo votó. Eso nos sirve, tenemos que estar unidos».
En el final de la declaración presentada ante Bonadio, se refiere a la imparcialidad judicial con la que se manejó el caso, y acusa al gobierno actual de las pérdidas que se generaron con las operaciones a dólar futuro efectuadas durante el gobierno kirchnerista: «Con la complicidad judicial, avanzaron con esta causa imputando falsamente a personas inocentes la comisión de delitos, los cuales de haber existido, resultarían exclusiva responsabilidad de las actuales autoridades. En síntesis: ellos denunciaron, intentaron con una ‘corrida judicial’ una devaluación, forzaron la salida del Presidente del B.C.R.A., devaluaron y ahora, con la complicidad judicial, pretenden colocarnos ante la opinión pública como culpables de los efectos de las medidas y decisiones que ellos adoptaron».
Resulta curioso que mientras la causa por “dólar futuro” se estaba tramitando, las nuevas autoridades del Banco Central le preguntaron al juez si podían pagarle a las personas que se presentaban a cobrar, y el magistrado dictaminó que sí. Si la maniobra fuera ilegal, el juez no debería haber autorizado el pago.
Junto con su declaración, Cristina Kirchner presentó una recusación contra el juez Bonadio. Este es un mecanismo procesal que permite que una de las partes le pida al propio juez o a la cámara que lo controla que se aparte de la causa por alguno de los motivos que el código permite: enemistad, amistad con alguna parte, parcialidad, si alguna parte es familiar de él, entre otros. En este caso se solicitó por temor a parcialidad: por un lado, porque lo ven a Claudio Bonadio como un enemigo político declarado y, por otro, porque el magistrado tiene la costumbre de no dejar que las defensas accedan a la causa, algo que no es legal. El martes 12 la Sala II de la Cámara rechazó el pedido de recusación hecho por Pedro Biscay, director del Banco Central y uno de los imputados en el caso. Ahora habrá que ver si se hace lugar o no a la presentación de la ex presidenta.
Próximos pasos
Claudio Bonadio tiene hasta diez días hábiles para resolver el caso, que no suelen cumplirse en los casos en que la causa no presenta detenidos. Puede optar por sobreseer -es decir, desvincular- a los imputados porque dictamina que el hecho no es delito, o porque siendo delito el individuo no lo cometió, o está prescripto. Si entiende que hay sospecha suficiente de que el imputado ha cometido el hecho y que es delictual, el proceso debería terminar en juicio oral. También puede dictar la falta de mérito, es decir, no sobreseer porque no está claro que se de alguna causal de sobreseimiento, pero tampoco procesarlos porque no hay suficientes pruebas.
Aún no hay indicios acerca del rumbo que tomará la causa. Tampoco hay información acerca de si Cristina Fernández permanecerá unos días más en Buenos Aires, o si volverá a El Calafate. Lo que sí se sabe, a juzgar por la movilización multitudinaria en Aeroparque el lunes para recibir a la ex mandataria, las guardias de militantes en la puerta de su casa en el barrio porteño de Recoleta, y los cientos de miles de personas que se reunieron en Comodoro Py el miércoles por la mañana, es que la exmandataria continúa en el centro de la escena política argentina. Ahora, frente a una multitud, llamó a construir un “frente ciudadano” integrado por todos los sectores dispuestos a defender los derechos sociales arrebatados por el macrismo.
Actualización 14/04/2016