El exdirector de la Fundación Sadosky, Fernando Schapachnik, habla sobre la confusión que se impuso en torno a la nueva herramienta tecnológica. También menciona la opacidad de su desarrollo económico y del impacto que puede tener en las industrias.

Hace ya tiempo que la noción de Inteligencia Artificial circula en las conversaciones cotidianas de gran parte de la población. Sin embargo, muchas veces se desconoce acerca de lo que se habla, más aún a partir de la emergencia de la Inteligencia Artificial Generativa. En diálogo con ANCCOM, Fernando Schapachnik nos ayuda a comprender los pliegues de esta tecnología y su relación con el sector industrial en Argentina.
¿Cuáles son las diferencias entre Inteligencia Artificial e Inteligencia Artificial Generativa?
La inteligencia artificial es una forma avanzada de la estadística. En base a la observación de un montón de de datos infiere patrones y sirve para hacer clasificaciones. Hay que pensarlo lejos de cualquier noción de un cerebro, de una forma de la cognición, que es una metáfora a veces empujada con la intención de confundir. En los últimos años utilizando unas combinaciones bastante sofisticadas de esta misma tecnología, apareció la Inteligencia Artificial Generativa, la cual, si nos atenemos a la definición, se trata de la posibilidad de que a partir de una cantidad pequeña de información -por supuesto siempre habiendo sido entrenada con enormes volúmenes de datos- genere un objeto de cierta categoría en vez de preguntarle a qué categoría pertenece el objeto. Por ejemplo: le decis “dame una foto de Jose con un sombrero mexicano”. Entonces, funciona al revés de la operación de darle una foto de Jose con un sombrero y que diga “Esta persona es José con un sombrero”. Un ejemplo común es la versión de texto que todos conocemos, los famosos chatbots, lo que hacen es simplemente decir cuál es el texto que tiene mayor chance de ser la continuación de lo que vos le venís diciendo, dados los datos con los que fue entrenado.
¿Qué es la Inteligencia Artificial General?
Bueno, eso que describí anteriormente funciona sorprendentemente bien y gracias a algunas argucias de los datos de entrenamiento nos habla de una manera confidente, cercana. Hay una intencionalidad de antropomorfizar eso y que se presente como si fuese un asistente, un ser humano, alguna cosa intermedia. Pero debemos tener en cuenta que es solo un predictor de texto. En los albores del campo de la Inteligencia Artificial aparecía esta idea de generar una máquina que razone como un ser humano. A esa búsqueda se la llama la Inteligencia Artificial General.

¿La Inteligencia Artificial es inteligente?
Te respondo con una pregunta: ¿los submarinos saben nadar?
¡No!
¿Por qué dirías que no? Si se logran desplazar debajo del agua. La pregunta acerca de si los submarinos nadan es irrelevante. Hay una cuestión, digamos, marketinera. A mí a veces me gusta jugar con las palabras y decir que la Inteligencia Artificial es más artificial que inteligente, pero eso no significa que no tenga capacidades. O sea, es una tecnología que tiene algunas capacidades. De vuelta, no toda la Inteligencia Artificial es la Generativa. Los humanos estamos todo el tiempo elaborando un plan. Si vos vas a agarrar un vaso de agua de la heladera, también elaborás un plan. Lo hacemos de manera inconsciente y solo ponemos esfuerzo cuando es más sofisticado. Todo el tiempo estamos planificando para llevar adelante lo que queremos. Las computadoras no pueden hacer eso. Hoy en día no lo pueden hacer, solo para casos muy específicos. Ejemplo, un piloto automático de un auto o de un avión. Han sido programados para esa tarea en particular.
¿Crees que existen falsas promesas o expectativas exageradas en torno a la implementación de la Inteligencia Artificial Generativa en el sector industrial, particularmente en las pymes?
Lo que me parece que está pasando en las pymes argentinas es producto de la fama que ha ganado la Inteligencia Artificial Generativa y que ha opacado el otro tipo de Inteligencia Artificial. Entonces un montón de pymes no saben que podrían con poco esfuerzo económico conseguir un sistema, por ejemplo, de control de la calidad de lo que producen. Está lleno de casos en el país que lo han hecho. Yo ahora estoy trabajando en la CIC (Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires) y acá se han hecho un montón de implementaciones con pymes de la provincia. Pero en general es algo que no se conoce. Esa es una de las funciones de instituciones como el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), acercarse al tejido industrial y hacer difusión de las capacidades tecnológicas que podrían incrementar la productividad de las empresas argentinas. Además, lo que también a veces pasa en simultáneo, no necesariamente de parte de las mismas empresas, es que empresas que son por ahí un poco más grandes dicen: ‘Tengo que hacer algo con IA’. Como si eso fuese un imperativo. En esos casos siempre están pensando en la Generativa. A mí me gusta pensar de manera estratégica, esto significa preguntarte acerca del objetivo que tenés y buscar la mejor herramienta para eso. Pues sino parece que uno va con una herramienta en busca de un problema.
¿Me preguntás si la Inteligencia Artificial es inteligente? Te respondo con una pregunta: ¿Los submarinos saben nadar?
¿Se relaciona con una lógica de mercado vinculada con el dumping?
Es probable. Más que en el dumping, lo que pensaría es que el modelo de negocios sustentable de estas grandes empresas de Inteligencia Artificial Generativa no queda para nada claro. Porque los costos son muy altos y para que el servicio sea atractivo lo tienen que ofrecer a un precio económico. No queda claro que eso cierre sin el constante influjo de inversión. No digo que no, lo que digo es que no es para nada obvio que eso así sea. Entonces, parte de las promesas tienen que ver con buscar rodar este dinero. Los grandes inversores por ahora renuevan su fe y siguen invirtiendo. Por ahora.
¿Cuáles consideras que son los usos interesantes de la Inteligencia Artificial en la industria?
Por ejemplo, si tenes una línea de producción de zapatillas y le mostrás un montón de videos de zapatillas que están correctas, puede detectar las que no coinciden con ese patrón y señalar una falla de producción. O en el sector de la salud, le das un montón de placas básicas de personas sanas y de personas que desarrollaron alguna enfermedad y con eso señala el diagnóstico médico. O sea, es importante también recordar estos usos, industriales, en diagnóstico, son usos productivos muy válidos que no tienen el problema de los sesgos, en general tampoco tiene grandes problemas de consumo energético y en casos como el de la producción en serie de zapatos, por ejemplo, sirve para hacer menos desgastante el trabajo humano.

¿Qué lugar pensas que debería ocupar el Estado en la regulación y el desarrollo de la Inteligencia Artificial en la región?
Yo creo que hay que regular la Inteligencia Artificial y que para que esa regulación sea efectiva sería conveniente avanzar y hacerlo de manera regional. Eso por un lado. Habiendo dicho eso, creo que nuestro país tiene que tener una estrategia de desarrollo. Lo que hay que hacer es fortalecer el entramado científico tecnológico, lejos de cerrar el INTI hay que multiplicarlo. Ahora, la Fundación Sadosky, institución que yo dirigía, está en un estado calamitoso, está en coma. Está comandada por un grupo de ignorantes. Por el contrario, a esas instituciones hay que prestigiarlas, son las que tienen la capacidad de hacer que esta tecnología llegue a buen puerto, con potencial y que mejore la productividad de las empresas argentinas, como decíamos antes. Y además, creo que la Argentina se tiene que dar una estrategia de inserción en la cadena de valor. Es un tema largo, escribí hace poco una nota para NODAL. En síntesis, en los países de industrialización tardía como el caso de Australia, los caminos más virtuosos que conocemos tienen que ver con el uso inteligente de sus recursos naturales. En principio es necesario hacer una transferencia tecnológica e ir aprendiendo cada vez más, ir convirtiéndose en líderes en esas tecnologías.
Y por supuesto, poniéndole condiciones a las empresas. Por ejemplo, al principio Noruega les exigía a esas empresas que un cierto porcentaje de los productos tendrían que ser comprados en Noruega, ahora, ya más consolidada, les exige un porcentaje más grande.
¿Podrías señalar los principales puntos a tener en cuenta para el desarrollo estratégico nacional del sector?
Nosotros podríamos intentar hacer algo parecido, utilizando nuestras grandes extensiones de territorio en el sur, nuestra disponibilidad de energía, nuestro nuestro clima frío para tratar de que se radiquen las Data Center, pero eso tiene que ser de manera condicionada, no puede ser de manera entreguista como plantea Javier Milei. El condicionamiento por un lado tiene que ver con la protección de la emisión de divisas y por otro lado con que le brinden servicios a tarifas diferenciadas a las empresas argentinas. Porque sino cada vez que una empresa argentina utiliza algunos servicios hay dólares que se van para para afuera y eso en la Argentina es un problema muy conocido, el famoso problema de la restricción. Esa es una posible estrategia de desarrollo para nosotros.