Otra vez Barrick

Otra vez Barrick

Actualmente la empresa explota la mina en cuestión en la Argentina además de las minas Cerro Casale, El Indio, Pascua-Lama y Zaldívar en Chile; las minas Lagunas Nortes y Pierina en Perú y la mina Pueblo Viejo en República Dominicana. Esta línea de tiempo reconstruye cómo la Barrick Gold adquirió otras explotaciones mineras y amasó su poderío, constantemente disputado por organizaciones de protección del medio ambiente e incluso por las leyes de los países en los cuales funciona.

 

Culpables

Culpables

Excepto los imputados y su defensa, todos en la sala sintieron el impulso de aplaudir con furia y saltar de sus asientos. Pero se contuvieron. El juez Alfredo Ruiz Paz había sido claro al inicio de la jornada: “Esta presidencia no va a permitir ningún tipo de manifestación a favor ni en contra. Ni silbidos ni aplausos ni nada por el estilo. Si no se respeta esta indicación, aunque sea por una sola persona, procederé a desalojar la totalidad sala”. Nadie en el público quería perderse el último capítulo de una historia que comenzó hace treinta y ocho años, el 6 de octubre de 1978, cuando José Manuel Pérez Rojo y Patricia Roisinblit –embarazada de ocho meses- fueron secuestrados y llevados a la Regional de Inteligencia de Buenos Aires (RIBA), en ese entonces a cargo del comodoro Luis Trillo, uno de los imputados. Por esos hechos también estaban acusados Omar Rubens Graffigna –Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea ese año- y Francisco Gómez, quien se apropió del hijo menor de la pareja, nacido en cautiverio en la Escuela de Mecánica de la Armada un mes después.

Rosa Tarlovsky –madre de Patricia- secaba sus lágrimas con un pañuelo. Sentados a su lado, sus nietos Guillermo y Mariana contenían su emoción, mientras tomaban de la mano a sus respectivas parejas. Los tres familiares son querellantes en la causa, junto con Abuelas de Plaza de Mayo, y las Secretarías de Derechos Humanos de la Nación y de la Provincia de Buenos Aires.

 

El presidente del Tribunal acababa de afirmar la condena a veinticinco años de prisión e inhabilitación absoluta y perpetua a Graffigna “por resultar co-autor del delito de privación ilegal de la libertad agravado por mediar violencia o amenaza”. El magistrado interrumpió su discurso. “¿Hay un bebé llorando en la sala? –inquirió fastidiado- . Y al saber que era el hijo de un familiar de la familia Pérez Roisinblit le indicó, confundido, a la madre del chico: “No, no se lo lleve. Disculpen, voy a volver a leer esta sentencia”. Así fue como todos pudieron volver a escuchar ese veredicto inédito: por primera vez se condenaba a uno de los jerarcas de las juntas militares que había logrado sortear todas las instancias judiciales en las que había estado involucrado hasta el momento. Más temprano, cuando el imputado tuvo la oportunidad de decir unas palabras finales antes de la sentencia, prefirió discurrir una vez más acerca de la Guerra de Malvinas, homenajeando a oficiales y suboficiales de la fuerza como ex comandante y en nombre de todo el pueblo argentino.

Los otros dos imputados prefirieron no emitir palabra cuando tuvieron su turno para hablar, a las diez de la mañana. Ambos tienen información acerca del destino final de Patricia y José Manuel, que prefirieron no revelar en esta causa. A Trillo, el Tribunal le otorgó la misma pena que a Graffigna, mientras que a Gómez le asignaron doce años de prisión por considerarlo partícipe secundario del crimen.

Por primera vez en todo el proceso, se presentaron decenas de medios nacionales e internacionales para realizar la cobertura periodística. Apenas cabían las cámaras y trípodes en la sala de audiencias. Solo tenían autorización para quedarse algunos minutos previos al comienzo de la jornada, luego debieron esperar afuera. Adentro, el juez enumeraba otros aspectos del veredicto que, además de las penas a los acusados, incluía el pedido de investigación por la posible comisión de delitos de la que habrían resultado víctimas Mariana Eva Pérez –al ser sustraída junto a su madre en el momento del secuestro-, los testigos que declararon haber sido secuestrados en la RIBA y las personas que ellos indicaron que también fueron detenidos en la misma época en la zona Oeste. El tribunal también ordenó que se investigue la posible comisión de delitos por parte del vicecomodoro Raúl Pírez Apolonio, el suboficial Juan Carlos Vázquez Sarmiento –prófugo desde 2002-, el ex miembro de la Fuerza Aérea Jorge Cóceres y los NN apodados “el Oso”, “Patón” y “El gringo”. Al mismo tiempo, la sentencia solicita indagar la posible participación de Graffigna y Trillo en el delito en la sustracción de Guillermo Pérez Roisinblit -por el que oportunamente fuera juzgado y condenado Gómez- y también pide realizar actuaciones para saber quienes fueron los responsables del saqueo del negocio de cotillón perteneciente a José Manuel Pérez Rojo.

Casi cien personas aguardaron durante más de tres horas la lectura del veredicto, que tomó poco más de diez minutos. Entre ellos se encontraban familiares y amigos de los querellantes, representantes de organizaciones sociales y militantes por los derechos humanos. Una de ellas, Marcela Bublik, es la autora de la biografía de Rosa Tarlovsky, publicada en 2013. “Una de las cosas que siempre guió a Rosa como luchadora fue este juicio, además de la lucha por encontrar a todos los nietos, no solo al suyo, a quien pudo recuperar hace quince años“, dijo.

La autora estaba sentada en la puerta del Tribunal, a la espera de que abrieran el acceso al público para presenciar la lectura de la sentencia, anunciada para las dos de la tarde. El reloj todavía no marcaba la una y ya se había armado una fila de veinte metros. El ingreso era por orden de llegada y quienes quedaron afuera debieron seguir los acontecimientos a través de una pantalla ubicada en la sala contigua. La acompañaba Estela Elijis, quien fuera compañera de colegio y de facultad de Patricia: “Durante la dictadura todos estábamos distanciados de todos por el terror que se vivía –explicó-. Yo temía, en el transcurso de todo lo que fue pasando, que Patricia hubiera estado muy comprometida en su integridad. Cuando apareció el primer listado de desaparecidos en el año 83 la busqué y vi su nombre. Después la fui a buscar a su mamá”. Más tarde conocería a Bublik –recomendada por Rosa-, quien la entrevistó para la biografía. Hoy son amigas.

Durante el cuarto intermedio, el bar de la esquina del Tribunal se quedó sin mesas ni asientos libres. Rosa y sus nietos esperaron ansiosos, rodeados de sus abogados, amigos y familiares. Las meseras repartían café y medialunas de acá para allá. Leandro Despouy, abogado defensor de los derechos humanos, ex presidente de la Auditoria General de la Nación, estuvo charlando largo rato con Guillermo y se quedó hasta el final de la jornada. Antes de volver a la sala de audiencias, el hijo menor de Patricia y José Manuel salió a tomar aire a la puerta del bar. “Todavía esperaba que Gómez dijera algo, diera alguna información, pero no lo hizo. El abogado defensor mintió cuando afirmó que yo alguna vez dije que ese hombre era ‘un pan de Dios’. Nunca podría haber dicho eso”, señaló en alusión a la audiencia de alegatos de la semana anterior.

No fue posible conocer los gestos de los imputados cuando conocieron el veredicto. La cantidad de agentes penitenciarios que los rodeaba se había multiplicado para esta ocasión. Guillermo Javier Miari y Sergio Díaz Dalaglio, sus defensores, no hicieron ningún gesto mientras oían la sentencia. Apenas los jueces y las querellas abandonaron la sala, estallaron los abrazos en medio de un aplauso que duró varios minutos. “José Manuel y Patricia, ¡presentes!”, gritaron los asistentes a coro.

 

A la salida, Rosa Tarlovsky se halló circundada de micrófonos, cámaras y grabadores. La vice-presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo aclaró que estaba dispuesta a hablar y sacarse todas las fotos que hiciera falta. Recordó que todavía resta encontrar cuatrocientos nietos, que a su vez hoy probablemente ya tengan hijos que tampoco conocen su identidad. “Todos estos años que viajé al exterior con esta causa, encontré solidaridad, respeto. ¿Qué más puede pedir un ser humano? Estoy muy agradecida”, concluyó. La respaldaban sus nietos a ambos lados, que también respondieron preguntas de los periodistas. “No obtuvimos ninguna respuesta en este juicio acerca de adonde están nuestros padres, pero al menos tres de los responsables recibieron su condena”, afirmó la hija mayor de Patricia y José Manuel. “¿Estás conforme con los doce años para Gómez?”, preguntó alguien. Ella y su hermano intercambiaron miradas y respondieron al unísono: “No, es muy poco”. “No por una cuestión de que se pudra en la cárcel o no –completó ella-. Sino porque la cantidad de años es la medida de la gravedad del delito en el que incurrió. Vamos a apelar”.

 

“Mi hermana y yo coincidimos en que lo correcto sería haberlos juzgado por desaparición forzada de personas, y no por la privación ilegítima de la libertad, porque si solo los hubieran privado de su libertad, tendrían que seguir con vida, lógicamente. Pero la cantidad de años para Trillo y Graffigna en cierto modo puede llegar a reparar el daño que nos hicieron”, expresó Guillermo en su declaración y recordó que Gómez “tiene información precisa no solo de lo que sucedió con mis padres, del calvario que tuvieron que vivir, sino seguramente sobre dónde están sus restos. Y además tiene información de tres o cinco nietos más que están apropiados y no tienen su identidad, y van por la calle viviendo una mentira. Todo esto lo sé por boca de él”.

 

Los amigos y militantes permanecieron en la vereda del Tribunal durante una hora más a la salida de la sala. “Como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”, cantaban. Se sacaban fotos con Guillermo, con Mariana, con Rosa. Se abrazaban. Antes de despedirse, la prensa tomó una foto de la familia unida, y luego otra que incluyó a sus abogados y los de la Secretaría de Derechos Humanos de Provincia y Nación, también muy emocionados con el resultado del proceso judicial.

La lectura de fundamentos de la sentencia se llevará a cabo el 6 de octubre, exactamente treinta y ocho años después de la desaparición de José Manuel y Patricia.

Mirá el video que ANCCOM preparó con testimonios exclusivos de Mariana, Guillermo y Rosa:

 

 

 

Actualización 08/09/2016

Pregoneros subterráneos

Pregoneros subterráneos

“Estimados ciudadanos: Somos Palabra Subterránea, pregoneros de noticias desde una mirada diferente”. Así abre cada presentación el colectivo de hombres y mujeres que todas las semanas salen a difundir en el subte porteño noticias de interés general ocultadas por los grandes medios. De esta forma, retoman la oralidad y la comunicación cara a cara para contar la actualidad.

Nidya Lirola (42) imaginó, junto con su pareja Pablo Molina (40), este grupo de ciudadanos en abril de 2016. “Estamos preocupados por el manejo desproporcionado de la información, que deja de lado el deterioro de la situación social actual de la población”, señala la fundadora.

Palabra Subterránea comenzó como un proyecto de comunicación alternativa integrado inicialmente por solo cuatro miembros,  preocupados por la realidad social. De un pregón por semana pasaron a hacer cuatro. Actualmente, el colectivo está compuesto por más de 40 personas, cuyas edades oscilan entre los 19 y 70 años, y cuyas ocupaciones varían: empleados, profesionales, artistas, estudiantes y jubilados que residen en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. “Y se sigue sumando gente que nos contacta a través de las redes sociales o nos conoce en vivo cuando hacemos los anuncios”, asegura Lirola.

“Estamos preocupados por el manejo desproporcionado de la información, que deja de lado el deterioro de la situación social actual de la población”, señala la fundadora.

En tanto, Molina –padre de un hijo- explica que el pregón se realiza, en cada vagón del subte, en grupos de no menos de cuatro personas; mientras uno de ellos anuncia las noticias el resto reparte los volantes a cada pasajero. Este volante suele ser una historieta o un cuadro cómico referido a la coyuntura actual. “Por ejemplo, en los volantes de la semana que viene figuran los cargos que ocupan los funcionarios de la administración pública en distintas empresas privadas”, agrega Nydia, madre de tres hijos.

Además, la impresión de los volantes que se reparten de modo gratuito les sirve al grupo para contabilizar la cantidad de receptores. Así se sabe que más de 3.000 personas  que viajan en el subte son interpeladas por Palabra Subterránea en cada edición.

“Hablamos sobre cuestiones cotidianas que cualquiera puede ver al abrir la heladera. El aumento del costo de vida, los tarifazos de los servicios, la menor cantidad de puestos de trabajos… cuestiones en las que han influido las políticas del gobierno nacional”, afirma Molina, al referirse a la agenda que proponen.

“Hablamos sobre cuestiones cotidianas que cualquiera puede ver al abrir la heladera. El aumento del costo de vida, los tarifazos de los servicios…»

Palabra de exportación

Claudia Fernández Arce (44) nació en la Argentina, es psicóloga y tiene la tonada guaraní tras haber vivido en Asunción, Paraguay, hace veintinueve años. “Estando allá les escribí a este grupo que admiro y les propuse poder acompañarlos y conocer lo que hacen. Así que aprovechando mi licencia laboral de invierno ahora estoy haciendo mi primer pregón”, describe la mujer, que también ejerce la docencia.

“A través de medios como la TV Pública o Radio Nacional me enteraba de qué manera ciertos canales como Canal 13 y TN tergiversaban la noticia con una intención bastante maliciosa. Y con el cambio de gestión del gobierno ya no pude enterarme de lo que estaba pasando acá, donde tengo familia, a mi mamá y mi hermana”, afirma.

Asimismo, la docente añade: “Mi mamá es de Moreno, provincia de Buenos Aires, y trabaja como alfabetizadora con adultos que tienen muchas necesidades. Ella me cuenta su preocupación por el retroceso y la degradación social que se está viviendo en el país”.

La impresión de los volantes que se reparten de modo gratuito les sirve al grupo para contabilizar la cantidad de receptores.

i    En tanto, Claudia -junto con su pareja que se dedica al periodismo y la abogacía- quiere tomar la idea del pregón y adaptarla en Paraguay, donde no hay subtes. “Porque allá los medios de comunicación están monopolizados por pocos empresarios que tergiversan la realidad de acuerdo a su conveniencia, pero aunque sea difícil es cuestión de organizarse”, señala esta mujer que además integra la Dirección General de Verdad, Justicia y Reparación, entidad constituida en 2009 para la defensa de los Derechos Humanos en el país vecino.

Por otra parte, Nydia explica la manera en que Palabra Subterránea construye la noticia: “Los miembros que podemos nos reunimos una vez por semana, luego hay unos redactores rotativos que escriben desde sus casas, y después ensayamos a viva voz el pregón, como se hacía antiguamente. No vamos al campo a buscar información, sacamos las noticias de todos lados, incluso de los medios que las ocultan o las minimizan”, añade. En tanto, su pareja Pablo afirma: “Tratamos de armar la noticia para que el ciudadano que viaje nos escuche desde sus propios zapatos y no desde lo que escucharon y vieron en televisión“.

Además, Molina, quien se desempeña como enfermero y delegado sindical en el Hospital Nacional “Profesor Alejandro Posadas”, agrega: “Yo no sé qué ideología tenemos, pero básicamente es una ideología que va por ampliar derechos, porque todos vivamos mejor, no sé en qué partido político se encuadra eso, pero la propuesta política que considere que hay que ampliar derechos para todos, esa es mi ideología.”

Consciente del impacto que tienen los medios de comunicación, este grupo de ciudadanos, que se sumerge en el laberinto subterráneo de la ciudad, anuncia las noticias desde su propia perspectiva, con la intención de que la población se convierta en parte activa del debate público ante las medidas del gobierno nacional. Porque, tal como finaliza cada pregón, la acción ciudadana da resultados, es solo cuestión de hacer correr la voz.

Actualizada 06/09/2016

 

 

Hay que besarse más

Hay que besarse más

La cita era a las 20 del lunes pero a las 19 ya no había nadie en las calles aledañas al bar La Biela. Un leve recuerdo de las películas de cowboys se hizo presente, recreando el momento exacto en que dos personas se dirigen a un duelo mortal. Como es de esperarse en esos films, los vecinos del pueblo cómplices de la tradición deciden ocultarse, cierran las persianas, las puertas, y allí quedan sólo dos dispuestos a darse muerte cuando la aguja del reloj lo determine. Esa era la imagen de Recoleta, oscura, mojada por tanta lluvia, fría, y silenciosa. Los cómplices en sus casas, obviando y pretendiendo ignorar lo que sucedía afuera. Los otros, esos seres extraños, raros, esos que no gustan ver,  que no frecuentan el barrio pero que esta vez están allí, recorrieron el lugar mirando hacia todos lados, buscándola, buscándose. Las escasas personas que pasaban vieron cómo, de a poco, fueron llegando las grandes cámaras. Cerca de las 20 llegó Belén Arena: de estatura promedio, con jeans, camisa a cuadros, pelo corto y con cierta expresión nerviosa, la joven bailarina se dispuso a dar testimonio frente a esas tantísimas luces blancas que sólo le empalidecían el rostro. Su presencia marcó un punto de inflexión para aquellas personas que se acercaron a este bar, todas se mostraron amables y dispuestas a acompañarla durante el escrache. “Buscamos visibilizar a las lesbianas, besarnos bien, acariciarnos bien, porque dijeron que nos estábamos acariciando mal, y que esto sea didáctico para ellos”, declaró la joven que, el 29 de agosto pasado, fue discriminada y echada de La Biela por estar besando a su novia.

La lluvia y el frío quedaron en segundo plano y comenzó a brotar desde abajo, desde los pies mojados, una alegre rebelión que entibió el aire. Las sonrisas se marcaron cada vez más y poco a poco comenzaron a hablar, a liberarse esos cuerpos y “cuerpas” extraños que nadie quiere mirar. “Vengo a solidarizarme con mis hermanos y hermanas gays, lesbianas, travestis, transexuales, para que tengan respeto hacia nosotros, hacia la dignidad del ser humano y por eso me uno con todos”, comentó Alberto Pérez, de 56 años, activista de la comunidad de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Travestis y  Transexuales (LGBTT).

Belén Arena en el Tortazo en La Biela

“Buscamos visibilizar a las lesbianas, besarnos bien, acariciarnos bien”, declaró Belén Arena.

Como si Belén hubiese sido el condimento que faltaba en esa comida exótica, llena de colores y sabores, la gente brotó desde muchos rincones. Doscientos cuerpos comenzaron a alzar la voz para que se escuchen sus reivindicaciones, sus deseos y aspiraciones: “Igualdad”, “Respeto”, “Derecho a decidir”, “Abajo las masas finas, arriba las tortas grasas”, fueron algunas de las consignas. La comunidad que se presentó fue diversa y también hizo notar sus diferencias. “Creo que el tipo de disputa que se da en este espacio se fue diluyendo desde una declaración completamente política hasta una especie de espacio gay friendly (heterosexual con aceptación y tolerancia a personas gays y lesbianas), donde era bienvenida cualquier persona que quisiese visibilizar sus besos como si discriminaran a todas las formas de expresar cariño, cuando en verdad sabemos que mientras a nosotras nos echan de estos espacios a las parejas heterosexuales las dejan estar tranquilamente”, aseguró Manuela Anastasía, militante de la colectiva diversa y antipatriarcal Desde El Fuego al explicar por qué los espacios lesbo-feministas y el activismo autónomo no estuvieron presentes acompañando la iniciativa. “Entendieron que ellas ya no se sentían incluidos en la convocatoria porque quedaban invisibilizadas –agregó-. Pero también estamos ‘otres’ que venimos acá a disputar el espacio y a visibilizarnos de la misma manera, porque no podíamos dejar de hacerles ver a estas personas, que manejan este bar como si fuese un día más, que estamos acá para oponernos al régimen que nos quieren imponer con su moral y su conducta”.

La Biela, por dentro.

En la misma sintonía Carolina Alamino Barthaburu, militante de la Colectiva Lohana Berkins, caracterizó el episodio que tuvieron que vivir Belén Arena y su compañera, dentro del escenario político general. “Creemos que esto refleja una coyuntura de derechización de la sociedad muy clara, en la cual no solo desde arriba se dan discursos cada vez más lavados, de políticas públicas que se cierran y de Piter Robledo recibiendo a los neonazis en la Casa Rosada –argumentó-. Esta derechización de arriba se refleja también abajo y la gente que pregona esas ideas se siente legitimada para expresarlas. Esto va a hacer de nuestros cuerpos un tire y afloje, como si no fuéramos vidas”. Enseguida caracterizó cuáles son las tareas que el movimiento feminista y la comunidad disidente deben darse en este escenario político: “No creemos que con tener leyes alcance, eso es muy claro –dijo-. La Ley de Identidad de Género y de Matrimonio Igualitario pueden haber sentado una base, pero nuestras condiciones materiales siguen siendo diferentes a la de las personas heteronormadas.  Por eso creemos que la sociedad tiene que empezar a darse cuenta de que pregonar la igualdad o la diversidad no es suficiente, sino que hay que tomar acción y que nosotras somos ‘cuerpas’ que existimos, que vivimos, que habitamos los espacios y que exigimos respeto. No es tolerancia, yo no quiero que me tolere nadie, yo quiero que me respeten y respeten mi existencia”.

«La Ley de Identidad de Género y de Matrimonio Igualitario pueden haber sentado una base, pero nuestras condiciones materiales siguen siendo diferentes a la de las personas heteronormadas»

Se hicieron las 21 y la gente estaba más enardecida que nunca. Las denuncias a La Biela, comenzaron a ser más explícitas desde sectores más politizados y así, al ritmo de una cumbia, se entonaba: “Fuera La Biela y su moral, acá torteamos no importa el lugar”. Cada canción, acompañada de sonrisas bien marcadas en pechos galopantes que toman en sus manos el curso de la acción, hacía del escrache un momento de goce, de fiesta y de alegría. Los besos y el Besazo, consignas del encuentro, se hicieron esperar un poco más. En las caras de los mozos, de los encargados y de los clientes del bar se alternaban cierta amargura, bronca bien contenida y, en algunos casos, miradas de indignación y asco. Poca concurrencia: mucho personal para muchas mesas vacías, todos apostados sobre la barra, mirando hacia las ventanas y viendo cómo cada vez más gente se acercaba y adhería a la protesta mientras la batucada se disponía a empoderar a toda persona presente. “Somos la muerte de la moral, somos guerrilla de la subversión sexual”, cantaban. Sin embargo Carlos Gutiérrez, el gerente del bar, se mostró predispuesto a brindar su testimonio sobre los hechos que tuvieron lugar el 29 de agosto, cuando Belén y su pareja tuvieron que dejar el establecimiento. “Había dos chicas que no se estaban comportando como corresponde, se estaban manoseando y dando besos pero de una manera medio exagerada, y se les pidió que respeten el lugar”, expresó. No obstante, cuando se le preguntó qué era para él manosearse, el caballero resolvió: “Acariciarse, agarrarse, lo que te imaginás”, dijo, dejando entrever que el “manoseo” no fue más que un típico gesto de pareja, sólo que esta pareja era lesbiana y en fondo eso era lo que no se podía admitir.

Una vez que los medios de comunicación masivos se retiraron, el aire terminó de darse vuelta y de la lluvia quedó sólo el recuerdo. Se dirigieron al bar y decidieron entrar. Tres efectivos policiales se ubicaron al lado de las y los manifestantes con el fin de “quedarse cerca”, pero no intervinieron. Allí, dentro del bar, a las 21.30 comenzaron los besos, comenzó el Tortazo. Con canciones cada vez más políticas, se exigió hasta el derecho al aborto. Las reivindicaciones del movimiento feminista se hicieron sentir todas de una vez y para siempre. La alegría, la fiesta, el amor y la emoción, gravitaban en el aire. La Biela se convirtió en otra cosa y el escenario fue de las tortas, que una vez más demostraron que los espacios públicos, todos ellos, se disputan y se ganan.

En medio de besos y canciones, las masas finas se fueron y ganaron lugar y protagonismo las Tortas, dejando una enseñanza que se les marcó ahora a ellos en sus cuerpos.

“Fuera La Biela y su moral, acá torteamos no importa el lugar” fue una de las consignas.

 

Actualizada 07/09/2016

 

Que la explotación pase de moda

Que la explotación pase de moda

Alfombras, almohadones y hasta unos tatú-carreta enteramente producidos con orillo textil, proveniente del descarte industrial de etiquetas de ropa, son algunos de los productos que iluminan el taller de Lucrecia Bordet, miembro de Cirujeando, uno de los emprendimientos textiles que conforma la Red Ropa Limpia. Para realizar sus productos, Lucrecia y sus compañeros de equipo reutilizan en cada metro cuadrado un kilo de materia prima. “El emprendimiento tiene como base principal el impacto social y ambiental positivo. La filosofía que nos impulsa es revalorizar el trabajo digno, mostrando que existe transparencia en nuestras formas de producción y en toda la cadena de valor. Se puede hacer bien las cosas. Se deben hacer bien las cosas”, asegura Lucrecia. El de ella es uno de los eslabones de esta iniciativa, impulsada por la ONG La Alameda, que busca mejorar las prácticas laborales en la industria textil, muy cuestionada por las múltiples denuncias de producir con trabajo esclavo.

Nicolás Cludius, miembro de Onda Orgánica, emprendimiento también adherido a Ropa Limpia, recuerda el momento exacto en que conoció la campaña. “Tamara Rosenberg –quien coordina la cooperativa Mundo Alameda que también forma parte de Ropa Limpia- me llamó porque el día que Rodrigo y Rolando Mur Menchaca de 10 y  5 años respectivamente cerraron sus ojos para siempre al incendiarse un taller clandestino en el barrio de Floresta el 27 de abril del 2015, mucha gente los abrió. Fueron los consumidores, nosotros, todos los que empezaron a demandar respuesta a una misma pregunta. ¿Se puede hacer las cosas bien?”, cuenta Cludius.

«Fueron los consumidores, nosotros, todos los que empezaron a demandar respuesta a una misma pregunta. ¿Se puede hacer las cosas bien?”, cuenta Cludius, director del emprendimiento Onda Orgánica de la Red Ropa Limpia. 

Tamara Rosenberg explica que la  cooperativa Mundo Alameda “es una parte de la Alameda que, en su conjunto, integra la red Ropa Limpia. La particularidad es que la mayoría de los integrantes de la red, antes de su conformación, producían sus productos con nuestra cooperativa, de ahí surgió la idea de conformar la red e ir sumando más actores”. En este sentido el principal desafío, dice Tamara, “es  lograr que más gente se involucre en fomentar una industria más limpia y justa en todos los eslabones, desde el productor de la materia prima, el que confecciona, el diseñador, el vendedor y el consumidor”.

Con esta premisa produce Ropa Limpia. “Trabajo hace casi 20 años en la industria de la indumentaria, lo hice en muchas marcas nacionales como encargada de producto o producción. Ahora creo que no hice los suficiente para investigar a fondo los talleres que contraté en varias ocasiones”, dice Lucía Dellacasa, directora de Reinventando, un emprendimiento que reutiliza prendas en desuso, quien también se insertó en la red a través de un llamado de Mundo Alameda. “Me preocupaba por buscar el precio justo (cuando mis jefes me dejaban), pero nunca cuestioné si tercerizaban y en dónde, ni exigía ver el lugar de producción para verificar que los costureros estuvieran en buenas condiciones”, recuerda, y agrega: “Ahora quiero transmitir esta necesidad de investigar y de cuestionar a los talleres con los que trabajamos, a todos mis colegas, y a todas las personas que trabajan de esto; me parece una acción fundamental para terminar con la explotación y el mal trato a los trabajadores.”

«Quiero transmitir esta necesidad de investigar y de cuestionar a los talleres con los que trabajamos, a todos mis colegas, y a todas las personas que trabajan de esto», explica la directora de Reinventado, Lucía Dellacasa de la Red Ropa Limpia.

En relación a dar respuesta al circuito de la trata de personas y las condiciones denigrantes de muchos trabajadores textiles, Lucía considera: “Estamos apoyando la Ley de Auditoría de Marcas, que propone un bloque de legisladores porteños. No queremos pertenecer a ningún partido político, pero sí defender las leyes que nos puedan a ayudar a nuestro objetivo, que es desnaturalizar el trabajo esclavo, clandestino y mal pago. Es más, creemos que el que tiene que regular y auditar es el Estado. Nosotros podemos comunicar buenas prácticas, y dar visibilidad las marcas que creemos que hacen las cosas bien”.

Los proyectos parlamentarios que presentaron Ropa Limpia y Mundo Alameda en la Legislatura porteña son dos: que el Estado deje de comprar ropa a  aquellos empresarios que no han registrado toda su cadena de valor y que las marcas sean auditadas a través del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). “Ambos proyectos siguen en estado parlamentario y se encuentran en debate en las comisiones de Presupuesto y Desarrollo Económico. También existen proyectos similares y se está tratando de consensuar entre varios uno superador”, explica Rosenberg.

Taller Textil La Alameda

“Estamos en una época en donde el consumidor empieza a ver más allá del producto que le ponen enfrente. Nuevas preguntas empiezan a surgir y son pocas las empresas que pueden brindar la información que estos nuevos consumidores buscan”, asegura Cludius y añade: “Las empresas que empiecen a darse cuenta de esto son las primeras que van a lograr un posicionamiento diferente en el mercado y acaparar esta nueva camada de consumidores más conscientes al momento de elegir”.

Ropa Limpia trata de cambiar el paradigma de la industria textil argentina a través del Manual de buenas prácticas. Este texto tiene como objetivo, según Cludius, “acercarnos a los empresarios textiles y a los trabajadores para ajustarlo a la realidad. Buscamos que sea un instrumento, que pueda ser implementado de manera paulatina, pero concreta y así generar cambios reales y que puedan ser imitados por los demás jugadores de la industria”.

Para Lucía Dellacasa, “el Manual de buenas prácticas se desarrolló para empezar a transmitir contenido propio en las redes sociales y a partir de allí armar una guía para crear un sello o compromiso ‘Ropa Limpia’, para dar visibilidad a todas las marcas que trabajan de manera responsable y ética. Creemos que las marcas van a querer sumarse a esta movida y que así los consumidores van a poder saber que marcas trabajan bien”.

 

Dellacasa agrega: “Ropa Limpia está tomado de la red abierta Ropa Limpia Internacional, de la que La Alameda formó parte de varias reuniones. Ropa Limpia simboliza algo positivo a lo que queremos llegar; a la transparencia, a una industria limpia de malas prácticas y, además, estando en esta red se gana la experiencia de trabajar en equipo, de estar más cerca del dolor y de las necesidades de los trabajadores. Todavía queda mucho por hacer”. Y a modo de conclusión subraya: “Es un trabajo en red que solo podemos hacer concretizando y abriendo los ojos a otras personas que algunas veces por ingenuidad, como me pasó a mí, o por desinformación, no investigan lo suficiente, y terminan trabajando con talleres clandestinos. Y apoyando la Ley de Auditoría podemos ayudar a que el estado regule, por medio de normas, a las personas que lo hacen por maldad o desinterés hacia el otro, o a las personas que no les llegue nuestro mensaje”.


Actualizada 06/09/2016

“Prefiero mil veces ser la oprimida antes que la opresora”

“Prefiero mil veces ser la oprimida antes que la opresora”

Shirin Ebadi, la primera iraní y la primera mujer musulmana en recibir el Premio Nobel de la Paz, entró junto a su traductora a la Casa de las Abuelas de Plaza de Mayo con un ramo de flores amarillas. Saludó con afecto a Estela de Carlotto y le dijo: «No he podido traer un ramo como yo esperaba y quería». Estela contestó: «Estas flores son bellísimas, duran mucho y no se ponen tristes enseguida» a lo que Shirin retrucó buscando complicidad: «Cómo las mujeres».

La visita de la Premio Nobel a la Casa de Abuelas ocurrió el miércoles último y se dio fuera de lo planeado. Ella había participado de la IV Reunión Extraordinaria de la Red Iberoamericana de Organismos y Organización contra la Discriminación (RIOOD) que se hizo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a la que Carlotto no había podido asistir. Ebadi quiso concretar un encuentro para poder conocerla personalmente por el respeto y admiración que tiene a Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, y porque considera que la intención y el espíritu de ellas es el mismo que el suyo.

Shirin Ebadi obtuvo el Nobel de la Paz en 2003 por su continua lucha para que se considere una nueva interpretación de la ley islámica, en la que se tenga en cuenta la democracia, los derechos humanos, la igualdad de hombres y mujeres, y la libertad de expresión. Considera que el Islam, como religión, está en contra de matar, pero las interpretaciones fundamentalistas y extremistas utilizan la creencia religiosa para obtener beneficios políticos en nombre de Dios. La galardonada iraní fue reconocida internacionalmente por la defensa legal que hizo, como abogada, de quienes fueron privados de la libertad por razones políticas o religiosas y por su labor en la protección de los Derechos Humanos de mujeres, niños y niñas. Además, con el dinero obtenido por su distinción, fundó una ONG junto a veinte abogados para ofrecer servicios legales a presos políticos. En 2009 el gobierno iraní cerró la ONG y  los encarceló a sus miembros. Ella logró salir por la presión internacional, pero no pudo volver más a Irán; desde entonces está amenazada de muerte. Un grupo de sus compañeros todavía continúa en la cárcel.

Tan sólo el mes pasado ejecutaron a veintidós jóvenes por su creencia religiosa. No entregan los cuerpos a los familiares de las víctimas, y si hacen ceremonias de duelo suelen ser detenidos», dijo la ganadora del Premio Nobel de la Paz.

«En Irán tenemos una situación parecida a la que tenían ustedes. Perdí a mi cuñado cuando él tenía diecisiete años. Tan sólo el mes pasado ejecutaron a veintidós jóvenes por su creencia religiosa. No entregan los cuerpos a los familiares de las víctimas, y si hacen ceremonias de duelo suelen ser detenidos», dijo Shirin.

Para la líder iraní, la diferencia que existe entre lo que vive su país y lo que padeció la Argentina radica en la riqueza que tiene Irán, “que hace al gobierno más impune”. El traslado de petróleo de todo el Oriente Medio tiene que pasar por esa nación del Golfo Pérsico para embarcarse y ser comercializado. El gobierno de Tehrán podría cerrar esa ruta y países como Arabia Saudita e Irak, entre otros, no podrían transportar su producción por el mar. “Eso ha hecho que el gobierno se sienta poderoso y no haya ninguna repercusión judicial sobre sus actos”, asegura Shirin.

Además, la defensora de los Derechos Humanos cree que el enfrentamiento de Irán con Estados Unidos engaña a los socialistas y a quienes no conocen la situación. “Hace pensar que en el país hay un buen gobierno”, señala. Ebadi asegura que se opone al capitalismo, se define como socialista, pero cree que para legitimar un gobierno no es suficiente con declarar su enemistad con Estados Unidos.

Estela De Carlotto asentía, comprensiva, mientras Shirin contaba cómo es la vida en Irán. Después, le dijo: «Es como la historia de nuestra Latinoamérica. Nosotros pasamos eso, con treinta mil desaparecidos. Todavía estamos buscando los muertos, y a más de trescientos nietos. Tenemos democracia hace más de treinta años pero igual hay un resabio de esa dictadura porque la justicia no funciona bien, porque hay grupos que no nos apoyan, que pretenden el olvido. Lo que nosotros hacemos es seguir luchando. Luchamos en paz porque no queremos ser iguales, nunca tomamos venganza, esperamos la justicia».

«Nuestro silencio es precisamente lo que hace que los que oprimen, opriman más», afirmó Ebadi.

Ebadi comparte el pensamiento de lucha pacífica que caracteriza a las Abuelas de Plaza de Mayo. Cuando la entristece la situación que vive su país y su historia se dice a sí misma que prefiere mil veces ser la oprimida antes que la opresora. En diálogo con ANCCOM manifestó su deseo para con las futuras generaciones: «Nuestro silencio es precisamente lo que hace que los que oprimen, opriman más. Si no tienen la capacidad o el poder para terminar con la opresión en la sociedad, al menos que hablen. Que cuenten qué injusticias han sufrido. Hablando pueden hacer sentir vergüenza al que comete un acto injusto».

Carlotto le obsequió un pañuelo de Abuelas. Shirin se acercó, en el sillón que compartían, para observar juntas el logotipo y la leyenda inscriptas en él: “Identidad, familia y libertad”. Le entregó también una bolsa con varios libros con la historia de la Asociación y muchas fotos, que la presidenta de Abuelas describió: «Acá están las casas bombardeadas», «él es un científico famoso (Clyde Snow) que ya murió, que acá está entregando un estudio sobre los desaparecidos», continuó. Corrieron la vista a la siguiente: «Estas somos las Abuelas», dijo Estela con una sonrisa. Luego la Premio Nobel iraní pidió una foto con ella. Las madres iraníes le habían dicho que querían verlas retratadas juntas. Estela De Carlotto pidió que le haga llegar su saludo a las demás madres de Irán y se ofreció para seguirlas acompañando. Shirin Ebadi le dijo: «Espero que algún día podamos invitarla a Tehrán, aunque yo ya no puedo ir». La Abuela de Plaza de Mayo respondió con una sonrisa: «Algún día iremos juntas, ¿por qué no? hay que tener fe».
Actualizada 6/09/2016