Itai Hagman, candidato a diputado nacional de Fuerza Patria por la Ciudad de Buenos Aires, habla sobre los frenos que promete ponerle a Milei y de la necesidad de proyectos para las nuevas modalidades de trabajos. Subraya que el gobierno de Milei no respeta la constitución por con la que juró gobernar.

A días de las próximas elecciones legislativas, el oficialismo se encuentra en el ojo de la tormenta. Escándalos de una supuesta corrupción en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS); los vetos constantes por parte del Poder Ejecutivo pasando por alto el Congreso; la “ayuda” económica de Estados Unidos y los presuntos vínculos con el narcotráfico de varios de sus candidatos son algunos de los ejes en los que se vio rodeado recientemente el Gobierno nacional.
Frente a este escenario, la principal lista opositora, Fuerza Patria, busca posicionarse como una alternativa para cambiar el mapa de la política argentina y marcar un nuevo rumbo, con más justicia social. Itai Hagman es economista, militante, dirigente del Frente Patria Grande y actualmente busca renovar su banca como diputado nacional de la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con ANCCOM, Hagman reflexiona sobre los desafíos venideros en el Congreso, las medidas económicas de Javier Milei y el modelo de país que, según él, necesita el pueblo argentino.
¿Cuáles son las principales propuestas que tienen para enfrentar al Gobierno de Milei?
Muchas tienen que ver con las cosas que ya está haciendo el Congreso de la Nación. Nosotros logramos hace mucho tiempo sancionar una Ley de Emergencia para Pediatría, para Personas con Discapacidad y de Financiamiento Universitario. Estas tres leyes fueron vetadas por el presidente y vamos a insistir. Nos faltó poder aprobar la del aumento para jubilaciones por cuatro votos en la Cámara de Diputados. Así que una de las iniciativas tiene que ver con completar eso que no pudimos porque no nos alcanzaron los votos y creemos que, con la elección del 26 de octubre, si la sociedad argentina decide poner un límite a Milei y votar a Fuerza Patria, lo vamos a poder hacer. Eso, sumado a la reforma de la ley de los DNU junto con la derogación del DNU 70/23, ese famoso DNU que Milei aprobó en su primera semana de gobierno. Hay mucho en agenda que tiene que ver con tratar de compensar el daño que se produjo en estos dos años.
Y después hay una agenda propositiva hacia adelante. Esto tiene que ver con la discusión de cómo otros derechos están siendo vulnerados ante estas nuevas formas de trabajo que se están generando en Argentina fuera del mercado laboral, de cómo llevar adelante la política integral de vivienda, de discutir cómo se lleva adelante una gestión eficiente de los recursos estratégicos del país, y también cómo evitar que el Gobierno tome más deuda externa con los Estados Unidos sin que pase por el Congreso. Se trata de una agenda muy grande. Algunas cuestiones tienen que ver con las discusiones más de la coyuntura en este momento y otras tienen que ver con temas más de fondo.
Hay candidatos de otras fuerzas políticas que a lo largo de esta campaña han sostenido que los votos del peronismo no siempre suelen ir en contra del Gobierno nacional. ¿Cuál es su postura frente a este pensamiento?
Si uno mira cómo han votado los diputados del peronismo, por lo menos de la Ciudad de Buenos Aires y la Provincia de Buenos Aires, siempre han votado bien, siempre han votado en defensa de los intereses nacionales. Y puedo garantizar que todos los integrantes de la lista de Fuerza Patria que yo encabezo van a votar de la misma manera en el Congreso.
Creo que el peronismo puede ofrecerle a la sociedad argentina la coherencia de votar en favor de los intereses del país y del pueblo. En eso necesitamos las dos cosas. Necesitamos de diputados y diputadas que no especulen, pero también que puedan articular una mayoría que le pueda ganar y creo que el único frente que puede ofrecer esas dos cosas es Fuerza Patria. Entonces, nosotros necesitamos que Fuerza Patria concentre los votos de la oposición para que Milei pierda las elecciones. Si nosotros fragmentamos el voto y si Milei gana las elecciones se va a sentir legitimado para avanzar en esta política de destrucción y de entrega del país.
Actualmente vemos cómo el Poder Legislativo aprueba leyes, después el Ejecutivo las veta, vuelven al Congreso que insiste y, sin embargo, el Gobierno de Milei, como en el caso de las leyes de Emergencia Pediátrica y de Financiamiento Universitario, no las aplica. ¿Qué alternativas existen para enfrentar esta situación?
La manera es dar un mensaje contundente en las urnas. Lo que nosotros necesitamos es que resuenen las urnas, que se envíe un mensaje al Gobierno de que no se avala, no solamente su política económica de ajuste, sino también esta negación de la Constitución Nacional, de la institucionalidad argentina, en la cual él cree que puede decidir si promulga o si ejecuta una ley dictada por el Congreso. Él juró por una Constitución que le establece determinadas atribuciones al Congreso de la Nación y la tiene que respetar, le guste o no le guste. Hoy no lo está haciendo, promulga las leyes, pero no las ejecuta. Entonces, lo que nosotros necesitamos es que la sociedad, con el voto, le dé un mensaje contundente que no avala este comportamiento y que le exija que respete la Constitución, que respete las leyes y que respete las instituciones. La herramienta más eficiente que tiene la sociedad argentina es el voto para eso.
Este modelo económico solamente va a generar desempleo, cierre de empresas, caída de los salarios y del consumo. No hay ningún elemento que me permita ser optimista respecto a lo que el modelo económico del oficialismo le puede ofrecer a los argentinos.
¿Qué mensaje le daría a ese electorado que se encuentra desencantado con la política para que vaya a votar?
No ir a votar es ser indiferente y es que te dé lo mismo lo que pasa en el país. No creo que a ningún argentino o argentina le dé lo mismo lo que pasa en el país. Estamos todos en este barco. Tenemos que tirar todos para que salga adelante e ir a votar; es una forma de participar y es una discusión pública, colectiva, social: se trata de cuál tiene que ser el rumbo de la Argentina. Lo peor que uno puede hacer es actuar con indiferencia frente a eso y este tipo de gobiernos fomentan que la gente no vaya a votar porque apuestan a la despolitización. Eso no es bueno para la democracia. Así que ojalá mucha gente quiera ir el domingo a votar y quiera expresar su opinión. Cuando la sociedad vota, además de elegir representantes también emite un mensaje. Cada voto cuenta para ese mensaje, un voto puede cambiar todo. Si vos estás enojado, te has enfadado o no te gusta la situación en el país tu voto hace la diferencia, puede cambiar esta historia y torcer el rumbo.
¿Cómo evalúa que vienen siendo las medidas económicas del gobierno?
Obviamente tengo una mirada muy negativa, muy crítica. La verdad es que todo el aparato productivo en Argentina hoy está en una crisis muy profunda. A lo largo de la campaña me acerqué a muchas empresas y todos te dicen que la combinación de la caída del consumo con la apertura de importaciones está llevando a la quiebra muchas firmas. Ya van más de 15.000 empresas que cerraron en estos 20 meses. Y si a eso le sumamos esta situación del tejido productivo del país que obviamente tiene como consecuencia el aumento del desempleo, la caída del consumo y de los salarios; y le agregamos que el Gobierno además tiene una política de destrucción del empleo, de la industria…Se trata de una política que no permite imaginar un futuro de desarrollo en el país, todo lo contrario. La política económica del Gobierno es muy perjudicial para la Argentina, muy antinacional y este nuevo sometimiento -casi humillante- a los Estados Unidos nos pone un techo a la posibilidad de desarrollo del país. Tengo la mirada de que este modelo económico solamente va a generar desempleo, cierre de empresas, caída de los salarios y el consumo. No hay ningún elemento que me permita ser optimista respecto a lo que el modelo económico del oficialismo le puede ofrecer a los argentinos.
¿Qué modelo de país es necesario para que haya justicia social?
Necesitamos un modelo que apoye la producción y el trabajo. Necesitamos un modelo económico que sea inteligente a la hora de decidir qué sectores proteger. Necesitamos un modelo económico que dé cuenta de que existen muchas formas de trabajo en Argentina, no solamente la forma de trabajo tradicional, que es la relación dependencia y convenio colectivo, sino que hay muchas formas de trabajo. Hay un cuentapropismo de la economía popular, uno en las clases medias, hay trabajadores de plataforma, y de todo ese universo del 50% de los trabajadores de la Argentina que no están integrados en el mercado laboral formal nosotros necesitamos una política para dotarlos de derechos y, por supuesto, necesitamos una política que jerarquice el rol de la ciencia y la técnica, de la educación. No hay justicia social si no tenemos un Estado que sea eficiente, que tenga política pública, pero también que dé cuenta de las nuevas formas de trabajo. Tampoco creo que podamos tener justicia social si no tenemos una política integral de vivienda que permita que los barrios populares se puedan urbanizar y que la clase media pueda alquilar o acceder a una vivienda propia.
Se trata de una agenda muy amplia que es compatible con la estabilidad macroeconómica. Nos metieron en un debate de una falsa dicotomía: estabilidad macroeconómica o la justicia social. La realidad es que estos gobiernos no solamente son muy injustos socialmente, sino que además tampoco generan estabilidad macroeconómica. Es perfectamente compatible una estabilidad macroeconómica como la justicia social, pero hace falta una política, un programa, un plan de desarrollo. Hay que recuperar el sentido de la planificación de Estado que la Argentina en su mejor momento tuvo, con el que otros países que se han desarrollado en sus últimos años y que nosotros tenemos que recuperar. Hace falta un Estado que planifique el desarrollo en articulación con la comunidad.