Más de 40 librerías, charlas, música en vivo y gastronomía formarán parte de la Fiesta del Libro Usado, que promete reunir a miles de lectores y autores, con catálogo de selección, en la Biblioteca Nacional.

El sábado 4 y domingo 5 de octubre, la Plaza del Lector de la Biblioteca Nacional será escenario de una nueva edición de la Fiesta del Libro Usado (FLU). Con entrada libre y gratuita, el evento convocará a las principales librerías de segunda mano de Buenos Aires y ofrecerá la posibilidad de descubrir ediciones singulares, conversar con autores y disfrutar de un espacio donde la literatura se cruza con la música y la gastronomía. “Buscamos promover a la lectura como una experiencia que forma comunidad”, asegura Patricio Rago, organizador de la FLU, en diálogo con ANCCOM.
El encuentro, que este año celebra su cuarta edición, nació del deseo de Rago de crear un espacio dedicado exclusivamente a los libros de segunda mano. En 2022, después de haber trabajado largamente en la idea, convocó librerías que encajaran con su propuesta, buscando no solo títulos de calidad, sino también libreros capaces de hacer buenas recomendaciones y mantener precios accesibles. “No podía ser que una ciudad como Buenos Aires, con su tradición de libro usado, no tuviera un evento así”, señala.
La primera edición de la FLU se llevó a cabo en Plataforma Nave, un centro artístico casi escondido detrás del Planetario. Con 16 librerías y 1.500 visitantes, la prueba piloto reveló el entusiasmo de los lectores y la necesidad de un espacio más visible y accesible. En 2023, la explanada de la Biblioteca Nacional se convirtió en su nuevo hogar, con el respaldo de Guillermo David, director de Coordinación Cultural. El cambio resultó decisivo, ya que de aquel modesto debut se pasó a más de 40.000 asistentes, y en poco tiempo se consolidó como un encuentro masivo que hoy convoca a más de 60.000 personas.

El crecimiento del evento se refleja también en las librerías participantes. Este año, la Plaza del Lector reunirá 47 puestos -siete más que el año pasado-, que desplegarán sus títulos y ofrecerán la posibilidad de encontrar grandes joyas literarias. Uno de los sellos del evento, y lo que lo diferencia de otros festivales similares, es el criterio de selección de sus participantes. Con el éxito de cada edición, son muchas las librerías que desean sumarse, pero solo unas pocas cumplen con el perfil del encuentro. “La FLU no es una feria abierta para encontrar cualquier cosa, sino que hay una curaduría de los expositores como de los libros que llevan”, destaca el organizador.
Al definir quienes participarán, Rago no sólo evalúa los títulos y sus precios, sino también la manera en que los libreros viven su oficio, la pasión que ponen en su trabajo y la relación que establecen con los lectores. “Hay gente que a mí no me interesa que esté porque entienden la compra y venta de libros de una manera diferente a la del evento”, explica. Para él, el librero funciona como un filtro, encargado de aportar calidad al recorrido y ofrecer a los visitantes una experiencia cuidada y valiosa. “Esta doble curaduría garantiza una calidad de libros imposible de encontrar en otro lugar”, agrega.
La organización de la FLU demanda un trabajo arduo, con etapas de planificación, coordinación y autogestión que arrancan a principios de año. Al frente están Rago y Paz Marenco: él aporta su experiencia como dueño de Aristipo Libros y coordina cada detalle del evento, mientras que ella se encarga de la comunicación y la gestión de artistas. Juntos conforman la dupla que hace posible que todo funcione.
A pesar de las dificultades económicas y la falta de apoyo estatal, la FLU se consolida como un motor para la circulación de libros usados. En cada edición, la venta de títulos en un fin de semana puede equivaler a uno o dos meses de ventas para algunas librerías. Además de permitir que los visitantes se lleven ejemplares a precios accesibles, el evento funciona como una ventana para dar a conocer nuevas propuestas y fortalecer la economía de este sector. “Aún en este contexto nefasto, las librerías esperan la FLU y personas de otras ciudades me escriben para sacar los pasajes”, comenta Rago.

La programación de esta edición invita a sumergirse en la lectura como experiencia colectiva, combinando debates y música en vivo con la participación de figuras consagradas y emergentes de la cultura. “No sólo pensamos en artistas que nos interpelen o nos gusten, sino en quienes tengan una propuesta y un estilo capaces de conectar con el público de la FLU”, menciona.
El discurso de apertura estará a cargo de Betina González y abordará el vínculo de los escritores con el lenguaje, el éxito, el mercado y la ansiedad por publicar. En línea con esta temática, el sábado a las 15, la filósofa Karina Pedace y el artista Santiago Caruso presentarán la conferencia “IAceleración artificial y delegación cognitiva”, para analizar los aspectos menos visibles de la tecnología y los desafíos al producir material creativo.
El domingo a las 14, Milagros Porta y Juan Tolosa liderarán “Sub 30: escenas, poéticas y disputas de una generación”, una charla destinada a conocer qué escriben, cuáles son las búsquedas y qué batallas literarias están dando los jóvenes autores. Más tarde, Juan Mattio, Kike Ferrari y Guillermo Korn presentarán la actividad “La Pyme de Hugo: un puesto del Centenario como lugar de encuentro y formación de lectores”. En ella contarán la historia detrás de uno de los puestos más emblemáticos del Parque Centenario y mostrarán como un pequeño puesto de libros puede transformarse en un núcleo de circulación del conocimiento y de construcción de comunidad. “Gracias a la curaduría de libros y a las recomendaciones que hacía, Hugo marcó a muchísimos lectores y escritores”, recuerda Rago.
Pensada como una fiesta más que como una feria, la FLU se define por su carácter celebratorio y comunitario. Además de motorizar la economía del sector y funcionar como punto de encuentro, sus organizadores se enorgullecen de llevar adelante un proyecto que propone un vínculo con la lectura diferente al que suelen ofrecer otros eventos. “La gente viene porque no tenemos una propuesta comercial ni careta, sino auténtica y centrada en el amor por los libros”, concluye.
La programación completa de la Fiesta del Libro Usado (FLU) se puede conocer acá.