Por Gabriel Osorio
Fotografía: Azul Andrade

Diputados aprobó la reforma a la reglamentación jurídica de los DNU. Sin embargo, en la votación en particular se rechazó el Artículo 3, corazón del proyecto. Ahora vuelve al Senado, que tendrá capacidad para reinstalarlo. Sin embargo, el antecedente de ayer instala la sospecha que el Gobierno podría vetarla y que el Congreso no tendría músculo para sostenerla. Espert, que pidió licencia, estuvo ausente en la sesión aunque fue mencionado en casi todas las exposiciones.

El miércoles 8 de octubre, en una sesión especial en la Cámara de Diputados, se trató el proyecto de modificación a la Ley 26.122/06 sobre el régimen jurídico de los Decretos de Necesidad y Urgencia, Delegación Legislativa y Tramitación Parcial de Leyes. Fue aprobado en general por la Cámara Baja con 140 votos afirmativos, 80 negativos y 17 abstenciones. En la votación en particular, sin embargo, fue rechazado el Artículo 3 –podría decirse el corazón del proyecto-, que condicionaba la validez de un decreto a su aprobación por ambas cámaras hasta los 90 días de su promulgación. Así, el proyecto deberá volver a ser tratado en su cámara de origen, el Senado. La votación dejó la sensación que el gobierno aún puede tener capacidad de veto de la nueva normativa.

La agenda de esta sesión también incluía, entre otras temáticas, la remoción de un ausente, José Luis Espert, de la presidencia de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, así como la interpelación a Luis Caputo, Mario Lugones, Guillermo Francos y Karina Milei para comparecer ante la Cámara.

En los pasillos se anticipaba desde temprano una sesión larga, y a diez minutos del comienzo, aún no había reunido quórum para legislar. En ese contexto explotó la polémica: Facundo Manes, diputado por Democracia Para Siempre, acusó a Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados, de haberlo amenazado en los pasillos. “Rogá que no haya quórum, porque te vamos a hacer mierda. Hoy empieza una operación de prensa brutal contra vos”, le habría dicho el libertario, quien negó tajantemente esta versión ante las cámaras.

En diálogo con ANCCOM, la diputada Julia Strada (Unión por la Patria) y el diputado Esteban Paulón (Movimiento de Jubilados y Juventud) dieron contexto al altercado antes de que se llegara al resultado de la votación. “Es representativo —dijo Strada—. El caso de Martín Menem increpando, condicionando… A mí no me consta el hecho, así que no voy a hablar de algo que no vi. Pero sí me consta que Martín Menem en muchas oportunidades cercenó el uso de la palabra en la Cámara. Eso sí me parece algo repudiable y es una práctica que no forma parte de la lógica política como corresponde.”

Por su parte, Paulón explicó: “El quórum se logró fácilmente porque hay temas que reúnen los intereses de muchísimos sectores. Hay un proyecto como el de Decretos de Necesidad y Urgencia en el cual hay una amplia mayoría a favor. Y estamos muy interesados en que puedan venir el ministro Lugones, Karina Milei, el ministro Caputo y el ministro Francos a explicar distintas cuestiones vinculadas a la gestión, entre ellas por qué no cumplen las leyes que este Congreso aprueba. Y todo eso motiva obviamente la presencia de los diputados y diputadas. Te diría que venía muy tranquilo el quórum y se logró muy tempranamente; el desafío fue sostenerlo hasta el final. Cada uno de los temas que vamos votando requiere ese quórum, y esto, termina siendo una carrera de resistencia.”

La sesión se estiraba. Rodrigo de Loredo (UCR) ensayó un tímido apoyo a Palestina, criticado en una cuestión de privilegio por Sabrina Ajmechet (PRO); Lourdes Arrieta (Coherencia) y Lilia Lemoine (LLA) peleaban a los gritos, mientras pasaban las bandejas con tazas de café. Una ausencia ruidosa: la de José Luis Espert (LLA): el día en que se discutiría su remoción como presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el señalado por recibir recursos del narcotráfico presentó una licencia “por motivos personales” con goce de sueldo y hasta el final de mandato.

“El gobierno tiene un narco-diputado (…) que tiene la cara para presentar una licencia cuando debería estar presentándose la expulsión”, dijo ante la Cámara Mercedes de Mendieta (Izquierda Socialista-FITU), la última diputada a quien Espert apagó el micrófono en la comisión que presidía.

“No vino, pegó el faltazo —explicó Paulón— y una vez iniciada la sesión presentó el pedido de licencia para que no pueda ser tratado hoy. Porque si no, hoy hubiera sido uno de los temas importantes de la sesión. De todos modos, el tema está en el debate público, por más que el gobierno quiera esconderlo debajo de la alfombra a Espert. Es un tema que va a ser kriptonita de acá al final de la campaña, así que todos estos esfuerzos te pueden hacer ganar un día, dos días… Fijate que el lunes parecía que con el Movistar Arena cambiaba el clima de la campaña, y el martes apareció Fred Machado, la extradición, la Corte Suprema. Cuando el tema es tan grande y tiene tantas aristas, es muy difícil para el gobierno taparlas todas.”

Cambios a los DNU

Los argumentos para restringir el uso de los DNU seguían dos líneas claras. “No es el instrumento, sino cómo se ha usado”, decía Mónica Litzia, diputada de Unión por la Patria. Mientras que Alejandro Vilca, del PTS-FITU, sostuvo: “Nosotros nunca estuvimos de acuerdo con el régimen de los DNU (…) Los decretos son para saltar el Congreso y los debates”.
En tanto, desde La Libertad Avanza, el diputado Nicolás Mayoraz defendió el rechazo al proyecto por considerarlo inconstitucional, afirmando que su promulgación generaría “inseguridad jurídica e inestabilidad política”. “La urgencia es una valoración política, no jurídica, y los DNU no tienen naturaleza legislativa”, argumentó el libertario.
En la misma línea subió el tono la diputada Juliana Santillán, quien, tras un alegato contra el “peligro kuka”, advertía: “Si esta modificación avanza, esta ley, ya les digo, se va a vetar”.
En relación a esta posición, Paulón le expresó ANCCOM: “Bueno, es la doctrina del presidente, que tendrá que explicar por qué solamente iba a vetar las leyes económicas y ahora quiere vetar el régimen de los Decretos de Necesidad y Urgencia, y a nosotros nos tocará luego construir una mayoría para que esta ley finalmente quede firme”.
“Todo puede ser vetado —coincidió Strada, en este mismo diálogo—. El presidente ya lo hizo con la Ley de Discapacidad. Si llega a pasar eso, que vuelva la ley y la insistimos”, complementó la diputada.

“Este es un gobierno que tiene muchos problemas con dar explicaciones —continuó Paulón— y nosotros queremos que los funcionarios vengan a dar explicaciones. Sobre todo porque, cuando el jefe de gabinete no implementa una ley que ha sido votada por el Congreso y se ríe de la Constitución en la cara, tiene que venir a explicar. Y cuando la Secretaria General de la Presidencia (Karina Milei) no puede siquiera mirarnos a los ojos y decirnos: ‘No existe el 3%, nunca cobré una coima’, bueno, que venga y lo diga”, concluyó.

Bordeando las siete de la tarde, se procedió a la votación. Martín Menem retomó su asiento como presidente de la cámara. Terminado el tiempo reglamentario, interpeló, uno por uno, a los diputados que no habían explicitado su abstención. Súbitamente, tras una incómoda pausa, reparó en un detalle: “Ah, perdón, se me olvidó mi voto”, sonrió Menem. Fue negativo.

Tras la aprobación del proyecto en general y el rechazo del artículo 3 en particular, la Cámara de orígen, el Senado, puede o bien aceptar las modificaciones o insistir en la redacción original. En este último caso, la nueva ley ciajará al Poder Ejecutivo para que sea promulgada y entre en vigencia o sea vetada y retorne al Congreso, donde no hay certezas de que se consigan los dos tercios necesarios para dejar sin efecto el veto presidencial.

 La sesión cerró sin tocar todos los temas. Aun así, pasadas las nueve de la noche, la Cámara de Diputados aprobó el pedido judicial de que se allane el despacho de José Luis Espert pese a su fuero parlamentario. Fueron 215 votos a favor, ninguno en contra y tres abstenciones.