Feb 16, 2016 | inicio
Los primeros en llegar a Parque Saavedra se sentaron bajo la sombra de árboles enormes. Eran las 3 de la tarde del sábado y el mate y las bebidas frías intentaban mitigar el calor. Las primeras filas frente al escenario también se ocuparon temprano con los que decidieron bancarse el sol y los casi cuarenta grados de térmica sólo para ver de cerca a todos los artistas. Familias, jóvenes -militantes y no-, trabajadores y flamantes despedidos de la nueva administración llenaron una nueva Plaza del Pueblo, esta vez protagonizada por referentes de la cultura. Las palabras de Arturo Jauretche resumieron la esencia que motivó la convocatoria a una Plaza de los Artistas en “defensa de la alegría, el trabajo y la libertad”: “El arte de nuestros enemigos es desmoralizar, entristecer a los pueblos. Los pueblos deprimidos no vencen. Por eso venimos a combatir por el país alegremente. Nada grande se puede hacer con la tristeza”.

Familias, jóvenes -militantes y no-, trabajadores y flamantes despedidos de la nueva administración llenaron una nueva Plaza del Pueblo, esta vez protagonizada por referentes de la cultura.
Desde el escenario, los artistas fueron señalando el repudio a las medidas tomadas por el actual gobierno de Mauricio Macri: los masivos despidos en el Estado; la represión de la Gendarmería Nacional a los niños de la murga Los Auténticos Reyes del Ritmo de la villa 1-11-14 mientras ensayaban; la falta de solución para los trabajadores de Grupo 23 y de 360 TV que hace más de 60 días no cobran sus sueldos; los allanamientos a los gerentes de Télam; la detención de Milagro Sala; la intención de Hernan Lombardi, titutar del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos, de derogar la Ley 27.203 –Ley del Actor- aprobada en octubre pasado por unanimidad. “Si este año la actividad teatral está en baja no va a ser por la Ley del Actor, sino por las políticas que implementa este gobierno y que golpea directamente el bolsillo de los trabajadores”.
“Se puede no estar de acuerdo con la Ley de Actores, pero no se puede ningunear porque hubo un trabajo responsable al respecto, explicó la actriz Paola Barrientos a ANCCOM. Creo que la ley debe ser defendida como todas las leyes que nuestro Parlamento ha votado, porque eso es la democracia. Parte del motivo por el que convocamos a la gente a la plaza tiene que ver con eso, somos una gran cantidad de ciudadanos que no nos sentimos representados en nuestro Presidente, sino con los representantes que nosotros elegimos para el Parlamento. Y necesitamos que estén, que trabajen, que se debata, que se acuerde, se consensúe”.

Las primeras filas, frente a la escenario, en una plaza colmada.
Algunos de los artistas organizadores y que hablaron a la multitud en el escenario fueron: Pablo Echarri, Nancy Dupláa, Rita Cortese, Liliana Herrero, Marilina Ross, Cecilia Roth, Daniel Fanego, Mercedes Morán, Gustavo Garzón, Gastón Pauls, Paola Barrientos, Graciela Dufau, Fernán Mirás, Marina Bellati, Fito Paez, Luisa Kuliok, Victoria Onetto, María Fiorentino, Gerardo Romano y Jean Pierre Noher, entre muchos otros. “La cultura es lo primero que sacan cuando están estos gobiernos –dijo Marilina Ross, otro de los artistas protagonistas del evento a ANCCOM1– y tenemos que defenderla desde la alegría, el trabajo y libertad, para eso estamos aquí. Como ya nos enseñó el general Perón primero está la Patria y estamos todos juntos en esta Patria ¡defendámosla!”.
“Siempre los artistas en momentos de adversidad nos unimos desde lo que cada uno de nosotros sabe hacer, explicó la actriz Nancy Dupláa a ANCCOM. La realidad actual nos motivó a hacer este festival. Con el cambio de Gobierno nosotros, que estamos en las antípodas del pensamiento de ellos, nos juntamos, nos empezamos a mirar a los ojos, empezamos a reflexionar y desde ahí se armó un grupo interesante de trabajo, de conversación, de intercambio y de autocrítica sobre las cosas que se hicieron mal. Estamos alerta a las situaciones que amenazan todo lo conquistado durante este tiempo. La represión y detención a activistas sociales nos genera miedo, son cosas que hace mucho tiempo no pasaban y nosotros estamos en desacuerdo”.

Martin Sabatella, Nancy Dupláa, Axel Kicilof, Teresa Parodi, Carlos Zannini dijeron presente y llevaron adelante el festival junto a variedad de artistas y referentes de la cultura.
“Esta convocatoria surge de una necesidad –dijo la actriz Marina Bellati a ANCCOM-, hace tiempo varios actores nos juntamos todas las semanas y pensamos acciones para convocar a la gente que se siente igual que nosotros: des-contenidos y alarmados, preocupados por las medidas de este nuevo gobierno. Esto es autoconvocado. Hace tres semanas pensamos en hacer un festival y nos gustó esta consigna de Alegría, trabajo y libertad. Justamente lo que queremos es recuperar lo simbólico de la alegría de verdad, no de la alegría de los globos. La alegría de poder manifestarse y tener trabajo y libertad. La intención de Hernan Lombardi de derogar la Ley del Actor es absolutamente anticonstitucional. Hay mucha desinformación, dicen que esa ley se trató tres días en el Congreso cuando en realidad hace años se está tratando. Por supuesto que es una ley perfectible. Desde el escenario vi unión, mucha empatía, como un sincronismo espiritual con todos los que estamos acá, que me parece que necesitamos juntarnos. Estas plazas del pueblo a mi me hacen mucho bien”.
Compartiendo micrófono, actores y actrices interpretaron durante la tarde del sàbado textos de Eduardo Galeano, Arturo Jauretche, Julio Cortázar, Juan Gelman, Mario Benedetti y Jorge Adoum y leyeron proclamas: “La cultura es por definición la expresión de los pueblos, su espejo. Un país sin espejos es un país sin identidad. La cultura no la podemos importar, es lo que nos define. Ante cada acto de violencia les contestaremos con nuestras herramientas de paz: los libros, la danza, el cine, el teatro, la pintura, las palabras. Porque no nos van a robar la alegría. Si hieren a un pibe, están hiriendo a nuestros hijos. Cuando dejan a una familia sin trabajo, nos dejan a todos a la intemperie. Pegarle un tiro a un niño de ocho años que ensaya en una murga es un acto que nos genera tanto estupor que por eso hoy estamos aquí contra la violencia, y a favor de la alegría, el trabajo y la libertad. El combate, es alegría, estar arriba de un escenario es alegría, cantar es alegría aunque a veces cantemos una canción triste, un poema de Gelman y una murga son alegría, combatir políticamente es alegría”.

«El pueblo fue protagonista de este proyecto político de Cristina y Néstor Kirchner porque lo esencial de ese proyecto fue la gente. Eso es lo que están demostrando estas Plazas del Pueblo», dijo Teresa Parodi
Liliana Herrero, La Chicana, Marian Farías Gómez, Liliana Vitale, Guillermo Fernández, Marilina Ross, Teresa Parodi y Fito Páez se encargaron de la parte musical del evento, pero también los cantos desde la multitud fueron protagonistas. Después de escuchar las proclamas y las actuaciones con un profundo silencio, en los momentos más intensos la multitud respondía unánime con miles de manos levantadas y cantos como: “Oh, vamos a volver, a volver, a volver, vamos a volver”, “Macri, basura, vos sos la Dictadura”, “Néstor no se murió, Néstor no se murió, Néstor vive en el pueblo, la puta madre que los parió”.
“Yo estoy con mucho miedo. Este Gobierno fue elegido por el pueblo en democracia pero tiene una conducta, para mí, dictatorial, dijo la actriz Rita Cortese a ANCCOM y agregó que “los despidos son una gran falta de respeto al trabajador argentino. La plaza está plagada de gente, no se ve el final, no se cuanta gente hay pero en estos eventos es muy difícil que la gente escuche, y acá la gente escuchó la palabra. La palabra de los poetas, la palabra de los artistas. Yo estoy muy conmocionada… y nosotros no venimos a sostener sus almas. Nos sostenemos mutuamente”.

«Este Gobierno fue elegido por el pueblo en democracia pero tiene una conducta, para mí, dictatorial, dijo la actriz Rita Cortese y agregó que “los despidos son una gran falta de respeto al trabajador argentino».Mientras, la urna del «fondo de lucha» se paseaba entre los convocados.
El festival fue organizado por Martín Sabbatella, ex presidente del AFSCA y dirigente de la agrupación kirchnerista Nuevo Encuentro junto a Gabriela Cerruti y el ex ministro de Economía Axel Kicillof. “Hay miles y miles de compatriotas en todos los rincones del país que queremos ocupar el espacio público, tomar la palabra –explicó Sabbatella a ANCCOM-. Y esta convocatoria amplia de los artistas también es un abrazo al proyecto nacional y a los artistas populares que tienen compromiso, que tienen historia y ponen el cuerpo. Me parece que en este contexto hay un brutal ataque a la democracia de los derechos por parte de este gobierno, que tiene además una fuerte transferencia de recursos de los sectores populares a los grupos concentrados y para eso recurre al blindaje mediático, blindaje judicial, persecución, miedo. Ante eso lo que hay es una gran parte de la sociedad que quiere custodiar lo conquistado en estos años. Quizás porque uno mira que son los doce años más felices de nuestras vidas. Cuidar lo conquistado y organizarnos otra vez para volver. Los principios de alegría, libertad y trabajo tienen que ver con nuestra historia del proyecto nacional y los movimientos populares. La alegría de pertenecer a proyectos colectivos, solidarios, proyectos donde la patria es el otro y se basan en el trabajo, la libertad y la construcción colectiva”.

Compartiendo micrófono, actores y actrices interpretaron durante la tarde del sàbado textos de Eduardo Galeano, Arturo Jauretche, Julio Cortázar, Juan Gelman, Mario Benedetti y Jorge Adoum y leyeron proclamas: “La cultura es por definición la expresión de los pueblos, su espejo».
“La magnitud de este evento responde a la necesidad de informarse que tiene la gente, dijo a nuestra agencia Kicillof- y en este caso ha sido de un grupo muy grande de artistas que sin banderas políticas ha convocado y tiene una preocupación por lo que está pasando y quiere expresarlo a su modo: con arte. Nosotros durante doce años pusimos énfasis en el poder adquisitivo de la gente, el bienestar económico y también lo hemos hecho con el empleo. Las medidas del actual gobierno -los planes de ajuste, el Fondo Monetario, el endeudamiento- dejan afuera a mucha gente, jubilados, estudiantes”.
“Los cargos son efímeros, la lealtad es eterna”, apunta una de las banderas más grandes de algunas de las agrupaciones políticas que coparon el parque: Nuevo Encuentro, Movimiento Evita y La Cámpora. También estuvieron allí Carlos Zannini, ex secretario legal y técnico y ex candidato a vicepresidente, Carlos Tomada, ex ministro de Trabajo, y Teresa Parodi, ex ministra de Cultura.

En los momentos más intensos la multitud respondía unánime con miles de manos levantadas y cantos como: “Oh, vamos a volver, a volver, a volver, vamos a volver”.
“Aquí hoy hay unidad de emociones, una conjunción de cosas que nos contienen, nos entrelazan de una manera extraordinaria y son las políticas que hemos vivido y de las que fuimos protagonistas –explicó Parodi a ANCCOM-, el pueblo fue protagonista de este proyecto político de Cristina y Néstor Kirchner porque lo esencial de ese proyecto fue la gente. Eso es lo que están demostrando estas Plazas del Pueblo y volver al micrófono del canto, que pienso también volver en breve a hacer pequeños conciertos para estar en contacto con la gente y realimentarme del sentido que tiene para mí la música en mi vida y en la vida de nuestro pueblo. Fue muy fuerte ver la multitud y escuchar el silencio con que la multitud respetó cada texto de los artistas que pasaron por el escenario. Sobre la actual gestión de cultura creo que es un espanto, no existe. Creo que hay un vaciamiento cultural muy grande, vamos a ver para dónde van, pero por ahora lo que vemos es que cierran programas, teatros, espacios como CCK, el San Martín. Creo que es un momento muy crítico”.

El músico rosarino tocó durante una hora y media.
“Señor presidente, -dijo a la plaza Fito Paez, encargado del cierre musical del evento- a los chicos se los riega de flores, amor, oportunidades y chocolates. Nunca de balas”. El rosarino había empezado a tocar al atardecer y lo hizo enardecido durante una hora y media. Tocó “Circo beat”, “Once y seis”, “El diablo en tu corazón”, “Los dinosaurios”, “Y dale alegría a mi corazón” y “Al lado del camino”, entre otros de sus clásicos. Algunas partes de las letras parecían hechas especialmente para la ocasión. Cuando asomó la luna invitó al escenario a todos los chicos de la murga Los Auténticos Reyes del Ritmo, el aplauso incesante de la multitud invadió el parque mientras los chicos iban ocupando todo el ancho del escenario. Y Fito ya no se veía en escena pero de fondo sonaba en vivo “Mariposa Tecnicolor”.


Feb 10, 2016 | Entrevistas
Marisa Herrera es abogada especializada en Derecho de Familia, profesora de la UBA e investigadora del CONICET. Integró la Comisión de Reforma del Código Civil donde coordinó el grupo de familia, infancia y adolescencia. Participó del proyecto desde el momento inicial, proponiendo debates y discutiendo cada término: “El lenguaje no es neutro”. Su formación en derechos humanos le aporta una mirada especial: siente las luchas de las minorías como batallas propias.
En el equipo que organizó, se definieron temas tan sensibles como la adopción, los roles de los padres, el alquiler de vientre, las técnicas de fertilización asistida, las familias plurales, y los derechos de infancia. Siente que con la nueva normativa algunas luchas las ganaron pero en otras falta mucho camino por recorrer, como el caso de la gestación por sustitución, que quedó afuera de la legislación. No obstante, continúa dando batallas con la misma convicción que el primer día: “No hacer un código hipócrita”.
El Código Civil se cambió tras 144 años: ¿Cómo se pensó la reforma?
La ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó un decreto en febrero de 2011 creando una Comisión de reforma y fija de plazo un año de trabajo. Estaba integrada por tres personas: Aída Kemelmajer de Carlucci, Elena Hihgton de Nolasco y Ricardo Lorenzetti (dos miembros de la Corte Suprema de la Nación y una académica, que era de la Corte de Mendoza). Al poco tiempo, Aída me llama y me dice: “Quiero que estés conmigo coordinando el área de familia”. En marzo de 2012 entregamos el proyecto a la presidenta en un acto en el Museo del Bicentenario. Me acuerdo que cuando salí había chicos de los grupos LGBT muy emocionados y decían: “Gracias por el apoyo”. Y yo les dije: “No, este Código nunca hubiera sido lo mismo sin ustedes”.
Herrera tiene una visión particular de la ley, arraigada en su experiencia de trabajo. Está convencida de que siempre es mejor conocer los derechos. Y por eso la importancia de comunicar el nuevo Código, de acercarlo a la sociedad, de “transformarlo en vida cotidiana”. Para ella la norma no es solo un papel escrito con términos técnicos, sino un instrumento de lucha.
¿Por qué un instrumento de lucha?
La ley ha tenido un lugar distinto, un peso fuerte en los últimos años. Porque cuando hablamos de amplitud de derechos hablamos de la Ley de Técnicas de Reproducción Asistida, de la Ley de Matrimonio Igualitario, de la Ley de Identidad de Género, del Código Civil. Y son leyes, ¿no? Entonces creo que el campo social aprendió que las leyes son un elemento muy fuerte de lucha y de ruptura. Y el Código Civil creo que tiene esa lógica. Me acuerdo que Ricardo Lorenzetti una vez que me dijo: “Ay, Marisa… ¿por qué quisieron dar todas las luchas? ¿Por qué regular la gestación por sustitución, (mal llamado alquiler de vientre)?” Y yo le dije: “Mirá Ricardo, siempre nos planteamos como equipo el no hacer un Código hipócrita. Si queremos que sea un Código que realmente dé respuesta a la realidad social, esto en Argentina pasa. El tema es qué lugar tiene que tener la ley: si silenciar, prohibir o regular”. Cuando hablábamos de gestación por sustitución, como un ejemplo -aunque después se quitó pero por otras cosas-, nos decían de todo.
Siempre decía que eso hablaba bien de nosotros: si generás tanta ruptura y tanta fricción, creo que por lo menos estás moviendo cimientos y eso implica algo bueno.

«El Código trata de hacerle más fácil la vida a la gente. Aquellos que tenemos una formación en derechos humanos siempre nos preguntamos qué es lo mejor en términos de libertad y para que la gente esté mejor».
¿Por qué finalmente cambió en la versión final el artículo que estipulaba el concepto de cuándo comienza la vida?
El artículo 19 fue uno de los grandes dolores que hemos tenido. Los que trabajamos en la parte de familia del Código Civil hubiéramos querido decir que “se es persona desde el nacimiento con vida”. Pero eso no lo hubiéramos podido hacer porque ni la propia Comisión de Reforma estaba a favor: ni Lorenzetti ni Higton; Aída sí. Por lo cual era un debate que en su momento no podíamos dar. Entonces dijimos: “No vamos a pelearnos e irnos y dejar todo”. Nos quedamos pero diciendo que el embrión no implantado (lo que hay en un tubo de ensayo), no es persona, sino que recién es persona cuando está transferido en la mujer. Propusimos esta redacción: “Se es persona desde la concepción, pero en el caso de las técnicas de reproducción asistida, desde que el embrión es transferido”. Cuando llegó el proyecto a debatirse en Senadores, en una alianza entre Negri Alonso (que es lo más conservador que tiene la Cámara) y Julián Domínguez, que también tiene un apego muy fuerte con la Iglesia católica, lo cambiaron, un poco también presionado porque tenemos un Papa argentino. Para mí eso fue terrible, porque yo que creo en el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que dice que el embrión no es persona. Sin embargo, lo perdimos. De todas formas el nuevo Código tiene un montón de virtudes.
¿Cuál creés que debería ser el rol de la Iglesia en este tema?
La Iglesia Católica le ha hecho un daño a los que trabajamos en familia y en temas sociales. Primero por la culpa que inocula; por ejemplo esta idea del divorcio como algo negativo. El divorcio forma parte de la vida de las personas y mucho más hoy que vivimos una mayor cantidad de años. Yo siempre digo: mi abuela nunca se preguntó si era feliz con el tipo que tenía al lado, aunque la ninguneara, aunque la maltratara, aunque sea víctima de violencia. Tenía que estar con este tipo a cualquier costo. Y hoy tenemos por suerte la posibilidad de la libertad de seguir eligiendo y construyendo día a día el vínculo que uno tiene con el otro. Es más complejo, pero mucho menos hipócrita, porque es más real. Si seguís estando con el otro es porque realmente todavía hay algo, existe tela para cortar. La Iglesia se ha manejado por la culpa, por el “qué dirán”, por el “qué pasa con los chicos”, con miedos. La Iglesia tiene una visión más jerárquica, más verticalista, donde la mujer es la de cuidar y el hombre proveedor, tiene cosas muy estructuradas y muy rígidas que no tienen nada que ver con la realidad de hoy.
Se destaca que el Código tiene una impronta de género y de igualdad: ¿qué visión de la mujer está encarnada allí?
Primero, ya no hay una madre principal y un padre periférico, ambos son importantes para la vida de los hijos porque ambos les damos a nuestros hijos cosas distintas, porque somos diferentes: sea hombre-hombre, mujer-mujer, hombre-mujer, no importa. Y porque con la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, es obvio que le da de comer uno u otro, que lo baña uno u otro, o la persona que lo cuida. Esta mayor flexibilidad ayuda para que los chicos puedan entender a sus familias de hoy. El nuevo Código trae una visión mucho más compleja y de hecho una visión más igualitaria. A muchos años, va a ser preventiva de la violencia de género. ¿Por qué la mayoría de los casos de violencia familiar son de género? Porque son mujeres en estructuras estereotipadas y jerárquicas, donde no cumplen con lo que “deberían” cumplir porque “el hombre les manda”. Hay una visión del Código que se desconoce que es el efecto de transformación cultural que trae consigo. Porque el Código ahora no es solo para los abogados, al contrario, es para la gente, para el maestro, para el médico, para los periodistas…

Herrera tiene una visión particular de la ley, arraigada en su experiencia de trabajo. Está convencida de que siempre es mejor conocer los derechos. Y por eso la importancia de comunicar el nuevo Código, de acercarlo a la sociedad, de “transformarlo en vida cotidiana”.
En cuanto a adopción, ¿cuáles son los cambios más fuertes?
Creo que los mejores tienen que ver con los tiempos Los tiempos para los chicos son importantes porque hacen a su identidad. Si yo tengo un chico en un hogar un año o lo tengo siete años, su identidad es otra. Uno forja su identidad todos los días. Entonces es importante que se resuelva su situación: o que vuelvan con su familia de origen (o ampliada: una abuela, una tía), o se van a adopción, pero no puede ser que un chico esté años en un hogar bollando.
¿Cómo era antes y cómo es ahora?
Ahora hay que definir la situación de adoptabilidad, algo que antes no existía. Entonces tenés dos procesos bien marcados: el primero es trabajar para ver si es un caso de adopción, si es un caso de pobreza, o de una madre que no puede hacerse cargo porque está en estado puerperal y está realmente mal. Entonces trabajás primero con la familia de origen, porque no sabés si es un caso de adopción. Por ejemplo, si la madre pide plata en la calle, ese es un caso de políticas públicas, no de adopción. Hay 180 días para trabajar con la familia de origen, y si no, hay que decretar situación de adoptabilidad. Llamás a miembros del registro de adoptantes que ya están registrados y evaluados, y que tengan el perfil del chico: si es un recién nacido es fácil, pero si es un chico de dos o tres años o es un grupo de hermanos, a lo mejor no todos los que están en el registro son para ese chico.
Existe el deber y las facultades de elegir los mejores padres para este chico, y eso es algo muy complejo. Después hay un plazo máximo de seis meses de vínculo para ver si la persona que se eligió hace empatía, y ahí generás el proceso de adopción.
Además se incorpora el interés del niño…
Sí, eso es algo fundamental, ya lo dice la Comisión de Derechos del Niño, es una responsabilidad que tiene Argentina y responde a la lógica de proteger al más débil. En el Código Civil nuevo está muy fuerte la idea del vulnerable. Siempre un derecho es más a favor del débil. Por ejemplo: ¿quién se queda con la vivienda después de la ruptura en un divorcio? Aquel cónyuge más débil. ¿Quién puede pedir alimentos después de la ruptura?
El cónyuge más débil, pero no hablamos de “la mujer”. Después del matrimonio igualitario, hablamos del más débil, que en muchos casos puede ser la mujer, pero no siempre lo es.
El Código Civil también habla de preservar la salud de las personas y los lazos de la familia.
El Código trata de hacerle más fácil la vida a la gente. Aquellos que tenemos una formación en derechos humanos siempre nos preguntamos qué es lo mejor en términos de libertad y para que la gente esté mejor. Por ejemplo, si los chicos después de nacer a través de gestación por sustitución quedan sin inscripción, algo está mal, porque un chico que no está inscripto es un chico que no tiene vida en lo jurídico: no puede tener obra social, no puede tener prepaga, no puede tener asignación universal por hijo, no puede tener DNI, no puede tener nada. Históricamente se ha creído que los Derechos Humanos venían por el tema del derecho penal, que siempre fue el derecho más reactivo: el de la violación a los derechos a la libertad más fuerte. Después ingresaron al campo los del derecho civil. Todavía tenemos esa tensión: aquellos que tienen una visión muy legalista y creen que los derechos humanos no son para el derecho civil; y otros que creemos que la formación para el derecho civil implica tener una visión de derechos humanos.
¿Qué debates quedan por dar?
Muchísimos. El nuevo Código puede ser muy lindo, pero según es fundamental quién lo mira. La Justicia tiene una deuda pendiente: la generación, regeneración y oxigenación. La Justicia sigue teniendo una mirada muy conservadora.
Y pensando en la familia, ¿qué queda todavía sin protección?
Estamos en la parte donde la capacitación y comunicar bien el Código es un elemento central. Hay que sacarlo de lo jurídico: llevarlo a la escuela, a todos los ámbitos también. Todavía la brecha entre derecho y realidad sigue siendo fuerte.
Actualizado 10/02/2016
Feb 1, 2016 | Entrevistas
“Una relación tormentosa lindante con lo enfermizo”, “nada sucedió esa noche diferente a lo que venía sucediendo hace treinta y ocho años”, “una relación patológica”, “se sintió desbordado”, estos son algunos de los argumentos que miembros del Poder Judicial han utilizado para disminuir las penas en las condenas de varones acusados de femicidio. Sin embargo, cuando las imputadas son las mujeres, no sucede lo mismo. Ellas no son escuchadas, su discurso se vuelve objeto de duda y se ignora la violencia previa que han sufrido. Estas reacciones son ejemplo del sesgo sexista en el accionar del Poder Judicial, que se da tanto en la elección de las figuras jurídicas como en los juicios y en las condenas. A estas conclusiones ha llegado la investigación “Homicidios conyugales y de otras parejas. La decisión judicial y el sexismo”, realizada por la abogada Marcela Rodríguez y la socióloga Silvia Chejter, quienes analizaron 144 sentencias de homicidios (consumados y en grado de tentativa) entre cónyuges y otras parejas durante el período 1992-2010. ANCCOM dialogó con Rodríguez, Master of Law por la Universidad de Yale y responsable del Programa de Asesoramiento y Patrocinio para las Víctimas del Delito de Trata de Personas de la Defensoría General de la Nación.
¿Qué fue lo que las motivó a realizar la investigación?
Nos interesaba explorar cuál era la respuesta judicial ante los casos de femicidios y de homicidios de varones por mujeres. Partimos de una premisa: la justicia quiere mostrarse con “los ojos tapados”, como una observadora imparcial, neutral y objetiva. Sin embargo, los y las operadoras del derecho están atravesados por una cantidad de factores, entre ellos, el sexo, el género, la clase, etcétera. No es una cuestión biológica. Es decir, hay mujeres que tienen un discurso y un punto de vista que no necesariamente difiere del punto de vista de los varones como clase dominante. El sistema social está estructurado en históricas jerarquías y relaciones de dominación y subordinación entre los géneros. Esto es legitimado por el Poder Judicial, que a su vez lo refuerza. Quienes están en la Justicia (como en otras esferas de poder) tienen su mirada construida desde un punto de vista masculino, pero ello está ocluido bajo un velo de neutralidad. Cuando el paradigma de lo humano es un determinado grupo de varones, heterosexuales, sin discapacidades, blancos, de religiones dominantes, ello se esconde en la neutralidad y objetividad del derecho; este ángulo de visión por ser dominante no se identifica como un punto de vista sesgado. Y esto claramente se expone en las sentencias, las prácticas y los discursos judiciales. Buscamos indagar sobre estas cuestiones. No se trató de un análisis cuantitativo. Lo que nos interesaba era distinguir el impacto diferencial de la respuesta judicial en relación con varones y mujeres. Vos podés tener una norma, en apariencia neutral, pero que tiene un resultado diferencial y su aplicación perjudica a las mujeres en relación con los varones. El feminismo ha detectado que mujeres y varones son percibidos como entidades del ser, ontológicas y no como construcciones epistemológicas. Esto también estaba en juego. Además, en algunos casos había discriminación no solo por género sino también por clase social y etnia porque las categorías se cruzan. Había que leer mucho entre líneas, la discriminación no siempre aparece manifiestamente en una pena, o en el resultado favorable o desfavorable de una sentencia.
¿Cuál fue la metodología?
Nos concentramos en el discurso y en las resoluciones que toman los jueces para llegar a las condenas, las absoluciones, los tipos jurídicos elegidos, las penas aplicadas. Pero fundamentalmente en los argumentos que desarrollan los jueces. Hicimos esta investigación antes de la reforma del artículo 80 del Código Penal. Por lo tanto, lo que teníamos originalmente como objeto era la identificación y recolección de homicidios agravados por el vínculo conyugal para su posterior análisis. La forma de recolección de las sentencias no fue seleccionar determinados casos especiales, en el sentido de buscar casos paradigmáticos de discriminación porque eso te da una muestra sesgada desde el punto de partida. Recolectamos todas las sentencias de homicidios de varones a mujeres y de mujeres a varones porque esa es la manera de detectar los sesgos discriminatorios del sistema. Fuimos viendo que muchos casos que surgían en nuestro relevamiento tenían que ver con otro tipo de parejas, las que no estaban casadas y que era un número mayor que las que tenían vínculo conyugal y decidimos que no podíamos excluir esas sentencias de la investigación. En la medida que seguíamos haciendo este relevamiento, detectábamos que había otras situaciones en las que no había homicidio consumado pero había tentativas de homicidio, que también eran relevantes para la investigación. En estos casos también se observaba discriminación, por ejemplo, esto se evidenciaba al conducir el caso al tipo de lesiones en vez de mantenerlo como tentativa de homicidio.
¿Era una manera de minimizar la violencia?
Exacto. La violencia era minimizada, invisibilizada, pocas veces se le otorgó su real dimensión y relevancia en los casos en estudio. Esto es una cuestión que surge de aplicar una metodología feminista, que consiste en mirar la realidad de la vida de las mujeres (o en este caso las muertes), cuáles son las experiencias, las respuestas del sistema y a partir de allí hacer teoría. No se puede hacer teoría de la nada y tratar a la fuerza de insertarla en la realidad. Una tiene incorporada esta metodología y de la misma manera que una debe decir desde dónde está parada, la metodología también tiene que ser expuesta.
El Poder Judicial tiene una concepción totalmente diferente del lenguaje de la que tiene el feminismo, para el cual el lenguaje es vehículo de estereotipos de género y de percepciones diferenciadas de los géneros.
Para el derecho, el lenguaje es una forma de poder, tiene sus jergas propias y los operadores no abren este discurso. Pasa lo mismo, muchas veces, con el discurso médico. Mantener la distancia, el poder. El derecho es muy cerrado en este sentido, sólo abogados y abogadas tenemos la facultad de cubrir determinados roles, nadie más. Las facultades de Derecho no ayudan a abrir el lenguaje, a exponer sus sesgos discriminatorios. Este es un lenguaje que resulta ajeno para quienes son víctimas de un delito o de un crimen de género. Los jueces dicen que analizan hechos, como si los hechos les vinieran dados objetivamente por la realidad, cuando lo que sucede es que los jueces construyen los hechos, los fijan, los eligen, determinan cuáles van a ser relevantes y cuáles no. Y cuando constituyen determinados hechos como relevantes, esto define la resolución del caso.
Y en esa construcción pueden dejar de lado hechos importantes…
Si, por ejemplo, cuando hay violencia previa contra las mujeres y la desconocen o tergiversan, esto distorsiona absolutamente el resultado. La tentativa de homicidio puede ser conducida a lesiones. Si hay un caso donde una mujer mata al marido en una situación de legítima defensa, el historial de violencia previa debería ser expuesto y tenido en consideración a los fines de cómo van siguiendo los distintos pasos de la investigación y de la propia resolución del caso. Si desde el comienzo se desconoce, o se excluye un historial de violencia, ya no se investiga. Negar determinadas situaciones de violencia o del contexto puede cambiar el resultado del caso. Del mismo modo, cuando el historial de violencia previa desencadena el femicidio, con una larga culminación de hechos violentos que los jueces ignoraron y así aplicaron circunstancias extraordinarias de atenuación. Una aclaración relevante: el artículo 80 del Código Penal tenía el inciso 1 de agravados por el vínculo. El último párrafo del artículo dice que en aquellas circunstancias extraordinarias de atenuación el juez puede aplicar la sentencia de ocho a veinticinco años de homicidio simple. Esto ha sido argumentado y aplicado de un modo absolutamente desigual en relación a mujeres y a varones. La otra cuestión es cómo los jueces eligen y cómo valoran las pruebas. Quizás el ejemplo más obvio son los testimonios de las mujeres; sean víctimas o imputadas, lo habitual es falta de credibilidad por parte de los jueces. Existía la categoría de “mujer mendaz”, ahora la versión más moderna es averiguar si es “fabuladora”. Sin embargo, respecto de ningún varón que va a denunciar el robo del estéreo del auto se va a pensar que está fabulando o que pretende engañar al seguro.

¿Es un concepto que está solo asociado a las mujeres?
Sí, y sobre todo en delitos de género, como violaciones o violencia en el ámbito familiar. No solo los testimonios de las mujeres son desvalorizados sino que cuando otra persona da testimonio a favor de lo que sostiene esa mujer cae en los mismos mecanismos, se cree que es una mentirosa. Ahora, cuando el testimonio es de una persona que atestigua a favor de un varón, le creen. Hay un caso que es increíble. Dos hijas de una mujer escucharon lo que sucedía en la pieza de al lado, los gritos y alaridos de la madre cuando la estaban asesinando. Los testimonios son justamente lo que se puede percibir con los sentidos. Sin embargo, en el juicio dijeron que eran testimonios de oídas. O no dan valor a testimonios de familiares de las mujeres. Pero a los familiares de los varones siempre les creen. Una de las cuestiones en las que nosotras nos centramos es en el tipo de argumentaciones y muchas veces esas argumentaciones toman como probanzas aquello que dictaminan los peritos. Aún en casos en que obviamente esas pericias presentan problemas graves, las toman igual en consideración para justificar el resultado al que quieren arribar. El otro punto significativo es la selección de la norma que van aplicar los jueces; por ejemplo, si es tentativa de homicidio o lesiones, si deciden que es un homicidio atenuado o agravado. Esta selección puede dar lugar a una gran arbitrariedad, lo que hemos identificado en un número significativo de sentencias. Así, se consideraba que no se aplicaba la norma que agrava el homicidio cuando hay un vínculo conyugal porque la pareja estaba separada de hecho, aunque en la práctica el marido casi viviera en la casa. La última de las etapas es la interpretación que hacen los jueces de las normas. Y ahí se desarrollan estereotipos y respuestas discriminatorias. Se muestra el paradigma de cómo se construye el derecho desde un punto de vista del poder dominante en una sociedad de supremacía masculina, oculto en los velos de la neutralidad y objetividad. El problema es que este punto de vista, por ser dominante, es muy difícil que sea confrontado por otro punto de vista porque al ser dominante se vuelve ontológico.
¿Cuáles fueron los principales sesgos sexistas que encontraron?
Entre las cuestiones que se reiteraban en casi todas las sentencias -ya fuera homicidios de varones a mujeres o de mujeres a varones-, se destaca la existencia de un historial de violencia previa. En algunos con condena previa, en otros con medidas de prevención y en otros donde no había ninguna respuesta ni constancia judicial pero era traído en el juicio por la declaración de los testigos. Ahora bien, los tribunales, en general, ignoraban la violencia, la minimizaban, la invisibilizaban o la tergiversaban. Incluso la han utilizado para atenuar la pena aplicable al homicida. Por ejemplo, le aplicaron circunstancias extraordinarias de atenuación porque era violento. Esto trajo como consecuencia que los casos agravados por el vínculo pasaran a tener la pena del homicidio simple. Había muchas situaciones en que se desplazaba la culpa a la víctima. Por ejemplo, un varón que tenía una amante, ella le dijo que iba a hacer pública la relación y él la mató. Y dijeron que ella iba a arruinar una familia cuando el que la arruinó fue el marido al tener una amante. Es una discriminación manifiesta. Otra situación típica es justificar al hombre por la mera creencia de infidelidad o que mató a la mujer porque sentía que se le iba algo propio. En los casos en que las imputadas eran mujeres esto no pasaba. Cuando se trataba de varones, cualquier tipo de situación que los hiciera temer la pérdida del control y el dominio sobre las mujeres era un desencadenante posible para el homicidio. Cuando las mujeres cometían homicidio eran situaciones de autopreservación, de protección. Otro de los puntos salientes que revelan las sentencias es la falta de la obligación de actuar con la debida diligencia del Estado. Uno de los deberes que tiene el Estado es actuar para prevenir, reparar y sancionar las violaciones a derechos humanos y en los casos de violencia contra las mujeres eso está reforzado por la Convención de Belém do Pará y por la Convención Interamericana de Derechos Humanos. Es un deber estricto, específico, pero no se cumple. En las sentencias ni siquiera se mencionaban estos instrumentos. Esto ha cambiado un poco en los últimos años. A partir de una mayor visibilización de casos, estos instrumentos se mencionan más en las sentencias. Esto es, se aplica en los casos que llegan en instancias más graves, pero todavía la prevención no es una de las prioridades. La efectiva vigencia del cumplimiento de la obligación de debida diligencia es una de las grandes deudas.

¿Cómo repercutió la reforma del artículo 80 del Código Penal?
El inciso 1 del artículo 80 es una de las reformas más importante porque alcanza la mayor cantidad de situaciones de femicidio. Se incorporan vínculos, no sólo de cónyuges sino ex cónyuges, parejas de cualquier índole, con o sin convivencia, novios, amantes, etc. Al comprobar el vínculo ya es aplicable la agravante. Y, además, acotamos la discrecionalidad del último párrafo del artículo, que explícitamente se dispone que no se pueden aplicar las circunstancias extraordinarias de atenuación en aquellos casos en que hubo violencia previa. Y ahí se evita la reconducción a la pena del homicidio simple. Si el hombre fue violento no es una circunstancia extraordinaria sino habitual. Estos suelen ser conocidos como femicidios íntimos. El inciso 11 es lo que se conoce más habitualmente como femicidio, es el homicidio a una mujer perpetrado por un hombre cuando mediare violencia de género. Diana Russell identificó la naturaleza política del femicidio, que es un concepto antropológico, social, político, cultural. Por ello no se puede reducir a un mero tipo penal. Es una dimensión política y social, no son hechos aislados, insulares, cometidos por hombres psicópatas, enfermos, sino que es un continuum de violencia de género y alcanza diversas situaciones que finalmente terminan en el femicidio. En síntesis, es la muerte de una mujer por razón de su género. La Convención de Belén de Pará marca que la violencia de género es producto de la desigualdad histórica y estructural entre varones y mujeres, hay un desbalance de poder. No estamos hablando de un varón más grande, más robusto, que mata a una mujer físicamente más pequeña. Es una cuestión social, un sistema estructural de relaciones de poder. Por eso no se trata de una desigualdad que deba probarse caso por caso. El inciso 12 es el que contempla el homicidio que se comete sobre otras personas con el objeto de hacer daño a la mujer, son femicidios vinculados. En el momento de la sanción de la ley, hubo varios casos de varones que habían matado a los hijos o a los familiares. Existió una discusión respecto de poner la palabra femicidio o no. El potencial político, social, cultural, antropológico que tiene el concepto de femicidio cae en un reduccionismo si hay que traducirlo en un tipo penal. Finalmente, el artículo 80 tiene impacto en los artículos de lesiones, donde también se aplican los agravantes del artículo 80. Esto es sumamente importante a los fines de intentar prevenir la violencia, porque la justicia debe responder más adecuadamente en los historiales de violencia previa, en los episodios previos que suelen constituir lesiones, antes de que llegue a un resultado letal.
¿Qué se debería hacer para que la gente que compone el Poder Judicial tenga una perspectiva de género más amplia?
A mediados y fines de los años 90 yo trabajé con la Asociación Internacional de Mujeres Juezas en capacitaciones a juezas y jueces de nuestro país y diversos países de América Latina y el Caribe. La experiencia me permitió aprender que se requiere no solo de la transferencia de conocimientos sino del cambio de actitudes, de sensibilización, lo cual es más difícil aún. En ese momento algunos jueces no conocían los tratados internacionales de derechos humanos. Ahora esto cambió, se han difundido, existieron cursos diversos. Pero las cuestiones más complejas que identificamos en la investigación tienen que ver con un problema de prejuicios mucho más acentuado. Esto obliga a abordar el problema desde diversos ángulos, que implique trabajar con equipos interdisciplinarios, y no sólo trabajar con los jueces y juezas sino con quienes son funcionarios y empleados en el Poder Judicial. Algunas de estas medidas se están tomando. Creo que se debe evaluar los resultados de esas medidas y en su caso aplicar las reformas que sean necesarias. La difusión de las sentencias, sus responsables, las argumentaciones, también tiene un rol importante si es tomado seriamente en cuenta y no a los fines de meras medidas reactivas que no abordan los problemas de fondo. Quizás en algunos casos habría que ser más proactivos en relación con sancionar a quienes actúan cometiendo determinado tipo de faltas graves sistemáticamente respecto de los derechos humanos de las mujeres. Los jueces tienen un enorme poder sobre la vida, la libertad, y en este caso los derechos más fundamentales de las mujeres, incluido el de una vida libre de violencia. Este inmenso poder conlleva una inmensa responsabilidad de la que deben ser conscientes. Además, las universidades también deben incorporar entre sus materias una perspectiva de género, y no solo mediante algunos cursos aislados.
¿La investigación va desde 1992 a 2010, la tendencia se mantuvo siempre?
Llegó un punto en el cual la lectura de sentencias era reiterativa, encontrábamos los mismos patrones, las mismas respuestas. Efectivamente, percibíamos que si leíamos diez sentencias más iban a repetirse muchas de las cuestiones que analizábamos, más impacto diferencial, más invisibilización o minimización de historiales de violencia, más discriminación en detrimento de los derechos de las mujeres.
Feb 1, 2016 | destacadas
Se saben minoría. Forman parte de un universo gobernado históricamente por los hombres pero su pasión y su vocación fueron más fuertes que los prejuicios y los estereotipos. Pero a pesar de todas las dificultades, las mujeres están ganando cada vez más espacio en los principales medios periodísticos deportivos del país y quieren hacer oír su voz, su opinión, y también, que se las valore por su capacidad y no por sus cualidades estéticas.
«Aceptan que una mujer entreviste a los jugadores, pero no admiten que opine sobre fútbol. Si hacés eso, es punto final. Cuando se trata de opinar sobre fútbol: no te dejan. Puedo ir y preguntarle a un tipo ¿cómo fue tu gol? ¿Estás contento? ¿Terminaste cansado? pero no preguntarle por qué estuvo parado todo el partido. Creo que el comentario irrita a los hombres”. Esta declaración fue hecha por Eglis Giovanelli , la primera periodista deportiva mujer que tuvo nuestro país. Entre fines de los años setenta y comienzos de los ochenta Eglis trabajaba en la prestigiosa tira radial “La Oral Deportiva” por Radio Rivadavia junto a José María Muñoz. Sin duda, fue una pionera que tuvo que luchar sola contra el prejuicio constante de una sociedad que aún al día de hoy no logra aceptar que las mujeres puedan opinar libremente en los medios de comunicación masivos deportivos. ANCCOM entrevistó a tres periodistas de la actualidad para saber cómo es la vida de las mujeres en esta profesión predominantemente masculina.
Los orígenes
Ángela Lerena, al menos hasta el año pasado, era una de las pocas mujeres que trabajaban en la transmisión de “Fútbol Para Todos”. Hacía campo de juego, donde entrevistaba a los protagonistas de los partidos que le toca cubrir. Pero su pasión por el deporte nació junto a ella: “El Fútbol ya me gustaba desde muy chiquita. En esa época, cuando no había tantos partidos televisados por la televisión de aire, se escuchaba mucha radio y me encantaba. Luego, empecé a hacerme amigos para ir a la cancha, en el tren, en el colectivo, hasta en las vacaciones. De esa manera ya tenía un montón de conocidos que veíamos los partidos juntos desde la tribuna”. Ángela también estudió en Ciencias de la Comunicación en la UBA y le faltó hacer sólo la orientación, pero las obligaciones laborales le impidieron terminar la carrera ya que entró a trabajar en TyC Sports desde muy chica, a los 19 años.
Ayelén Pujol es periodista deportiva desde hace once años y la mayor parte de su trayectoria la realizó en la prensa gráfica: “Desde muy chica me gustan los deportes, en particular el fútbol, y también me gustaba jugarlo. Y eso que no vengo de una familia futbolera, donde se respirara ese aire”, dice y agrega: “Mi familia tenía un puesto de diarios y yo me enganchaba con las publicaciones y eso me fue marcando para el futuro”, agrega.
Gabriela Previtera también lleva una importante trayectoria en medios de comunicación masivos deportivos. Últimamente se la pudo ver en tele en la TV Pública y en DeportTV: “Siempre fui muy curiosa , muy preguntona. Mi mamá me decía que iba a ser periodista. Desde chica, desde los 8 años, ya sabía que quería ser periodista. Además, veía que había muy pocas mujeres en el periodismo deportivo y eso también era algo que me entusiasmaba”, cuenta. “Estudié en Deportea, también locución y Abogacía pero las terminaba dejando porque trabajaba full time. Hice cursos de redacción, fotografía, y hasta de relato deportivo. Aunque creo que nuestra sociedad aún no está preparada para escuchar un partido de futbol relatado por una mujer”, señala.
Luchar contra el prejuicio
“Cuando entré a TyC Sports era una de las pocas mujeres que había en el canal trabajando de periodista, y en mi puesto que era cronista yo era la única”, cuenta Ángela que agrega: “Siempre noté una subestimación dentro del periodismo con varios colegas, a mí me costó mucho que me manden a cubrir partidos de fútbol, al comienzo me enviaban a cubrir otros deportes, que también me gustaban, pero a mí lo que más me gustaba cubrir era fútbol hasta que me empezaron a dar un lugar de a poco en los partidos del ascenso”.
El caso de Ángela no es para nada aislado y parece ser una constante. Ayelén cuenta sobre sus primeros años: “En mis comienzos en Clarín podía observar el trato que había respecto a las mujeres. Simplemente por una cuestión de género y sin medir la capacidad que podíamos tener respecto a los hombres, a nosotras se nos mandaba a cubrir otros deportes o tareas no tan predominantes”. Y no fue el único lugar donde notó estas diferencias: “En la producción de ESPN éramos solo dos chcicas y teníamos un jefe que no le gustaba trabajar con mujeres. Si había ascensos o cargos importantes vacantes las mujeres era más difícil acceder”.
Y así fue la llegada de Gabriela a los medios: “Entré a la tele por esas cosas del destino. Estaba por cerrar un casting en TYC Sports y llegue con lo justo a enviar el cv y presentarme. Por suerte quedé entre 10 y esas 10 tuvimos que ir al programa y la gente nos tenía que votar para ver quien quedaba, hasta que finalmente quedé yo”. Desde su óptica, también tiene un punto de vista cercano al de las chicas sobre el prejuicio y la valorización de la mujer en este ámbito: “Respecto al trato que veo para la mujer dentro del periodismo ni siquiera te voy a decir que lo vi solo en los primeros años, hasta el día de hoy es como que en muchos lugares se la cosifica y se la ve como una figura decorativa”.
El rol actual
Una de las consecuencias del prejuicio hacia la mujer dentro del periodismo deportivo se ve reflejada en los puestos que ocupan en los distintos medios de comunicación. Al respecto, ésta es la mirada de Ángela: “Hoy se avanzó mucho en la cantidad de mujeres en medios deportivos, pero no tanto en la calidad del espacio que nos brindan, que es siempre secundario en comparación al de los hombres. Por suerte tenemos el ejemplo de Viviana Vila que comenta paridos en FPT y ése es un espacio puramente de opinión, privilegiado para los hombres”
La periodista añade: “La mayoría de las mujeres aún hoy ocupan en su mayoría un rol decorativo o secundario respecto a los hombres. Siempre los roles principales son asignados a ellos, independientemente de la calidad y capacidad que puedan tener las mujeres periodistas”.
Ángela va un poco más allá y agudiza su análisis, extendiendo esta situación a los medios en general, extrapolando esta situación por fuera del periodismo deportivo exclusivamente: “Esto pasa en la televisión en general, no busca mujeres con alta capacidad intelectual, sino que los requisitos son más estéticos, físicos. Allí es cuando se tiende la trampa y se refuerza el prejuicio: cuando la mujer quizás no sabe tanto de deporte, y la hacen opinar, quizás realiza un comentario equivocado y esto termina repercutiendo en que se genere una ola de críticas machistas pidiendo la expulsión de mujeres del periodismo deportivo para que vayan a lavar los platos. Por esto, es que cada lugar que logramos conseguir por méritos propios, debemos cuidarlo, ser lo más profesionales que se pueda y de ésta manera, tratar de ser un ejemplo para las demás chicas que vienen detrás de nosostros”.
Pujol también nos da su punto de vista sobre este tema: “Las chicas que ves en los medios es como que tienen que cumplir con ciertos requisitos físicos para estar. Es un factor que juega y las chicas que vemos parecen cumplir con estas condiciones y estereotipos”.
Previtera, desde un punto de vista cercano al de Lerena, es más crítica con las personas encargadas de buscar, seleccionar y poner en el aire a mujeres que quizás no estén tan capacitadas para trabajar en un programa de deportes: “Yo no cuestiono a las chicas que actualmente ocupan puestos en medios deportivos y no están quizás muy preparadas para hacerlo; en todo caso, la culpa es de aquellos productores que las tomaron en lugar de darle el puesto a otra periodista mujer que esté más capacitada para hacerlo y se preparó para hacer eso”.
Y también introduce el concepto de “cosificación”: “A la mujer en el periodismo se la cosifica cuando sólo importa que esté buena aunque no sepa decir tres palabras de corrido. Se la cosifica porque al que la contrató no le importa si no sabe nada de ningún deporte sino solo que esté buena y tener más rating en base a eso”. Y agrega: “Yo no quiero ponerme en ese lugar, quiero que se me valore por mi capacidad y no por si tengo buen físico o por si soy linda o fea. Considero que provocar desde mi imagen obligaría a que presten atención a mi imagen y no a lo que yo quiero contar o la noticia que voy a presentar”.
De esta manera, Previtera piensa que muchas veces las periodistas que realmente están capacitadas para llevar adelante su trabajo terminan viendo perjudicada su imagen por este tipo de situaciones o consecuencias colaterales. Si bien esto pasa también en los hombres (periodistas que no ejercen bien su profesión) se diluye en la cantidad que hay, entonces es mucho más evidente cuando pasa con las mujeres. “Muchas veces te terminan juzgando por las chicas que están en los medios, lindas, atractivas pero que no saben mucho de deportes, entonces terminan metiéndonos a todos en la misma bolsa y perdemos”, resume Previtera.

El periodismo deportivo
Nuestro país está fuertemente atravesado por la pasión por el deporte (sobre todo por el fútbol) y el negocio que está a su alrededor. Por esa misma razón, existe una enorme producción de programas televisivos y radiales, además de diarios y revistas deportivas. Dentro de ella, aparece una creciente tendencia a la creación de programas que apuntan más a la espectacularización del deporte y sus protagonistas que a la información y el análisis sobre él. “El periodismo deportivo actual tiene muchos vicios. Está muy dedicado al show, al impacto, más al espectáculo que al análisis del juego en sí. Me gustan poco los programas que hay, eligen temáticas polémicas, cosas vacías, que no dejan nada. La televisión cada vez es menos interesante. Quizás la gráfica es más interesante pero las condiciones en las que se trabaja no son las mejores.”
Y una de las consecuencias de que este tipo de programas y periodistas tengan tanto rating y protagonismo termina repercutiendo en sus audiencias: “Finalmente se alimenta el exitismo de la gente: sirve, no sirve, ganador, fracasado. Esto es algo destructivo, a mí me gusta hacer pensar a la gente, debatir ideas y no centrarme en polémicas baratas, sin contenido. Por ejemplo, me gusta dar el ejemplo del rugby, un trabajo a largo plazo, con esfuerzo, conciencia, trabajo en equipo y respeto por los procesos. De todas formas creo que se puede lograr un periodismo mejor y mucho depende de nosotros, de los periodistas”.
Pujol –cuya trayectoria en el periodismo deportivo estuvo más vinculada a los medios impresos- aporta un nuevo punto de vista: “En la gráfica creo que se labura más seriamente que en la tele, donde reina más el amarillismo, la espectacularización “.
Previtera, por su parte también es crítica con el periodismo deportivo actual, y encuentra otros aspectos desde donde cuestionarlo. Pero también rescata y valora a aquellos que son dignos representantes de esta profesión: “Hoy en el periodismo actual vemos una mezcla de todo; por un lado vemos lo que la sociedad quiere y que vos entendés que vende y está más vinculado a cierto amarillismo, y por otro lado hay cierto ´amiguismo´ de periodistas que se hacen amigos de los jugadores y luego no pueden medir con la misma vara ciertas situaciones. En televisión tenés a Ángela Lerena, Viviana Vila, Verónica Brunatti que entendemos como es el juego de la televisión, sabemos poner límites e hicimos que en el periodismo deportivo se nos respete. Esperemos hacer escuela en este sentido”.
Tiempo de descuento
La charla con Lerena deja la sensación de haber hablado con alguien que hace mucho que está en este medio y conoce muy bien cómo es su dinámica de funcionamiento actual. También, que tiene muy en claro cuál es el rol que ocupa dentro de este mundo: “Soy parte de una generación de periodistas deportivas mujeres que queremos hacernos valer por nuestra capacidad, y que se nos reconozca por ello.“ Pujol, por su parte, está momentáneamente alejada de los medios deportivos. Actualmente trabaja en el equipo de prensa de un legislador pero no descarta volver a ejercer el periodismo deportivo, su pasión, en cualquier momento.
Previtera también es muy consciente de su rol dentro de los medios y de cómo funcionan estos hoy en día: “Yo como tantas otras mujeres del periodismo deportivo actual soy de las que luchamos para demostrar que la belleza externa no tiene nada que ver con los conocimientos. Algunas mujeres pudimos avanzar en el periodismo deportivo y demostrar que no hace falta ser modelo para ejercerlo.”
Son pocas pero pese a todas las dificultades que aún hoy enfrentan no se dan por vencidas y quieren seguir dando pelea, sumando nuevas compañeras que desean ser elegidas y valoradas por su capacidad y no por su apariencia. Que puedan y se les permita un espacio mayor, también hablará de una sociedad que está creciendo y evolucionando en búsqueda de mayor igualdad.

Feb 1, 2016 | destacadas
Este año se abrió con la incertidumbre por el futuro del Zoológico de Buenos Aires. A los recurrentes problemas gremiales se les suman las constantes denuncias por parte de ONGs defensoras de los derechos del animal sobre las condiciones en las malas condiciones en que viven distintas especies. ANCCOM relevó el estado de situación del parque y las críticas que afronta la empresa concesionaria por presuntos incumplimientos contractuales..
Jardín Zoológico de la Ciudad de Buenos Aires S.A. es la firma que consiguió la renovación de la concesión en el año 2012 por un decreto firmado por el entonces Jefe de Gobierno Mauricio Macri, ofreciendo un canon de 1.010.000 pesos, el cual hoy en día debería ser una suma superior, según denuncia Laura Torres, veterinaria y delegada del Sindicato Único de Trabajadores del Estado de la Ciudad de Buenos Aires (SUTECBA). Pero a ese cuestionamiento se le suman las denuncias sobre las condiciones en las que tienen vivir algunas de las especies alojadas en el lugar.
La institución actualmente cuenta con más de 2500 animales entre los que se encuentran mamíferos, reptiles, aves y peces. El último acontecimiento que puso sobre el tapete a los derechos de los animales fue la muerte de dos lobos marinos en el mes de julio. Debido a la mayor cantidad de visitas por las vacaciones de invierno, estas criaturas habían sido obligadas a realizar quince espectáculos, cuando cotidianamente no pasan los tres shows por día. Según especifica la ONG Sin Zoo, una loba se descompuso esa noche pero no fue socorrida por ningún veterinario del recinto, mientras que el otro ejemplar murió de sobrealimentación. A esto se suma la violación de la ley 1446, sancionada en el 2006 por la Legislatura porteña, que declara la prohibición de espectáculos en los que participen animales, sin importar su especie.
Torres denuncia irregularidades tales como “falta de inversión en recintos y ambientes acordes con las características de cada animal, falta de comederos y bebederos, ausencia de construcciones para que los trabajadores puedan estar cerca de los animales sin correr riesgos, falta de personal, de medidas de seguridad y de protocolos de emergencia”. También explica que muchas veces son los trabajadores los encargados de llevar lo necesario para enriquecer los ambientes de los animales o arreglar lo dañado, ya que la empresa se niega a invertir para tareas de mantenimiento. “La concesión, al ser por cinco años, deja en claro que la empresa que la toma se va a dedicar solo a recuperar ese dinero, nunca en mejorar las condiciones de los animales que aquí habitan. No se le puede dar el manejo de la institución a un grupo que desconoce las mínimas condiciones de bienestar animal”, agrega Torres.
Los trabajadores del zoológico realizaron un paro en octubre, luego de que la empresa incumpliera varios acuerdos con los empleados. “Si bien nuestra lucha está más documentada desde el punto de vista laboral, por las numerosas reuniones en la Subsecretaría de Trabajo y Relaciones Laborales del Gobierno de la Ciudad, es una realidad que la falta de inversión por parte de esta empresa que quiere llevarse la mayor cantidad de dinero a costa de los animales y los trabajadores es el punto central del malestar. No invierten para mantener mínimas condiciones para ninguno”, manifiesta Torres.
Los veterinarios, cuidadores y biólogos tienen un tipo de trabajo considerado insalubre y riesgoso, por los animales con los que establecen contacto y debido a esto tienen una jornada de 36 horas semanales. Desde el 2011 se encuentran negociando con la empresa para mejorar las condiciones laborales. “Hoy si se escapa un animal peligroso de su jaula, porque las puertas funcionan mal o porque hay solo un cuidador en la sección, nadie sabe cómo proceder. El público visitante depende de que los trabajadores nos pongamos entre ellos y el animal. Así de riesgoso es nuestro trabajo. Somos tan indispensables como los animales, y por eso nos quedamos, por eso luchamos”, remarca la delegada.
Los trabajadores del Jardín Zoológico han podido conseguir reivindicaciones aisladas, como ropa de trabajo y paritarias. Estas últimas, según la delegada, no se reflejan en su bolsillo ya que hace años no hay una recomposición de su salario. Torres denuncia que el Gobierno de la Ciudad hace oídos sordos a sus reclamos en defensa a la empresa concesionaria: “A pesar de que en los pliegos de concesión dice que el concesionario debería mantener todo en perfectas condiciones, está claro que esta empresa devolverá una ruina en lugar del parque que ganó en la subasta”, dice. Y agrega que la Dirección General de Concesiones, encargada de controlar el accionar de la empresa, mira para otro lado y aguarda pasivamente hasta el 2017, año en que se termina la concesión.
Por otra parte, el Legislador porteño por el partido Bien Común y titular de la Fundación “La Alameda”, Gustavo Vera, afirma que “las condiciones en que están los animales son desastrosas sin perjuicio que la concepción de zoológico no solo sirve para una entrada cara y elitista, sino también para un eventual lavado de dinero. El señor (Jorge) Aguado, director de la concesión del Zoo, conoce del tráfico de chimpancés porque tuvo una causa, en 1991. No es extraño que esta cárcel medieval pueda ser un mecanismo de lavado, con la excusa que están comprando animales, que los arrancan de su ecosistema generándoles una tortura». Los trabajadores del Zoo frente a su situación se han acercado a varios diputados como Adrián Camps (PSA), Hernán Rossi (ECO), Paula Penacca (FpV) y Marcelo Ramal (FIT), a los que se sumó Vera con el objeto de resolver el conflicto.
Otras voces que se oponen con fuerza a la existencia del Zoológico son las organizaciones defensoras de los derechos del animal; una de ellas es Sin Zoo, que se formó en el año 2012 con el objetivo de liberar a los animales y acabar con el lucro basado en el cautiverio y su explotación. Los activistas del grupo realizaron varios abrazos al predio y denunciaron el estado en el que se encuentran actualmente los ejemplares, algunos en situación patológica y que padecen lo que se llama estereotipias o zoocosis, tal como se conoce a los movimientos repetitivos, como ir de un lado a otro o sacudir la cabeza..
Andrei Chtcherbine, integrante de Sin Zoo, explica: “Un animal encerrado en un pequeño recinto, rodeado por gente donde hay a veces miles de personas que lo visitan diariamente, necesita aislarse del mundo de alguna manera, y los síntomas que tienen en la zoocosis son bastante parecidos a los que tienen las personas autistas, que también están aislados del mundo porque evidentemente hay estímulos que le provocan malestar”. Andrei, junto con sus compañeros de la organización, formuló un proyecto de ley para reformar el Zoo. La idea general es que el lugar se transforme y deje de exhibir animales. Su función sería rehabilitar a aquellos provenientes del tráfico ilegal de especies. “La idea es que no deje de ser un paseo público, pero ¿cómo puede ser que las personas vayan al lugar y al mismo tiempo no vean animales? No es que no va a haber animales, sino que las personas van a ir y se van a llevar otro mensaje. Vamos a recuperar los edificios históricos, vamos a recuperar un paseo típico de lo que es la Ciudad de Buenos Aires, porque el Zoo es un icono de la ciudad”, cuenta. Además, señala que el Zoo fue arrebatado por una empresa privada, y que el público tiene que pagar 180 pesos para entrar a conocer edificios históricos que son patrimonio de su ciudad. Además, afirma que ningún museo de la Argentina cobra ese precio, ni siquiera el Parque Nacional Iguazú que es uno de los más caros y turísticos del país, el cual su entrada tiene un valor de 160 pesos.
Como el predio tiene más de quince hectáreas, el proyecto propone tener un sector de rehabilitación donde también ubicarían a aquellos ejemplares que no puedan colocar en otro lugar, sobre todo los que padecen patologías severas debido a su permanencia en el zoo. La iniciativa también contempla la conservación de los puestos laborales. El resto del espacio se destinaría al paseo público donde, además de conocer los edificios históricos, las personas podrán interactuar con los empleados, quienes serían capacitados para visitas guiadas y para dar a conocer los procedimientos de conservación. También se incluirían puestos de asociaciones ambientalistas para que informen a los visitantes, y un museo en los recintos antiguos, donde se mostrarían fotos de cómo eran exhibidos los animales ahí , con el propósito de que las personas comprendan que un recinto con esas características no puede ser apto para ningún ser vivo.
En cuanto al contacto con los animales, Andrei comenta: “La idea, además, es mostrarle a las personas cómo rehabilitamos y cómo los liberamos luego en sus ambientes naturales, pero no pueden ser mostrados de manera directa al público porque el proceso de rehabilitación se va a ver truncado; los animales se acostumbran a la gente, se estresan por el ruido. Entonces la idea original fue introducir algunas cámaras en los recintos para que las personas puedan ver cómo se está comportando el animal y que haya una persona que relate cómo fue decomisado del tráfico ilegal, por qué los animales silvestres no son mascotas; y luego organizar tours en los cuales podrán ser partícipes de la liberación después del proceso de rehabilitación”.
Respecto a estas tentativas de ONGs de cerrar el Zoológico, la delegada Torres afirma: “Nadie aquí cree que estos animales deben estar cautivos, el Zoológico existe y es por eso que debemos darles las mejores condiciones a los animales que viven en él”. Y afirma que han tenido contacto con aquellos que promueven estos proyectos de liberación y modificación del parque, y opina que es necesario que los trabajadores que se encuentran efectuando sus tareas sigan haciéndolo por varios años. Si bien no temen por sus puestos de trabajo, intentan evitar que, con la continuidad de la concesión, no quede nada que pueda ser reconvertido en un parque ecológico y ambiental para los porteños. “Apoyamos los proyectos de reconversión y esperamos que se puedan desarrollar de manera que sirvan para concientizar sobre la vida, el respeto y la educación. Y porque los animales autóctonos tengan un lugar para rehabilitarse de las ofensas humanas y una oportunidad para volver a la naturaleza”, agrega. Por su parte, Vera propone “iniciar un debate con todos los sectores; ONGs por los animales, los trabajadores, funcionarios, legisladores y vecinos para que piensen en una reconversión del Zoo en un espacio educativo, de investigación y rehabilitación de especies autóctonas”
Desde Sin Zoo creen que su proyecto va a ser aceptado y que la gente se va a llevar una mejor imagen. Andrei agrega: “Este es uno de los primeros por el que vamos pero este no va a ser el último; vamos a ir a cada zoológico de la Argentina a tratar de implementar el proyecto, seguramente las personas no solamente van a salir más contentas sino que van a querer apoyarlo porque se van a dar cuenta de que esa es la forma de tratar a los animales y de contribuir con la conservación”.