“El sistema de medios y el poder político están hablando entre ellos”

“El sistema de medios y el poder político están hablando entre ellos”

Es en la agenda pública donde empieza a verse una audiencia activa, que no asume la agenda mediática como dada, que empieza a cuestionarla, a preguntarse por quién es la fuente de información”, dice Natalia Aruguete en diálogo con ANCCOM.  ¿En qué medida el contenido de los medios masivos de comunicación influye en las audiencias? ¿Qué efectos genera en las mismas? En su reciente libro El poder de la agenda, política, medios y público –editado por Biblos- Aruguete, doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes cuestiona desde una mirada crítica el poder de las agendas y la relación entre ellas y reflexiona sobre los procesos de selección y construcción de noticias y su influencia real en la opinión de la ciudadanía en tiempos de redes sociales.

En su libro expone las distintas fases en la teoría del establecimiento de la agenda. ¿Cómo funciona aquella enfocada en los efectos cognitivos de los medios?

Es la primera fase –iniciada 1968- que confirma la hipótesis que mantenía otro investigador, Bernard Cohen, uno de los principales antecesores de la teoría de establecimiento de la agenda. Lo que Cohen decía en 1963 era que los medios no tienen capacidad de decirnos qué pensar, pero sí de decirnos sobre qué pensar. No nos instalan ese cómo, pero sí instalan temas más importantes sobre los cuales la gente se forma una opinión. Ellos llevaron a cabo una serie de estudios y descubrieron que los temas que aparecían como los más importantes en la agenda mediática, eran los mismos temas que después aparecían como los más importantes en la agenda pública o en las encuestas de opinión.

En una segunda fase, explica que existen factores, condiciones contingentes, que inhiben los efectos cognitivos ¿Cómo ocurre?

Las condiciones contingentes pueden tener dos tipos de injerencia en la relación entre medios de comunicación y opinión pública o ciudadanía. Estos dos tipos de incidencia pueden ser inhibiendo la influencia de los medios o reforzándola, depende de cada una de las condiciones contingentes a las cuales nos podamos referir. Por ejemplo, se supone que una persona que tiene un mayor nivel educativo puede tener una relación ciertamente crítica con aquello que está leyendo, respecto de determinados medios, pero puede tener al mismo tiempo una mirada de mayor aceptación de aquellos con los que coincide. Y allí ingresa otro factor, otra condición contingente que puede ser la credibilidad en los medios masivos de comunicación. Si yo no tengo confianza, no le creo a lo que dice Clarín por los factores que sean, entonces la agenda de Clarín va a tener una menor influencia sobre mi opinión que la agenda que pueda tener cualquier otro medio.

Después, otro tipo de condiciones, la más importante, es la necesidad de orientación. Es una condición psicológica que plantea que todos los seres humanos necesitamos hacernos un mapa cognitivo de lo que está ocurriendo y cuando intentamos hacernos ese mapa sobre aquellos temas que se alejan de nuestra experiencia, recurrimos a los medios para que nos configuren ese mapa. Entonces, cuando los temas no son experienciales, en el sentido de que se alejan de nuestra cotidianeidad, tienen mayor nivel de influencia que con aquellos temas que tocan nuestra experiencia.

El caso del niño Aylan (Kurdi) que fue hallado ahogado en la playa turca, para nosotros es un tema muy lejano, entonces, cualquier tipo de cuestiones que nos digan los medios tendrán mayor posibilidad de que influyan en nuestras percepciones sobre esa problemática. Incluso si tenemos conversaciones interpersonales respecto a esa temática, es probable que discutamos menos. Diferente sería si nos ponemos a discutir sobre las últimas elecciones en la Argentina porque ese fenómeno toca más nuestra experiencia, conocemos a los actores involucrados y entonces, el efecto que tengan los medios sobre nuestras percepciones será distinto e incluso las conversaciones que podamos tener al respecto pueden llegar a ser más discutidas, podemos llegar a menos o más acuerdos, pero tiene que ver con que nuestra necesidad de orientarnos en temas que tocan o no tocan nuestra experiencia.

¿Qué revela la siguiente fase?

La tercera fase, lo que descubre es que las características de personalidades o temas que ingresan a la agenda de los medios, pueden ser enfatizadas y otras ocultadas. Ese énfasis, que se da a determinados atributos en detrimento de otros, no solamente nos indica sobre qué pensar, sino que también nos forma una determinada opinión sobre esos objetos, es decir, sobre qué pensar pero además cómo pensar sobre esos objetos.

A lo que se le pone énfasis…

A lo que se le pone énfasis pero en términos de características es, si yo digo que Cristina Fernández de Kirchner es una candidata autoritaria, frente a Mauricio Macri, un candidato de consenso, estoy atribuyendo una característica determinada que incide en cómo vos te figurás a esos candidatos, entonces la tercera fase no sólo nos indica sobre qué pensar, sino también cómo pensar sobre aquello de lo que se habla en la agenda de los medios.

En su libro habla de tres tipos de agenda: pública, mediática y política ¿Cuáles son las diferencias y cómo se establece la influencia entre ellas?

Esta sería la cuarta fase en la que ingresa la agenda política porque en las primeras tres, las únicas dos agendas que se ponen en juego, bajo estudio, son la agenda mediática y la agenda pública y se analiza en qué medida la agenda mediática influye sobre la pública.

La agenda mediática es la cobertura de los medios, esta es la agenda de Clarín. Una agenda es un conjunto de temas o atributos. La agenda pública son los temas que interesan a la sociedad como la inseguridad, la inflación, la pobreza, etcétera. En 2002 el principal tema de la agenda pública en la Argentina era la pobreza, hoy la principal preocupación de la agenda pública, es decir, de la sociedad argentina es la inseguridad.

Las agendas públicas también se conforman a partir de los contextos en los que nos encontramos, en un contexto en donde la mitad de la población estaba bajo la línea de pobreza, te digan lo que te digan los medios, vos eso lo estabas viviendo como tema cercano a la experiencia. En 2002 los medios no podían tener demasiada influencia si decían cualquier cosa sobre la población porque la población estaba viviendo en carne propia problemáticas que eran muy dramáticas. Cuando esas problemáticas empiezan a retirarse y empieza a haber un mayor bienestar – que se recuperó en los últimos doce años – temas como la inseguridad por ejemplo, empiezan a ubicarse. Hay autores como el sociólogo Gabriel Kessler, quien acuña en la Argentina el término sentimiento de inseguridad, que dice que este sube en importancia para la sociedad cuando los otros elementos de preocupación de la sociedad están más estables, por ejemplo la economía, el trabajo. Cuando hay estabilidad económica la preocupación por la inseguridad es mayor, dice. Entonces, esas preocupaciones que hay en la sociedad, esas cosas que nos importan conforman la agenda pública.

La agenda política, está formada por aquellas preocupaciones del sistema político. En noviembre no se hacía otra cosa que pensar en las elecciones, hoy es el cambio de Gobierno, cómo se reorganiza y cómo tiene que avanzar en su gestión, teniendo la cámara legislativa en desventaja, teniendo a la gente en la calle bastante movilizada, todas esas cuestiones son temas, issues que están en la agenda política.

Por ejemplo la designación de los dos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación…

Por ejemplo, la designación de los dos jueces es agenda política porque hay una actuación al respecto por parte del Poder Ejecutivo, pero además hay una discusión alrededor de esa cuestión por parte de los actores que son dirigentes políticos, funcionarios o ex funcionarios. Lo que hay que ver es si esa cuestión -una relación ciertamente endogámica entre el poder político y el poder mediático (coincidan o no ideológicamente), coincide entre las principales preocupaciones del poder político y los principales temas que aparecen en las coberturas de los medios. No estoy tan segura de que esas sean las principales preocupaciones de la sociedad, o sea de la agenda pública. Entonces, una de las cuestiones que me parece que hoy se puede poner en discusión es, en qué medida las tres agendas están hablando de lo mismo.

Entonces ¿Cómo se llega a pensar en un proceso de construcción de la agenda mediática?

Con lo que originalmente se ha llamado agenda building, que es la construcción de las agendas, se analizan distintos factores que están en juego al momento de construir la agenda mediática -más allá de que la relación entre el sistema de medios y el poder político es tensa, hay una relación más endogámica, porque están hablando entre ellos – entonces, las preocupaciones del poder político y las del sistema de medios tienen mayor nivel de coincidencia. Luego de eso, uno puede preguntarse si hay una influencia en la agenda pública, preguntarnos qué pasa en Facebook, qué pasa en Twitter, que puede pensarse como una caja de resonancia de la agenda pública, en algunos sentidos.

Vamos a suponer, que tomamos como ejemplo las redes sociales como expresión de la opinión pública, en vez de sondeos de opinión. Uno podría decir que si hay circuitos de amigos de Facebook o de Twitter en donde se habla de lo mismo, por ejemplo si tiene precedente o no el decreto que designa en comisión a dos jueces de la corte, donde la preocupación es si es constitucional, si es autoritario o no lo es. Pero los circuitos de amistades de Facebook son tribus donde hay coincidencia en las agendas, entonces no lo podemos pensar como una problemática que está homogéneamente extendida a lo largo de los distintos armados de amistades de Facebook, es difícil hoy, con tanta circulación de información. Las audiencias comienzan a ser concebidas como audiencias activas, ya no como una masa homogénea a la cual se le fija la agenda de los medios, hoy hay una disputa por qué agenda se instala. Lo cierto es que la sociedad, los movimientos sociales u otras agrupaciones que tienen menor poder de incidencia en el curso de los acontecimientos, también tienen menor poder de ingresar a la agenda mediática. Hubo muchas manifestaciones de la población entre las elecciones del 25 de octubre y el ballotage, en que se fue armando desde las bases un apoyo a un proyecto, criticando la candidatura de Macri, pero esas manifestaciones no tuvieron tanta repercusión en los medios, ni aparecieron en las tapas de algunos medios como por ejemplo sí las tuvo las manifestaciones que se hicieron en 2008 por el llamado campo, que también es un término que puede cuestionarse.

¿Pero la agenda mediática no tiene también que ver con los intereses de los medios?

Los intereses de los medios son uno de los factores que inciden en este proceso de construcción de la agenda, pero esos intereses no actúan aisladamente, actúan en negociaciones con otros poderes. El poder mediático tiene negociaciones tensas con el poder político, pero también con poderes corporativos. No es lo mismo analizar en qué medida la ciudadanía que se movilizó en el mes de noviembre, o el movimiento piquetero en su negociación con los medios de comunicación; que analizar la fuerza y el poder que tienen las corporaciones sindicales de ingresar en la agenda de los medios, ahí por supuesto se juegan los intereses y sobre todo se juega la ideología de los medios, el perfil editorial de los medios y su ideología plasmada en una agenda. Por supuesto que están los intereses, pero no juegan solos, sino desde un contexto determinado.

Igualmente las manifestaciones en contra del decreto que creó el Ministerio de Comunicaciones tampoco apareció en muchos medios, ¿Se podría decir que no está en agenda?

Ese es otro elemento muy interesante de analizar, yo he trabajado sobre algunas cuestiones relativas a el llamado 7D y lo que fue el proceso de discusión del proyecto de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hasta que se sancionó y lo trabajé en cómo los medios lo cubrían y no es solamente que aparezcan o no, lo importante es cómo aparecen. Si el 7D aparece meramente como una controversia, o si se analizan las consecuencias más profundas que podría generar que se cumpla o no con plazos en los cuales también entran a jugar otros poderes, no solamente el político, sino el judicial. Pero lo que es muy interesante es ver qué ocurre con problemáticas que afectan con los intereses directos de los medios, intereses corporativos, económicos, pero también intereses políticos.

De todas formas, yo no creo que haya ninguna temática en la cual los medios estén completamente despegados, los medios son actores políticos que participan de la vida política muy fuertemente. No es que crear un Ministerio de Comunicación o lograr la anulación de la ley de medios preocupó más a las agendas de los principales medios de comunicación de la Argentina que lo que les preocupó el conflicto con el campo. Los medios de comunicación tuvieron un infernal involucramiento en ese conflicto y les preocupaba soberanamente. Lo que digo es: cuidado con pensar que hay cuestiones de las cuales los medios están alejados, los medios participan de la vida política de la Argentina y el mundo muy activamente, creo que hay pocos temas que hoy dejen de interesarle a los medios en una relación muy cercana.

 

En una fase posterior habla de la eficacia política de las coberturas informativas y su efecto sobre el comportamiento de la audiencia, es decir la agenda setting en red ¿Cómo explicaría el proceso por el cual se conecta la información nueva con la que ya existente en la audiencia?

Lo que empieza a pensarse a partir de la idea de agenda setting en red es que los temas o los atributos que empiezan a instalar los medios, no tienen una linealidad directa respecto de que yo hablo de corrupción, la población habla de corrupción, yo hablo de inseguridad, la población habla de inseguridad.

Vuelvo a las elecciones porque me parece elocuente para plantear. El frente Cambiemos decía que el Sciolismo estaba recurriendo “a la campaña del miedo”. Pero al mismo tiempo, también el frente Cambiemos tenía recurrencias a la idea del miedo de maneras más subliminales, ambos candidatos tenían un acercamiento a la idea del miedo cuando se dirigían a la población. Y lo del miedo es muy importante porque creo que en las reflexiones estratégicas que tienen los equipos de campaña, eso estaba muy presente, lo tenían muy claro. Porque en los argentinos, la idea del miedo está muy instalada, no solamente por la llamada inseguridad, nosotros vivimos una dictadura feroz que se cobró mucha gente y generó a la población mucho miedo.

Entonces, las apelaciones al miedo de los discursos de los candidatos o en las coberturas mediáticas tienen un efecto de agenda en la población, en la medida en la que logran que la idea del miedo conecte con cuestiones que están guardadas en nuestra memoria. La idea de la agenda setting en red alude a esas asociaciones entre lo nuevo que proponen los medios y lo que en algún lugarcito tenemos guardado, entonces al hacer esa asociación, esa temática se nos vuelve relevante, pero no solamente porque aparece en la tapa de Clarín, sino porque logra asociarse a cuestiones que ya tenemos presentes, eso es la agenda setting en red.

La quinta fase es levemente distinta porque lo que se plantea es que, así como en la primera fase, en el año 1968 se descubre que los medios tienen efectos cognitivos, es decir, “nos hacen conocer” aquello que es importante, y la tercera fase tiene efectos actitudinales en el sentido de que tenemos percepciones determinadas sobre los candidatos, temas o personalidades que los medios ponen como relevante, esta fase plantea que además la relevancia que se le de a determinadas cuestiones tiene efectos sobre cómo nos comportamos.

Entonces, la inseguridad es un ejemplo muy elocuente también para hablar de esto porque si Clarín, La Nación, TN o los medios interesados en darle mayor relevancia a estas problemáticas, insisten, e insisten uno se compra una puerta candado o sale menos, o se guarda en su casa antes, cosas que por ahí años atrás nos parecían ridículas pero que el machaque sobre determinadas noticias, la cobertura sobre la llamada inseguridad (me parece importante insistir sobre la llamada inseguridad), es casi el doble de la tasa de delitos efectivos. Entonces, esa cobertura que abona el hecho de que la sensación de inseguridad que se tiene, sea mayor que la cantidad de delitos denunciados, está fuertemente influida por los medios masivos de comunicación porque además no es una problemática que circule en las redes sociales de manera predominante.

En su libro cuestiona los efectos de la teoría de la agenda setting ¿Cuáles serían las críticas que le haría a la misma?

Una crítica que le haría es que el orden de temas aparecidos en la agenda mediática pueda llegar a coincidir, o no tanto, con el orden de problemáticas que aparecen como principales en la agenda pública, eso no significa causalidad, para mí eso no es suficiente para decir que hay un efecto directo porque creo que la agenda setting en ese punto no está incluyendo el contexto en el cual todo esto tiene lugar. No es lo mismo pensar en la influencia que pueden tener los medios en momentos de calma donde por ahí uno lee la tapa de Clarín y no se lo pregunta tanto, que pensar en momentos de campaña electoral, sobretodo tan competitivo como la que hemos tenido. En esas ocasiones, la gente tiene un mayor involucramiento político en términos de mayor eficacia política, de preocupación, de interés por lo que está pasando, lee mayor cantidad de noticias políticas, pero eso no implica necesariamente que tenga un efecto directo. Creo que hay que matizar la idea de los efectos, que es más conveniente en este punto, tomando a algunos autores, hablar de proceso de construcción de agenda y no de proceso de establecimiento de agenda, en el sentido de que el establecimiento de agenda habla de la transferencia, de la relevancia de una agenda hacia la otra, en cambio, el proceso de construcción de agenda lo que supone es que las tres agendas, la política, la mediática y la pública se influyen unas a otras al menos en alguna medida pero que no pueden desconocer lo que está circulando en las tres agendas.

¿Los medios en línea disputan la agenda a los medios tradicionales?

Debemos decir que es en la agenda pública donde empieza a verse una audiencia activa, que no asume la agenda mediática como dada, que empieza a cuestionarla, a preguntarse por quién es la fuente de información. Entonces, esta audiencia activa si bien puede en sus manifestaciones a través de posteos o tuits tomar a la agenda mediática como insumo fundamental, eso no significa necesariamente que asumamos esas noticias como dadas porque también las discutimos, las resignificamos, decimos mirá lo que publicó La Nación pero para hablar también de otra cosa, lo damos vuelta, incluso a veces decimos: mirá La Nación lo que está diciendo, entonces no hay que pensar solamente que el hecho de que estas noticias de la agenda mediática tradicional aparezcan en las redes sociales vaya de suyo que haya una influencia, la influencia se da cuando se producen dos cosas: se da de manera imperceptible, cuando podemos notar dos mecanismos, por un lado, los significados que se le da a aquello que citamos de los medios de comunicación, ya sea en las redes o en nuestras conversaciones, cuando el sentido y el significado que le damos coincide con el sentido que le dan los medios. Clarín me dice: creció el nivel de inseguridad de la población, yo digo: qué barbaridad creció el nivel de inseguridad en la población, allí asumo acríticamente lo que me está indicando, ahora si yo posteo eso en facebook y digo: `mirá Clarín cómo está jugando con el nuevo gobierno para dejarle las manos libres, para el traspaso de la Policía Federal a Capital Federal`, eso es poner en discusión la nota de Clarín, más allá de que yo la cité en mi post. Entonces, insisto, un primer mecanismo para influir en una agenda sobre otra es que yo la asuma acríticamente, pero la otra forma de influencia de la agenda mediática o de la agenda política sobre la pública es cuando yo tomo determinados temas instalados y los pongo en discusión.

A mí me parece que los temas que fueron propuestos para el debate presidencial no fueron temas neutrales, pese a que el debate se presentó como un intercambio de ideas, como una propuesta democrática en donde nos íbamos a enterar de aquello de lo que pensaban los candidatos, y lo que no nos dimos cuenta y no nos preguntamos es que las temáticas alrededor de las cuales los candidatos discutían, estaban prefijadas y no eran neutrales porque hay ciertos grandes issues que aparecieron ahí que tenían una concepción teórica y política por debajo, nadie se los preguntó, lo dieron por dado. Incluso, tanto en los medios como en la gente en esos días, la discusión estuvo dada entre quién chicaneaba más a quién, cuánto se había alterado Scioli, cuánta calma había mantenido Macri, la discusión quedó en un nivel tan banal que eso logró dispersarnos para que no nos preguntáramos por la génesis de los temas. Ahí voy con la importancia de pensar en construcción de agenda, ¿Cómo se construyó la agenda del debate? nadie se lo preguntó, ¿Quiénes son? ¿Qué organización propone los temas? No nos lo preguntamos. No estoy criticando a esa ONG, lo que digo es que todos tenemos concepciones teóricas y políticas por detrás y esas concepciones quedan plasmadas incluso en los temas que elegimos y en los atributos que le otorgamos a esos temas. Si la población deja de preguntarse sobre eso, ahí el efecto de agenda es mucho mayor.

¿Cómo cree que influyeron estas agendas en el ascenso de Mauricio Macri?

Me parece que no se puede hablar de un elemento que haya influido, la verdad es que me parece que la influencia mediática no tuvo un gran poder en ese tiempo, porque después del 25 de octubre, no solamente las encuestas, sino que la percepción pública era que Macri iba a ganar por diez puntos, hasta los que no deseábamos eso y nos movilizamos en contra de eso, incluso hasta las nueve de la noche, todos estábamos convencidos de que ganaba por diez puntos y ganó por dos y medio.

Eso me da a pensar que las agendas del poder tuvieron poco impacto en la población, por lo menos en la mitad de la población que votó en contra de Macri y entonces me parece que lo que allí logró inhibir el efecto de agenda mediática fue la movilización de la población, no solamente en las calles a partir de una conversación permanente, sino además la circulación de información en las redes que pusieron en discusión el set de temas puestos por las agendas mediáticas. Ahí sí creo que hubo en la agenda pública, tomada en términos generales, una resistencia a la agenda que proponían los medios y que proponía el poder político.

Golpe al bolsillo

Golpe al bolsillo

Para la mayoría de las familias abastecerse con los productos básicos para vivir día a día constituye hoy una experiencia angustiante: resulta difícil llegar al supermercado sin sorprenderse al ver los precios en los carteles de los productos, que parecen volar más alto en cada vuelta que el consumidor hace por las góndolas.   

“Todos los cortes y todas las carnes subieron alrededor de 20 pesos, y la venta a partir de noviembre ha bajado mucho, a nosotros un 50%. Los distribuidores habían anunciado que en enero iba a bajar y hoy en día no ha bajado nada”, indica a ANCCOM un  empleado de una carnicería de Parque Patricios, ubicada en La Rioja al 2100. En tanto, en la misma cuadra, en una panadería, su empleado señala: “Si bien para fin de año aumenta siempre el precio del pan y de las facturas, la gente no dejaba de comprar nunca. Desde enero que vimos bajar la venta, por eso le dijimos al maestro pastelero que baje la producción de tortas, masas y todo lo que pueda no ser tan necesario. Estamos produciendo menos porque ya sabemos que vamos a vender menos”.

La recorrida llega a Balvanera. Allí, en una verdulería ubicada en Moreno al 2700, su dueño cuenta: “Si no sigo la corriente de subir ahora, me quedo sin pagar los gastos después, y si veo que no vendo la mercadería la pongo en oferta y sale al toque”. Mientras tanto, en un supermercado “chino” de avenida Córdoba al 2300, el cajero advierte que cuando aumenten los servicios, especialmente el de luz, deberán reflejarlo en el precio que va a verse en las góndolas.

Precios que vuelan

De acuerdo con un informe de consumo que releva la Dirección General de Estadísticas y Censos del gobierno de la Ciudad, la canasta de alimentos de primera necesidad para una familia porteña tipo integrada por dos adultos de 35 años en actividad, compuesta por un hombre y una mujer, con dos hijos varones de entre 6 y 9 años e inquilinos de vivienda, reveló un incremento de 4,22% en diciembre pasado. Esta cifra supera a la de la canasta total (3,25 por ciento), en la que se incluyen algunos servicios mensuales, y a la de la inflación informada por el mismo organismo, la cual registró una suba del 3,9% en el mismo mes. Se trata del mayor aumento de dicha canasta desde enero de 2014, período en que el anterior ministro de Economía Axel Kicillof había instrumentado una devaluación cercana al 20%.

El Centro de Estudio Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO) realiza todas las semanas un relevamiento de la economía argentina. Su director, Andrés Asiain, anticipó a ANCCOM que la inflación de precios en los alimentos registrada en enero de 2016, a nivel nacional, cerró con un alza del 4%, con lo cual, de seguir esta tendencia, el aumento de los bienes y servicios durante 2016 será el más alto en muchos años. Los guarismos han sido calculados a partir de un estudio sobre el precio de unos 20.000 alimentos que se comercializan en supermercados de todo el país.        

Consultado sobre las razones principales de este aumento en los productos alimenticios, Asiain subraya tres: “La devaluación del 45%, la baja a cero de algunas retenciones, que va de la mano con la apertura y desregulación de la exportación (y que impacta sobre todo en la carne), y la destrucción de los organismos de regulación de precios, entre ellos, el desmantelamiento de las estructuras de la Secretaría de Comercio, que se encargaban de fiscalizar y de que los supermercados no se excedieran en la remarcación de precios”.  

El informe del CESO demuestra una escalada de precios no solo en los bienes comestibles sino en otros productos básicos que se venden en comercios. Las mayores alzas se registraron en los rubros piletas (16%), electricidad e iluminación (14,6%), farmacia (11,9%), ropa de bebé (11,6%) y ferretería (10,2%).  

El mismo estudio también señala que el costo de la canasta básica alimentaria por adulto para los últimos siete días de enero fue de 1.496 pesos, con una suba del 4% en el período de la primera a la última semana del mismo mes. Entre los incrementos más considerables se destacan las hortalizas (79%), las legumbres secas (32%) y las harinas de maíz (28%). Además, ese registra un aumento en los alimentos frescos (2,4%) y secos (2,9%), las bebidas (3,2%), los artículos para el hogar (5,4%, muchos de los cuales son importados), los productos de limpieza (3,8%) y perfumería (5,6%), y textiles (4,1%). Sobresalen como excepciones la baja en el importe de los quesos (28%) y los huevos (6%).

Martín Burgos es coordinador del departamento de Economía Política del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. De acuerdo con su diagnóstico económico, “la baja de retenciones impacta de lleno en el comienzo de la cadena inflacionaria. El favorecimiento al sector exportador de alimentos redunda en un impacto en los productos básicos, como maíz y trigo, y a partir de eso, en la producción de harina, fideos, polenta, entre otros, e incluso hay un impacto en la alimentación animal que repercute en el precio de la carne”. Y agrega que “el accionar del nuevo Gobierno es un error ideológico que no puede sostenerse políticamente a largo plazo. La quita del poder adquisitivo de los consumidores se ve reflejada en estos aumentos que no van acompañados de un aumento en los salarios. Y todavía falta la repercusión del aumento en las tarifas de servicios”.        

Por otra parte, tanto Asiain como Burgos comparten la evaluación de que son los supermercadistas grandes quienes se ven beneficiados por el desmantelamiento de la estructura de regulación de precios. “Hay vía libre para aumentar los precios a su antojo sobre productos que no pueden ser reemplazados, porque todos necesitamos comer”, afirma Asian. Por su parte, Burgos explica: “La medida de Precios Cuidados fijaba al menos un precio de referencia para el resto de los alimentos”. Cabe aclarar que ese programa sigue existiendo, pero con muchos menos productos que antes.

Para Asiain el aumento de precios en general a mediano y largo plazo no termina beneficiando a la clase empresarial local, pues, “van de la mano de una disminución del consumo interno. Lo que ganan como mayor margen de ganancia empresarial lo van a perder en disminución del volumen de venta”. Por su parte, Burgos manifiesta: “Hay una política clara a favor del sector agroexportador sin obligación de liquidar los dólares en el Banco Central una vez que concretan la oferta, y recomponiendo la rentabilidad en un contexto internacional de bajo precio de la materia prima a costa del resto de la población. La prioridad era recomponer la rentabilidad de los grupos exportadores más tradicionales que en dos años vieron aumentar los costes de producción y mermar su ganancia por la baja de los precios de lo que exportaban y empresariales y llevar a cabo una política de redistribución de ingresos”.

El rol de la economía popular

La Federación de Organizaciones de Productores de Alimentos (FOPAL) está conformada por cooperativas de trabajadores, familias y asociaciones civiles vinculadas a la elaboración e industrialización de productos alimenticios. Surgió en septiembre de 2012, luego de que sus integrantes tomaran contacto entre sí por la mal llamada “crisis del campo” de 2008. Su objetivo consiste en consolidar un sistema comercial alternativo, por fuera del control abusivo de las grandes firmas que hegemonizan la distribución y venta de alimentos en el país.

José “Tato” Beamonte dirige esta Federación que aglomera a representantes de nueve provincias. “La formación de precios no lo damos nosotros los productores reunidos en asociación y con estructura de economía solidaria, sino la da este modelo concentrado que viene de hace mucho tiempo, y que en este nuevo escenario se ha hecho todavía más fuerte”, declara a ANCCOM el dirigente mendocino. “Este modelo de economía concentrada deja en el fondo a los pequeños y medianos productores y no favorece la distribución de alimentos, todo lo cual repercute en el precio cuando vamos a comprar al supermercado”, denuncia Beamonte.

La mayor concentración de la industria y los canales de distribución redunda en una suba antojadiza de los precios que no beneficia necesariamente al productor: “Producimos con nuestra materia prima y le sumamos el valor agregado y cuando llega el producto a las góndolas termina siendo un 200 o un 300% mayor que el costo de producción. Nosotros mantuvimos los precios y en los casos de los productos primarios que subimos lo hicimos apenas un 15% y no lo que se está viendo en los supermercados”, explica el presidente de la FOPAL.
Los actores favorecidos son los grupos concentrados y las cadenas grandes de supermercados, pero Beamonte observa que la remarcación de precios es todavía más complejo: “Es una cuestión cultural más grande. El comerciante que tiene una verdulería va al Mercado Central a abastecerse y compra, para poner un ejemplo, un melón, que es el que cosechamos y envasamos en Mendoza, y lo paga a 12 pesos, y lo termina revendiendo a 60 o 70 pesos sin que haya habido ninguna razón para hacerlo”.

Beamonte critica el accionar de “la cadena de comercialización de supermercados y la cadena de proveedores de insumos para la producción de alimentos, grupos concentrados que monopolizan el producto, como el caso del vidrio, que está en manos de Cattorini Hnos. y Grupo Rigolleau”. El dirigente asegura: “Ambos están de acuerdo entre sí, y dicen cuánto hay que pagar y cuándo se entrega, y no queda otra porque son los únicos que abastece de ese material”.

Por su parte, Ignacio Vila, a cargo del área comercial de la FOPAL en la Ciudad de Buenos Aires y dice: “La quita en las retenciones no favorece a los pequeños y medianos productores sino a los grupos concentrados, que son los supermercados y la gran industria alimenticia. Estos grupos como La Serenísima les compran a los tamberos chicos y medianos y no les pagan más que antes, porque aprovechan su dominio sobre la cadena de valor, al ser los únicos que compran leche para la fabricación a gran escala”, y agrega: “Este mismo ejemplo se extiende a otros productos. La manzana que se vende a 40 pesos el kilo fue comprada por el intermediario o comercializada al productor a 4 pesos, y este no tiene alternativa que aceptar el precio que se le ofrece porque no hay forma de poder sacar su producto por otro medio”.

Respecto del desarme de los canales de control del nuevo Gobierno, Vila declara: “No es que la intervención del Estado es siempre exitosa, pero antes había una serie de medidas que ponían un tope al aumento de precio, como la política de fijar un precio de referencia que hoy es solo nominal, porque las cadenas de supermercados no le dan importancia. Cuando el Estado se retira de la puja de imponer precios es el mercado el que decide, y en el mercado hay actores y son los actores grandes los que terminan prevaleciendo e imponiendo su decisión. Y Argentina tiene una estructura muy concentrada: hay poquitos actores muy grandes y muchísimos actores muy pequeños”.       

Actualizado 10/02/2016

El empleo estatal: ¿gasto o inversión?

El empleo estatal: ¿gasto o inversión?

A dos meses de asumir como presidente, Mauricio Macri y su equipo dejaron sin trabajo a más de 25.000 empleados públicos, según el recuento que realiza el “Despidómetro”, un espacio construido en las redes sociales a partir de denuncias directas de los afectados. Esto desencadenó en múltiples movilizaciones populares en defensa de los desempleados, las más emblemáticas fueron las “ñoquiadas” en apoyo a los despedidos del Centro Cultural Kirchner y las movilizaciones hacia el Congreso Nacional.

Ante la consecuente avanzada del Gobierno contra los derechos de los trabajadores, y ante la falta de respuesta a los reclamos, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) anunció para el próximo 24 de febrero un paro nacional y movilización pidiendo el cese de los despidos, la reincorporación de los trabajadores desvinculados y la apertura a negociar las paritarias por encima del 25%, tal como explicó el secretario general de la gremial, Hugo Godoy, en conferencia de prensa.

En una entrevista para el diario La Nación, el nuevo ministro de Trabajo, Jorge Triaca, expresó: “En los últimos tiempos hubo una incorporación de empleados al Estado sin una función específica. Durante los primeros días hubieron muchos fantasmas que ante este escenario ni siquiera vinieron a reclamar por su condición laboral”. El argumento repetido por los funcionarios de Cambiemos dice querer gobernar con una planta estatal más chica como sinónimo de eficacia, pero según los datos de la Dirección Nacional de coordinación fiscal con las provincias (DNCFP) dependiente del Ministerio de Economía; en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires durante el período 2007-2013 -bajo la gestión de Mauricio Macri como jefe de Gobierno- la cantidad de empleados de la Ciudad aumentó un 38.72%, situando a CABA en el segundo lugar a nivel nacional. El primer lugar corresponde a la provincia de Buenos Aires, con un incremento de 24.81%. Si consideramos que Buenos Aires quintuplica en cantidad de habitantes a CABA, el porcentaje se vuelve menor. En la misma línea, la provincia de Santa fe, con una cantidad similar de habitantes a la Ciudad de Buenos Aires solo incrementó un 15.81% la planta estatal en el mismo período.

Según el licenciado en Economía Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), el empleo público durante los gobiernos Kirchneristas creció al mismo nivel que el empleo privado. Analizando los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) con los que cuenta el CESO, en 2015 se registraron 3.928.159 empleados más que en 2003, de los cuales 2.805.467 corresponden a empleo privado y solo 1.122.692 son empleados públicos. Este incremento se debió a que los gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner “plantearon políticas para reducir el empleo informal en el Estado, por ejemplo bajando el cuentapropismo. Hubo más Estado porque creció la economía y hubieron más empleados públicos tanto como hubieron más privados”, agrega Asiain.

La justificación a los despidos que repiten los funcionarios del nuevo gobierno nacional es que durante el Kirchnerismo aumentó excesivamente la cantidad de empleados públicos costándole a la Nación millones de pesos. Sin embargo, tal como analiza Asiain con los datos con los que cuenta su centro de Estudios, en 2003 el 11.5% del presupuesto nacional fue destinado a remuneraciones del plantel estatal y en 2015 este número se mantuvo en un 11.6%.

Sin dar números oficiales, un segundo argumento habitualmente esgrimido por la administración de Mauricio Macri relaciona el aumento de la cantidad de empleados con la incorporación de “ñoquis”. Ante esta situación, quienes aún continúan en la planta estatal transitoria o contratados viven con miedo no solo de perder su empleo, sino también de sentirse vigilados por las nuevas autoridades tanto en el ámbito laboral como en el privado ante la posible estigmatización.

Tal es así que varias fuentes consultadas de diferentes organismos estatales -algunos con más de 15 años de antigüedad en su puesto de trabajo- tienen temor de hablar con la prensa para denunciar el acoso laboral que viven día a día. “No somos ñoquis, trabajamos como cualquier otro”, agrega una fuente que pidió no ser revelada por miedo a perder su empleo.

Para Andrés Asiain, esta política de despidos del nuevo gobierno tiene como objetivo el disciplinamiento de los empleados en dos sentidos: “Por un lado, un disciplinamiento político e ideológico para evitar cierta resistencia de los empleados públicos del antiguo gobierno a las directrices nuevas. Y por otro lado, un disciplinamiento económico respecto de las paritarias estatales, para que ante el miedo de perder los empleos los sindicatos no pidan demasiado aumento”. Sin embargo, el disciplinamiento también está dado por la falta de asignación de tareas, tal es el caso de los trabajadores del Programa Conectar Igualdad, dependiente del Ministerio de Educación de la Nación, quienes no tienen tareas ni coordinador desde el 10 de diciembre y sus casi 80 trabajadores del equipo central y los casi 900 en todo el país asisten a sus puestos de trabajo diariamente, aún en medio de la acefalía y la falta de información permanente.

Al ser consultado acerca de cuál debería ser el tamaño razonable del Estado, el director del CESO entiende que esa es una decisión política y no económica. Existen casos de lo más variados en todo el mundo; desde países africanos con un 10% del PBI destinado al gasto público hasta países europeos desarrollados que le destinan el 40%, “la evidencia muestra que el tamaño del Estado no se relaciona con el nivel de desarrollo. Hay países desarrollados con un Estado grande y países desarrollados con un Estado chico. Países pobres con Estados grandes y países pobres con Estados chicos”, agrega Asiain.

Lo que parece quedar de lado en el debate es hacia dónde se orienta este aumento del gasto público, es decir, a qué áreas del aparato estatal beneficia. Por ejemplo el informe “Perspectivas Económicas de América Latina 2012”, publicado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) muestra que para 2008 Argentina ocupaba un 24% del PBI en gasto público (del cual un 6% se destinaba a educación, el 11% a seguridad social, 2% a vivienda y 5% a salud), porcentaje total que se asemeja al 26% presentan en promedio de los países europeos nucleados en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. (OCDE), como por ejemplo Noruega, Dinamarca y Alemania. Al respecto, un informe de CONICET elaborado en 2014 entiende que las políticas de empleo público promovidas por los gobiernos Kirchneristas se deben a “las políticas orientadas hacia la recomposición de la infraestructura económica, el desarrollo científico técnico y la inclusión social”. Si se desagregan los datos del informe, éstos indican que en los años ’80, el el 42% del gasto se dedicó a empresas del Estado y universidades y la mayor porción (58%) al sector administrativo. Luego de las privatizaciones de los años ’90, la crisis económica de 2001 encontró al Estado con un gasto en el área administrativa del 67% y sólo el 33% destinado para empresas Estatales y universidades. Finalmente en los años 2010, con un país en vías de recuperación, el gasto público invertido en empresas estatales y universidades correspondía al 50% y la partida destinada al sector administrativo del Estado el 50% restante.

En resumen, el dinero que destina el Estado para su propio funcionamiento puede ser visto como un gasto o como una inversión. Un análisis meramente estadístico basado en conjeturas de cuántos empleados públicos debería haber, cuántos hay o cuántos había antes implica concebir a los trabajadores como un “gasto”. Por eso, como argumentó Asiain, frente a estos argumentos es necesario identificar a qué sectores fueron destinados los incrementos y tomar en cuenta ciertas políticas concretas como por ejemplo la estatización del sistema de AFJP, el 51% de YPF, la inversión pública en investigación y la creación de ARSAT como apuestas de inversión estatal y no un simple “gasto” de recursos.

La propuesta de achicar la inversión del Estado mediante despidos en el sector público que sostiene el gobierno de Macri a sólo dos meses de asumir la conducción del país, no puede separarse de otras iniciativas como la liberación del dólar, el cese de las retenciones al campo y los aumentos de tarifas que parecen indicar en el futuro una desvinculación del Estado respecto de su rol social. Como explica Asiain: “Cambiemos representa un Estado que no quiere involucrarse en las actividades productivas y financieras sino simplemente dedicarse a la administración, la justicia y la represión. Responde a la bien conocida lógica liberal que dice: todo lo que pueda hacer el privado no lo tiene que hacer el Estado”.

Actualizado 10/02/2016

“Este diario está por la lucha de los trabajadores”

“Este diario está por la lucha de los trabajadores”

En una de las tardes más calurosas del año, los trabajadores y trabajadoras de Tiempo Argentino se concentraron en Amenábar 23 para continuar visibilizando el conflicto salarial que los afecta desde hace dos meses. La consigna original era llevar a cabo una mateada, con merienda incluida, cerca de las 16 para extenderse hasta entrada la noche. Durante la actividad, protagonistas del periodismo y de la política local se acercaron para expresar su solidaridad y apoyar el reclamo: Víctor Hugo Morales, Cynthia García, Pedro Brieger, Daniel Tognetti, entre otros. Cada uno de ellos contó con algunos minutos para expresar sus ideas en la radio abierta que se llevó a cabo en la vereda y que también fue el escenario para la música en vivo.

En la puerta de la redacción una mesa con facturas, galletitas, mate, limonada y magdalenas amenizaban el encuentro. Quienes se acercaban a la manifestación podían, si así lo querían, colaborar con algo de dinero en unas cajas ubicadas al costado, destinadas a recaudar fondos para los nuevos desocupados y aquellos que aún deben cobrar sueldos retrasados. Alejandro Wall, delegado del diario, contó a ANCCOM: “En Tiempo Argentino no cobramos sueldos desde diciembre, ni cobramos el aguinaldo. El supuesto nuevo dueño, Mariano Martínez Rojas, decidió no imprimir el diario en un lockout patronal clarísimo, como lo caracterizamos y lo denunciamos. Ese día decidimos quedarnos en el diario para hacer guardias nocturnas, permanecer de forma pacífica en la redacción y sostener la defensa de nuestros puestos de trabajo”.

Por el momento, no han recibido ninguna novedad y su causa no parece avanzar. Javier Schurman, subeditor de la sección Política, expresó que esperan que la empresa aclare cuándo y de qué manera van a pagar los salarios adeudados. Destacó la importancia de la visibilización de los conflictos: “Hay muchas plazas de catarsis por lo que está pasando. Tenemos que mostrar el conflicto y la mejor manera de hacerlo es salir a la calle y convocar personalidades que nos ayuden a hacerlo más visible”. En relación a esto, agregó que mientras los puestos en la redacción no se mantienen con la normalidad de meses atrás, sus integrantes realizan un boletín para dar a conocer su situación: “En vez de hacer un diario con noticias nacionales, hacemos uno con información de lo que nos pasa a nosotros, del saqueo que está sufriendo el diario o de las movilizaciones. Porque el cierre de un medio implica mayor precarización para el resto de los colegas”.

Wall argumenta que el vaciamiento del Grupo 23 tiene como dirigentes a Martínez Rojas, Sergio Szpolski y Matías Garfunkel: “Hay 200 trabajadores que trabajaron para sacar el diario a la calle. En los últimos, años, el gobierno nacional les pagó 814 millones de pesos. Como todo empresario, aprovechan la situación del país, con un gobierno que aplica ajuste y que despide en el Estado. Pero acá hay trabajadores que quieren cobrar su salario. Reclamamos la intervención del Ministerio de Trabajo, y que el gobierno nacional (que es deudor porque todavía mantienen deudas con la pauta publicitaria) no le pague a estos empresarios, para que seamos los trabajadores los que cobremos esa deuda”. Liliana Mazure, diputada por el Frente para la Victoria, remarcó: “El negocio de los medios está en el monopolio porque, si no, no se tiene el poder completo. No nos dejemos desvalorizar. Tenemos que encontrar herramientas para reaccionar, para seguir garantizando la libertad de expresión y la pluralidad de voces”.

Los trabajadores convocaron para esta tarde a una marcha desde el Congreso al Ministerio de Trabajo (Callao y Mitre). Allí estaba previsto una audiencia para exigirle a la empresa que se comprometa con un plan de pago para los trabajadores.

Actualizado 10/02/2016

“La gendarmería quiso matar a mis amigos chiquitos”

“La gendarmería quiso matar a mis amigos chiquitos”

«Hoy cuando me desperté tenía 119 llamadas perdidas en el celular», comenta entre risas Gustavo «Marola» Gonzalez en el living de su casa en un segundo piso de una calle sin nombre en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores. Desde que se dio a conocer en los medios la noticia del ataque de Gendarmería a la murga que él dirige en el barrio, no paran de llamarlo para solicitarle entrevistas: «Le dije a mi mujer: ¡tendríamos que limpiar mejor la casa ahora que salimos en la tele!»

En la puerta del edificio de Marola ensayan Los Auténticos Reyes del Ritmo todas las noches desde el 11 de enero de este año. A veces, se reúnen hasta ochenta personas a divertirse a lo largo de las dos cuadras que hay entre las calles Charrúa y Bonorino. Fue allí donde oficiales de Gendarmería, que querían escoltar una grúa para remolcar dos autos, atacaron a balazos a sus integrantes, en su mayoría mujeres y nenes de 5 a 10 años, el viernes de la semana pasada. Es el tercera represión con armas que las fuerzas de seguridad ejecutaron en dos meses de gobierno macrista. Y si las dos primeras fueron a trabajadores que protestaban en defensa de sus fuentes de trabajo, esta vez fue a niños que bailaban y cantaban al compás de los redoblantes. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intentó hacer pasar este hecho sin precedentes como un enfrentamiento con narcotraficantes. Recién cuatro días después de los incidentes, el Jefe de Gabinete, Marcos Peña, reconoció los hechos pero no hubo funcionarios castigados.

«Esto no es la frontera, es un barrio»

Son las doce del mediodía en la 1-11-14 y los vecinos salen a hacer las compras para el almuerzo. Una joven riega sus plantas en una ventana del tercer piso mientras una señora de rulos cuelga la ropa en un balcón aledaño. En la vereda, una nena de cuatro años se pasea sola mostrando su pollera de fantasía de color blanco y azul que usa para bailar en los ensayos. Al final de la calle se ve una pelopincho armada en la puerta de una casa, ideal para darse un chapuzón en estos días de verano.

Desde la esquina se acerca caminando Florencia Torres, una joven alta, de cabello rubio. Charla unos segundos con Marola, se hacen chistes sobre las apariciones de uno y otro en la tele, ella en C5N, él en Canal 13. «Me voy para para la salita a ver cómo sigue esto», le dice antes de irse. Se refiere a los balazos de goma en sus piernas y en su espalda.

Jonathan Gonzalez, miembro de la murga "Los Auténticos Reyes del Ritmo", en su casa en el Bajo Flores.

Jonathan Gonzalez, miembro de la murga «Los Auténticos Reyes del Ritmo», en su casa en el Bajo Flores.

«Antes a esta hora no había nadie en la calle, la gente tenía miedo», comenta Gustavo Flores, otro de los integrantes de Los Auténticos, parado en la vereda con su hija en brazos. Muestra una herida de bala en el empeine del pie izquierdo, que ya está cicatrizando. «La murga hizo que la gente salga, había un montón de vecinos que se re-encontraron gracias a esto, gente que estaba peleada y no se sabía por qué se habían peleado», explica y reflexiona: «Yo soy un tipo tímido, si no fuera por los ensayos me costaría socializar con la gente. No sé qué tienen que hacer los gendarmes con nuestra murga, esto no es la frontera, es un barrio».

Los Auténticos Reyes del Ritmo está integrada en su mayoría por niños y mujeres. Una de ellas es Maria Laura, la esposa de Marola, que está preocupada porque «algunos chicos no quieren volver a bailar porque están asustados, muchos quedaron traumados después de lo del viernes». Su amiga Maira, que está embarazada, asiente y agrega: «acá la presión policial es muy fuerte, te paran por cualquier cosa y te piden DNI, te revisan lo que llevás». Ella también estuvo presente en el episodio con gendarmería.

«Lo matarón acá»

En el living de Marola y Maria Laura pasan muchas cosas al mismo tiempo. El teléfono de Gustavo no para de sonar, las nenas juegan con Tom, el nuevo integrante canino de la familia. Una de ellas todavía tiene los párpados pintados de celeste porque anoche se produjo para bailar en la protesta que los murgueros autoconvocados realizaron en la Plaza de Mayo. En un colchón sobre el piso está acostado Jonatan, de 14 años, uno de los hijos de la pareja, con la pantorrilla derecha vendada. A él le dispararon con una bala de plomo el viernes, y tiene un agujero en la pierna. Dos veces por día viene a la casa la ambulancia de la Corriente Villera Independiente para realizarle las curaciones. «Jonatan juega al futbol en Bajo Flores, y el lunes se iba a probar en Barracas», comenta el papá apesadumbrado.

Gustavo Gonzalez, director de la murga "Los Auténticos Reyes del Ritmo", en la calle donde ensayan en el Bajo Flores.

Gustavo Gonzalez, director de la murga «Los Auténticos Reyes del Ritmo», en la calle donde ensayan en el Bajo Flores.

La televisión está prendida en el noticiero del mediodía del 13. De repente aparece la imagen de un camión de Gendarmería, la familia y amigos reunidos en el living hacen silencio. Todos atienden a la pantalla: Marola se mira a sí mismo mostrando a cámara los balazos de goma que recibió en su espalda y sus brazos. «Tremendo», comenta la conductora del noticiero al final del informe y pasan a la siguiente noticia.

«¿Qué hizo la Gendarmería el otro día?», le pregunta Maira a uno de sus hijos, de cuatro años. «¡Quiso matar a mis amigos chiquitos!», responde entre risas, y se señala la frente para mostrar que a uno de sus compañeritos «lo mataron acá».

«Las murgas son una forma de recuperar la calle»

A Marola se le ponen los ojos vidriosos cuando habla de lo que pasó anoche en la Plaza de Mayo. A través de las redes sociales, organizaciones murgueras de distintas partes de la Capital Federal y Provincia de Buenos Aires se autoconvocaron para manifestar su solidaridad ante la violencia ejercida el viernes en la 1-11-14.

«Había logrado conseguir un micro que llevase a algunos de nosotros, no a todos porque hacen falta tres micros para eso, pero cuando teníamos que salir se averió, le faltaba aceite. Cuando fuimos a comprarlo, la Gendarmería se llevó el auto del remisero porque no tenía bien los papeles, entonces tuvimos que hacer todo caminando y tardamos mucho más. ¡Después el micro se quedó en la autopista!», relata el director de Los Auténticos, de buen humor. El resto de las murgas los esperaron bailando y tocando música hasta que finalmente a las 21 pudieron llegar al centro de la ciudad y fueron recibidos con bombos y platillos.

Gustavo Flores, miembro, de la murga "Los Auténticos Reyes del Ritmo" en la calle donde ensayan en el Bajo Flores.

Gustavo Flores, miembro, de la murga «Los Auténticos Reyes del Ritmo» en la calle donde ensayan en el Bajo Flores.

«Si viniéramos todos los murgueros a Plaza de Mayo, la llenaríamos», comentaba anoche Ariel, apodado «el Tolo», de la murga Espíritu Cascabalero, mientras miraba el desfile de lentejuelas y sombreros con flecos sobre Hipólito Yrigoyen. «Especialmente los que participamos en murgas independientes solemos tener problemas con la policía, que no quieren que ocupemos el espacio público para ensayar. Nos costó mucho recuperar los feriados de carnaval, y hace años se está tratando de impulsar un proyecto ley para protegernos», explica y enfatiza la importancia de esta iniciativa: «Las murgas son una forma de recuperar la calle». Mónica Ronzano, de «Los relegados de Belgrano», exclama: «Nos cuesta mucho esfuerzo armar los trajes, juntarnos a ensayar. A una semana del carnaval: ¡déjennos festejar en paz!».

Los Auténticos Reyes del Ritmo se sostiene gracias a los aportes de los vecinos del barrio, rifas y la gestión de sus propios organizadores. «La murga de Villegas (La Matanza) nos dio sus instrumentos, acá en el barrio junté 2400 pesos y me fui al Once a comprar telas y las repartimos entre las familias para que cada una confeccionara sus trajes», cuenta Marola, que se considera un ‘murguero de alma’.

«Los pibes son la alegría del barrio»

La violencia institucional es moneda corriente en la 1-11-14, por eso se creó en la entrada del barrio una sede del «Atajo»: un programa de acceso a la justicia dependiente del Ministerio Público Fiscal, creado por Alejandra Gils Garbó, la Procuradora General de la Nación. Este organismo trabaja en conjunto con la PROVUVIN -La Procuraduría de Violencia Institucional- para canalizar las denuncias de las personas que viven en barrios vulnerados, que muchas veces no encuentran cauce en las comisarías.

«Hay un cambio de clima con el nuevo gobierno respecto de qué pueden y qué no pueden hacer las fuerzas de seguridad», comenta uno de los trabajadores sociales del barrio, que prefiere no dar su nombre dada la persecución ideológica entre los trabajadores del Estado desde la asunción de Mauricio Macri. «Es frecuente que se acerquen vecinos al Atajo para denunciar hechos de violencia por parte de la policía, chicos que reciben balazos de goma porque sí, pero el salvajismo del episodio del viernes no tiene precedentes», agrega.

Jonathan Gonzalez, miembro de la murga "Los Auténticos Reyes del Ritmo", en su casa en el Bajo Flores  junto a sus compañeros y familiares.

Jonathan Gonzalez, miembro de la murga «Los Auténticos Reyes del Ritmo», en su casa en el Bajo Flores junto a sus compañeros y familiares.

La creación de Los Auténticos Reyes del Ritmo hizo que la gente volviera a salir a las calles, y a conectarse con los demás barrios a través de los corsos. Así fue como anoche todos bailaron juntos y se vieron las caras en la Plaza de Mayo, y volverán a verse este fin de semana a propósito de los festejos por carnaval. Gustavo Flores se emociona cuando habla de lo que ocurre en los corsos, y enfatiza la cantidad de niños que aprovechan la ocasión para salir a divertirse: «Los pibes son la alegría del barrio».

Mientras juega con su perrito, una de las hijas de Marola le pregunta a su mamá: «¿Por qué no hay hamacas en la Plaza de Mayo?». María Laura la mira un momento pensativa, sonríe y luego le responde: «Porque esa plaza es para bailar, hija, para bailar murga».