En medio de una crisis económica y financiera y tras la baja obligada de José Luis Espert como primer candidato a diputado bonaerense por su vínculo con el narcotráfico, Javier Milei y “La Banda Presidencial” dieron un aparatoso show en el Movistar Arena.
Afuera del recinto en Villa Crespo, los militantes libertarios se congregaron con remeras violetas, banderas que explicitaba la procedencia de cada grupo, bengalas de humo, fuegos artificiales que se disparaban en todas direcciones y estandartes rojos con letras doradas de “Las Fuerzas del Cielo”, similares a los de la Casa Lannister de GameofThrones.
A la par, un grupo de vecinos realizó un cacerolazo en contra de la presentación del Presidente, y fue rodeado por un desmedido número de agentes policiales. Del otro lado del vallado que se montó, los libertarios paseaban por Parque Los Andes, algunos se acercaban a gritar “los kukas tienen miedo” y un joven le decía a otro que allá, del otro lado, donde las fuerzas del cielo no están presentes, debía haber “olor a culo y a paraguayo, estoy seguro”.
Dentro del estadio, en las pantallas gigantes apareció el decimotercer libro de Javier Milei, la excusa para el evento de la noche. Titulado La construcción del milagro, en la tapa se ve a un glorificado Milei, sentado en su silla presidencial bajo una luz angélica; en sus piernas, sostiene una motosierra de oro. El presidente ingresó al Movistar Arena cantando con una voz gruesa y estruendosa “Yo soy el león, yo soy el rey”. En el público, una señora exclamó estupefacta que él tendría que haber sido rockero.
Luego, tras mostrar un compilado de videos de explosiones y edificios en demolición, cantó una versión cínica y desafinada de “Demoliendo hoteles”, de Charly García. Entonces presentó a la banda que lo acompañaba, todos miembros de su partido y algunos funcionarios: la legisladora Lilia Lemoine en coros, en guitarras Hernán Scarfó y el candidato a senador por LLA en Entre Ríos Joaquín Benegas Lynch, en batería su hermano Alberto Benegas Lynch, actual diputado, y finalmente presentó en el bajo a “un periodista que no tenemos que odiar porque es de los buenos: Marcelo Duclos”, escritor de su biografía.
Después de cantar“El rock del gato”, de los RatonesParaonicos, y “No me arrepiento de este amor”, de Gilda, Milei comenzó una eufórica versión de “Dame fuego”, de Sandro, en la que cambió la letra del estribillo por “Tira piedras / kuka tira piedras”. Atrás de la banda, la pantalla mostraba fragmentos de noticieros y videos de TikTok en marchas de jubilados, donde se vieron primeros planos de personas encapuchadas tirando cascotes en las inmediaciones del Congreso.
No hubo mención alguna al reciente descubrimiento de que el diputado José Luis Espert recibió 200 mil dólares de Fred Machado, empresario acusado de narcotraficante en Estados Unidos. Pero se mostraron imágenes de Elon Musk, del asesinato del activista conservador Charlie Kirk, de Donald Trump y también de sus seguidores norteamericanos. Cada mención a Trump generaba en la audiencia una cadena de aclamaciones enloquecidas. Apareció además una imagen del fiscal Alberto Nisman.
También se cantó“Hava Naguila”, una canción tradicional hebrea “en homenaje a las víctimas del 7 de octubre”, y de los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel. Milei culpó a la izquierda de la creciente xenofobia y antisemitismo en el país.Y hubo, como parte del repertorio, una escena editada con inteligencia artificial de StarWars, en donde Cristina Kirchner y Axel Kicillof ordenaban a los medios de comunicación como Perfil, C5N, Carnaval y Gelatina bombardear a Milei, que a pesar del ataque salía victorioso.
La última canción fue una versión punk de “Libre”, de Nino Bravo. Apenas el show musical llegó a su fin, las tribunas y el campo del Movistar Arena comenzaron a vaciarse. Entonces tuvieron sus respectivos turnos para hablar Manuel Adorni, Agustín Laje y Javier Milei, para dar una especie de clase magistral en tres partes sobre la “batalla cultural” que está en proceso, acompañada por los votantes y las fuerzas del cielo.
Se habló de “la patria de la libertad que respeta la naturaleza humana”, y de “los enemigos de la patria que promueven el aborto, la destrucción de la familia y la invasión de la propiedad privada”. Milei prometió que para mitad del año que viene la inflación será un problema del pasado. Con Adorni junto a él, se rió de que al conocerlo el vocero tenía menos pelo, pero eso lo resolvió el capitalismo. Aferrado al micrófono, gritó que hoy hay seis millones menos de pobres. En abril de este año, afirmaba haber sacado de la pobreza a más de doce.