Por Micaela Otero
Fotografía: Azul Andrade

Centenares de directoras, actrices y trabajadores del cine se manifestaron ante la sede del Instituto Nacional de Cinematografía para rechazar la privatización del canal Cine.ar y de la plataforma Cine.ar Play. Fuerte repudio a la política gubernamental de desfinanciamiento y desguace que encarna Carlos Pirovano, actual titular de la entidad.

 

Este martes 30 de septiembre se reunieron en la puerta del Instituto Nacional de Cinematografía y Artes Audiovisuales (INCAA) trabajadores del cine y referentes del instituto para leer un documento unitario elaborado de manera colectiva, que rechaza el anuncio de la privatización de las pantallas de CINE.AR TV y CINE.AR Play. La confirmación acerca de la medida se hizo el 7 de agosto mediante un posteo en la cuenta de X del INCAA. Entre quienes realizaron la lectura del documento –firmado por más de 15.500 personas y 100 entidades–  se encontraron las actrices Cristina Banegas, Ana Celentano y Susana Varela.

 A lo que Carlos Pirovano, actual presidente del INCAA, le llama superávit, ellos le llaman subejecución. El organismo no está cumpliendo la función que le es prevista por la Ley 17741 de Cine, como expresan en el documento: “La Ley de Cine tiene como objetivo promover y difundir la cinematografía nacional en sus aspectos técnicos, industriales, culturales, patrimoniales y artísticos en todo el territorio argentino. Este fomento incluye la producción, distribución y exhibición de películas, asegurando el derecho fundamental de acceso a la cultura de todas las personas que habitan la Argentina”.

 El 67 por ciento del dinero recaudado por el organismo, que se obtiene mediante el 10 por ciento de cuota de pantalla previsto por la ley, está siendo colocado en actividades financieras tales como bonos, y no en cumplir con la tarea impuesta por la normativa de regular y fomentar la actividad cinematográfica nacional.  Mientras que antes se estrenaban en nuestro país alrededor de 200 películas por año, en lo que va del 2025 solo se estrenaron seis producciones bajo las nuevas normativas impuestas por el presidente del INCAA.

“Está claro que el objetivo no es financiero, sino ideológico, destruir las herramientas que garantizan el acceso federal y democrático al cine argentino, borrar nuestra memoria audiovisual y entregar el patrimonio cultural del país a los monopolios internacionales del entretenimiento –enfatiza el documento–. Nos oponemos rotundamente a esta ofensiva contra nuestra cultura nacional y exigimos la defensa y fortalecimiento de nuestras pantallas públicas. Sin películas y sin pantallas se incumple la ley y perderemos nuestro cine. Por todo esto reiteramos nuestro absoluto repudio a las decisiones y acciones del presidente del INCAA y afirmamos hoy más que nunca que el cine argentino es orgullo, identidad y memoria”. De esa manera cierran el comunicado, que leyeron frente a las puertas del instituto, mientras minutos antes se comentaba que Pirovano se encontraba dentro.

Mariana Bruno, actriz y delegada de ATE INCAA, destacó la importancia de los contenidos que hay en la plataforma: “Nada puede asegurar que haya cuidado de ese contenido, que haya una valoración como se le tiene a ciertas cosas que son rarezas, desde las primeras películas de Gardel hasta una de Damián Szifron. Con todo eso no se sabe lo que va a pasar, pero entendemos que a esta gestión no le importa mucho tampoco el cuidado o la protección de las obras en general”. Bruno apunta, también, contra de la justificación que se dio de la medida: “El verso de la plata es algo muy característico de este gobierno en general, pero acá en el INCAA fue lo primero que se puso en juego. ‘Bueno, despedimos trabajadores porque no hay plata’. Bueno, ahora se cierra Cine AR porque no hay plata”.

 La plataforma de streaming on demand Cine AR Play, tiene digitalizadas cerca de 9.000 películas y más de 2,6 millones de usuarios registrados. De quedar en manos de un privado, la preservación de ese archivo no está garantizada, y mucho menos el acceso gratuito a los usuarios.  

 Al principio de la gestión de Pirovano, entre el canal y la plataforma había 90 trabajadores; actualmente, quedan sosteniendo ambas solo 12. Si hablamos de todas las instituciones que engloba el INCAA, el 60 por ciento de la planta del instituto fue despedida o forzada a tomarse un retiro.

 Por último, Bruno destaca que la lucha en contra del cierre del canal y la plataforma es algo a favor del pueblo en general. “No es solo para los productores, para los cineastas o para los laburantes del INCAA, es para todos los argentinos y argentinas, para que puedan ver películas de forma gratis y nuestro propio cine, lo que es nuestra identidad, lo que nos refleja como sociedad”.

 

Por otro lado Andrea Testa, directora de cine y miembro del consejo asesor del INCAA, se refirió al balance que hizo Pirovano de su primer año de gestión, donde alardea haber logrado un “superávit”: “A ese superávit, que ellos dicen, nosotros le llamamos subejecución, porque a la par se suspendieron un montón de proyectos de películas que tenían el visto bueno de los comités de selección, se cerraron también las formas de acceder a los subsidios, ni que hablar la situación que están pasando las escuelas de cine, no solo la de acá de CABA. Entonces, ¿por qué si hay dinero adentro del instituto no lo está poniendo en lo que debería hacer, que es gestionar y fomentar el cine nacional en toda su actividad?”

 El cine no es solo de quienes lo hacen sino también de quienes lo miran, disfrutan y se nutren de él. Por eso es fundamental la adhesión a la lucha del sector de la industria audiovisual del resto de la población, ya que el ataque abarca más allá de quienes no podrán producir o publicar sus obras, sino del valor que se pierde al no  poder acceder a ellas.