Nov 29, 2016 | inicio
Cuando el agua cae con mayor intensidad sobre Plaza de Mayo, Tía Marilú le retruca a la tormenta con No me arrepiento de este amor. «¡Arriba las lesbianas, trans, gays, queers, intersexuales, todos, todas y todes!», arenga sobre el primer compás melódico en la previa de la XXV Marcha del Orgullo, desde el escenario que da la espalda a la Casa Rosada. Es sábado 26 y en el centro de la plaza, la figura de una trans crucificada evoca el corazón de la marcha de este año: «Basta de violencia institucional y asesinatos contra las personas trans. ¡Ley antidiscriminatoria ya!». En lo alto de la cruz, un cartel rememora los nombres de Nadia Echazú, Lohana Berkins, Diana Sacayán, Vanesa Ledesma y Rafaele Onorio. En lugar de espinas, la corona de la Jesús trans tiene flores blancas y rojas; el maquillaje desvanecido por la lluvia se le desliza por la cara y la remera empapada, pegada al cuerpo, reza el lema “NiUnaMenos”.
Mientras las carrozas esperan el inicio de la marcha estacionadas en el perímetro de la plaza, sobre el escenario Mariana Spagnuolo, de la Federación Argentina LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans), dispara las consignas: ley antidiscriminatoria ya; cupo laboral trans en todo el país; basta de violencia machista y patriarcal; ley por el derecho al aborto; separación de la Iglesia y del Estado; basta de subsidios a la Iglesia católica; basta de racismo, xenofobia y sexismo; por un ámbito deportivo sin discriminación ni violencia; legalización del autocultivo y consumo de marihuana; basta de persecución política a los luchadores y luchadoras y libertad a Milagro Sala. Los aplausos que se amontonan entre consigna y consigna toman especial vigor con el último reclamo.
«Si al patriarcado no lo para la lluvia, a nosotrxs tampoco»; «Nuestra lucha no obedece a la norma»; «Dejen circular libre al deseo»; «Macri queremos trabajar». El entramado de mensajes sobre carteles empañados, con las letras desteñidas por el agua, se condensan en la bandera que encabeza la marcha: “Amor Libre”. La columna avanza por Avenida de Mayo con paraguas multicolores después de pasar bajo un enorme arcoíris inflable que cruza de vereda a vereda. «Señor, Señora / no sea indiferente / se matan a travestis en la cara de la gente» es el canto que marca el ritmo del inicio de la marcha. Atrás, las carrozas llevan cada una su fiesta con flashes, luces de colores y música. Se baila bajo la lluvia, como en un videoclip de los ochenta, música electrónica, cumbia, glam rock, pop. Da igual. Reclamo y fiesta hoy son la misma cosa.
Los cuerpos desafían la calle. Disfrazados, maquillados, pintados y con brillos, semi desnudos, con o sin implantes, musculosos y tatuados, con piercings, besándose, todos mojados y bailando. En la trama cuadriculada y gris de la ciudad, los cuerpos son subversivos en sí mismos. Por la forma en la que avanzan no parece tanto una marcha, sino una expresión en movimiento, tan diversa como coherente. Los baños químicos de la plaza se dividen en dos con los usuales dibujos de hombre y mujer. Quedaron desbordados.
Unos metros detrás del frente de la columna, un colectivo se destaca por su rosa punzante. «Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina (ATTTA)», los presenta la bandera horizontal que sostienen entre varias. Detrás, su propia carroza contribuye a la fiesta con otro tema de Gilda: Corazón valiente. Nadir Fernanda Cardozo se presenta como Promotora de Salud y Derechos Humanos de la agrupación. Su remera fucsia recuerda con una foto a María Pía Burdacco. «Si bien la Ley de Identidad de Género vino a solucionarnos un problema, realmente solucionó solo el 30 por ciento de nuestra problemática. Seguimos exigiendo políticas de educación, salud, vivienda, trabajo, nos falta un montón», asegura Nadir en diálogo con ANCCOM. La activista trans abandona el clima festivo por un momento para la breve entrevista: «Para nosotras la palabra ´travesti´ significa hombre disfrazado de mujer. En los años ochenta y noventa usaron esa palabra de forma peyorativa para meternos presas, y hubo cientos de compañeras asesinadas. Nosotras no podemos empoderarnos con esa palabra sino con la palabra ´trans´. «Vemos que hay un recrudecimiento de la violencia hacia las trans, pero no solamente en Argentina, sino en toda América Latina», advierte con angustia. «Con este gobierno las cosas se han complicado, una cosa es tener gobiernos afines a las políticas populares. Con una gestión como la de Macri tenemos más limitaciones para que nos escuchen. Pero en la lucha se vuelve a tomar más fuerza», continúa, y agrega: «Más allá de nuestra organización, se hace difícil porque la diversidad sigue creciendo, es más amplia, y al haber habido un período de libertad fueron mayores las expresiones».
Fuertes ráfagas reemplazan a la lluvia cuando la marcha avanza cruzando la calle Suipacha. En cada esquina se suman agrupaciones de género y organizaciones políticas que relegan momentáneamente sus tonos usuales para adoptar los siete colores del arcoíris. «Se va a acabar / se va a acabar / esa costumbre de matar», cantan ahora. Con Its my life de Bon Jovi y una imagen de Carlos Jáuregui, la carroza de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) se encolumna detrás de la cabeza de la marcha. Entre los escoltas que bailan en la calle se encuentra una versión del Freddy Mercury del video Want to break free, con un top rosa y pollera de cuero. Lo acompañan un grupo de monjas trans y un diablo pintado de cuerpo entero, cuya pintura parece indeleble. Por el balcón de la caravana asoman los osos, con casco de obra, sacudiendo las panzas y atados con cinta de «peligro». Por momentos, las luces que disparan los flashes se confunden con los rayos de la tormenta.
Una vez que pasa la carroza de la CHA, otro canto se hace nítido: «Diversidad de los trabajadores / y al que no le gusta / se jode, se jode». Son un grupo de CTERA, todos de guardapolvo blanco, con la bandera de la integración y el retrato de Milagro Sala colgado del cuello. «Este año bajo la lluvia, marchamos con nuestros guardapolvos para decir que CTERA tiene la mirada puesta en la diversidad sexual, en la igualdad de derechos», los presenta Estefanía Aguirre, secretaria de Género e Igualdad de Oportunidades de la Confederación de Trabajadores de la Educación. «Nos encontramos en pie de lucha por Milagro. Se dan muchas situaciones con ella: es mujer, es originaria, tiene una gran capacidad de organizar al pueblo jujeño, y el patriarcado no se lo perdona. Todo lo que nosotros hablamos de género y de diversidad nos tiene que poner la mira en la libertad de Milagro Sala», denuncia mientras sostiene, firme, el cartel con la cara de de la dirigente de la Tupac Amaru detenida por razones políticas. Casi no termina de hablar cuando su compañera Silvana Franco, del Área de Diversidad de Conadu, la interrumpe: «Lamentamos tener que recordar una consigna muy vieja: una navidad sin presos políticos. Una consigna de los 60 que vuelve este año. Hay seis presos además de Milagro. De los cuatro que soltaron solo una es mujer, o sea que hay un ensañamiento particular por ser mujeres».
Cerca de las 19 la columna desemboca en la Plaza del Congreso. El cielo no se despejó, pero las nubes se mimetizan con la marcha al tornarse de un naranja liviano que de a poco va mutando a rosa, hasta caer atrás de la cúpula del Congreso en un violáceo brillante. Sobre alguna carroza suena How deep is your love; en la siguiente cantan a gritos A quién le importa. Antes del cierre, la secretaria general de la Mesa Nacional por la Igualdad y de la Federación Argentina LGBT, María Rachid, dialoga con ANCCOM. «La marcha expresa claramente ‘Basta de violencia institucional y asesinatos de personas trans’, porque nos preocupa el recrudecimiento de la violencia institucional en este último año, y reclamamos por la Ley Antidiscriminatoria por la que trabajamos durante todo este año y el oficialismo viene prometiendo que la va a poner en temario en Diputados, pero hace varias semanas que no lo logramos. Esperamos que esta marcha sirva como mensaje para que la ponga en el temario y se apruebe la semana que viene, que es la última sesión ordinaria», comenta la ex legisladora porteña del Frente para la Victoria, apurada porque la llaman a subir al escenario. Levanta la mano a modo de pausa y continúa: «Las organizaciones sociales propusieron incluir el reclamo por la libertad de Milagro Sala y estuvimos todos y todas de acuerdo en la comisión organizadora. Nos parece que es un tema ineludible en cualquier movilización o manifestación de Derechos Humanos, no puede faltar el reclamo por su libertad que lo ha expresado hasta la ONU que siempre es bastante imparcial en todos los temas. La violación de Derechos Humanos de la detención de Milagro y mucha gente de la Tupac tiene mucho de misógino y machista. No toleran que sea mujer, kolla y luchadora».

«La igualdad por la que luchaban en el bar Stonewall de Nueva York, en el que se forjó aquella primera Marcha del Orgullo en el mundo. La igualdad por la que aquí lucharon compañeros y compañeras desde hace tantos años. La igualdad real por la que luchamos hoy, con muchas más herramientas, pero con el mismo dolor que nos genera la falta de justicia y acceso a todos los derechos para todas las personas LGBTIQ de nuestro país y del mundo».
El documento leído al cierre de la marcha deja claro -como si fuera necesario- que la Marcha del Orgullo es política desde que se gestó a fines de la década del 70. La particularidad de este año pasa por aglutinar la fuerza de las decenas de miles que se movilizaron hacia los reclamos más urgentes: «¡Basta de violencia institucional y asesinatos de personas trans!», se repitió, una vez más, con indignación, frente al Congreso. «No queremos ni una muerte más. La violencia institucional y social ha generado ya varios asesinatos a personas trans este año en nuestro país. El promedio de vida de travestis, transexuales y transgéneros en la región sigue siendo de unos cuarenta años. En sociedades democráticas, no podemos seguir tolerando estos datos que dan cuenta de una realidad tan injusta y violenta. ¡Esto se tiene que terminar! ¡Y se termina con políticas públicas concretas, acciones afirmativas para el colectivo trans y con la aprobación de la Ley Antidiscriminatoria ya!».
«Los derechos civiles e individuales pueden conquistarse solo en el marco de un país que respeta los derechos humanos», continúa el documento. «Ningún país avanza en el reconocimiento de derechos, si encarcela y hostiga a los y las que luchan. ¡Basta de persecución política a los luchadores y luchadoras! ¡Libertad a los 12 choferes en Salta detenidos por un conflicto gremial! ¡Libertad a Milagro Sala!».
Actualizado 29/11/2016
Nov 23, 2016 | inicio
Con el sol de frente, Defensa y Avenida de Mayo se tiñen de rojo y negro. Los colores cambian la fisonomía del centro de la Ciudad en una tarde de sábado. Los turistas miran sorprendidos. Son los preparativos de la “Marcha de las Putas”, la expresión anual de un movimiento que toma el habitual “insulto” contra las mujeres y lo resignifica como arma de pelea contra el sexismo, los estereotipos y la violencia de género a través de la denominada cultura del acoso y la violación.
La iniciativa -que el fin de semana cerró en Buenos Aires su quinta edición- nació en Toronto, Canadá. Las crónicas indican que, en el marco de una charla universitaria, el policía Michael Sanguinetti recomendó a las mujeres “dejar de vestirse como putas” para evitar violaciones. Las estudiantes reaccionaron con una movilización que, en poco tiempo, comenzó a replicarse en otras partes del mundo. México, Nicaragua, Brasil, Inglaterra, India, Francia y Estados Unidos, forman parte de esa lista y dan carnadura a la genealogía de la “SlutWalk”.
La nueva marcha argentina se desarrolla entre la Plaza de Mayo y el Congreso e incluye un festival musical con la actuación de Sudor Marika y Malena D´Alessio, entre otros artistas. Las rejas que rodean el paseo frente a la Casa Rosada se cubren de fotografías, dibujos y gráficas. “Si ser puta es rebelarse ante el canon impuesto de lo que una mujer debe ser y hacer, ser puta es ejercer nuestro derecho a la libertad”, es una de las consignas del encuentro de este año.
En el acto central frente al Parlamento no hay oradores. El colectivo fija posición a través de un documento que exige “capacitación de todos los funcionarios públicos involucrados en la atención a la víctimas (de violencia); la correcta aplicación del programa nacional por la Educación Sexual Integral; el desmantelamiento de las redes de trata y el encarcelamiento de todos las partes involucradas”.
Llamar la atención ciudadana es uno de los objetivos. Stands con carteles de protesta y las consignas escritas en el cuerpo de las manifestantes son algunos de los recursos para concientizar sobre la violencia machista y la lucha de la mujer. También la alegoría de Caperucita Roja, el tradicional cuento infantil. “El lobo se la comió por desobedecer, por no cumplir con el mandato, por salirse del camino. Todas nosotras somos Caperucita. Todas nosotras debemos poder elegir nuestro propio camino sin que ningún lobo nos toque sin nuestro consentimiento”, explica el colectivo.
La movilización llama la atención de quienes toman un café sobre la Avenida de Mayo. Los clientes del Tortoni miran con curiosidad. No hay adhesiones de fuerzas políticas de peso ni de organizaciones que luchan contra la violencia de género. “El nombre (de la marcha) tiene toda una connotación al que, en general, las organizaciones le tienen mucho miedo. Participar de una marcha que tiene la palabra “puta” le genera una contradicción moral”, interpreta una de las manifestantes en diálogo con ANCCOM.
Araceli es una de las organizadores de la marcha. Pide ser identificada sólo con su nombre y explica las razones de la ausencia: el colectivo resiste el vínculo con organizaciones político-partidarias. “Esto no es un cambio que se dé con gobiernos de turno, sino que se tiene que dar de manera social”, explica.
Actualizada 23/11/2016
Nov 22, 2016 | inicio
Parto respetado y aborto no punible son los dos rasgos distintivos que tiene la Maternidad Estela de Carlotto, ubicada en la localidad de Trujui, en el oeste del Conurbano bonaerense. La entidad se destaca por sus políticas de maternidad segura y centrada en la familia, por lo que solo un 11 por ciento de sus partos son a través de cesáreas. La cifra equivale a un tercio de las que se realizan, en promedio, en los hospitales públicos y a un séptimo de las que se practican en las clínicas privadas. Las estadísticas semestrales de la institución, además, dicen que se han realizado cincuenta abortos no punibles y más del doble de consultas en las consejerías de reducción de riesgo y daño por embarazos no deseados. Estas dos características tienen como eje fundamental el respeto por los derechos de la mujer y todo lo que ello conlleva.
La Maternidad de Moreno Estela de Carlotto (así es su nombre completo) se inauguró en 2013 por iniciativa municipal, pero en articulación con los gobiernos nacional y provincial, debido a una necesidad del distrito por cubrir la totalidad de 10.300 nacimientos anuales. Patricia Rosemberg, directora de la Maternidad, cuenta: “Hasta la llegada de la Maternidad, el único hospital en donde nacían los niños era el Mariano y Luciano de la Vega, pero solo cuenta con disponibilidad para 4.000 nacimientos anuales, por lo que había un déficit, a su vez Moreno necesitaba un lugar con otras características de acompañamiento en cuanto al nacimiento, en donde no se lo piense como una enfermedad sino como un proceso más de la vida”.

Parto respetado y aborto no punible son los dos rasgos distintivos que tiene la Maternidad Estela de Carlotto, ubicada en la localidad de Trujui, en el oeste del Conurbano bonaerense.
La institución trabaja con casos de baja complejidad, por lo que integra un corredor sanitario junto con el Hospital Mariano y Luciano de la Vega de Moreno, que se encarga de los casos de media complejidad, y el Hospital Posadas, ubicado en Ramos Mejía, que atiende a los de alta. A su vez, articula con cuarenta unidades sanitarias de la zona, en donde las madres llevan a cabo el seguimiento de su embarazo y en la semana 34 o 35 son derivadas a la maternidad Carlotto.
Cuando la embarazada llega al período de gestación adecuado para ser derivada a la maternidad, pasa por una instancia denominada ‘de tamizaje’, para saber si está en condiciones de parir allí. Mónica Santillán, obstetra, dice a ANCCOM: “Las mamás ingresan a la mañana y le realizamos los estudios correspondientes: análisis de sangre, ecografía, electrocardiograma y la toma de todos los signos vitales. Por último, se realiza la consulta con la obstetra, en donde se miran los estudios realizados y se mide el riesgo de complicaciones; si está todo bien la mamá estaría en condiciones de tener el parto con nosotros”.

La entidad se destaca por sus políticas de maternidad segura y centrada en la familia, por lo que solo un 11 por ciento de sus partos son a través de cesáreas.
Parirás con amor
El parto humanizado es establecido en la ley Nº 25.929, que promueve que se respete a la familia y se la acompañe en la toma de decisiones seguras e informadas. La Maternidad se enorgullece por cumplir esta ley. La licenciada Santillán asegura: “Nosotros tenemos una modalidad distinta de la asistencia de parto que se realiza en otros centros de salud; acompañamos el trabajo de parto, el parto y el puerperio fortaleciendo el vínculo del trinomio mamá, papá y bebé y brindándole la posibilidad a la madre de decidir desde la posición del parto hasta en qué momento está lista para que se lleven a su hijo”.
Esta ley también refiere a que “la persona recién nacida tiene derecho a su inequívoca identificación”. En ese sentido, Santillán aclara: “El proceso de identificación del recién nacido está hecho en forma adecuada, en su tiempo y forma. El bebé sale de la maternidad con una constancia de nacimiento para después tener su correspondiente Documento Nacional de Identidad”. El nombre de la Maternidad está muy vinculado al derecho a la identidad: “Por un lado, la elección del nombre de la institución fue un reconocimiento a Estela y a Abuelas de Plaza de Mayo y, por otro lado, también nos marca que hay que seguir trabajando por los derechos, por la identidad y porque no se repitan historias tan tremendas”, afirma Rosemberg.
Si bien la maternidad es de baja complejidad, tiene todo el equipamiento necesario para asistir una emergencia y luego de controlada la situación, se deriva el caso al Hospital Posadas o al Mariano y Luciano de la Vega, según corresponda. “Cuando se dan situaciones de internaciones en neonatología, en la mayoría de los casos son solo por aumento de peso”, cuenta la licenciada Santillan.

Si bien la maternidad es de baja complejidad, tiene todo el equipamiento necesario para asistir una emergencia
La Maternidad brinda, a las madres de esos bebés, la posibilidad de hospedarse en su ‘Residencia de madres’. Geraldine Enríquez, encargada de la higiene y atención de las mujeres que allí se alojan, explica: “Hay madres que viven cerca y se van a dormir a su casa y hay otras que vienen desde lejos y duermen aquí. La idea es que se queden para que tengan mayor contacto con su hijo mientras dura la internación”. Este espacio físico cuenta con doce camas, una cocina, dos baños y un lavadero. “Tienen todas las comodidades, desde la comida y la higiene hasta la posibilidad de lavar su ropa”, concluye Enríquez.
El lugar cuenta con unos 300 empleados efectivos y un porcentaje de becados. Laureano Cequeira, delegado de Asociación de los Trabajadores del Estado (ATE), cuenta la situación laboral: “Los trabajadores nos dividimos en leyes, la ley N° 10.471 es la que engloba al personal médico y licenciados, en esta ley hay alrededor de 120 empleados. Luego está la ley N° 10.430 en la que se encuentran los administrativos, enfermería y mantenimiento, allí hay 180 empleados. Por último están los compañeros que son tercerizados del Estado, estos son los compañeros que son becados”.
La mujer y el derecho sobre su cuerpo
En referencia a la cuestión del aborto, la maternidad tiene una política que es llevada a cabo a través de la ley N° 4.318 que establece que las interrupciones del proceso de gestación no son punibles en los casos de peligro para la vida o la salud causado por el embarazo y que no pueda ser evitado por otro medio, y en casos de violación. Además también se dictan las consejerías de reducción de riesgo y daño en situaciones de embarazos no planificados, las cuales están establecidas en la ley N°14.738, y están orientadas a la prevención de riesgos y daños por la práctica de abortos inseguros y al cuidado de la salud integral de la mujer.
Rosemberg cuenta: “Cuando una mujer llega con una situación de violación o el embarazo le trae riesgos a su salud, se accede a un equipo interdisciplinario formado por un médico, una trabajadora social, una psicóloga y una obstétrica que la evalúan y si la mujer necesita y acepta se le realiza la interrupción legal del embarazo”. También existen casos en los que las mujeres no padecen ninguna de estas situaciones pero, sin embargo, sus embarazos no son deseados y no quieren continuar con él; ahí es donde se recurre a las llamadas consejerías de reducción de riesgo y daño, que se llevan a cabo en la Maternidad y tienen una concurrencia importante.

Las mamás ingresan a la mañana y le realizamos los estudios correspondientes: análisis de sangre, ecografía, electrocardiograma y la toma de todos los signos vitales. Por último, se realiza la consulta con la obstetra.
“En nuestro país se mueren miles de mujeres por realizarse abortos de forma insegura o de forma clandestina. Hay muchas mujeres que por su condición social o por vergüenza llegan aquí con embarazos avanzados o habiéndose realizado prácticas inseguras para la provocación del aborto” afirma Rosemberg y continúa: “Aconsejamos cómo hacer para reducir daños y desaconsejamos formas inseguras de aborto. Además, nos encargamos de la vacunación, el control posterior y de contactarlas con otras asociaciones que también acompañen a estas mujeres”.
La estrategia de maternidad segura y centrada en la familia que tiene la institución es trabajada en conjunto con UNICEF. “Cuando la Maternidad Carlotto nació, UNICEF ya venía promoviendo esta estrategia y nosotros nos adaptamos rápidamente a ella”, cuenta Rosemberg. La Maternidad de Moreno y UNICEF ya están buscando replicar el modelo en cinco provincias del país (Misiones, Chaco, Corrientes, Salta y Jujuy), y que el parto respetado y el aborto no punible sean una realidad.
Actualizado 22/11/2016
Nov 17, 2016 | inicio
El sábado se presentará, frente a la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, el proyecto de la denominada Ley Cascioli. La propuesta, ideada por la Asociación de Revistas Culturales e Independientes de Argentina (AReCIA), ingresó a la Legislatura con el apoyo de parte importante de los funcionarios de la Cámara y busca fomentar el desarrollo de las revistas culturales independientes, declarar la producción autogestiva como patrimonio cultural de la Ciudad y construir políticas públicas para su fortalecimiento. Además Intenta, según se expresa en el documento, saldar una deuda que el Estado porteño mantiene, de antaño, con el sector.
“La Ley Cascioli es sólo una parte de todo el trabajo que queda por delante. Hay que apuntar a un proyecto nacional. Vemos que se tomaron medidas para otros ámbitos de la comunicación que no alcanzaron al nuestro. Sin ir más lejos, la Ley de Servicio de Comunicación Audiovisual -más allá de la derogación parcial de artículos- deja afuera al sector gráfico. Durante el gobierno de la Alianza, mediante la Resolución 256/2000 se desreguló el circuito de distribución de diarios y revistas que tenía determinadas condiciones que protegían al canillita que ya no están más. En los últimos 12 años, si bien hubo avances en otros sectores, en el de las revistas culturales hubo una gran desprotección por parte del Estado”, señala, a ANCCOM, Santiago Kahn presidente de AReCIA y editor de la revista Maten al Mensajero.

“La Ley Cascioli es sólo una parte de todo el trabajo que queda por delante», dice el editor de la Revista Maten al mensajero.
Según el informe del último censo anual que la Asociación realiza sobre los socios, el 70 % de revistas culturales independientes en Argentina se edita en Buenos Aires y el 30% en el resto del país. De los datos obtenidos se observa una progresiva contracción del sector, con una baja fuera de la zona metropolitana, que se traduce en una disminución en el número de publicaciones. Además, se registra un aumento en el uso del soporte digital: “El 66% de los editores utiliza papel y el 70% publica a través de plataformas digitales”. Este estado de alerta en el sector, se relaciona con la falta de políticas regulatorias y las continuas devaluaciones, argumenta Kahn: “Muchos de los insumos que utilizamos están dolarizados, son importados. Esto sumado a la cartelización del papel, hace que sea cada vez más difícil o más caro imprimir publicaciones. La desregulación del mercado de distribución y papel favorece la concentración empresaria”.
“Lo que exigimos es una reparación histórica. Hay un sector que fue desprotegido y el Estado tiene que encargarse de arreglar esa situación, promoviendo y cuidando de él”, asegura Kahn. En este sentido, agrega que el proyecto normativo en Ciudad, que contempla tanto a las revistas que se producen en papel como a las digitales, prevé: “La asignación de un porcentaje de la pauta oficial porteña a los medios producidos en Capital Federal. La promoción de la producción de revistas nuevas a partir de diferentes concursos y premiación de revistas ya existentes. Y promueve créditos blandos para el desarrollo productivo por parte del Banco de la Ciudad. Muchas de las revistas no acceden a créditos con tasas accesibles para producir más y mejor, para crecer”, sostiene.

“El 66% de los editores utiliza papel y el 70% publica a través de plataformas digitales”.
Andrés Cascioli
La Ley, que lleva el nombre de Andrés Cascioli – fallecido editor creador de la revista Humor de Ediciones de la Urraca-, será presentada el sábado 19 de noviembre frente a la Defensoría del Pueblo, sitio en el que funcionaba la mítica publicación. El acto-homenaje contará con la participación de familiares de Cascioli y periodistas destacados que lo conocieron como Mona Moncalvillo, Carlos Ulanovsky, Rep, Miguel Grinberg, muchos de los cuales trabajaron con él.
El escritor y periodista Miguel Grinberg expresa a ANCCOM: “Con Cascioli saqué Mutantia en los 80, fue mi única revista que llegó a kioscos (Eco-contemporáneo y Contracultura eran muy subterráneas). Él, a través de Ediciones de la Urraca, siempre abría caminos para que la gente se animara, tuviera o no dinero, a sacar sus revistas y por eso en la Humor había una sección que dirigía Gloria Guerrero en la que se le daba mucha bolilla a las revistas “subtes” y a los grupos de producción rockeros independientes. Siempre daba oportunidades a la gente sin recursos. No era un mecenas, sino que tenía la estructura y la hacía rendir al máximo y tenía también los talentos que hacían falta para convertirlos en realidad”. En cuanto a que la Ley por el reconocimiento de las revistas culturales independientes lleve su nombre, argumenta: “La Ley lleva el nombre de un luchador para luchadores. Las revistas de este tipo que tienen un potencial crítico son las que abren un poco la cabeza de la gente para darse cuenta de que el asunto no es tener un millón de dólares para invertirlo en una revista sino tener un millón de personas que sean alcanzadas por la verdad, por la justicia social, por la solidaridad y por los ideales de autonomía que es una antigua lucha de los trabajadores en todo el mundo. No tengo que extenderme demasiado para decir que es una lucha de clases, de los que detentan el poder y deciden quién tiene derecho a existir y los que luchan por existir y no tienen ningún derecho”.
Kahn, por su parte, coincide y plantea un desafío para el sector: Cascioli es el símbolo de un editor independiente que la peleó. Fue víctima de manejos horrendos de la administración del Estado: se le negó pauta oficial, los juicios por los cuales se perdió el edificio de la revista Humor, donde hoy está la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, juicios que inclusive, actualmente, la viuda y la hija siguen enfrentando. Nos parece que refleja lo que llamamos ‘memoria con futuro’, que implica no pensar que todo lo que hacemos nosotros hay que inventarlo de cero. Hubo un montón de producción cultural durante décadas, que se hizo en condiciones incluso peores que las nuestras, y que son un ejemplo para recuperar, también para decir esto no debería pasar más”.

«Cascioli es el símbolo de un editor independiente que la peleó. Fue víctima de manejos horrendos de la administración del Estado», comenta Santiago.
Actualizado 17/11/2016
Nov 15, 2016 | inicio
En un viaje que Julieta Sans hizo a la Argentina durante fines de 2011, tras vivir por más de diez años en Europa, leyó una noticia en un medio local. El recorte contaba la historia y el trabajo de Guido Fuentes, un boliviano que, movilizado por las desigualdades existentes en la Villa 31 del barrio porteño de Retiro, había creado una escuela y agencia de modelos para las chicas del barrio. Atrapada por esa historia, Sans realizó un documental que se estrenó la semana pasada y que se proyecta en Bama Cine Arte. ANCCOM dialogó con la realizadora, con el mismísimo Guido y con sus modelos.
La escuela de modelos abrió sus puertas en agosto de 2008. El puntapié inicial se dio en los festejos del Día del Niño, cuando se realizaba un agasajo a los chicos del barrio con un escenario en el medio de una canchita de fútbol que se encuentra entre la terminal de micros y la villa. “Comencé a observar con detenimiento mi alrededor y noté que había un contraste raro. Un choque de clases, de culturas. Por un lado, se veían los colectivos entrando y saliendo a la terminal; por otro, las casitas del barrio, que en ese momento sólo llegaban a tener dos pisos como máximo. Para coronar ese panorama, se veían de fondo los edificios imponentes de la Avenida Del Libertador. Miré mí alrededor y dije: ¡Qué lindo sería armar una pasarela con modelos desfilando entre todo ese contraste. Me imaginé eso y tomé la iniciativa’” dice Guido, quien agrega que en Bolivia había trabajado como modelo y había sido jurado de diferentes concursos de belleza, como Miss Boutique.

Sans realizó un documental sobre la agencia Guido Models, que se estrenó la semana pasada y que se proyecta en Bama Cine Arte.
A partir de ese día, Guido formó su plantel de modelos con sus amigas del barrio y vecinas. Recorrió y golpeó puertas ofreciendo cursos de modelos gratuitos. Tuvo que enfrentarse con que, más de una vez, las mamás de las chicas lo tratarán de loco y desequilibrado. Lo que no sabían es que se estaba gestando la primera agencia de modelos de la Villa 31, a la que luego llegaron modelos de otras zonas.
Julieta Sans, una vez instalada por completo en Buenos Aires, comenzó de lleno con su proyecto audiovisual. Luego se involucraron otros productores y juntos presentaron la idea al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Allí consiguieron un subsidio destinado a financiar documentales, que les permitió, mientras filmaban, escribir el guión, estructurar y dar forma a la historia. Enseguida, entabló una gran amistad con Guido. “El rodaje duró en total unos tres años. En el medio me seguí formando en cine” afirma la directora.
Sans se ríe cuando se le pregunta qué le llamó la atención del trabajo de Guido para que decida retratarlo con su lente: “Me pareció un poco descabellado el proyecto, pero muy valioso por el contenido social, su convicción y su fuerte deseo de llevar a cabo sus ideales. Me interesó que plantee la inclusión social en la moda, cuando este es un ámbito conocido por su exclusividad”.
Si hay algo que caracteriza a Guido Fuentes es luchar por la inclusión social. Así lo sienten los y las modelos que trabajan en su agencia. Brenda, de 21 años, vive en Bajo Flores y trabaja con Guido hace seis meses. “Fue un flash. Lo tengo en Facebook y vi que subió una nota solicitando chicas y chicos porque iba a haber un evento en Costa Salguero. Me anoté y quedé. Para mí era un ícono, yo no me animaba a hablarle. Por ahora, soy modelo como hobbie, pero quiero que esto se convierta en mi principal trabajo”, afirma Brenda, esperanzada.

Guido Fuentes, creador de «Guido Models» y Julieta Sans directora del documental.
Con sus 18 años, Katherine vive en Monte Grande. Viaja durante dos horas para llegar a la agencia ubicada en la Villa 31. Siempre acompañada de su mamá, una peluquera que no duda en afirmar que, tanto ella como su hija, tuvieron una vida muy difícil. Hace unos años perdieron su casa ubicada en la zona sur del Gran Buenos Aires. Vivieron por un tiempo en la Villa 21. Hace dos años su situación económica mejoró y pudieron volver a Monte Grande. “Las agencias son muy caras. Yo no tenía los recursos para entrar. Hace unos meses, cuando estaba abierta la convocatoria para el desfile de Costa Salguero, mi mamá le habló. Ahí fue la primera vez que desfilé. Es hermoso que te aplaudan por algo que te gusta. Quiero llegar más alto, siempre de la mano de Guido”, contesta Katherine entre risas y una brillante mirada.
Además de enseñar a sus modelos cómo tienen caminar, Guido predica con el ejemplo del sacrificio. Constantemente habla con ellas y les explica que desfilar no es la única alternativa. “Yo les insisto que estudien. De hecho, uno de los requisitos para participar de la agencia es estar en la escuela o en una facultad” asegura.
El documental Guido Models fue filmado entre los paisajes de la Villa 31 y Cochabamba, Bolivia, lugar de nacimiento y crecimiento de Guido Fuentes. La directora y artífice de este proyecto explica: “La película es un pequeño retrato de Guido y del mundo que él creó. Las chicas, Delia y Sonia, lo acompañan en ese camino, pero no centramos todo en ellas. Además, están en una edad en la que no está del todo claro si quieren dedicarse de lleno a la vida del modelaje. El mundo es muy amplio cuando tenés 18 años y las chicas rondaban esa edad”.

“La película es un pequeño retrato de Guido y del mundo que él creó».
Delia, una veinteañera que mide cerca del metro ochenta, lo acompaña a Fuentes durante todo el rodaje de la película. Forma parte de la agencia desde los 12 años. “Viene un día Guido y me dice que quiere filmar una película, si quiero formar parte. Que estaría bueno que participemos, que muestre mi casa, mi familia, hacer una gira por los lugares donde vivió él. Acepté y tuve una muy buena experiencia. No vivo del modelaje, es un avance más. Yo trabajo de otra cosa y estudio”, dice Delia, quien en cinco años se ve formando parte de una buena agencia o teniendo la suya propia y volcando en ella todo lo que aprendió con Guido.
Fuentes entiende que la agencia es un sueño, tanto para las modelos, como para sus familias. Cuenta que, para muchos, la única meta es que sus hijas crezcan para ayudar con los quehaceres del hogar o para cuidar a sus hermanitos. Por tal motivo, entiende que, gracias a su trabajo, ahora cuentan con mayores aspiraciones que esas.
El estreno en el BAMA Cine Arte viene acompañado de la mudanza del lugar físico en el que Guido Models funcionaba. Ahora pasará a ocupar un espacio más de la larga avenida Rivadavia, precisamente al 7900, en el barrio de Floresta. La mudanza llevará a Fuentes a ampliar su horizonte de trabajo: “La gente de afuera de la villa tiene desconfianza y miedo de acercarse. Estar en el barrio nos limita muchos trabajos. Yo siempre les digo a las chicas que están desde sus 12 años conmigo y hoy ya tienen 20 que prueben en otra agencia, pero ellas no quieren. Esto lo hago únicamente por ellas, para que puedan conseguir más desfiles y dedicarse de lleno a esto”.
Enmarcada en esta mudanza, Fuentes prefiere que los medios hegemónicos no ingresen más a la villa de su mano: “Yo quiero que los medios muestren la parte positiva del barrio. Sé que tienen que vender, pero apelo a que muestren el lado humano. Han usado esto sólo como marketing, con un título llamativo”. Guido explica que, si bien muchos bolsillos se ven beneficiados, esta clase de acciones a ellos los perjudica. Diversos diarios han titulado cosas terribles como Glamour en la miseria o Las modelos Villeras. “En una nota que nos hicieron en La Nación tuvieron que cerrar los comentarios porque los lectores opinaban de manera prejuiciosa y discriminadora, tildando a las chicas como las futuras esposas de los narcos”.
Ante la realidad desoladora construida por medios conservadores, Guido rescata la existencia de sujetos sin voz, quienes trabajan día y noche, duermen poco y recorren entre dos y tres horas para llegar a sus empleos. Ellos, dice, son quienes merecen ser tapa de un diario.

“Yo les insisto que estudien. De hecho, uno de los requisitos para participar de la agencia es estar en la escuela o en una facultad” asegura Guido.
Actualizado 15/11/2016
Nov 15, 2016 | inicio
Alika Kinan habla con voz firme y segura. Es la primera mujer sobreviviente del delito de trata que lleva a juicio a sus captores y proxenetas en el marco de un proceso considerado histórico. El Tribunal Oral Federal de Ushuaia dará a conocer el veredicto el próximo 29 de noviembre. La Fiscalía pidió penas de entre cinco y doce años de prisión para los imputados. “Son muchos años de explotación, y se deben pagar con la cárcel”, se ilusiona la mujer que se animó a saltar el cerco de un oscuro sistema prostibulario. Una red que captaba mujeres en estado de vulnerabilidad en distintos lugares del país para luego trasladarlas a Ushuaia, alojarlas en habitaciones del prostíbulo “Sheik” -donde vivían en condiciones deplorables- y explotarlas sexualmente.
Alika era cordobesa pero ahora es fueguina: pasó veinte años en el “Sheik” y hace cuatro que camina en libertad por las calles nevadas de Ushuaia, la ciudad al sur del sur, donde las noches de invierno son más largas que en cualquier otra localidad del país y donde llegan personas de todo el mundo que embarcan o desembarcan, que están de paso o se quedan. En octubre de 2012, el escuadrón 44 de la Gendarmería Nacional allanó el prostíbulo y detuvo a los dueños del local, Ivana García y Pedro Montoya, pareja que tenía como encargada del bar nocturno a Lucy Alberca Campos, también imputada en el caso. El juicio comenzó el lunes 7 de noviembre y cerrará a fines de este mes, cuando la jueza Ana María D’Alessio decida el destino de los acusados. Se trata del primer juicio contra responsables de trata de personas con fines de explotación sexual, habilitado por la Ley 26.364 de Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a las Víctimas, sancionada en 2008.
“Es como pensar que tenés un tajito, pero tenés una hemorragia, algo que no se puede detener; yo pensaba hablar de un recuerdo y empezaron a aflorar muchísimas cosas”, cuenta Alika en diálogo con ANCCOM al reconstruir el momento en el que decidió avanzar con la denuncia que ahora permite que sus captores estén en el banquillo.
El proceso para “rebobinar” y contar su experiencia como víctima del delito de trata de personas no fue fácil. La acusación trasciende a los responsables del prostíbulo donde pasó dos décadas y también alcanza al Estado, en este caso representado en la Municipalidad de Ushuaia, por generado las condiciones para la explotación sexual ilegal. Por eso, la querella requirió una condena civil de 2.365.067 pesos contra los tres enjuiciados y en forma solidaria contra la Municipalidad de Ushuaia, institución a la que se consideró responsable de haber «facilitado» y «legalizado» la situación de trata.

En la Casa de Tierra del Fuego en Buenos Aires agrupaciones apoyaron el inicio del juicio iniciado por Alika Kinan, víctima de trata.
La Fiscalía pidió una pena de doce años para Pedro Montoya, nueve para su socia y compañera, Ivana García, y cinco para Lucy Alberca Campos, la encargada del funcionamiento diario del lugar. “El juicio todavía no terminó, pero ahora mismo estoy hecha pelota”, reflexiona la mujer después de recordar el largo tiempo que le llevó reconocerse como víctima de un delito.
Y reconstruye: “Me sacó de ahí mi actual pareja y también mis hijos”, recuerda Alika, después de recordar que son miles las mujeres absorbidas por las redes de este negocio millonario, engañadas ante situaciones de vulnerabilidad y pocos recursos. Sobre las otras siete mujeres que fueron rescatadas del burdel de Montoya y García, Alika dice que es muy difícil que hayan salido de la prostitución porque no les ofrecen las opciones que corresponden: ni trabajo ni posibilidades de denuncia. Para revertir esta situación, Alika armó junto a otras compañeras la Fundación Sapa Kippa, con la que ayudan a mujeres rescatadas o aún bajo el negocio de la prostitución, que quieren salir y no tienen los medios. “Yo no tengo horarios, las chicas me pueden llamar a las dos de la mañana y voy a estar para escucharlas”, subraya. Además, para mantenerse económicamente, Alika trabaja en el área administrativa de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego.
Alika se planta frente al reglamentarismo y asegura que la prostitución no es un trabajo que pueda ser elegido. “Si hubiera seguido ahí me hubieran encontrado tirada en una zanja”, razona. Pero ella salió del circuito y sabe que puede lograr que muchas otras mujeres también se animen, por eso denuncia a los responsables y mantiene su postura abolicionista con mucha más fuerza que nadie, con la fuerza que surge de la experiencia propia.
Actualizado 15/11/2016