Por Camila Esne

En Argentina se está viviendo la mayor crisis farmacéutica en la historia. Ya hubo 96 muertes confirmadas por fentanilo contaminado, más que en el atentado a la AMIA o en la tragedia de Once. Una carta de advertencia que no llegó a tiempo. Una investigación sobre la negligencia médica. Y el silencio de las autoridades. Se esetima que hay más de 150 mil ampollas infectadas.

Allanamiento de la Policía Federal Argentina en el Hospital Italiano de La Plata en Mayo de 2025. Foto: Ministerio de Seguridad

Para entender la secuencia hay que retrotraerse casi nueve meses de que el término “fentanilo” saltara a los titulares. Antes de que el Ministerio de Salud declarara la emergencia. Antes incluso de que en la Argentina se lo pensara como un asunto lejano.

Entre el 28 de noviembre y el 12 de diciembre de 2024, inspectores de la ANMAT revisaron la planta de Laboratorios Ramallo S.A., parte del grupo HLB Pharma, en la provincia de Buenos Aires. Detectaron deficiencias clasificadas como “críticas y mayores” en controles de calidad, validación de procesos, documentación y depósitos. Según documentos internos revelados por La Nación, el lote 31201 se produjo el 18 de diciembre de 2024, y el lote 31202 el 3 de enero de 2025.

El 10 de febrero de 2025, la autoridad regulatoria envió una Carta de Advertencia: suspendía la producción hasta que la empresa presentara un plan de acción correctivo. Pero el 3 de enero, antes de que la carta saliera, el lote 31202 de citrato de fentanilo ya había sido fabricado.

¿Cuánto tiempo circularon las ampollas contaminadas antes de que se emitiera la alerta pública? ¿Qué controles fallaron y quiénes son responsables de esas omisiones?

A fines de abril de este año, en el Hospital Italiano de La Plata, pacientes internados desarrollaron infecciones graves: sepsis, neumonía, shock. Todos habían recibido pequeñas dosis de fentanilo del mismo lote. Las bacterias halladas, Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, confirmaron la contaminación.

Pero no fue hasta el 8 de mayo, tras las denuncias de instituciones médicas, que la ANMAT emitió una alerta pública ordenando no usar el producto. Cinco días después se prohibió formalmente el lote 31202 y se ordenó su retiro. Para entonces, según estimaciones, el lote rondaría en más de 300.000 ampollas, de las que se habrían aplicado unas 45.000.

El recuento de víctimas creció con las semanas: 34 a fines de mayo; 76 el 12 de agosto; entre 87 y 96 confirmadas hasta el jueves 14 de agosto, además de otros casos en investigación.

“Aún no se conoce la magnitud de la situación. Todavía no hay certeza de la cantidad de ampollas aplicadas en el país. Hay 6 lotes en investigación y uno solo protagonista, el 31202.

Eso no significa que no haya más lotes esparcidos. Hay que activar una emergencia sanitaria”, reclamó Alejandro Ayala, familiar de una víctima, en declaraciones a los medios. 

La causa penal se encuentra en etapa de instrucción, a cargo del juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak. La Justicia investiga a 24 posibles responsables, entre ellos al empresario Ariel García Furfaro, bajo acusaciones que van de homicidio culposo a adulteración de productos médicos.

“Fueron dos lotes, uno de los cuales tuvo alta circulación y se aplicó ampliamente. Del otro no se llegó a administrar ninguna dosis”, precisó Ernesto Kreplak en Radio con Vos

En paralelo, ante el silencio de las autoridades de los ministros a las preguntas y los reclamos, más de 80 familiares de víctimas se reúnen en un chat de whatsapp: “Unidos por la justicia de las víctimas del fentanilo mortal”. Allí comparten el duelo mientras exigen justicia por la negligencia médica y alertan por la emergencia sanitaria.

“La incertidumbre es enorme, hay más de 150.000 ampollas infectadas. La mayoría no se sabe ni dónde están ni cómo fueron utilizadas por la falta de registro”, expresa Sandra Altamirano, madre de Daniel Oviedo. Daniel tenía 42 años, murió después de ser tratado con fentanilo infectado en el Hospital Italiano de la Plata. 

La tensión entre las familias y el principal imputado se profundizó la noche del jueves 14 de agosto, cuando Ariel García Furfaro dio su versión de los hechos en el canal TN, donde afirmó haber leído “todas las historias clínicas” de las víctimas. La declaración, realizada mientras en el estudio se encontraban familiares de varios de los fallecidos, provocó un inmediato rechazo.

“Me gustaría saber, ¿cómo tiene acceso él a las historias clínicas? Cuando hay familias que están desesperadas pidiéndolas y nadie se las entrega”, se preguntaba Sandra viendo la televisión. En el chat que tiene con otros familiares ella los ayuda a buscar los historiales. “Es inexplicable lo que pasa y lo que provoca en nosotros”.

Anoche, en el lanzamiento de la campaña electoral bonaerense, el presidente Javier Milei responsabilizaó a Axel Kiciloff por tener como cliente al laboratorio HLB Pharma, sin embargo no se conoce aún pronunciamiento del ministro de Salud Mario Lugones, a pesar de que las víctimas del fentanilo tapizan todo el país. Solo se escuchó al ministro de Desregulación, Adolfo Sturzenegger, quien insistió en desarticular el ANMAT asegurando, en este trágico contexto, que es mejor que cada ciudadao se cuide solo.

Hoy la crisis sigue abierta: continúan los peritajes, los allanamientos y la búsqueda de responsabilidades. Lo que comenzó como un problema de control de calidad es ahora un expediente judicial y un episodio crítico de salud pública.