Ni una menos, capítulo under

Ni una menos, capítulo under

La Plaza de Mayo, cubierta del rocío de un otoño que pronto será  un invierno crudo, se viste del enojo feminista. Mientras la agenda de los medios masivos se ocupa de las muertes ocurridas en la Time Warp, un grupo de personas se reúne en la histórica plaza para  reclamar por justicia. Es el mismo suelo lustrado por los resabios de la memoria colectiva el que ahora se embarra de pisadas feministas. Menos de una semana antes, en las redes sociales comenzó a viralizarse un video de Mailén Frías en el que denunciaba el abuso sexual y psicológico por parte de José Miguel del Pópolo, cantante de la banda under La Ola Que Quería Ser Chau. Ese mismo día, un par de horas más tarde, se dio a conocer el testimonio de Rocío Marquez, otra ex novia del cantante que confesó haber sufrido los mismos abusos por parte del artista. Y como una fila de fichas de dominó en delicado orden y equilibrio, cuando cayó una, comenzaron a caer todas las demás. A las denuncias contra Miguel del Pópolo se sumó un colectivo de jóvenes que armaron un sitio en Facebook para denunciar por abusos a Cristian Aldana, cantante de “El otro yo”, así como los discutidos comentarios de Walas, cantante de Massacre, que sin esperar a que se secaran los pañuelos de las víctimas, esa misma noche en su show de Mendoza dejó dicho: “¿Qué hicieron entre violación y violación? ¿Se fumaron un pucho?”. Las preguntas de Walas se suman al repertorio de frases del sentido común como “algo habrá hecho”, “mirá cómo está vestida”, “si es la novia, no hay abuso”, “¿para qué fue a la casa?”. La denuncia de Mailén en el Juzgado Criminal n° 25 es la visibilización de algo que hace tiempo se sabe y se calla en el mundo del under.

Bajo la consigna "¡Basta de abusos y violaciones, violencia en el rock!" el sábado 23 de abril se realizó en Plaza de Mayo una protesta luego de que victimas de abuso sexual hicieran publicas sus denuncias a través de las redes sociales.

Bajo la consigna «¡Basta de abusos y violaciones, violencia en el rock!» el sábado 23 de abril se realizó en Plaza de Mayo una protesta luego de que victimas de abuso sexual hicieran publicas sus denuncias a través de las redes sociales.

 

No es de sorprender que tanta gente haya ido a la Plaza de Mayo el pasado 23 de abril  a acompañar a las víctimas. Hacer audible sus testimonios, abogar por la justicia y porque las denuncias no mueran en la vorágine de los ritmos de las redes sociales y los hashtags, es lo que preocupa, ahora, a muchos de quienes partciparon, a casi dos semanas de la movida. “No es un contexto de frases vacías como ‘Amor sí, Macri no’, sino que estamos hablando de abusos y violaciones, y lo que sentimos es que necesariamente teníamos que estar organizadas para poder contener a las compañeras, para poder darles un mínimo de seguridad. Estos eventos hay que pensarlos en clave feminista”, expuso a ANCCOM Maruh García, referente feminista, militante por la Campaña por el Derecho de Aborto y una de las organizadoras de la convocatoria que se hizo bajo el polémico título “Basta de abusos y violaciones en el rock. “El título de un evento en Facebook es lo de menos, el nombre es indistinto”, planteó Maruh. “Aunque muchas personas se molestaron porque el rock es o no es o no quieren que sea así, el eje central es que estamos hablando de abusos y violaciones, y eso es lo que nos tiene que molestar”.  

Las nubes negras, detrás de la Casa Rosada, avisan que pronto va a llover. Pero no todavía. Todavía queda algo por decir. Maruh toma el micrófono y habla de Rocío, de Mailén y de muchas otras que no pudieron hacer audible sus voces. Les pide que no tengan miedo. Las invita a contar sus testimonios y verdades, a confiar en que todas las mujeres allí presentes serán una casa y un hogar para su seguridad, porque muchas de ellas han sufrido, aunque sea alguna vez, el peso de ser una mujer en una sociedad estructurada desde fundamentos machistas. Con el micrófono aún en mano, Maruh se proclama feminista y autoconvocada. No se tapa con ninguna bandera. Su cara, su voz y su experiencia como militante es todo lo que le queda. Su voz aleja las nubes. Su lucha viene de mucho antes, desde la concentración frente a la Casa de Mar del Plata en contra de la represión en el Encuentro Nacional de Mujeres del año pasado; de la movilización autoconvocada del #NiUnaMenos; de su propia experiencia como mujer, como militante y como feminista.

Militante de la agrupación "Las Rojas" da su apoyo a la causa.

Militante de la agrupación «Las Rojas» da su apoyo a la causa.

 

Esta tarde, no obstante, Maruh no está sola. Muchos artistas se solidarizaron con las víctimas y decidieron tomar una postura al respecto. La cantante de La Ola que Quería ser Chau, haciendo público su apoyo a Mailén y Rocío, acompañó las denuncias y visitó la plaza. Ya no queda nada de la antigua banda y muchos gritan, a modo de repudio, “La Ola que fue Chau”. A ella se sumaron otros músicos como Nahuel Briones, Mily Star y Jazmín Pimentel, a veces con canciones y otras veces con comentarios y opiniones; algunas activistas trans como Guillermo Celina, una de las organizadoras de la convocatoria que usa un nombre no binario, como su vestido y su barba, y que recuerda que “hay que acostumbrarse a preguntar cómo se autopercibe una persona porque el cuerpo, por sí sólo, no dice nada”;  un gran número de poetas, entre ellos Micaela Barsi que leyó alterada y atravesada por los acontecimientos, una poesía de su propia autoría: “Sonoridad / Empoderamiento / Hoy las pibas todas en movimiento / Porque si tocan a una, saltamos todas / Porque somos muchas y estamos cansada / Porque de ahora en más, el que tiene que tener miedo es el agresor / Porque si te caés, te levanto / Y al machito que te tiró / Entre todas lo aplastamos”.

 

Ya pasado el mediodía, Maruh vuelve a tomar la palabra para cerrar lo que llama “una jornada de visibilización y concientización”. La lluvia espera a que termine su discurso: “Es un camino que recién se empieza a andar. Hay una gran necesidad de acompañar, sabiendo que la Justicia no da respuestas. Hay que acompañar la denuncia y, en forma feminista, ir deconstruyendo y resignificando la cultura de la violación”. Sólo cuando calla, las primeras gotas de la tarde comienzan a caer.

La luz mala

La luz mala

A 26 kilómetros de Capital Federal por la autopista Buenos Aires-La Plata, luego de cruzar avenidas, calles, semáforos, curvas y contracurvas de Berazategui, al final de un camino de tierra -y por las lluvias ahora también de barro- se levanta el frigorífico Subproductos Ganaderos Argentinos (SUBPGA), una cooperativa que, como tantas otras Pequeñas y Medianas Empresas, en las últimas semanas acusó el impacto del tarifazo en los servicios -en especial el eléctrico- definido por el gobierno de Cambiemos. En la Ciudad de Buenos Aires, una marca local de zapatillas, bolsos y carteras de diseño acusa la misma crisis. “Fue un aumento muy de golpe para las PyMEs y para las casas de familia. La gente no está comprando y también nosotros tenemos que aumentar a los empleados para que cubran la suba en sus hogares”, afirma Itatí Montechiani, creadora de Puro junto a Gabriel Pozner.

Luis Maidana, presidente de SUBPGA, recibe a ANCCOM en su oficina. Afuera golpea el primer frío del año. Después de los saludos comparte un video que retrata la preocupación del sector por los drásticos aumentos. Se trata de un video filmado con su celular que lo muestra junto a Eduardo “Vasco” Murua, referente del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER) y otras tres personas en una cornisa de un piso alto del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, en una medida de protesta por la suba de tarifas.

¿Si fueran una emrpesa privada ya hubiesen despedido gente?

Sí, acá (la zona de Berazategui) todos hicieron lo mismo. No te queda otra que achicar. No podés achicar el costo en otro lado. No podés decir ´no compro este tornillo´. Nosotros no, nosotros seguimos los mismos. Aunque se nos bajó el nivel de faena.

La protesta del 20 de abril en el Ministerio que encabeza Juan José Aranguren se convirtió en saga. Los cooperativistas y pequeños empresarios amenazaron con el llamado a una “rebelión fiscal” en caso que el poder central no acepte revisar la decisión del tarifazo. El subsecretario de Coordinación Administrativa, Sebastián Scheimberg, debió firmar un documento que compromete a la cartera a la apertura de un registro para poder “evaluar caso por caso la incidencia de las tarifas eléctricas sobre los niveles de facturación”. Las cooperativas deberán presentar balances de facturación y facturas de luz que muestren los aumentos.

Historia, números y porcentajes

El Ministerio de Energía y Minería que encabeza el ex presidente de Shell Argentina declaró en diciembre pasado la emergencia energética y resolvió un aumento en las tarifas de luz y gas cuyos porcentajes y precios varían según los niveles de consumo y el tipo de usuario, si es industrial u hogareño. En el segundo caso subdividido, a su vez, en beneficiario o no de tarifa social.

Con siete nuevas categorías para los usuarios residenciales de Edenor y Edesur -muchos de los cuales perdieron subsidio estatal- las tarifas eléctricas sufrieron un aumento de hasta el 500 por ciento. En las últimas semanas, ese impacto comenzó a sentirse con fuerza en el sector PyMEs donde algunas facturas dibujaron un aumento del 600 por ciento. “Los aumentos cambiaron la estructura de costos. En algunas empresas la factura de energía eléctrica igualó o superó a la nómina salarial”, grafica Eduardo Fernández, presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APyME).

En diálogo con ANCCOM, Fernández no duda en utilizar la metáfora -gastada pero justa- del “cóctel peligroso”. Y enumera: “Los aumentos vienen con disminución de la producción, encarecimiento del crédito, disminución de venta, ingreso de artículos importados y con apriete de los organismos de recaudación que batieron récords de intimaciones y embargos en estos últimos dos meses”.

Aunque el aumento de gas aún no se reflejó de lleno en las facturas, las empresas pequeñas ya sacan cuentas negativas también en ese rubro. “Recién va a impactar a partir del 15 de mayo. Pero puede llegar a multiplicarse por diez, doce y, nos han dicho algunos especialistas, hasta quince veces”, advierte Fernández.

La búsqueda de la racionalización del consumo es uno de los argumentos con que se publicitan los aumentos tarifarios. Se incentiva con descuentos a aquellos consumidores que logren reducir el consumo respecto a igual período del año anterior. Sin embargo, esta política que tiene sentido para el consumo hogareño es perjudicial para las PyMEs. “La nueva estructura de facturación contempla, irrisoriamente, que quien más consume en relación al año anterior o a períodos anteriores, paga más, tanto en gas como en energía eléctrica. Hay muchas de nuestras PyMEs que han invertido y establecido nuevas líneas de producción y eso deriva en un aumento lógico del consumo energético”, concluye Fernandez.

Datos de CAME

A principios de abril, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) advirtió que “las PyMEs reciben las nuevas boletas de luz con subas promedio de 152 por ciento. Sin embargo, la organización sentenció: “La variabilidad es muy alta y hay casos, especialmente en la industria, donde el alza supera el 600 por ciento”.

Los datos derivan del “Monitoreo de impacto tarifario” realizado por CAME en base a 240 PyMEs de diferentes provincias y de la Ciudad de Buenos Aires al que tuvo acceso ANCCOM. De estas empresas, casi tres de cada diez tuvieron incrementos superiores al 200 por ciento, las otras siete, subas mayores al 100 por ciento.

Vicente Lourenzo, secretario de Prensa de CAME y vicepresidente de la Federación de Comercio de Buenos Aires (FeCoBA), advirte que el impacto de la suba de tarifas es doble. “Un vector es aquel que impacta directamente sobre los costos porque son aumentos que no estaban previstos”, explicó.

Para Lourenzo, el aumento hogareño “quita la posibilidad de consumo de la población en general”. Y concluye: “Esto también nos afecta a nosotros porque se traduce en caída de ventas”. En ese sentido, CAME argumenta que el reacomodamiento de “las tarifas generará un alto costo para las PyMEs porque las encuentra con caídas en las ventas, bajas en la producción y serios problemas de liquidez”. El informe detalla un caso similar al de SUBPGA. Se trata de un frigorífico de la provincia de Santa Fe cuya boleta de luz subió a cerca de 850 mil pesos, pasando a representar el 15 por ciento de sus costos de producción.

Los ejemplos se multiplican. Una pequeña imprenta que pagaba cinco mil pesos pasó a pagar 25 mil. Un parque industrial en Córdoba con cuatro empresas que pagaba 1.100.000 pesos, deberá afrontar una factura de 4.200.0000, grafica ApyME.  

RubŽén Sosa, trabajador de la cooperativa Cooperativa Subpga.

RubŽén Sosa, trabajador de la cooperativa Cooperativa Subpga.

¿Fin de la inversión?

La situación en el frigorífico SUBPGA es aún peor. el porcentaje de aumento de la tarifa eléctrica es superior al 450 por ciento de diciembre a la actualidad. A esto se suma la caída en las ventas y en la producción. “En 2013 y 2014, la faena llegó a un nivel de 4.500 animales por semana. Hoy ese número desciende a 2.400. La faena está bajando porque la venta está bajando, porque la carne está muy cara y la gente come menos”, explicó Maidana.

Para SUBPGA eso significa una baja en los salarios. Los trabajadores cobran un “retiro” por semana y dos veces al año un retiro mayor en que se reparten los excedentes de la cooperativa, excepto lo que han decidido invertir. “Nosotros cobramos según trabajamos. Y bajaron un poco los retiros. Un veinte por ciento. Los retiros de julio y diciembre sabemos que no los vamos a tener. La plata la estamos invirtiendo acá. Porque no llegamos con los costos”, explica.

Por cada cien pesos que factura la cooperativa, 32,5 van destinados a pagar los salarios, 27,5 se utilizan en el mantenimiento de la planta, y 20 constituyen esa suerte de aguinaldo que dos veces al año retiran los trabajadores. Los 20 pesos restantes van destinados a una serie de beneficios que la cooperativa ofrece a sus trabajadores: sala de atención médica y odontológica en planta, vacaciones, camping para los trabajadores. La última factura de luz se llevará 8,5 pesos por cada cien que factura el frigorífico, que se le deben restar a cualquiera de los gastos antes mencionados.

Juan Martin Carpenco asiste a la cooperativa en cuestiones administrativas. Aunque reconoce que “había una sensación de que iban a aumentar” los servicios, el cuadro adquirió una gravedad inimaginable. “Si a vos te dicen `te va a subir la luz´, ¿cuánto? se irá al doble… pero seis veces más, es algo que no te podés esperar”, grafica. Y suma: “Incluso desde un punto de vista financiero, aunque tengas el dinero, vos lo tenés colocado en otro lado. La plata en una empresa está en función de la empresa. Ningún tipo que esté analizando una medida como esa puede pensar que alguien puede subsistir”.

Desde Puro, una pequeña empresa con doce empleados y tres sucursales, explican que en su local de San Telmo la factura de luz pasó de 800 a 2.800 pesos en los últimos dos meses, y de representar un 8% del gasto del local, a más de un 25%. “Esto nos influye a la hora de tomar decisiones”, señala la dueña de la marca en diálogo con ANCCOM. Y completa: “Estamos por abrir un local más y esto nos influye para decidir, porque los gastos de luz son proporcionales al tamaño del local”.

 

Detrás de los aumentos de tarifas y de los procesos de inversión productiva que las PyMEs deben modificar o en muchos casos detener, hay, según ApyME, una “traslación de recursos, de capital de trabajo, de la pequeña y mediana empresa hacia el sector concentrado de energía”. Para los planes de inversión -cuenta Fernández- el nuevo cuadro tarifario “coloca al costo de la energía argentina, en el caso del gas, como el más caro de la región y uno de los más caros del mundo”.

 

Convertida en cooperativa desde 2011, después del abandono empresario a 500 trabajadores, el frigorífico de Berazategui enfrenta esos desafíos. “SUBPGA había logrado hacerse de una espalda como para empezar a respetar los niveles normales de producción, estamos tirando el caño de gas desde la avenida para acá”, explica Carpenco. El fuerte aumento en la tarifa de luz obliga a un cambio de planes. “Toda esa guita que estaba en movimiento para mejorar la calidad, para trabajar mejor, va para esa factura”, concluye.

Otros planes de ampliación, como la apertura de carnicerías, también entraron en un cono de dudas. “La idea era abrir diez bocas de expendio. Nosotros podemos dejar los precios diez o veinte pesos más barato por kilo que otra carnicería. Estábamos en eso hasta que llegó esto (señala la factura de luz). Estábamos en tres carnicerías, y nos tuvimos que frenar”, advirte Maidana.

Desde la CAME, el argumento de reclamo hace eje en un pseudo slogan de campaña de Cambiemos. “Lo que pedimos es gradualismo. Fundamentalmente porque estos aumentos nosotros no tenemos posibilidad de trasladarlo a precios, porque ya los precios no resisten mayores aumentos”, subraya Lourenzo y argumenta: “Algo de esto se veía venir. Todos los candidatos presidenciales lo habían dicho, pero la verdad es que no creíamos que iba a ser de esta magnitud, con mucha pérdida de ventas, con un fuerte impacto en la estructura de costos”.

Actualizado 04/05/2016

De la gloria al despido

De la gloria al despido

Daniel Bambicha fue entrenador del Equipo Nacional de Yachting que consiguió, en los últimos certámenes olímpicos, cinco medallas para Argentina. Sin aviso previo y en la cuenta regresiva hacia los Juegos de Río de Janeiro, que comenzarán el 5 de agosto, lo despidieron. En su historial están las dos medallas de plata que logró en Atlanta 1996 y Sidney 2000 Carlos Espínola, que en tándem con Santiago Lange obtuvieron, además, otras dos de bronce en Atenas 2004 y Beijing 2008; a la quinta presea, también de bronce, la consiguió la dupla de Juan De la Fuente y Lucas Calabrese, en Londres 2012. En los juegos de Barcelona en 1992, además, entrenó a la dupla Javier Frana-Christian Miniussi, que ganó la medalla de bronce en el doble de tenis. Desde el año pasado Bambicha dirigía, además, el Programa de Entrenamiento Integral en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard).

¿Cómo conoció la noticia de que ya no era parte del equipo y qué explicaciones recibió al respecto?

El secretario de deportes, Carlos McAllister, es también el secretario del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) y desde las dos entidades me desvincularon del equipo de vela. Hoy estoy sin trabajo, me enteré porque fui al banco y me di cuenta de que no estaba depositado mi sueldo. Llamé por teléfono, pregunté qué había pasado y me dijeron que la Federación de Yachting (FAY) había solicitado mi desvinculación; pregunté por qué pero no me dieron ninguna explicación. Normalmente estas cosas no se resuelven por ese lado, no hay una argumentación técnica, ni ninguna problemática económica o de estructura, porque podría darse que te digan que consiguieron otro entrenador. Pero eso no pasó y no recibí ninguna explicación.

¿En qué consistía el Programa de Entrenamiento Integral?

En el programa converge toda la intelectualidad del conocimiento científico que hay en el deporte y a través de él llega a las diferentes selecciones y equipos nacionales. Era muy interesante porque estaba todo dentro de la órbita de la Secretaría de Deportes en el Cenard, el lugar natural donde se entrena. Diferentes deportistas y equipos accedían de manera interactiva a estos profesionales: un velocista, por ejemplo, podía ir y entrenarse con un especialista en levantamiento de pesas, y entonces ese velocista se nutre de un profesional que conoce muy bien su materia. La intención era tener un alcance nacional, habíamos hecho un ensayo a nivel local y había tenido muchísimo éxito.

¿Por qué cree que decidieron desvincularlo?

Generalmente  la conducción, desde donde se toman las decisiones, no está conformada por los más capaces sino por gente que ha sabido conservarse en ese puesto. Para las personas que trabajamos de otra manera y tenemos objetivos claros y distintos nos resulta muy difícil entrar en ese sistema de lobby, conveniencias, acomodos. Nuestro deporte no está conducido por los más capaces, los que lo eran se han ido y están trabajando en otro lugar. Yo soy simplemente un ejemplo más de todos los que han pasado y han intentado hacer algo por nuestro país.

Antes de enterarse de que estaba fuera del equipo de vela, ¿logró reunirse con el secretario de deportes Carlos McAllister para solicitar una mejor paga?

Me dijo que iban a atender mi reclamo y que lo iban a solucionar rápidamente. Nunca se solucionó, pasaban las semanas, hablé con varios dentro de la misma estructura pero es muy fácil lavarse las manos. La Federación dice que la decisión fue del Enard, el Enard dice que fue la Federación, y así se pasan la bola entre todos. La sensación que me dio es que nunca me escucharon. Todos tienen otro interés que el deporte en sí, el objetivo es político.

¿Hubo más despidos en los últimos meses?

En muchas áreas de la estructura tengo entendido que sí. Hay mucha gente que se ha acercado, especialistas en la educación, por ejemplo, y no han tenido una recepción adecuada. La gente vive, no puede estar esperando eternamente una respuesta. Hay programas que tenían finalidades específicas que se descontinuaron y podrían haberse mejorado, pero sacarlos sin respuesta no es bueno. Esto demuestra el carácter de quienes toman la decisión. Te dicen “andate” y no les importa qué estabas haciendo y cómo. Yo les pregunto a todos si alguien sabe cuáles es la política deportiva de nuestro país. No escuché a ningún dirigente decir cuál es. Todos dicen “vamos a apoyar”, pero eso no resuelve nada. Me gustaría escuchar cosas concretas. Muchos de los deportistas se callan y no dicen nada porque tienen miedo de perder lo que tienen, y así esto nunca cambia. En los ‘90 esto ya pasaba, había gente que viajaba por acomodo y sin tener mérito suficiente. En todos los ciclos olímpicos se habla de lo mismo, del esfuerzo que hacen los deportistas, que se enfrentan con grandes potencias y que se encuentran en inferioridad de condiciones, gente que no estaba bien acreditada, y nos lamentamos de los resultados. La prensa habla de los números y nunca se pregunta por qué pasa.

«La conducción, desde donde se toman las decisiones, no está conformada por los más capaces sino por gente que ha sabido conservarse en ese puesto», declara Bambicha.

¿Recibió llamados de sus colegas o de los deportistas?

Sí, los deportistas están muy indignados con esta situación, no lo pueden creer. Y colegas también: si a alguien de trayectoria le pasa esto, no saben qué puede pasar con ellos. Es un país que castiga a las personas que obtienen resultados y trabajan.

¿Cómo continúa su vida en lo profesional?

Tengo la posibilidad de trabajar en otros equipos internacionales, pero mi proyecto familiar es más importante que todo. El deporte debería ser un programa a 30 años para poder ver resultados y tener una certeza de algo, y la Argentina no tiene ningún programa. Yo no veo a ninguno de los que están con ese espíritu y no veo gente que esté trabajando sobre eso.

Si lo llamaran para continuar con el Programa de Entrenamiento Integral en los próximos meses, ¿qué respondería?

No los veo tan virtuosos como para tomar una decisión así. No creo que tengan la sabiduría como para corregir los errores que han cometido. De hecho, ya he tomado otro rumbo y estoy iniciando otras cosas, porque tengo una familia que mantener. Pero sí me interesa comunicar esto, es el valor agregado que le quiero dejar a esto. Las seis medallas ganadas tienen que servir para que otros chicos intenten hacer algo y yo tengo un compromiso con ellos, porque es algo que construí hace muchísimos años y algo tengo que dejar, por lo menos lo tengo que intentar.

  ¿Cómo va a vivir los próximos Juegos Olímpicos?

  Creo que voy a tomar mucha distancia, nunca vi un juego por televisión y siempre tuve la fantasía de poder estar en un sillón mirando los juegos. Esta vez no creo que los mire porque si bien entiendo mi realidad, también sé que es un proceso que no deja de ser doloroso. De hecho, por ejemplo, tener que ir a hacerme una obra social me duele, porque me conecta con eso. Tengo que soltar todo esto, dejar que pase el dolor, porque después encontraré donde volcar mi pasión. Voy a aprovechar todo ese período para hablar y levantar la bandera de la injusticia y del no reconocimiento. Hay que tratar de que se respete y se tenga en cuenta el deporte para que ocupe un lugar de mayor importancia.

Las balas no enseñan

Las balas no enseñan

En las villas 31 y 31 bis viven hoy unas 70.000 personas. A espaldas de los tribunales de Comodoro Py está el colegio público más cercano, en un edificio que no reúne las condiciones mínimas para enseñar y aprender. Desde la esquina de avenida Antártida Argentina y Letonia, sobre esta última calle, se emplaza el inmueble donde conviven la Escuela Infantil Nº 5, la Primaria Nº 21 Primera Bandera Nacional –conocida como “La Banderita”–, y la Media N° 6 Padre Carlos Mugica.

El largo techo de chapa se pierde entre el esqueleto de hormigón de un hospital a medio construir y la mole de Comodoro Py. Según Mirna Tamer, la directora del establecimiento, el 90 por ciento de los alumnos viene de la villas 31 y 31 bis. “Esta es una construcción precaria levantada sobre terrenos que fueron el obrador del proyecto del hospital aeronáutico, que iba a ser al lado”, explica. Tratándose de un sitio cercano al río, las características del suelo exigen cimientos reforzados. “Tenemos paredes casi sin cimientos y sin revocar. No se pueden colgar cuadros pesados porque se caen. No hay columnas, el techo es endeble”, describe.

Junto a Mirna, Graciela Fernández (profesora del Padre Mugica) y el preceptor Walter Larrea repasan los principales problemas: no hay suficientes aulas para los cursos; techos y paredes no están impermeabilizados; hay que reemplazar las estufas porque no funcionan; la instalación eléctrica no está habilitada… Hay espacios, incluso, donde no llega la luz, por lo cual no se pueden enchufar dispositivos; y no hay un lugar donde los chicos puedan hacer educación física.

En la escuela acaba de terminar la reunión semanal de la Mesa de Trabajo por el Polo Educativo, una multisectorial formada por los maestros, las familias, la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), la Mesa de Urbanización de la Villa 31, y otras agrupaciones políticas y sociales de la zona que se organizaron para elaborar un proyecto de ley –casi terminado– para que se cree ese nodo escolar. El proyecto será elevado en pocos días a la Legislatura porteña por los diputados Lorena Pokoik, José Campagnoli, Paula Penacca, Andrea Conde y Pablo Ferreyra.

"No hay suficientes aulas para los cursos; techos y paredes no están impermeabilizados; hay que reemplazar las estufas porque no funcionan", dice Mirna Tamer.

«No hay suficientes aulas para los cursos; techos y paredes no están impermeabilizados; hay que reemplazar las estufas porque no funcionan», dice Mirna Tamer.

Un acto educativo

En una de las entradas a la villa 31, detrás de la terminal de ómnibus, la calle “número 5” divide la realidad: de un lado, varios policías conversan alrededor de sus patrullas y un camión hidrante intenta camuflarse entre los autos estacionados; del otro lado, un grupo de personas arman una mesa con caballetes, conectan el audio y reparten volantes. Una docente levanta un pasacalles sostenido por dos postes: “Las balas no enseñan”, dice en mayúsculas. Mientras, pasan los micros que salen de la terminal de omnibus y algunos pasajeros curiosos miran por las ventanillas.

“¿Diego? ¿Dónde está Diego? Vení acá al frente”, llama Walter Larrea, el preceptor del Padre Mugica. No quiere empezar el acto sin el representante del centro de estudiantes, Diego Delgado, uno de los expositores. Una vez que Diego se acomoda, minutos después de las 13, arranca la conferencia.

Florencia Diaspratti, delegada de UTE, toma el micrófono: “La educación es un derecho social”, subraya y lee el documento redactado por la Mesa de Trabajo. “Militarizando la villa no les vamos a cambiar la perspectiva a estos pibes que no encuentran oportunidad en una sociedad alejada cada vez más de los valores fundamentales. Es con más educación, más salud, más trabajo, más inclusión, como el Estado tendría que atacar los problemas sociales de la Villa 31”, dice.

A su turno, Walter Larrea remarca el contraste que hay en las políticas del Gobierno: “Al mismo tiempo que instalan 400 policías, cierran un centro de salud y remueven al gabinete de psicólogos. Hay que atacar los problemas sociales y proponerles futuro a los chicos”. Como preceptor, Walter conoce bien a los alumnos y a sus familias. El trabajo no se limita a las horas de clase. Por eso el proyecto del polo educativo se piensa como un espacio abierto al barrio. “Es una forma de darles a los chicos una contención y que el Estado no aparezca en la villa solamente como aparato represor”, concluye.

“La educación es un derecho social”, reclama Florencia Diaspratti, delegada de UTE.

“Esto es un acto educativo”, dispara Érica Nielsen, con tono de maestra y guardapolvo blanco. “Es importante que los chicos aprendan a luchar por sus derechos y que a ellos les corresponde un edificio como a cualquier otro pibe de la ciudad”. Érica recuerda los años que lleva en “La Banderita”, el frío en invierno, las inundaciones, el día que salieron con el agua por las rodillas a cortar la avenida Antártida Argentina para quebrar la indiferencia del Gobierno. “Mucha gente podrá decirme: ‘Vos tendrías que estar trabajando en el aula’, y sin embargo yo acá hoy estoy enseñando”.

Guillermo Parodi, de UTE, habla del derecho social a educarse: “Para que sea ejercido y disfrutado, para que nuestros niños, niñas y jóvenes puedan acceder a él plenamente, las condiciones de enseñar y aprender tienen que ser dignas”. Parodi hace hincapié en la falta de vacantes y en la reducción del presupuesto educativo en los últimos ocho años. “Desde que el macrismo asumió en la Ciudad fue bajando un punto por año: pasamos del 30 por ciento en 2007 al 21 por ciento al 2016”.

Aclamado por sus compañeros, Diego Delgado, representante del centro de estudiantes, habla desde su experiencia: “Hay mucha gente que ni se imagina cómo los alumnos pasan cada día de clase dentro del Padre Mugica. Este es un mensaje para el Gobierno y para que la gente del barrio se sume a la lucha. No es solamente para nosotros sino para sus hijos, sus nietos, sus vecinos”.

Carlos Rico, asesor de la legisladora porteña Lorena Pokoik, una de las que presentará el proyecto de ley, puntualiza las características concretas que imaginan para el Polo Educativo: un edificio escolar que integre nivel inicial, primario y secundario con bachilleratos orientados, escuela técnica y enseñanza artística; un instituto terciario cuya orientación laboral se defina a partir las necesidades de la comunidad; un centro deportivo y de recreación; un centro de salud para los alumnos, y un complejo cultural con una sala de ensayo para la orquesta del barrio. “Se podría pensar que esto es muy ambicioso”, dice Carlos luego de la enumeración, “pero nosotros decimos que están los recursos, es una necesidad, es un derecho, y tenemos derecho a soñar y a luchar. Si hay plata para los fondos buitre, para los agroexportadores y para las mineras, tiene que haber para la educación”, manifiesta.

“Hay mucha gente que ni se imagina cómo los alumnos pasan cada día de clase dentro del Padre Mugica".

“Hay mucha gente que ni se imagina cómo los alumnos pasan cada día de clase dentro del Padre Mugica».

Terminado el acto, al que se fueron sumando numerosos vecinos, Diego Delgado dialoga con ANCCOM. Dice que lo más importante es mantener motivados a los alumnos, y para eso es fundamental que el edificio esté en buenas condiciones. “Baja la autoestima ver el colegio como está actualmente, las aulas no están en buen estado y faltan materiales para aprender”.

Diego también reflexiona sobre los brutales contrastes del barrio: “Cuando bajás del colectivo para venir a la escuela mirás para la derecha y tenés Puerto Madero, el Hotel Sheraton, donde una habitación puede costar 2.500 dólares la noche. Girás la cabeza ciento ochenta grados, mirás a la izquierda, y ves la entrada de la villa, con chicos que caen en la droga, que no tienen opción, que no ven otra salida. Hay 400 metros de diferencia”.

Diego está en el último año de secundaria y confía en “dejar algo” desde el centro de estudiantes para mejorar la situación de los que asisten a la escuela y los que ingresen en el futuro.

Una docente levanta un pasacalles sostenido por dos postes: “Las balas no enseñan”, dice en mayúsculas.

“A demoler”

La calle Letonia, sobre la que está la escuela, desde que empieza –en Antártida Argentina– hasta que termina dos cuadras más adelante, está enrejada, es decir que desde la vereda de la escuela no hay acceso a la calle. La decisión de cercarla fue de los tribunales de Comodoro Py cuando comenzaron los juicios por delitos de lesa humanidad. Ahora funciona como estacionamiento de los jueces que se niegan a reconocerla como una vía pública. El día que se encontraron con la calle enrejada, Mirna se comunicó con representantes judiciales y con el Gobierno de la Ciudad. “La versión que me dio Ana María Figueroa, que en 2015 era la titular de Casación Penal, fue que es una arteria privada del Poder Judicial, que no es la calle Letonia. De todos modos, parte de la reja la puso la Ciudad”.

El principal problema que generó la reja es que no podían entrar las ambulancias a la escuela, algo que todavía no está totalmente resuelto. Hoy el Poder Judicial se encuentra en litigio con la Ciudad por el terreno que incluye las tres escuelas. “No conseguimos ni saber cuál es el número de expediente de la causa”. Pero sí pudieron observar un plano catastral que les mostraron en Tribunales. Donde están dibujadas las escuelas dice: “A demoler”.

Actualizada 04/05/2016

Cine bueno y barato

Cine bueno y barato

El escenario se acomoda para la ocasión: bibliotecas, librerías, escuelas,  museos e incluso viejas o modernas casonas se acondicionan con pocos recursos para recibir, de manera gratuita o a bajo costo, a los cinéfilos. Con el objetivo que la experiencia de ver películas en pantalla grande no se restrinja sólo a los tanques cinematográficos, existe un circuito de exhibición alternativo de ficciones y documentales que no se proyectan con frecuencia.  

La cartelera que no se ve

“El cine comercial pasa la película que le ofrece un distribuidor con la que piensa que va a hacer dinero. Si la película cumple con las necesidades comerciales de la sala o del distribuidor, continúa; y si no cumple, se la baja y viene otra. El cineclubista quiere que vaya público porque está convencido de que es bueno lo que proyecta; partimos de un impulso individual que nos motiva a ver películas en pantalla grande y en determinado formato”, señala el cineclubista Emiliano Penelas.               

Penelas reparte su tiempo entre la docencia y la organización de dos cineclubes. El primero de ellos funciona en el Centro Cultural y Biblioteca Popular Carlos Sánchez Viamonte, ubicado en Austria 2154, donde antes se redactaba el diario socialista “La Vanguardia”. El Cineclub La Rosa, tal es su nombre, se apresta para inaugurar en abril su “décima temporada”, como la define su presidente fundador.  

La Rosa se destaca por armar ciclos que están dedicados a autores consagrados a los que conviene revisitar. También difunde las obras de realizadores contemporáneos que no han tenido la recepción que se merecen. La belga Agnès Varda, el prolífico Werner Herzog y el documentalista Jorge Prelorán son algunos de los directores que integran los ciclos de La Rosa, cuyas funciones -proyecciones en 8 y 16 milímetros- son los miércoles a las 20.     

La entrada es libre y se paga solo a voluntad, porque –para Penelas- una de las características del cineclubismo es la gratuidad. “Solo colocamos una urnita con la que invitamos a la gente a colaborar. Lo recaudado lo usamos para difundirnos y mejorar la experiencia de cada función: por ejemplo, ofrecemos programas con información de lo que se va a ver, con la ficha técnica de la película y el número de función. El programa también es parte de la historia de los cineclubes”, explica Penelas.

A él le corresponde también programar, hace nueve años, las películas que se presentan en la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA, por sus siglas en ingñés) los primeros y terceros miércoles de cada mes a las 20. Se trata de una iniciativa sin fines de lucro en su histórica sede de Reconquista 439.

Todos los años inician su programación con Alfred Hitchcock pero nunca faltan los ciclos de humor, con Buster Keaton a la cabeza. Como explica Penelas, su programación no se ciñe a ningún tipo de atadura institucional: “Hemos llegado a pasar películas de Luis Buñuel y Luis García Berlanga”, directores españoles cuya obra tiene un fuerte contenido anticlerical.    

El Cineclub Dynamo también es parte de esta propuesta cultural distinta y se caracteriza por proyectar material exclusivamente en fílmico de 16 milímetros. Esta aventura nació en Mar del Plata hace doce años por iniciativa de su administrador, Carlos Müller. Realizaba funciones en distintas sedes para el público marplatense y para el de la ciudad de Buenos Aires hasta que en 2005 se afincó en San Telmo. Desde entonces, las proyecciones se efectúan en la Librería La Libre (Bolívar 646), con entrada gratuita y colaboración voluntaria, todos los miércoles a las 21, y en la residencia de arte Monte Estudios (Defensa 1008), a la que se accede por un costo de 40 pesos los viernes a las 21. El público es tan amplio como las cualidades de las obras que se proyectan. Asisten jóvenes y mayores, aficionados y estudiantes de cine, públicos casuales, vecinos del lugar e, incluso, personas que no viven cerca.

También para chicos

Una excepción la constituye la iniciativa Linterna Mágica, surgida en Suiza durante los noventa. Se trata de un cineclub para chicos de 6 a 12 años y se accede con una membresía de 650 pesos por las nueve funciones del año. A cada niño se le envía una revista con información que les servirá a los coordinadores para articular, junto a otras expresiones artísticas, conceptos centrales de películas de distintas épocas. Así, antes de la proyección, cada función incluye una presentación, un  sketch cómico y una obra de teatro en las que se trabaja sobre una emoción en particular (risa, miedo, llanto y sueño).

Ilan Branderburg, su director, comenta que también existe el Plan de Membresías Solidarias para niños de Hogares de la Ciudad, al cual pudieron acceder unos 200 jóvenes desde su aparición en 2008. Estas becas han sido financiadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, por empresas privadas y por particulares que han apadrinado a un niño.         

Los cineclubes no suelen recibir la visita de un público apático, que finalizada la película se retira sin pedir algo más. “Mucha gente encuentra en estos espacios no solo un lugar de esparcimiento sino también de encuentro; ese es su plus”, afirma Müller. “El cineclubismo se presta siempre para ese diálogo después de la película. Por eso no busco que esto sea un lugar para entendidos, sino prefiero que se entienda que toda opinión es bienvenida”, explica este cinéfilo que está realizando un largometraje sobre la historia de un corto recientemente hallado por él: “San Perón”.  

En el mismo sentido apunta Penelas: “Entendemos el cineclubismo con la charla posterior, con la crítica, con el ensayo, tratamos de que se hagan asociaciones entre las películas, por eso hacemos ciclos”. Asimismo añade: “Incluso hemos tenido la participación de los realizadores para que charlen con el público, para que se rompa la barrera entre el realizador y la persona que ve su obra”.

En tanto, la difusión “de boca a oreja” suele ser la punta de lanza de la repercusión de estos proyectos. También los afiches, los volantes y, sobre todo, las redes sociales son fundamentales para que los vecinos de la ciudad conozcan un cine distinto al “pochoclero” que suelen ver en las salas de los shoppings.       

“Íbamos a pasar Con ánimo de amar, de Wong Kar-Wai, y eso se difundió en un grupo de Facebook de solos y solas. Cuando llegué había más de cincuenta personas; tuvimos que traer con el bibliotecario las sillas de la sala de lectura; y para mí eso es una gran alegría porque estamos convencidos de que lo que pasamos es bueno y puede gustar”, cuenta Penelas.     

Del comedor al Microcentro

Buenos Aires Mon Amour (BAMA) parece el sueño hecho realidad de muchos cinéfilos. Nació en diciembre de 2007 en el living comedor del departamento de su fundador y actual director Guillermo Cisterna Mansilla.

Cisterna Mansilla sabe de la importancia de los cineclubes: “Son necesarios para poder formar espectadores, debatir, intercambiar miradas y ver material que en las salas comerciales no tienen lugar”, afirma. Pero también destaca que las salas comerciales “son necesarias para que exista el sostén de una industria”.

Uno de los desafíos que se ha propuesto BAMA es “devolverle al cine-arte el público joven, y creo que lo estamos consiguiendo”, señala su director, y agrega: “Eso implica trabajar mucho buscando material, más allá de los estrenos semanales de los distribuidores locales, que salen en varias salas al mismo tiempo. Pretendo de BAMA esa sala de cine que había desaparecido y que Buenos Aires, hace más de 40 años, supo tener”.  

BAMA funciona en Avenida Presidente Roque Sáenz Peña 1145 -en el ex Arteplex Centro-, posee una cartelera de cine alternativo y entradas a entre 50 y 65 pesos, precios por debajo de la mitad que los que maneja la mayoría de las salas comerciales. El proyecto se financia con sus propios recursos, “sin subsidios ni sponsors de nadie, al contrario de lo que muchos creen”, subraya Cisterna Mansilla.

“Filmoteca en Vivo” tiene funciones  en la ENERC, en su sede de Moreno 1199.

“Filmoteca en Vivo” tiene funciones en la ENERC, en su sede de Moreno 1199.

Más allá de la tevé

Fernando Martín Peña es docente, coleccionista y presentador del programa de la TV Pública “Filmoteca”, el cual desde 2006 se dedica a la difusión de películas. Según comenta, este programa televisivo es fruto de “una larga experiencia en diversos cineclubes y nació con un criterio amplio”. Ocho años después, comienza  “Filmoteca en Vivo” con la idea de “devolver el programa a su ámbito natural, que es la sala con público en vivo”, destaca Peña. Las funciones se realizan en la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC), en su sede de Moreno 1199, establecimiento que depende del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).

La programación está a cargo de Peña cuyo criterio busca ser amplio, de modo de atraer a la mayor cantidad de espectadores posible. “En general me muevo por fuera del canon, porque hoy los clásicos de la historia del cine son muy accesibles, así que me parece mejor hacer que se vean materiales menos obvios”, explica Peña.

Respecto de la importancia de proyectar en formato fílmico, detalló: “Pasamos exclusivamente fílmico porque lo digital es algo que hoy cualquiera puede ver en su casa. El fílmico tiene otra textura, otra calidez, y cada vez está más relegado, así que me parece importante recuperar una forma de ver el cine que se extingue y que es comunitaria, social”.

Orlando Narváez es administrativo en el Departamento de Alumnos de la ENERC y contribuye en la preparación de las funciones de “Filmoteca en Vivo”. “Cuando entré a trabajar en la Escuela era un lugar muy cerrado, pero desde que está a cargo de Pablo Rovito (n. del r.: Coordinador de la ENERC) se empezó a abrir a la comunidad. Por eso invito a que la gente se acerque y a que se anime a entrar, porque la ENERC ha dejado de ser un lugar solo para estudiantes, y va a encontrar mucha gente macanuda”, afirma.

Las funciones de “Filmoteca en Vivo” se realizan los viernes a las 23, los sábados a las 19 y 21, y los domingos a las 17, 19 y 21. La sala de la ENERC tiene espacio para albergar a un centenar espectadores. Los films mudos suelen estar acompañados por la música en vivo a cargo de Fernando Kabusacki y Matías Mango.

Feos, sucios y malos de Ettore Scola, Drácula interpretado por Bela Lugosi, Metrópolis de Fritz Lang, La condición humana, largometraje de Masaki Kobayashi, que tiene más de nueve horas de duración y que se proyectó sin interludios, integran algunos de los títulos de este espacio. Con estos films “la gente salía emocionada como no había visto nunca”, recuerda Narváez.     

    Otras pantallas

Los puntos de encuentro para disfrutar de grandes obras del celuloide se diversifican. Otros escenarios a los que se puede ingresar gratis o a bajo precio en la Ciudad son:

Aunque su época de esplendor, durante los años cincuenta y sesenta, haya quedado lejos, desde que el realizador León Klimovsky organizara las primeras exhibiciones en la ciudad entre 1927 y 1928, el cineclub sigue rodando su propia historia. Para disfrutar en familia o con amigos, para poder conocer nuevas personas, o, simplemente, para romper con el tedio individual, los cineclubes continúan siendo un buen espacio de esparcimiento colectivo a bajo costo.