Abr 14, 2016 | inicio
“Si la citan a Ella, nos citan a todos” fue la consigna que se convirtió en mandato popular. Así fue que, cuando la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner se presentó en los tribunales de Comodoro Py citada a declarar por la causa de dólar futuro, cientos de miles de personas de todo el país la acompañaron. Las caravanas habían salido de todas las provincias, se habían organizado por localidades y fueron llegando a la Ciudad de Buenos Aires durante la noche del martes y la madrugada del miércoles. Las primeras horas trajeron lluvia para aquellos grupos que decidieron acampar, realizar una vigilia, armar ollas populares y acompañarse en medio del frío, la ansiedad y la incertidumbre.
La ciudad no amaneció mejor: las gotas, finas pero constantes, caían sobre los militantes que se concentraban en los locales partidarios para esperar a compañeros, vecinos y vecinas. Mientras se hacían apuestas sobre cuánto tiempo más duraría ese clima, circulaban múltiples equipos de mate y alguna que otra galletita para paliar el ayuno involuntario. “Si seguimos esperando, vamos a llegar después que Cristina”, se escuchó. Se vaciaron los mates, se dejó lo innecesario, se cerró la puerta y a las 8:30 se llenó el colectivo.

Los cuerpos mal descansados aún tenían voz para entonar tantas canciones militantes como la memoria pudiera recordar. Algunos brazos marcaban el ritmo en el bombo, otros en el techo y las ventanas, mientras otras tantas manos aplaudían. Los autos pasaban con banderas, levantaban los dedos de la victoria, tocaban bocina y se perdían. El tránsito se fue poniendo pesado hasta que el micro estacionó frente a la terminal de Retiro. A partir de ahí, comenzaba la procesión.
Los grupos trataban de juntarse, de no perderse, de avanzar agarrados de la mochila o el hombro de quienes iban al frente. A los pocos metros de andar, mantenerse unidos se convirtió en una tarea casi imposible. Como en un círculo vicioso, la organización fallaba y entonces el desorientado se asomaba un poco entre la multitud, vislumbraba alguna campera fucsia o algún paraguas de colores que lo referenciara, lograba acercarse, se volvía a reunir con su agrupación y a los pocos minutos se repetía la historia. Igualmente, con colores, banderas, remeras, o no, nadie se preocupaba por estar perdido entre vendedores de pilotos de lluvia.
La periodista Cynthia García fue la encargada de dirigir el acto, de nombrar a los referentes, de explicar cuáles eran los movimientos de Fernández dentro del edificio imponente. Parecía ser que el kirchnerismo no había abandonado la conducción del Estado: los cánticos, los brazos agitándose, los encuentros inesperados, los Redondos sonando, las sonrisas. La novedad era el nuevo hit kirchnerista: “Bonadío, la concha de tu madre, Cristina es del pueblo y no la toca nadie”.

“Llegó Cristina Fernández de Kirchner”, se escuchó minutos después de las 11 y estalló la ovación: “Cristina corazón, acá tenés los pibes para la liberación”. Gran parte de los presentes, que habían sabido manejar las ansias y distraerse durante la espera, se aceleró y comenzó a querer estar más cerca del escenario que recibía a su máxima referente política.
“Muchas gracias por este regalo que me dan de bienvenida y de amor”, fueron las primeras palabras para quienes habían pasado meses sin escuchar esa voz que los representaba. Muchos le gritaban su cariño, otros muchos sólo querían silencio para poder oírla. La vorágine de ruidos y complicaciones para escuchar lo que estaba diciendo duró apenas quince eternos minutos: “Quiero que estén todos muy tranquilos. Me pueden citar veinte veces más, me pueden meter presa, pero no me van a callar ni a hacer que deje de decir lo que pienso”.
La ex mandataria comenzó con un repaso histórico en el que remarcó las conquistas de las grandes mayorías populares durante los mandatos de Hipólito Yrigoyen y Juan Domingo Perón, y el retroceso que significó para éstas sus derrocamientos y el inicio de la última dictadura cívico-militar de 1976. Aclaró: “Los que cambian la historia son siempre los pueblos. Hay dirigentes que se hacen cargo de esos cambios. El movimiento nacional y popular encarnó en las figuras de Juan Domingo y Eva Perón, que construyeron historia y época, con los derechos adquiridos, con la transformación social, con la movilidad social ascendente”. Aprovechó el momento para realizar un paralelismo entre aquellos períodos históricos y la nueva etapa que comenzó en el país con la asunción de Mauricio Macri como presidente: “La década infame arrasó con derechos, garantías, libertades. Con entregas vergonzosas de nuestra soberanía nacional. Lo mismo pasó cuando derrocaron a Perón y ni hablar de la proscripción y los decretos prohibiendo decir ‘Perón’, ‘Peronismo’, ‘Eva Perón’. Yo estoy segura de que si pudieran prohibir la letra K del abecedario, lo harían”.

Luego sostuvo: “Los procesos moralizadores que sacaron a Yrigoyen, a Perón y el que llegó el 24 de marzo, venían por los derechos y las conquistas que habían logrado millones de argentinos que habían mejorado su vida en esos proyectos políticos, que no son otra cosa que el movimiento nacional y popular que se encarna en las distintas épocas, bajo distintas formas. Por eso yo soy el obstáculo. Ayer escuché a una señora que decía que tenían que inhabilitarme de por vida para ocupar cargos públicos. La proscripción otra vez en Argentina. Qué poco originales”, se refería a las declaraciones de la diputada del GEN, Margarita Stolbizer.
Cada vez que los chiflidos y las voces se alzaban en repudio, ella levantaba una mano, calmaba a la multitud e indicaba: “No se enojen con su amigo ni con su pariente ni con su vecino por cómo votó. No todos tienen o la capacidad o la actitud o la militancia para poder defenderse de medios hegemónicos de comunicación que les picaron la cabeza durante años con mentiras e infamias. Les propongo conformar un gran frente ciudadano, en el cual no se le pregunte a nadie a quien votó ni de qué partido es, sino que se le pregunte cómo le está yendo. Mejor que antes o peor. El punto de unidad es reclamar por los derechos que les han arrebatado”.
Una nueva novedad musical comenzó a surgir: “Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta tiene cuenta en Panamá”. Había llegado el momento en que la ex presidenta se pronunciara abiertamente sobre quien lidera actualmente el Poder Ejecutivo: “Los que querían llevarnos al mundo, nos han llevado. Hoy estamos en todos los diarios y noticieros internacionales, menos en los de Argentina. ¿Se imaginan si yo hubiera sido presidenta con un antecedente de haber sido absuelta por contrabando agravado? Durante mi gobierno se la pasaron buscando la ruta del dinero K y buscándola se cruzaron con la ruta del dinero M. ¿Se imaginan si hubieran descubierto sociedades y cuentas offshore a nombre mío? Esto demuestra que los argumentos tienen un solo objetivo: ir por los derechos adquiridos, por el bienestar que los argentinos se ganaron durante estos doce años y medio de gobierno en el cual generamos millones de puestos de trabajo”. Se refirió entonces a los miles de despidos, tanto del sector público como del privado, y destacó que la cantidad es mucho mayor en este segundo ámbito: “Hay empleados que cambian sus perfiles en Facebook o en Twitter porque tienen miedo. No quiero que los argentinos tengan miedo. Nunca lo tuvieron durante mi gestión. Podían insultarme, podían agraviarme, porque son los juegos de la democracia. Necesitamos que ningún empleado público tenga miedo a ser echado por lo que piensa, por lo que dice o por dónde milita. Qué es eso de que no se puede militar. Qué es eso de que los partidos políticos son estigmatizados”.

Finalmente, llegó el momento más esperado. La necesidad de justificar el silencio desde el 9 de diciembre de 2015 -cuando dio su último discurso al frente del gobierno nacional y fue despedida en la Plaza de Mayo por una multitud- y de orientar sobre el futuro: “Como ex presidenta, he guardado un respetuoso y democrático silencio por respeto a la voluntad popular. Pero la voluntad popular no la tiene que respetar sólo la oposición, sino el gobierno que ganó diciendo que no iba a devaluar, que no iba a haber tarifazos, que no iba a haber ajuste. Les propongo que seamos capaces de conformar un gran frente ciudadano. Convoquen a los frentes sindicales también, a esos que nos hacían huelga porque no querían pagar impuesto a las ganancias, y hoy están echando a la gente como perros y no dicen nada. Quiero que la gente vuelva a ser feliz en Argentina. Quiero que vuelva a tener libertad. No quiero que una dirigente social como Milagro Sala esté encarcelada sin que se sepa a ciencia cierta de qué se la acusa, de qué se la juzga, porque atenta contra los más elementales derechos y garantías de una democracia. En cuanto a mí, no se preocupen. Ustedes saben que voluntaria y explícitamente renuncié a tener fueros. No los necesito. Tengo los fueros que me dio el pueblo en doce años y en dos elecciones consecutivas”.
Cristina se despidió, cariñosa, sonriente, luego de una hora cargada de emociones acumuladas durante meses. A lo largo de los minutos finales de su discurso, se empezó a sentir el calor golpeando de lleno en los cuerpos húmedos de los 200 mil ciudadanos. Cuando sonaron los primeros acordes ricoteros de “Juguetes perdidos”, mientras la militancia se reconocía, se abrazaba y se buscaba, como en cada cierre de discurso, comenzó a asomar el sol.
Actualización 14/04/2016
Abr 7, 2016 | inicio
“Entender en la promoción, regulación y fiscalización del cumplimiento de los derechos fundamentales de los trabajadores, en especial la libertad sindical, la negociación colectiva, la igualdad en las oportunidades…” son las competencias que debe hacer cumplir el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad. Las debería hacer cumplir y así lo exige la Ley 22.520, sin embargo, el panorama es otro: son las normas que el organismo no está cumpliendo con sus propios trabajadores.
Es por este motivo que el miércoles 6 de abril último, ATE llamó a un Paro Nacional del Ministerio de Trabajo para reclamar la reincorporación del personal despedido. A las 12 del mediodía, la avenida L.N.Alem ya se encontraba cortada. En la puerta del Ministerio, sindicatos, partidos políticos, movimientos sociales y demás organizaciones entonaban juntos “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta se jode, se jode”. En el frente del edificio, carteles satirizaban la situación a partir de frases como “La Revolución de los despidos”, “No tengo cuenta en Panamá, soy estatal”, “Queremos trabajo, no empresas offshore”.

Sobre el escenario montado algunos trabajadores despedidos contaron su experiencia y enfatizaron sobre la unión de los trabajadores y la fortaleza con la que se sienten: “Sin duda, después de esta concentración, salimos más fuerte de lo que estábamos el miércoles pasado. Es por la solidaridad de ustedes y por la unión de los trabajadores. Desde ese lugar, queremos agradecer a nuestros compañeros quienes votaron no enseñarle a nadie que ingrese nuevo las tareas que nosotros realizábamos”.
El conflicto comenzó a principios de año con el despido de 30 trabajadores contratados bajo convenio de asistencia con la Universidad de La Matanza. A esta situación, se le sumó la renovación parcial de más de mil contratos temporarios y cerca de cien trabajadores monotributistas cuyos contratos vencieron el 31 de marzo. “Esto se enmarca en los despidos que está realizando el Gobierno Nacional. Salió a acusar a los empleados públicos de ñoquis. Salió a estigmatizarlos, sin tener conocimiento real de quiénes hablaban ni en qué año habían entrado. Lo que nosotros decimos es lo siguiente: sacaron el Decreto 254/15 en diciembre, echaron personas para meter gente de ellos y están incrementando el gasto público. Le están mintiendo a los argentinos. Lo que están haciendo es la vieja política de meter gente acomodada y cercana a ellos”, comunicó Humberto Rodríguez, Secretario General de ATE Capital.
Frente al reclamo de los trabajadores, la respuesta que llegó por parte de las autoridades fue 200 telegramas laborales que comenzaron a ser enviados a partir del 30 del mes pasado. Hasta el día de hoy, los despidos rondan los 280; cada día que pasa, ese número se acrecienta.

“El despido masivo actual y la precarización laboral son la forma de contratación estatal. Si existe un lugar donde ha habido una continuidad es en el Ministerio de Trabajo. Doce años, no hay excusa por parte de los funcionarios. Doce años estuvo Tomada y este es el Ministerio que nos dejó. Una ofensa para toda la clase trabajadora. ¿Cómo puede ser que los trabajadores del Ministerio de Trabajo hayan sufrido precarización laboral?”, comenzó diciendo Julio Fuentes, Secretario General de ATE Nacional. Ante este reclamo, partidos políticos kirchneristas mostraron su desacuerdo, pero el canto por la unión de los trabajadores calló las diferencias. “La única verdad es la verdad, y la precariedad laboral es la madre de los despidos. Gobierne quien gobierne, ATE no se calla la boca”, interrumpió y finalizó Fuentes.
Entre los despidos figuran trabajadores con más de 20 años de experiencia, estudios profesionales y evaluaciones de desempeño destacadas. A su vez, han desmantelado programas enteros de alto impacto social, como es el caso del Programa Asistir, que brinda asesoramiento legal gratuito a trabajadores de bajos recursos y el Programa Jóvenes con Más y Mejor Trabajo que tiene por objetivo la inserción laboral de jóvenes que no hayan finalizado sus estudios. La mayor parte de los trabajadores de estos programas han sido despedidos. “Mi trabajo no tenía ningún tipo de privilegio, al igual que el trabajo de cualquier despedido. Yo trabajaba para comunidades indígenas y campesinas. Decirme a mí que yo soy descartable es decirles a ellos que no son parte del Proyecto Nacional”, declaró y enfatizó Julieta.

Desde el miércoles pasado, fecha en que llegaran los primeros telegramas, los trabajadores mantienen virtualmente paralizado el Ministerio con asambleas permanentes, retenciones de tareas, y ocupaciones pacíficas del hall central del organismo. A su vez, han estado ingresando de manera colectiva al Ministerio asegurando así el ingreso de los trabajadores despedidos bajo la consigna “entramos todos y todas”.
“Vamos por la reincorporación”
Desde las 8 de la mañana del jueves, los trabajadores y delegados de las distintas seccionales de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) comenzaron a reunirse en las puertas del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas, antes Ministerio de Economía, ubicado frente a la Plaza de Mayo, para pedir la reincorporación de los trabajadores despedidos.
Los delegados de la junta interna del Ministerio (ATE MECON) vienen llevando adelante diferentes medidas de fuerza desde el jueves 31 de marzo, cuando 150 trabajadores fueron despedidos de manera abrupta al intentar ingresar a sus puestos. Los despidos fueron anunciados por los empleados de control de acceso, que tuvieron que informar a sus compañeros a medida que llegaban a trabajar. Según los delegados, ningún funcionario se presentó para dar explicaciones. El lunes 4 de abril, luego de aceptar una reunión con los delegados, las autoridades accedieron a reincorporar a 30 de los despedidos, pero hasta el día de hoy se encuentran sin estabilidad asegurada ni tareas asignadas.

“Desde entonces no tuvimos más comunicación ni diálogo. Nos habían prometido una reunión para el día de ayer pero la levantaron. Por lo cual, lo que queremos hacer hoy es bloquear el acceso hasta que lleguen los funcionarios, queremos charlar con ellos, queremos tener una respuesta por la reincorporación plena de los 150 despedidos”, dijo Pablo Anino, delegado de ATE MECON, a ANCCOM.
En la puerta del Ministerio, los trabajadores se agruparon con carteles que pedían: “No al vaciamiento de Progresar”, “La plata de los buitres es de los laburantes” y “El Estado no es empresa ni exclusión”. Pasadas las 9 de la mañana, y tras haber bloqueado el acceso, los referentes de ATE organizaron una conferencia de prensa en la entrada del edificio. Contaron con el apoyo y adhesión de agrupaciones sociales, partidarias y sindicales, y la presencia de delegados de la conducción nacional, de la Ciudad de Buenos Aires, y de juntas internas de otros organismos, como el Ministerio de Trabajo. Durante la conferencia, Pablo Almeida, delegado general de ATE MECON, aseguró: “A cada trabajador que se ha acercado lo consideramos parte de esta lucha, y le estamos profundamente agradecidos. Sabemos que esta lucha que damos, no es solo por la reincorporación de los 150 compañeros despedidos del MECON, sino que es para frenar el ajuste que ha descargado este Gobierno desde el 10 de diciembre, y que hoy tiene expresión sobre los puestos de trabajo en el Estado Nacional y que comienza a tener expresión sobre los puestos de trabajo en el sector privado. También es un intento de disciplinar al conjunto de la clase trabajadora para que en las próximas paritarias tengamos nuevamente un aumento muy por debajo de la inflación y de esa forma seguir avanzando con el ajuste sobre nuestros bolsillos”.
También haciendo énfasis en la unión, el secretario adjunto de ATE Capital, Manolo Sueiro agregó: “Nuestra organización tiene un solo puño. Puede tener una multiplicidad de miradas, de enfoques, pero tiene un solo puño para enfrentar a este Gobierno, que lo único que plantea es un combo de ajuste, represión, despidos y violencia institucional”.

De los 150 despidos, 99 pertenecen al Programa Progresar y el resto a distintas áreas como la Dirección Nacional de Empresas con participación del Estado, la Secretaría de Política económica, y de la Dirección Nacional de Programación Macroeconómica. El Programa Progresar, comenzó a funcionar en Enero de 2014 y otorga un subsidio económico a todos los jóvenes del país de 18 a 24 años que estudien y/o trabajen y obtengan el sueldo mínimo.
Gabriela Alvarado y Georgina Gómez son dos de las despedidas del área de Progresar. Gómez aún no recibió el telegrama, pero su tarjeta de entrada fue inhabilitada. Alvarado fue re incorporada esta semana pero sin funciones asignadas, trabajaba desde agosto de 2014 en la oficina que funciona en el Ministerio, y que conforma la Red Nacional en la que se desarrolla el programa. “Lo que hacíamos en la Red era, a partir de la información que entregaba Ansés, armar un mapa que describía cuáles eran las dificultades en las que se encontraban todos los jóvenes de 18 a 24 años que cumplían con las características para poder acceder y no podían inscribirse, como por ejemplo, no contar con oferta educativa, no haber podido inscribirse en Ansés por cuestiones propias del organismo, o por documentos que no podían obtener. A partir de eso, articulábamos institucionalmente con el Ministerio de Educación, o con el Ministerio de Trabajo, para que el Estado actúe en donde no había oferta pública ni privada”, contó Alvarado a ANCCOM y agregó: “Hoy con los 99 despidos no hay respuestas ni por la red, ni por los trabajadores. Ahora no está funcionando la red, está a cargo de Ansés, pero si bien es un organismo que tiene mayor logística, no accede a todos los destinatarios. De hecho, sin la red, del primer millón y medio de destinatarios del programa solo pudieron acceder 400 mil, y a partir del funcionamiento de la red llegamos a 900 mil en un período de 7 u 8 meses, entonces la red es fundamental. Es el 80% para que el programa funcione”.

Por último, los delegados confirmaron el estado de asamblea permanente y el avance en medidas futuras para continuar el reclamo. “Hay una conquista en esta lucha, además de la treintena de reincorporaciones, y es que los despedidos están muy organizados y logramos que ingresaran jueves y viernes, cuando nos lo impidieron, por la firmeza que mostramos. Pero para nosotros no basta con que los despedidos entren al ministerio sino que lo más importante es tener la garantía de su continuidad laboral”, concluyó Pablo Anino.
Actualización 07/04/2016