Sep 2, 2015 | destacadas
Ante una sala colmada de periodistas, camarógrafos y fotógrafos, Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, anunció: “Informamos con enorme alegría que hemos encontrado a la hija de Walter Hernán Domínguez y Gladys Cristina Castro, nacida durante el cautiverio de su madre en marzo de 1978”.
En la conferencia de prensa que se llevó a cabo en la sede de Abuelas de Plaza de Mayo en Virrey Ceballos 592, estuvieron presentes María Assof de Domínguez, y Angelina Catterino, las abuelas de la nieta recuperada. También concurrieron el tío paterno, Osiris Rodolfo Domínguez, y su hija, quienes viajaron especialmente desde Guaymallén, Mendoza, para acompañar a María, que además es titular de Madres de Plaza de Mayo en su provincia. En la misma mesa se sentaron Martín Fresneda y Guido Carlotto, secretarios de Derechos Humanos de la Nación y de la provincia de Buenos Aires, respectivamente. Con mucha serenidad, Assof señaló que es necesario manejar la propia ansiedad, para no presionar a los nuevos nietos que, ahora adultos, deben reconstruir sus historias: “Hay que tener mucho cuidado porque no sabés la idea que tiene, cómo se ha criado. Hay que tener paciencia y esperar un poquito más”.
Mientras tanto, la abuela compartía la alegría con compañeros y compañeras de militancia, como es el caso de Graciela Leda, ex detenida desaparecida que pertenece a la Asociación de ex Presos Políticos de Mendoza: “María ha sido como un lucero, una guía para nosotros. Que pueda recuperar a su nieta, que tenga esta alegría tan grande, con su serenidad y su valentía de siempre, realmente es muy emocionante. Hemos caminado la lucha juntas, la misma de todos los organismos de derechos humanos”.
En relación a este nuevo encuentro, Fresneda expresó: “Es una identidad más que aporta a la reconstrucción de la identidad de nuestro pueblo y a la construcción de la verdad tan compleja y difícil que, desde el dolor, hemos podido superar”. Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas, se refirió al recorrido de resistencia como una doble exigencia: que se devuelvan los nietos y que se sepa qué pasó con los desaparecidos: “Lo primero es la localización de los nietos, pero sin olvidar a los papás de esos nietos”.

En la conferencia estuvieron presentes María Assof de Domínguez, y Angelina Catterino, las abuelas de la nieta recuperada. También concurrieron el tío paterno, Osiris Rodolfo Domínguez, y su hija, quienes viajaron especialmente desde Guaymallén, Mendoza, para acompañar a María, titular de Madres de Plaza de Mayo en su provincia.
Gladys tenía 24 años y Walter, 22, cuando fueron secuestrados el 9 de diciembre de 1977, en la localidad de Godoy Cruz, Mendoza. Ella estudiaba diseño, él arquitectura, y juntos compartían la militancia en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). Ambos aún permanecen desaparecidos.
Assof recordó: “Eran chicos que estudiaban, trabajaban y estaban asustados pero no lo demostraban. Se podrían haber ido, pero no quisieron, porque decían que no habían hecho nada malo para irse de su país”. Cuando se los llevaron, la joven estaba embarazada de seis meses. A partir de ese momento, las dos familias comenzaron a buscarlos incansablemente. La madre de Walter recordó que conoció Buenos Aires cuando llegó para golpear puertas con la ilusión de ser escuchada, luego de que en su provincia ignoraran sus reclamos: “Lo primero que hicimos fue ir al Arzobispado y el obispo nos contestó que no gastáramos pólvora en chimangos”, recordó. El 27 de agosto último, cuando volvía de la marcha de todos los jueves en la Plaza San Martín de la capital mendocina, el teléfono de su casa sonó: “Era Estela. Me extrañó porque hacía mucho que no hablábamos. Y me dio la noticia”.
Las sospechas sobre la identidad de la mujer se habían iniciado en 1994, cuando el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos de Mendoza envió a Abuelas una denuncia anónima sobre una joven nacida en marzo de 1978 que apareció en el hogar de una pareja mayor de un día para otro. Pero fue recién en el 2009 cuando la denuncia fue redirigida a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para continuar con la investigación. El grupo de Acercamientos de la institución (creado para acercarse a jóvenes que puedan ser hijos de desaparecidos) le propuso realizarse el análisis de ADN que confirmó su verdadero origen y que se realizó el 16 de julio de este año.
Cuando los resultados del análisis estuvieron listos, el Banco Nacional de Datos Genéticos informó a la CONADI que se trataba de la hija de Gladys y Walter. Fue la Comisión la encargada de comunicarse con la nueva nieta. Fresneda, quien también es presidente de dicha institución, sostuvo: “Ojalá podamos comprender el aporte y el apoyo de las Abuelas y de un Estado presente que ha hecho todo lo posible para recuperar ese trocito de identidad que son los hermanos que nos arrebataron”. Assof, a su vez, expresó: “Es un pedacito del hijo y de la nuera. Es lo que nos queda y es la esperanza que hemos tenido estos 37 años. Ahora tenemos esta alegría tan grande de esta niña que espero que nos conozca y se sienta bien entre nosotros”. Catterino contó que se están preparando para concretar el encuentro tan esperado: “Dentro de poco podré conocer a mi nieta. Quiero compartir la alegría, abrazarla, preguntarle si tiene familia, si tiene hijos. Para mí es una alegría poder reunirnos, es un sueño. Ya pensaba que no la iba a conocer nunca y no quería morirme antes de saber de ella”.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, en la conferencia de prensa por la nieta recuperada 117.
Domínguez recordó los discursos de los dictadores durante los años en que manejaron el poder del Estado: “Asumieron, según ellos, por la ‘reorganización nacional’, porque el país estaba muy mal. Pero lo dejaron mil veces peor. Fueron ladrones, corruptos, todo lo malo que se puede decir de un ser humano. Encima asesinos y ladrones de niños, que fue lo peor. ¿Qué derecho tenían de quedarse con nuestros nietos?”.
El derecho a la identidad aparece nuevamente como una condición necesaria para la vida democrática y para las prácticas de la memoria, la verdad y la justicia. Para finalizar, Carlotto expresó: “Sólo resta que el abrazo esperado por 37 años por las familias Domínguez y Castro se materialice en estos días. Bienvenida nieta 117 y por muchos nietos más”.
Ago 26, 2015 | destacadas
“El genocidio es una práctica de tremenda materialidad, que a veces impide analizar cuál es su objetivo; que opera mucho más en el ámbito de lo simbólico que en el material y uno, preso de esa materialidad, a veces pierde de vista cuál es su real objetivo”, dijo el reconocido investigador y profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), presidente de la Asociación Internacional de Estudios sobre Genocidio (IAGS), y del Centro de Estudios sobre Genocidio (CEG) de la Universidad Nacional Tres de Febrero (UNTREF), Daniel Feierstein, en el marco de la tercera y última jornada del Congreso Internacional sobre Genocidios y Derechos Humanos.
El encuentro se llevó a cabo en el Salón Rojo de la Facultad de Derecho de la UBA durante los días 20, 21 y 22 de agosto y contó con paneles que trataron sobre aspectos políticos, económicos, sociales, jurídicos y simbólicos de los crímenes de lesa humanidad ocurridos en Europa, África y Asia. La mesa Memoria Social de Procesos Genocidas y Reparación fue presentada por Khatchik Derghougassian, profesor en la Universidad de San Andrés (UDESA) y especialista en temas de seguridad internacional y Medio Oriente, quien se refirió a Feierstein como “uno de los promotores de esta ampliación del debate en torno del concepto de genocidio y al término de táctica social del genocidio”.
Feierstein, que presentó su trabajo Consecuencias políticas en la construcción de la memoria social de los procesos genocidas, evocó al autor del concepto de genocidio, considerándolo un visionario: “Raphael Lemkin, cuando definía cuál era la esencia de estos procesos como ‘la destrucción de la identidad nacional de los oprimidos y la imposición de la identidad nacional del opresor’, dejó clarísimo que el objetivo de un genocidio opera en el plano de lo simbólico, de la construcción de la identidad e imponer otro modo de construcción. El eje de ese proceso es la opresión”.
Asimismo, el investigador criticó la mirada biologicista del genocidio centrada en el aniquilamiento. “Ese es el medio, el instrumento, pero no es el fin”, aseguró y agregó: “El genocidio se zanja en la disputa por los procesos de construcción de la memoria, porque creo que en los modos hegemónicos en que se construye la memoria de la mayoría de los genocidios modernos -aún cuando se condena- se ratifica, se legitima la mirada del genocida”.
A dicha mirada, considerada por Feierstein como binaria, la definió como aquella que cree que la identidad se construye por exclusión y que busca en los genocidios, a través del terror, transformar las identidades de distintos pueblos, excluyendo algunas de sus partes de la noción de comunidad. “Lo que trato de plantear -explicó- es que no sólo se aniquila a esos cuerpos, a esos grupos, sino que se aniquila esa parte de la identidad del nosotros, aquellos que lo alemán o lo europeo tenía de judío y de gitano, aquello que lo otomano tenía de armenio o de griego”.
El profesor señaló que desde esa mirada binaria se puede ser una cosa o la otra, pero lo que no puede existir es la identidad plural y que para entender que las identidades son procesos dinámicos hay que confrontar con ese modo hegemónico de construcción de la memoria de los genocidios.
Para Feierstein es muy importante la discusión sobre cómo entendemos el pasado, cómo nos explicamos lo que había antes del terror y del aniquilamiento y cómo nos explicamos lo que quedó después, porque sirve para explicar quiénes somos. En este sentido, toma como ejemplo los casos emblemáticos que se discutieron a lo largo del Congreso: “En el caso del nazismo, esta mirada clásica, paradigmática de que los alemanes asesinaron a los judíos, -o en todo caso, si queremos ampliarlo, de que los europeos asesinaron a los judíos y a los gitanos- está diciendo implícitamente el mismo concepto que planteaba Hitler, que hay alemanes y hay judíos y que los alemanes no son judíos y que los judíos no son alemanes”.
A su vez explicó que en las comunidades judías de la diáspora se generaba un enorme problema para los judíos alemanes, pues debían negar una parte constitutiva de su identidad. “Tenían en su misma identidad al perpetrador y a la víctima -describe- porque esto era lo que existía en esa Alemania previa al nazismo, esto era lo que el nazismo quería destruir. Entonces, en algún sentido uno podría decir que el nazismo fue exitoso en términos de que logró convencer a los europeos de que los judíos no eran europeos y convencer a los judíos, de que los judíos no eran europeos”.

Daniel Feierstein en el Congreso Internacional sobre Genocidio: “Genocidio y Derechos Humanos – a cien años del Genocidio Armenio”. Fotos Gentileza Asociación Cultural Armenia
Feierstein evocó la forma en que un investigador turco abrió una conferencia: “Queridos compatriotas otomanos”, dijo hablándole a la comunidad armenia en Estados Unidos. Si bien la expresión resultaba violenta en ese contexto, era una manera de confrontar con el objetivo de los genocidas. La estrategia fue evidenciar que para construir una identidad moderna turca, existían sectores que no la podían integrar pese a que durante siglos hubiesen sido parte de esa comunidad. “Lo que estaba haciendo el investigador era tratar de decir: ´Al arrancarnos nuestro pedazo armenio han destruido a toda nuestra comunidad otomana, turca, nos han sacado un pedazo de identidad de nosotros”, advirtió Feierstein y agregó: “Para confrontar con ese objetivo se necesita confrontar con los modos en los que se construye la identidad. Como decía Lemkin, lo que busca un genocidio es destruir la identidad nacional de la comunidad en la cual éste se lleva a cabo, es la destrucción parcial del propio grupo nacional”.
El investigador manifestó que el genocidio se focaliza en determinadas fracciones de esa población para hacer desaparecer las marcas que no sólo se encuentran en los cuerpos que portan esa identidad: “Las marcas judías no estaban solamente en los biológicamente judíos, se pueden encontrar en toda la cultura europea; las marcas armenias no estaban solamente en los cuerpos armenios y el objetivo es excluir, a través del terror, a través de los cuerpos, toda esa construcción identitaria, todos esos elementos de identidad plural que dieron cuenta de la mayoría de las identidades del siglo XIX y XX”.
Feierstein expresó que la idea de pensar el genocidio como destrucción parcial del propio grupo nacional permite recuperar la noción de comunidad que incorpora la alteridad, articula lo diverso y posibilita enfrentarla con el objetivo del terror genocida: instalar la sospecha y la desconfianza entre distintos grupos de la comunidad. “Siempre el objetivo fue azuzar distintos nacionalismos que ven esa noción de comunidad e instalando un concepto de identidad en donde hay partes del nosotros que no pueden ser parte del nosotros.”.
Al llegar al final de su exposición Feierstein expresó: «Creo que si todos tratamos de pensar el pasado desde este presente, entendiendo que todos los grupos de una comunidad constituyen una parte inescindible del propio grupo nacional, podremos reflexionar en la destrucción del otro como la destrucción de una parte de nosotros”.
El Congreso organizado por la Comisión Conmemoración del Centenario del Genocidio Armenio y auspiciado por las Facultades de Derecho, de Filosofía y Letras de la UBA y la Universidad Nacional de Tres de Febrero, llegó a su fin. A lo largo de los tres días participaron y expusieron en el Comité de Honor y en el Académico las siguientes personalidades: Eugenio Zaffaroni, León Carlos Arslanián, Ricardo Gil Lavedra, Mónica Pinto, Pedro Mouratian, Daniel Rafecas, Claudio Avruj, Nora Cortiñas, Mehmet Dogan, Roberto Malkassian, Ignacio D’Asero, Santiago Libarona, Gabriel Sivinian, Mercedes Doumanian, Paula Galanzino, Mariángeles Pujol, Camila Miranda, Agustín Vannella, Patricia Alejandra Zipcioglu, entre otros.
Ago 25, 2015 | inicio
“La Ley de Medios amplificó la enunciación de mensajes, formó un colectivo audiovisual de emisión, pero falta diversificar estéticas y poner más ciudadanos en pantalla”. El diagnóstico sobre el nuevo territorio de los medios en la Argentina pertenece a Omar Rincón, profesor en la Universidad de los Andes de Colombia y director del Centro de Estudios en Periodismo (CEPER). Ensayista, periodista y crítico de televisión, Rincón formó parte de uno de los paneles destacados del Congreso Latinoamericano de Comunicación que se llevó a cabo en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA), en el marco de la celebración por los 30 años de la carrera de Ciencias de la Comunicación. Horas después de su disertación -y antes de su regreso a Colombia- recibió a ANCCOM en el Hotel Castelar. Con simpatía y pasión por el debate sobre los medios, reflexionó sobre los aportes de la Carrera de Comunicación para la producción de un pensamiento crítico “made in Argentina”, sobre el desarrollo de los medios públicos, la televisión en la región y los grandes desafíos del periodismo frente a una mutación irreversible de las prácticas profesionales. “El periodismo del siglo XX está muriendo. Y tenemos que volver a ser lo que éramos antes: narradores de historias para ser útiles a la comunidad y molestadores de los poderes”, señala.
Como invitado al Congreso Latinoamericano de Comunicación y conocedor de la carrera ¿Qué cambios considera que tuvo desde su fundación en 1985 hasta la actualidad?
La Carrera de Comunicación de la UBA tiene 30 años y eso, para un campo académico, es muy poco. Lo fundamental fue que constituyó un campo mucho más complejo y diverso de la comunicación donde antes sólo existían prácticas, sobre todo periodísticas y mediáticas. Entonces creo que la evolución fue, como dijo Stella Martini en el Congreso Latinoamericano de Comunicación, que se pasó de unas prácticas a un campo, del periodismo y los medios al discurso y las políticas públicas. Se le metió política y cultura a la comunicación y se crearon referentes de pensamiento latinoamericano propiamente dicho, como Alicia Entel, Anibal Ford, Nicolás Casullo y Héctor Schmucler, hoy en día considerados autores de referencia. Se ha logrado producir un pensamiento con marca propia, “made in Argentina” para América latina.
¿Qué análisis realiza de los medios públicos en la región?
Juntaría lo mejor de América latina. De Argentina tomaría la lucha que se está llevando por diversificar el lugar de enunciación de los mensajes, desde la producción. La segunda característica que me parece que habría que imitar en otros países es la de recuperar placeres, voces y costumbres populares, como es el caso del Fútbol para todos. Por último, algo bueno de los medios públicos argentinos, fue la creación de polos audiovisuales de desarrollo en las provincias para fomentar la producción local, con equipamiento y saberes propios, para construir un relato efectivo. Por otro lado, del modelo colombiano tomaría el mecanismo de financiamiento. Allí existe un impuesto a los medios privados y, en consecuencia, el 1,5 por ciento de su pauta publicitaria pasa a un fondo de televisión pública. Y de todas las estaciones de cable, un 7 por ciento del valor de la suscripción se destina a ese fondo. Un elemento que es urgente para los medios públicos, a nivel de legitimidad política, cultural y económica, es que hay que meter más ciudadanos en las pantallas. Si estos lugares siguen siendo de gente culturosa que le habla a una manada de ignorantes televidentes a los que se quiere educar, no estamos jugando ninguna legitimidad. Tiene que haber grandes espacios donde la sociedad popular tome lugar, es lo que llamo “ciudadanías celebrities”, donde ésta se celebra a sí misma como estrella de sus vidas para usar los medios públicos. La presencia de este sujeto debe darse no sólo como rostro y gesto, sino también como estética, formato y relato.

«Hay que meter más ciudadanos en las pantallas. Si estos lugares siguen siendo de gente culturosa que le habla a una manada de ignorantes televidentes a los que se quiere educar, no estamos jugando ninguna legitimidad».
En la Argentina, desde la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, ¿cree que existe ese lugar en las pantallas?
La Ley de Medios abrió la cancha, amplificó la enunciación de mensajes, formó un colectivo audiovisual de emisión, pero le faltó diversificar estéticas y poner más ciudadanos en pantalla.
Entonces, ¿los medios públicos son útiles para la ciudadanía?
En este momento lo son en tres aspectos. En primer lugar son una alternativa real para tener una mejor comunicación y enunciación del mensaje, y una diversificación de los contenidos. En segunda instancia son útiles porque en ese sentido dieron posibilidades de mayor laburo para la gente. Hay más trabajo para otro tipo de estéticas y realizaciones. Por último los medios públicos son importantes en cuanto a que hicieron unas estéticas y formatos mucho más elaborados, más complejos y fundamentales, que permiten pensar mejor la sociedad. El déficit actual es que no pudo meter lo popular en pantalla desde su lógica, sino que lo hace desde la culturosa, de las élites. Otra cosa a mejorar a futuro es diversificar estéticas, que cada producto sea distinto en ese sentido, que cada medio de acuerdo a su público, localización y región sea más parecido a su comunidad. Los canales del interior quieren parecerse a Buenos Aires cuando deberían asemejarse a su provincia.
En un artículo reciente señala que las nuevas plataformas o dispositivos, por ejemplo mirar un video por teléfono celular o películas en Netflix, está cambiando lo que es la televisión…
La televisión ha tenido tres cambios fundamentales en el siglo XXI. El primero fue que se modificó la forma de verla. Ya no tenemos que estar a la espera de que lleguen las nueve de la noche para ver un programa. Hoy en día se puede hacer a la hora que se le dé la gana a uno. Esa es la gran revolución de YouTube y Netflix. La segunda gran innovación tiene que ver con que, cuando todo el mundo decía que la televisión estaba muerta, hoy se reinventa y hace el mejor audiovisual del mundo. Las series de televisión son la mejor droga en la actualidad. Es donde se junta lo más positivo del cine y la televisión y produce fenómenos como, por ejemplo, Breaking Bad, Mad Men y House of Cards. El tercer cambio importante es que hoy en día todo el mundo puede hacer televisión con un celular y una grabadora, con lo cual la enunciación se democratizó. Estas tres modificaciones ofrecen tres desafíos para el futuro: ¿Cómo aprovechar este boom mundial para hacer series a la manera nuestra? Colombia, por ejemplo, hizo Escobar, el patrón del mal, bastante buena en la realización -sacando lo ideológico y los contenidos- que compite en audiencias y en calidad con Norteamérica. En segundo lugar, el hecho de ver programas de forma distinta implica que la televisión pública se vuelva plataforma, donde se pueda entrar cuando a uno se le dé la gana y ver lo mejor de allí, como ser los documentales, los programas de análisis y de ficción. Por último, el futuro de la televisión está en los ciudadanos. Hay que abrir la pantalla para que éstos comiencen a crear un activo audiovisual de sí mismos, desde sus voces, estéticas y formatos.

«Estamos en un momento de mutación de las especies mediáticas donde habrá algunas que mueran y otras que sobrevivan», dice Rincon.
Entonces ¿la televisión tiene futuro? Hay un debate abierto acerca de si va camino a desaparecer o no…
Lo que pasa con el ecosistema de medios es que la llegada de cada nueva tecnología implica una redefinición. La radio significó una reinvención para la prensa y el cine, la televisión lo fue para todos los medios y en este momento, con Internet, lo digital, las aplicaciones y el celular, lo es para todo del sistema. Todos los estudios demuestran que en la actualidad se ve más televisión en el mundo que antes, pasa que no se la mira ni se hace de la misma manera. Hoy se la consume en YouTube o Netflix, y eso lo que hace es que la vieja televisión muera para transformarse en otra cosa. Pasó con Blockbuster, por ejemplo. Antes íbamos a alquilar la película a su tienda y ahora ya no, porque nos llega en una plataforma a casa. Blockbuster no se innovó y desapareció. Los que sí lo hicieron construyeron otra alternativa. Estamos en un momento de mutación de las especies mediáticas donde habrá algunas que mueran y otras que sobrevivan.
En ese mismo sentido, respecto al furor actual de las redes sociales, ¿qué desafíos implica para el periodismo? ¿Cree que de algún modo el periodismo tradicional está muriendo?
El periodismo del siglo XX está muriendo. Cambió totalmente. Los medios de comunicación dejaron de hacer periodismo y se dedicaron a hacer sensacionalismo, farándula y entretenimiento. Los buenos periodistas abandonaron estos espacios y están tratando de sobrevivir de relacionistas públicos, como escritores de libros o profesores de comunicación. Eso demuestra que el periodismo ya dejó de existir como era y que hay que reinventarlo. La gente sabe que no sucede nada si no está enterada de lo que pasa. Es más, puede considerar que su vida es más feliz porque no ve tanta estupidez de los periodistas y tanta mala información. En cambio, en nuestra época, no estar informado era salir desnudo a la calle. Por otro lado, al gobierno les molestan los periodistas, a las empresas también y ya nadie quiere acostarse con nosotros. Pero estas dos cosas hacen que sea necesario el periodismo. Volvemos a ser lo que los éramos antes, narradores de historias para ser útiles a la comunidad y molestadores de los poderes. Para eso tenemos que volver a reinventar el oficio y la forma de hacerlo es crear nuevos formatos, nuevas narrativas y maneras de conexión con la ciudadanía. Las redes sociales están en la infancia, viendo en que se convierten. El Twitter, por ejemplo, ha sido exitoso porque reemplazó a los periodistas y los medios, y eso se da porque ellos no están haciendo su oficio. Los políticos ya no dan ruedas de prensa ni entrevistas sino que mandan Tuits y, en esa medida, los de la farándula hacen lo mismo. Otra razón de su triunfo es porque tiene mucha relación con la oralidad latinoamericana. Somos una sociedad a la que le gusta decir frases, no pensamientos profundos. Por último, es efectivo en periodismo porque genera escándalo, ya que los Tuits casi siempre son sensacionalistas. Con muy poco se genera una conversación pública.
Respecto a la discusión entre medios electrónicos y medios gráficos, ¿considera que uno prima por sobre otro?
Dependiendo el universo donde te ubiques. Si estás en el mundo de la política y empresarial, obviamente triunfan los medios impresos porque son los propios de esta cultura. Si estás en la comunicación popular, ganan la radio y las redes sociales. En la familia, en general, prima la televisión.
¿Qué le diría a los futuros periodistas y comunicadores?
Yo vivo repitiendo el evangelio de Jesús Martín-Barbero que dice que hay que pensar con la propia cabeza, tener qué decir y ganarse la escucha. Para pensar con la propia cabeza hay que formarla, llenarla -más allá de las redes sociales- de arte y de literatura, para tener qué decir hay que investigar y para narrar, saber contar historias en el medio en el que estén.
Ago 25, 2015 | inicio
El Centro Comunitario Educativo Construyendo Sueños nació en plena crisis de 2001 y se fue consolidando a lo largo de los años. Situado en el Barrio Fátima de Villa Soldati, se encuentra en la Manzana 6, Casa 29 y pertenece al Distrito Escolar 19 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Hoy cuenta con un equipo de 16 trabajadores, a quienes el Gobierno porteño ha dejado de pagar el sueldo y propone como alternativa al desmantelamiento, que el Centro se asocie a una organización no gubernamental (ONG) para seguir subsistiendo. En la actualidad, el Centro está a cargo de cuatro coordinadoras, Lorenza González, Fidelina Martínez, Lorena Navarro y Zulma López, quienes como el resto de los trabajadores, hasta hace dos meses, formaban parte de la planta transitoria del ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. López contó a ANCCOM la problemática que atraviesan y repasó la historia de este espacio de apoyo, pero también de desarrollo para los chicos y chicas del barrio: “A partir de tres casos de gatillo fácil y violencia, empezamos a ver qué necesitaba nuestro barrio y qué podíamos hacer”. Ya en los albores del 2000 comenzaron, entonces, a averiguar quiénes podrían colaborar con la iniciativa, pero los Ministerios de Educación y Desarrollo Social de la Ciudad de Buenos Aires no dieron buenas respuestas.

“A partir de tres casos de gatillo fácil y violencia, empezamos a ver qué necesitaba nuestro barrio y qué podíamos hacer”, cuenta Zulma López, una de las cuatro coordinadoras de Construyendo Sueños.
Mientras pensaban cómo sustentar el centro, armaron una biblioteca en el espacio de la capilla Virgen de Luján del barrio, pero como era fundamental que los niños contaran con un salón donde pudieran realizar actividades educativas, deportivas y recreativas, luego de sucesivas reuniones entre vecinos, decidieron comprar una vieja bicicletería para refaccionarla y disponer de ese local. Pero el dinero para solventar las actividades seguía faltando. “Continuamos buscando quién nos podía financiar para poder realizar talleres, que incluyen panadería, iniciación deportiva, teatro, música y defensa personal.Entonces, pedimos una audiencia con el ministro de Educación que, en ese momento, era Mariano Narodowski. Vino a conocer el Centro, le gustó el proyecto y ahí entraron los profesores”, recordó López. En ese año comenzaron las actividades que mantienen los docentes hasta hoy, a pesar de que el Gobierno de la Ciudad, a cargo de Mauricio Macri, dejó de pagar los contratos por horas cátedra. El conflicto se inició cuando, el pasado 1 de agosto, los docentes fueron a cobrar los haberes correspondientes al mes de julio y se dieron cuenta de que no se los habían depositado. Ariel Sánchez, secretario de Políticas Socioeducativas de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), expresó: “Desde el Gobierno dijeron que consigamos una organización no gubernamental (ONG) para que gestione el espacio. Nosotros buscamos una salida que no sea la firma del convenio de tercerización que quiere imponer el PRO, porque su idea es implementar lo que Macri llama ‘gestión asociada’ y nosotros, precarización laboral. En vez de construir jardines del Ministerio de Educación, firman con organizaciones que dependen de Desarrollo Social; ponen a la educación en un plano asistencial en lugar del plano educativo”. Mediante la implementación de este sistema de contratación, una ONG sería la receptora de los aportes del Estado, que automáticamente dejaría de ser responsable por la seguridad laboral de sus 16 trabajadores.

Centro educativo Construyendo Sueños (Fotos Deborah Valado)
Cuando les hicieron por primera vez la propuesta de tercerización, los integrantes de Construyendo Sueños se acercaron al gremio docente. Primero, se realizó una movilización con los maestros, alumnos y vecinos del Barrio Fátima hasta las puertas del Ministerio de Educación, donde esperaron durante horas pero nunca fueron recibidos. Semanas más tarde, volvieron al lugar, en esta nueva oportunidad oportunidad los chicos y sus talleristas exhibieron públicamente sus trabajos. Luego llegó el receso escolar y la baja de los contratos. En ese momento, UTE convocó a una conferencia de prensa en la que se anunció la presentación de un recurso de amparo ante la Justicia porteña para exigir la reincorporación de los docentes cesanteados. El acto contó con la presencia de Nora Cortiñas, presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y los legisladores porteños José Cruz Campagnoli de Nuevo Encuentro y Paula Penacca del Frente para la Victoria. “El gobierno de la Ciudad no tiene mucha intención de moverse de su postura y el tema hay que solucionarlo, porque los compañeros están sin plata en el bolsillo. El centro se va a terminar cerrando porque no hay manera de sostenerlo. Si la justicia no responde, hay que buscar una salida alternativa”, dijo Sánchez. Por su parte, Lorena Navarro contó: “Somos cuatro coordinadoras, una psicóloga, un trabajador social, uno de mantenimiento, una de limpieza, una bibliotecaria y siete profesores. También transitan alrededor de cien chicos y jóvenes de distintas edades. Todos están viniendo de manera habitual y esperando que salga el amparo. Al Gobierno de la Ciudad se le enviaron petitorios para realizar una reunión, pero nos bajaron las horas y nunca nos llegó formalmente un telegrama de despido o algo por el estilo. No tienen comunicación con nosotros”. Su compañera López, agregó que “sólo en 2012 estuvimos con María Soledad Acuña, de la Subsecretaría de Equidad Educativa del Ministerio de Educación, y nos recibió muy mal, con un desprecio total”.

“Preguntan por qué el gobierno no nos quiere escuchar y vos, como adulto, no sabés qué responder», contó Zulma López.
Hasta julio, el Ministerio se encargaba únicamente de pagar los sueldos. Para el mantenimiento integral, insumos y gastos (como las boletas telefónicas o la compra de garrafas de gas), se realizaban rifas y se vendían alimentos del taller de panadería. Lo que más preocupa a los integrantes del Centro es que los niños y adolescentes son los más afectados. López señaló: “Preguntan por qué el gobierno no nos quiere escuchar y vos, como adulto, no sabés qué responder. Esas cosas te dan un poco de bronca: no es por nuestro sueldo, sino por la oportunidad de los chicos”. ANCCOM intentó comunicarse tanto con el Ministerio de Educación como con el de Desarrollo Social de la Ciudad. De ninguno de los dos obtuvo respuesta. Tampoco lo lograron los responsables de Construyendo sueños: “Hasta el momento, ningún representante del Gobierno demostró intenciones de realizar una reunión para buscar una solución alternativa.Nosotros les decimos que vengan a ver al laburo que hacemos, que vengan a escuchar a los pibes. Quieren que hagamos sólo apoyo escolar -afirma López-. Hay chicos que lo necesitan, pero también hay otra población que necesita otras cosas. ¿Y los que van nomás a los talleres? Eso no lo tienen en cuenta. Que se pierda todo lo logrado no es justo y duele”.
Ago 25, 2015 | inicio
Desde el viernes 21 al lunes 24 una carpa azul, de forma circular, se levantó frente al imponente Palacio de Tribunales, en un costado de Plaza Lavalle. El interior estaba decorado con fotomontajes del empresario Luis Pedro Blaquier, en los que aparecía vestido de preso. Sentados alrededor de una mesa, un grupo de familiares de detenidos y desaparecidos de Jujuy mantenían una vigilia junto a miembros de organismos defensores de los derechos humanos y de organizaciones políticas y sindicales, como la Tupac Amaru y el Sindicato de Trabajadores Judiciales (SITRAJU). Es la forma de protesta que diseñaron para repudiar el fallo de los camaristas Gustavo Hornos, Juan Carlos Gemignani y Eduardo Righi, que benefició al empresario azucarero acusado de colaborar con la dictadura militar en el operativo conocido como “La Noche del Apagón”, donde fueron secuestradas 400 personas, 33 de las cuales permanecen desaparecidas.
El polémico fallo de la Sala IV de la Cámara de Casación dictaminó la falta de mérito de Blaquier, titular del Ingenio Ledesma, y del entonces administrador de la empresa, Alberto Lemos, en las causas en las que estaban procesados por violaciones de los Derechos Humanos. Ambos están acusados de colaborar con tres secuestros ocurridos el 24 de marzo de 1976 y con otros veinte que se ejecutaron cuatro meses después, entre el 20 y el 27 de julio.
Desde el pronunciamiento de esta resolución, los organismos de derechos humanos vienen movilizándose y denunciando, en diferentes instancias, la impunidad que garantiza el Poder Judicial frente a los delitos de lesa humanidad cometidos por empresarios. A principios de este año se suscitaron cuatro fallos similares al de Blaquier, que impiden juzgar a los sectores de la sociedad civil cómplices de la época más oscura de nuestro país.

Lo que estamos tratando es de fijar una posición respecto a cómo están marchando los juicios, sobre todo el juicio de La Noche del Apagón” explica dentro de la carpa Oscar Alfaro, sobreviviente de los secuestros del Ingenio Ledesma que se suscitaron hace 39 años. Durante esos días de 1976, se montó un operativo que consistió en sucesivos cortes de luz en la localidad de Ledesma, ocasionados intencionalmente por la dictadura con el objetivo de secuestrar militantes políticos y sociales, gremialistas y estudiantes. La vinculación entre el accionar del Ingenio Ledesma y el aparato represivo no se limitó solamente a permitir los cortes de luz sino que además la empresa brindó listas negras y prestó sus camionetas para el traslado de los secuestrados. “En el fallo de la Cámara de Casación de marzo de este año –recuerda Alfaro- se confirma que existieron las camionetas y que hubo gente que fue llevada a galpones de la empresa, pero dicen que el dueño no lo sabía. Con esa excusa le otorgaron la falta de mérito. Pareciera que hay un acuerdo político de la corporación judicial de no avanzar en los causas contra empresarios”.

A metros de la puerta de la carpa hay una bandera blanca que lleva inscripta la consigna de la manifestación: “Repudio Nacional a la impunidad Cívico-Empresarial”. Inés Peña, presidenta de Madres y Familiares de Detenidos y Desaparecidos de Jujuy, explica el objetivo del acampe: “Venimos a reclamar la falta de justicia y contra los empresarios que han sido la pata financiera que permitió la magnitud que tuvo la masacre de la Noche del Apagón. Montamos esta carpa en frente de Tribunales para interpelar a la Corte Suprema. Viajamos más de veinte mil kilómetros para que esto avance, y para que la Comisión Interpoderes nos dé una respuesta a los pedidos que formulamos”, manifiesta la militante jujeña haciendo referencia al comité que integran el diputado Remo Carlotto, el titular de la Corte, Ricardo Lorenzetti; el ministro de Justicia Julio Alak, la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó; la presidenta del Consejo de la Magistratura Gabriela Vázquez y Ana Figueroa, presidenta de la Cámara de Casación. En el momento de su creación, en 2008, la comisión dio un firme apoyo a la continuidad de los juicios que investigan los delitos de lesa humanidad. Ahora, los manifestantes le presentaron un documento realizado por 150 abogados querellantes en este tipo de causas, donde denuncian la falta de salas para los juicios orales, la poca frecuencia de las audiencias y la carencia de personal de investigación, entre otros reclamos.
Además del repudio a la falta de mérito a Blaquier y Lemos, los organismos piden celeridad de las causas ya que además de los tiempos institucionales les preocupan los tiempos biológicos: “Es una lucha contra el tiempo, se mueren los genocidas sin ser juzgados y los compañeros sin tener justicia”, marca Peña.
Los organismos convocantes también pidieron juicio político a los integrantes de la sala IV de cámara de casación: “El Poder Judicial tiene que estar al servicio de los más vulnerables, al servicio del pueblo” manifestó Juan Pablo Haddad de la Comisión de Derechos Humanos del SITRAJU, quienes también participaron del acampe frente a Tribunales.
El repudio de estos cuatro días se extendió también a los fallos que a principio de este año frenaron el avance de otras causas emblemáticas que investigan la complicidad civil en delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura. Entre ellos figura el caso de Vicente Massot, director del diario bahiense La Nueva Provincia, la causa que investiga a Héctor Magnetto, Ernestina Herrera de Noble y Bartolomé Mitre por la causa Papel Prensa y el juicio a Agustín Bottinelli, ex jefe de redacción de Para Ti, acusado del delito de coacción por publicar en 1979 una falsa entrevista a Thelma Jara de Cabezas, quien entonces se encontraba cautiva en la ESMA y era presentada en ese artículo como “la madre de un subversivo muerto”.

Como un efecto dominó, estas causas y la que imputa a Blaquier pusieron al descubierto las dificultades existentes para avanzar sobre los juicios a los cómplices civiles del terrorismo de Estado. Por esa razón, también participaron de la carpa de protesta trabajadores y delegados de los años setenta de Mercedes Benz, Astarsa, Tensa, Ford y La Cantábrica, empresas que también están acusadas de colaborar con la dictadura militar. “Yo fui delegado en Mercedez Benz durante esos años, soy querellante contra la empresa y nos sumamos a esta carpa contra la impunidad empresarial”, explica Julio D´Alessandro, integrante del colectivo que agrupa a trabajadores y delegados de aquellos años. “En la causa contra Mercedez Benz –agrega- están las pruebas concretas de las listas y del financiamiento que hacían las empresas a los grupos de tareas de la dictadura”.
Llegando a las cuatro y media de la tarde del último día del acampe, hora en que se reunieron por primera vez en el año la Comisión Interpoderes, Remo Carlotto, titular de la comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados de la Nación, pasó por la carpa y en declaraciones a ANCCOM sostuvo: “No necesitamos que los familiares de Jujuy vengan a Buenos Aires para hacer una demanda, tenemos que tener una justicia abierta y de diálogo con aquellos que vienen demandando hace tantos años justicia”.