La Libertad Avanza logró un categórico triunfo a nivel nacional en las elecciones legislativas. En medio de grandes festejos y fortalecido por las urnas, el Presidente Javier Milei se mostró más moderado que nunca y convocó a gobernadores y legisladores opositores a acordar sus reformas.
Una emoción que fue creciendo hasta estallar. Así transcurrió la espera por los resultados en el Hotel Libertador, bunker de La Libertad Avanza. La categórica victoria del oficialismo resultó inesperada y, según algunos militantes, “fue un desahogo”. Un 40,72% de los votos a nivel nacional y triunfos en los principales distritos (incluida la Provincia de Buenos Aires) tiñeron el mapa nacional de violeta.
El clima inicial dentro del hotel fue de una calma inusual. Predominó el hermetismo: la prensa estaba ubicada detrás de una valla y lejos de la actividad principal y había un oficial apuntando un inhibidor de drones contra los aparatos que sobrevolaban la zona. Además, la avenida Córdoba no se hallaba del todo cortada. Cuando los dirigentes entraban al bunker, se detenían a saludar a los militantes apoyados sobre las rejas. Entre ellos, el presidente Javier Milei, que levantó un cartel que decía “Fuerza del Cielo – Virrey del Pino”. Su sonrisa dejaba entrever optimismo ante los resultados que comenzaban a trascender.
En la calle, el público fue llegando de a poco, alentado por los primeros boca de urna favorables. Finalmente, una multitud con banderas argentinas y amarillas, gorras rojas con la leyenda “Las Fuerzas del Cielo” y camperas violetas copó el lugar, mezclándose con la prensa. Un colectivero inició la celebración haciendo sonar la bocina cerca de las 20:30. Enseguida estalló la euforia, con cánticos, saltos y gritos a favor del gobierno. “Tira piedras, kuka tira piedras” y “Saquen al pingüino del cajón” fueron los más repetidos. También apuntaron contra Cristina Fernández de Kirchner: “Cristina tobillera” y “Sin Cristina, Argentina”. “Logramos otra domada. Por suerte existe gente del bien”, expresó Gonzalo, joven militante que sostenía la bandera con la serpiente y el lema libertario “Don’t tread on me” (“No pases sobre mí”).
Recién después de conocerse los números oficiales, los funcionarios de LLA se acercaron a los micrófonos. El jefe de Gabinete Guillermo Francos calificó el resultado como “impresionante” y “un gran respaldo ciudadano al proyecto de Javier Milei”. También resaltó el triunfo en la Provincia de Buenos Aires: “Era algo que nadie esperaba. Es el justo premio a un trabajo enorme”. Luego, el ministro del Interior, Lisandro Catalán, afirmó que este triunfo los refuerza y garantizó que la relación con los gobernadores continuará “en una lógica de diálogo”.
La primera oradora del escenario fue Patricia Bullrich, candidata a senadora, ganadora en la Ciudad de Buenos Aires con el 50,2%. La Ministra de Seguridad definió a la capital como “el motor del cambio”. “Lo importante es no retroceder”, sostuvo, y sobre los senadores que no responden ni al oficialismo ni al peronismo, aseguró: “Vamos a tener los brazos abiertos para construir mayoría”. “Hoy se dio un gran paso”, subrayó, mientras afuera la ovacionaban al grito de: “Pato sí, kukas no”.
Acto seguido, llegó el turno de uno de los grandes vencedores de la noche, Diego Santilli. Agradeció a su equipo por el apoyo “en una campaña muy difícil” y celebró que los bonaerenses “decidieron cruzar el río y dar ese paso de confianza que parecía imposible”. Con la mirada en 2027, insinuó una candidatura: “La provincia quiere llevar las ideas del cambio y la libertad. Depende de nuestra unidad para dar esa batalla. Yo los convoco a construir ese camino”.
Para el cierre, y presentado por su hermana Karina, irrumpió Javier Milei. Con “Panic Show” de La Renga como introducción, saludó entre sonrisas a aliados y militantes. Destacó la boleta única en papel: “Va contra lo que pregonan los oficialismos porque elimina la trampa. Apostamos a la transparencia y fue un éxito en todo el país”. También parafraseó a un spot de su campaña: “Si vieras qué linda está la Argentina… y ¡qué bien le queda el violeta!”.
“Hoy pasamos el punto bisagra: comienza la Argentina grande”, proclamó. Agradeció a sus ministros, con un reconocimiento especial a Karina y a Santiago Caputo, y una mención al excanciller Gerardo Werthein (quien dejó el cargo hace pocos días) por “lograr algo inédito a nivel mundial”, en alusión al apoyo económico de Estados Unidos.
“El país entero, de La Quiaca a Ushuaia, ratificó su voluntad de cambiar el destino de la patria. Desde el 10 de diciembre tendremos 101 diputados en lugar de 37 y en el Senado pasamos de seis a 20”, celebró. Sostuvo que el nuevo Congreso será “el más reformista de la historia argentina” y destacó la posibilidad de “acuerdos básicos” con sectores no kirchneristas: “Ahora sí podremos traducir en leyes las consignas del Pacto de Mayo”.
“Dos de cada tres argentinos no quieren volver al pasado. Sacamos 14 puntos al kirchnerismo, y, aunque se junten bajo distintos sellos, la diferencia es de 11”, remarcó. Ya eufórico, cerró: “Los argentinos dijeron basta al populismo, populismo nunca más. Trabajaremos con todas las fuerzas para lograr los cambios que el país pide a gritos desde hace años”.
El Presidente se despidió con su habitual “¡Viva la libertad, carajo!”, entre ovaciones, abrazos, fuegos artificiales y la alegría de un resultado que le da aire al Gobierno para los dos años que restan de gestión.