Este domingo se estrena «LS83», un documental de Herman Szwarcbart que ofrece, a partiar de los recuerdos del escritor Martín Kohan y de los archivos del viejo Canal 9, una mirada niña de lo siniestro.
“Fuimos al Museo del Cine buscando material de archivo familiar y en esta búsqueda sin éxito nos muestran una bodega llena de latas con las etiquetas: Videla, Massera, Galtieri, Viola. Cuando Alejandro Romay vende Cnal 9, los nuevos dueños se trasladan a otro edificio y este material, que no se podían llevar porque era propiedad estatal por la expropiación en el 73, queda abandonado’”, señaló en la función de prensa Herman Szwarcbart, director del documental LS 83, que se entrena este domingo 9 de noviembre, a las 18, en el Museo MALBA.
Szwarcbart, a través de la voz en off de las memorias de la niñez del escritor Martín Kohan, encuentra nuevas formas de develar las opacidades de la última dictadura cívico militar, los años más funestos de la historia Argentina. Con el ojo entrometido, desfachatado y vivaz que las niñeces poseen, encarnado por las memorias de la infancia de Kohan, el autor de Me acuerdo, y ensamblado cuidadosamente con un vasto archivo periodístico de los setenta, Szwarcbart expone de una forma singular cómo la dictadura militar atravesó el entramado social desde lo cotidiano a todas las esferas de la sociedad.
“Había una intención de trabajar sobre la vida cotidiana en esos años y a pesar de que el material es del noticiero y no es específico de archivos familiares, sí se ven reflejados y se puede notar aspectos de la vida cotidiana de aquella época”, describe el director. “Cuando apareció el libro de Martín Kohan, un escritor que trabajó mucho ese periodo de la historia argentina en sus novelas, nos limitamos solamente a hacer una enumeración de recuerdos, de manera azarosa, que nos pareció que generaban una tensión con el material de los noticieros. Esos recuerdos reflejaban también parte de la vida cotidiana por eso también el uso de ese material”, explica Szwarcbart.
La voz de un Martín Kohan adulto que se burla con sus recuerdos de niño de una sociedad adultocentrista que no le permite ni siquiera elegir el cacao para la chocolatada y escenas inéditas que revelan hasta la faceta más lamebotas y farandulera del dictador Jorge Rafael Videla, son muestra contundente de que el ridículo es una forma menos amarga pero igual de potente para recuperar la verdad sobre la dictadura.
“Lo interesante, era mostrar que era el material bruto grabado y una de las formas de hacer explícito eso fue dejar estas partes que normalmente se hubiesen cortado. En las gestualidades de Videla, hay momentos en los que él tartamudea que probablemente no hayan salido al aire”, narra Szwarcbart en diálogo con ANCCOM. El director explica que la operación se realizó a la inversa de una cobertura periodística habitual, aprovechando las escenas que usualmente se recortan. Su estrategia fue reemplazar prolijidad por la naturalidad: “Esas imágenes brindan posibilidades adicionales de lectura”.
En la función de prensa de LS83 en el microcine de la facultad de Filosofíay Letras (UBA), en pocas ocasiones, el sonido de las carcajadas se detuvo, el silencio de una sala sin aliento cada vez que aparecía el dictador Jorge Rafael Videla en la pantalla se cortaba antes del escalofrío frente a la risa del público. El humor como antídoto a lo reprimido lograba liberar la tensión de la sala.
“Ciertas imágenes eran parte de mi infancia. Las calles, los actores, los colectivos, toda una vida cotidiana que me generaba nostalgia, pero a la vez, detrás de esa nostalgia estaba Videla”, reflexiona Swarcbart en el auditorio, como un curador de la historia argentina y con un trabajo en equipo de recuperación y restauración de 120 latas de 12.000.
LS83 es una cápsula del tiempo de 83 minutos de historia viva y un soporte de la memoria colectiva.