Por Valentina Garavaglia
Fotografía: gentileza Vapoesia Archivo

Este lunes comienza una nueva edición del Festival Va Poesía que se desarrollará en Mendoza, CABA y Provincia de Buenos Aires. Habrá recitales, talleres y charlas que llegarán especialmente a instituciones de encierro, barrios vulnerados y refugios para personas en situación de calle.

El Festival Internacional Va Poesía Argentina tendrá su 13° edición desde este lunes y hasta el 10 de octubre en Mendoza y luego del 13 al 17 del mismo mes en CABA y provincia de Buenos Aires. Bajo la consigna de la poesía como mecanismo de inclusión social, el festival permite que este género literario llegue a diversos sectores de la sociedad.

Durante 15 días habrá más de 25 lecturas, talleres, y presentaciones públicas. En esta edición participarán poetas de distintos lugares del mundo, lo que favorece el intercambio entre artistas. Además de autores argentinos, habrá escritores provenientes de Suecia, Venezuela, México, Costa Rica, Gales y de Colombia, con ideas y voces divergentes.

En ambas etapas, primero en Mendoza y luego en Buenos Aires, Va Poesía busca abrir el diálogo poético en espacios con personas que habitualmente no están en contacto con la literatura. Las actividades tendrán sus sedes en cárceles, escuelas, sindicatos, refugios, comedores, entre otros sectores vulnerables. Ricardo Rojas, codirector del festival, explica: “Vamos a lo que llamamos la Argentina profunda, donde están nuestros hermanos y hermanas más desfavorecidos o en situaciones precarias”.

Cuando la poesía es leída en estos espacios “se forma un círculo mágico donde la realidad se interrumpe y da permiso a que florezca lo humano” en palabras de Rojas, y propicia: “a que nos podamos ver: que podamos prestarnos atención; que advirtamos que todos somos valiosos: que estamos todos en este mundo”. Como dice Marta Miranda, también codirectora del festival, “se abre un espacio de pensamiento distinto, en donde es posible soñar o repensar los sueños. Se agrega una dimensión de vida que quizá antes no se avizoraba. Una otra posibilidad.”

El proyecto alienta a que se desarrollen las potencialidades creativas dentro de estos espacios de vulnerabilidad social y consecuentemente haya, en palabras de Miranda, “un empoderamiento concreto de las clases populares. Que se pregunten ¿cuáles eran mis sueños? ¿Cuáles eran mis deseos? ¿Cómo nos organizamos para hacer un mundo más fraternal, más bondadoso, más tolerante, más humano?”

Después de la etapa mendocina, entre el 13 y el 17, el Festival tendrá como sedes en CABA a la Asociación de Empleados de Farmacias, en Constitución, al Instituto de Menores Belgrano, en Once, a PAEBYT-Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario Morenos de la Calle Larga, en Pompeya, al Instituto de Menores Agote, que queda en Palermo, al  Taller Cristo de los Villeros, de Barracas, a No Tan Distintes, en Boedo y al café bar La Poesía, de San Telmo. La Universidad Nacional de La Matanza será otra de las sedes, ya en el Conurbano bonaerense.

Desde la organización “buscamos revertir la ecuación actor/espectador por una más igualitaria, la de actor/actor, activo desde su comunidad”, dice Miranda. Y bajo la misma línea, Rojas afirma que se trata de un festival que “pone por delante de todo lo humano, lo horizontal, lo simple y como decía el Papa Francisco con todos, todos, todos.”

Sobre la necesidad de que exista un proyecto cultural como este, Miranda explica que “no todas las comunidades o personas tienen la posibilidad de acceder a un espacio de literatura, pensamiento e intercambio. Y en la mayoría de los casos no la tienen porque no pueden -por lejanía, condición social, factores económicos- y no porque no quieran”. La codirectora del festival cree en la importancia de “darle a la gente la opción de decidir qué contenidos quieren en su vida. Ofrecerles la posibilidad. Después cada uno, cada una, decidirá qué hacer con lo que escuchó, sintió, compartió”. Y asegura: “El derecho a la belleza debe ser para todos”.

Ambos directores concuerdan que lo ideal es que los participantes se lleven el espíritu comunitario y la noción de que cada paso es importante para realizar una transformación en la sociedad, que no hay pueblo pequeño, escuela alejada, situación de vida que no pueda modificarse. Rojas resalta “el cariño de nuestra gente en situación vulnerable. Nuestro reconocimiento eterno y nuestro afecto enorme por compartir su tiempo, su poesía y su expertiz en general en estos encuentros tan simples y profundos donde la belleza, la tolerancia y la fraternidad son los motivos centrales del asunto.”