Myriam Bregman, candidata a diputada nacional por el FIT en CABA, habla sobre el rol de la izquierda en el Congreso, los frenos que promete poner a Milei desde su banca, la certeza de desconocer la deuda externa y los proyectos contra violencia de género que tiene en mente para “paliar” la violencia machista.

Myriam Bregman en la última marcha en apoyo a Palestina el 7 de octubre.
A días de las elecciones legislativas, la candidata a diputada nacional por el FIT para la Ciudad de Buenos Aires, Myriam Bregman, dialogó con ANCCOM sobre los próximos desafíos que encara el Congreso respecto al endeudamiento, las discusiones que el partido planea llevar al recinto, el rol de la izquierda como tercera fuerza, y la nueva vía que se abre con la solidaridad internacional respecto del genocidio en Gaza.
Si fuera electa diputada nacional por la CABA, ¿qué proyectos se plantean desde la izquierda en materia de educación y salud?
La elección se da en un contexto difícil. Si quiero hablar en serio y no hacer promesas que serán claramente incumplidas, hay que discutir la deuda con el FMI. Porque el endeudamiento que está dejando este gobierno, hace imposible pensar que alguien va a pagar esa deuda. Después hay proyectos prioritarios, como salud y educación y un verdadero plan contra la violencia de género, que me interesa particularmente y trabajé con anterioridad. Pero primero está la deuda, y ahí la izquierda empieza a cumplir un rol fundamental. Somos la única fuerza política que tiene claramente una posición y que dice con qué argumentos políticos y legales se podría ir a un desconocimiento soberano, para después poder plantear proyectos en serio.
¿Cuáles serían los principales proyectos que impulsarían o pondrían en agenda?
Además del desconocimiento soberano de la deuda, que se tiene que dar a la par de una movilización en la calle para imponerlo, creo que el tema jubilatorio es central. Repensar el sistema que viene siendo destruido desde el gobierno de Macri, con la pensión universal para el adulto mayor, que es discriminatoria y que va haciendo un sistema jubilatorio paralelo. Ahora se cayó la moratoria, con lo cual ya no podés ingresar al sistema jubilatorio tradicional. Otra discusión es el sistema energético: en Argentina el extractivismo está avanzando de forma feroz, destruyendo pueblos. Esto implica dos cosas: primero una Ley de Humedales, para que no siga avanzando la megaminería contaminante; y por otro lado discutir desde la generación, la producción y la distribución todo el sistema energético, porque las tarifas se han vuelto exorbitantes y un grave problema para cualquier laburante.

Concentración en el Cine Gaumont por el desfinanciamiento del INCAA en 2024.
¿En qué consiste el proyecto de ley sobre violencia de género que mencionaste?
Siempre digo que es un proyecto que me lo dictó la calle, porque la primera vez que presenté el plan contra la violencia de género fue en 2015, al calor de las movilizaciones de Ni una menos. Desde ahí que estoy peleando para que se trate un verdadero plan contra la violencia de género, que no incluye solamente las medidas que habitualmente se discuten, sino que lo piensa integralmente: desde las licencias que necesita una mujer que es víctima de violencia para no perder su laburo, hasta el tema del acceso a una vivienda rápida, que no son solo refugios o lugares a donde ir una o dos noches. Sus hijos tienen que tener vacantes en otras escuelas, porque muchas veces tienen que cambiarlos cuando huyen de situaciones de violencia. La idea es diseñarlo íntegramente para poder ofrecer un paliativo, y uso está palabra porque sé que bajo este sistema capitalista, donde el patriarcado es parte esencial, no se va a eliminar la violencia de género. Pero sí que mientras luchamos para terminar con el patriarcado hay muchas medidas que se podrían tomar, a diferencia del gobierno actual que busca eliminar la figura del femicidio en su proyecto de Código Penal.
Algunos candidatos de Fuerza Patria cuestionaron el rol de la izquierda, alegando que fueron “funcionales” al triunfo de Milei en 2023 por haber “dividido” la lucha contra el actual presidente. ¿Qué le dirías a una persona que se encuentra ante este discurso?
Llamaría a la reflexión, porque si vos llevas esa lógica hasta el final, la izquierda no tiene que existir. En un país donde a la izquierda se la ha perseguido, se la ha desaparecido, decir que no merecemos existir, me parece que como mínimo amerita una reflexión de cara a las nuevas generaciones. Los 30.000 detenidos desaparecidos, más allá de la corriente política en la que participaran, de conjunto se sentían de izquierda porque tenían esos valores y esa idea de transformar esta sociedad de raíz con distintas estrategias. Con toda calma daría ese debate, de por qué tenemos que estar siempre eligiendo entre dos fuerzas claramente capitalistas que ya gobernaron y que han mostrado cuáles son los límites que tienen. El objetivo de la derecha es destruir todo para sacarle una nueva tajada a la clase trabajadora y ordenar regresivamente el país dándole mayores beneficios a los sectores más ricos. Pero también desde otros sectores como el peronismo, se han mostrado los enorme límites. Ya lo vimos en el gobierno de Alberto Fernández, no se escuchó ninguna propuesta ni ninguna medida seria, distinta. Además, en la calle peleamos unidos, yo no le pido el carnet a quien tengo al lado para luchar y tampoco me lo piden a mí, prefiero esa hermandad en la lucha, esa solidaridad. Las luchas en este país siempre han comenzado como luchas de minorías: las madres de Plaza de Mayo que comenzaron dando la vuelta a la pirámide en aquel abril de 77 eran 12, las mujeres que comenzamos a pelear por el aborto y que presentamos aquel primer proyecto hace 20 años éramos un puñado pero nunca bajamos los brazos. Por eso no yo no le diría a nadie que no tiene derecho a existir. El argumento de que tal le hace el juego a tal es una forma de no ahondar en una autocrítica.

Conferencia de prensa frente al INCAA en rechazo al vaciamiento del sector cultural en septiembre de 2025.
¿Por qué la izquierda participa de causas internacionales, por ejemplo, de la lucha por la independencia palestina?
Somos internacionalistas, consideramos que la clase trabajadora es una, que no tiene fronteras, que estamos hermanados y que tenemos los mismos intereses que trabajadores de cualquier lugar del mundo, y también que tenemos que luchar por los pueblos que están siendo oprimidos. En este caso, siendo víctimas de un genocidio, como el pueblo palestino. Hoy lo que está pasando en el mundo son manifestaciones enormes: dos millones en Italia con huelga general, movilizaciones estudiantiles en EE.UU, en Europa y en Asia. Todos diciendo no al genocidio. Hay algo nuevo que empieza a renacer después de tantos años de neoliberalismo: la idea de solidaridad, de lucha colectiva y de sentir la humanidad como un todo, de sentir el sufrimiento humano como propio allí donde ocurra. Se abre una nueva perspectiva para toda la humanidad, para poder empezar a pensar una sociedad diferente a aquella que nos vendieron los últimos años, donde solo te queda elegir entre un capitalismo humano y un capitalismo salvaje, pero no podés salir de ahí. Bueno, si vos llevas hasta el final todos estos pensamientos de solidaridad, de lucha colectiva, de oposición al uso del hambre como arma de guerra, de que maten a niños y a niñas, de la opresión, te hace poder pensar de nuevo en una perspectiva de una sociedad sobre otras bases, de una sociedad socialista.
¿Cómo sería un gobierno socialista elegido democráticamente? ¿Cómo se proyecta la convivencia con un sistema económico capitalista concentrado?
Nosotros peleamos por otro sistema, claramente, no lo ocultamos. Somos anticapitalistas, pero todas las peleas que damos hoy las damos pensando en esa perspectiva socialista. No nos quedamos discutiendo por ese tema desde un bar, sino que todo el mundo nos reconoce por estar en las principales peleas que hoy tiene la clase trabajadora, las mujeres, la juventud. Ahora, cada una de esas peleas las damos en esa perspectiva, por una sociedad donde todo se planifique en función de las necesidades sociales y no de las ganancias de unos pocos, donde no haya más explotación, donde no haya más opresión. Evidentemente no se puede desligar las peleas que hoy damos de esa perspectiva, pero tampoco se puede pensar que solamente peleando por cosas mínimas se van a terminar las injusticias de este sistema.
Milei anticipó que luego de las elecciones se debatirá la reforma laboral, en concordancia con los requerimientos del FMI. ¿Qué planea hacer la izquierda ante esta situación?
El endeudamiento agigantado que está tomando Milei trae muchos otros condicionamientos que vamos a tener que enfrentar en el Congreso. El FMI pide más tarifazos, reforma jubilatoria, recorte de asignaciones como la AUH. Todo eso va a pasar por el Congreso, así que es muy importante saber qué diputados y diputadas vas a poner ahí adentro, que tengan una posición clara de defensa de tus derechos. Acá nadie se da vuelta, ningún diputado se vende, ninguno se para a fumar, como pasa en las últimas sesiones, sino que creo que todo el mundo sabe que vamos a estar en la calle acompañando y que en el recinto vamos a actuar con la misma coherencia, son temas que vienen sí o sí al Congreso en el próximo periodo.
¿Qué es lo que más te gusta de la política?
Transformar la realidad. Más que de la política diría de la militancia. No solo pensar en un mundo donde seamos verdaderamente libres de toda explotación y opresión, sino también la pelea cotidiana. Pelear por aquello que sabés que es justo, que sabés que es correcto, es lo que a todos y a todas nos da una vida mucho mejor, y a mí me da un impulso muy fuerte para afrontar cada día.