Por Joaquín Arias
Fotografía: Pamela Duran

En una clase abierta en la Facultad de Derecho de la UBA, Julia Mengolini narró el ataque sistemático que sufrió en redes y presentó con Juan Grabois su denuncia contra el presidente Milei y su granja de tuiteros por amenazas, intimidación pública, apología del delito y malversación de fondos.

En las últimas semanas, la periodista Julia Mengolini fue blanco de una campaña de ataques en plataformas digitales, que incluyó la difusión masiva de un video generado con inteligencia artificial en el que se la mostraba en una escena sexual junto a su hermano, siendo un material extensamente replicado por cuentas vinculadas al oficialismo. La causa cayó en manos del juez federal Lino Mirabelli, quien está al frente del Juzgado N.º 2 de San Isidro. Como primera medida, dispuso que la denunciante cuente con custodia las 24 horas. La fundadora de Futurock es representada por Grabois y el equipo de su organización, Argentina Humana. Juntos organizaron la exposición en la Sala Azul de la Facultad de Derecho, bajo el título “Inteligencia artificial y violencia estatal”.

A minutos de que se iniciara la conferencia, la circulación en la parte trasera de la planta principal de la Facultad se vio interrumpida por una extensa fila que cruzaba de punta a punta uno de los pasillos. La convocatoria, difundida por la protagonista en sus redes y en su programa de radio, superó ampliamente las expectativas. La Sala Azul, con capacidad para 180 personas, se desbordó por la llegada de alumnos, abogados, periodistas, docentes y figuras de la política nacional, como el senador Mariano Recalde, la diputada Natalia Zaracho y la Madre de Plaza de Mayo Taty Almeida, quien fue ovacionada al ingresar.

Mengolini tomó la palabra al inicio, luego de ser presentada como “la protagonista no querida de esta historia”. “Desde el gobierno de Milei, un sistema de trolls empezó a institucionalizarse, a perfeccionarse, a profundizar sus métodos, y llegó a este último episodio por el que estamos acá, con una crueldad inimaginable y una idea absolutamente siniestra”, comenzó diciendo la periodista. Acto seguido, explicó que lo que le hicieron fue crear “algunos videos con inteligencia artificial en donde me involucraban sexualmente con mi hermano, en paralelo con muchas amenazas”. Sobre estas últimas especificó: “Algunas me mandan al Río de la Plata, haciendo clara referencia a la época tal vez más terrorífica y oscura de nuestro país, y otras dicen simplemente, por ejemplo: ‘Hija de mil puta, te juro que te voy a secuestrar y vas a terminar tirada en una zanja’”.

Después de enumerar estas ofensas, las vinculó directamente con Javier Milei: “El Presidente de la Nación se montó sobre esto y me dedicó noventa y tres tuits, siempre haciendo alusión a una suerte de vuelto, de que me lo merecía”. “La difusión de estos videos, la saña, las amenazas y los retuits del presidente tenían el objetivo simple de hacerme sufrir, de torturarme”, sentenció con la voz quebrada, lo que generó fuertes aplausos y gritos de apoyo en el auditorio. “Soy feminista, soy peronista, soy un montón de cosas que a este gobierno le molestan, y el vuelto en realidad se trata de eso. No es conmigo, es con el pueblo argentino”, agregó.

Para finalizar, declaró que el objetivo de esta denuncia es sentar un precedente jurídico y social: “Hay que reconstruir los lazos sociales, porque esto no es una discusión política ni ideológica, ya es otra cosa. El ataque por parte del Estado nacional, con todas sus milicias digitales paraestatales, contra una persona es brutal, asimétrico, cruel”.

“Cuando uno se quiebra, tenemos que estar los demás. Estar para pelear, porque no vamos a ser sus víctimas, sino sus adversarios”, afirmó Grabois en su discurso. “Lo que le hicieron a Julia y a tantas otras compañeras fue infligir dolor. No solamente psíquico, físico. Duele en el cuerpo, incapacita”, manifestó y sentenció: “Acá hay un caso sin ningún precedente, en donde el propio Presidente de la Nación, jefe superior de las fuerzas de seguridad, en más de 100 oportunidades difunde o promueve —una broma en alusión a las explicaciones de Milei en el caso Libra— esta tortura”. Para el dirigente, hay una situación que se va generalizando, en la que el terror se instala en un sector de la dirigencia social, académica, periodística o cultural: “Las víctimas inmediatas de las agresiones, del aparato estatal y paraestatal que funciona alrededor del señor Javier Milei”.

Gabriela Gusis, docente de Derecho Penal y Criminología, calificó las acciones de las cuentas oficialistas como un “acto de violencia política con la intención de silenciar y advertir a las disidencias”. Esta violencia “siempre es ilícita”, ya que “usa mecanismos informales, medios no legales, humillantes, utiliza la crueldad”. Según ella, de esa manera se construye “una otredad a la que podemos odiar”. “Siempre se hace del mismo modo: primero te denigro, luego maximizo el ataque y, finalmente, agito la violencia explícita. No se prohíbe hablar, pero se castiga a quien habla”, subrayó. Gusis señaló que estas acciones constituyen un ilícito internacional según los tratados de derechos humanos y que la Ley Antidiscriminatoria (23.592) también prohíbe la incitación al odio político. Ante este escenario, recalcó que es necesario que no haya una neutralidad institucional frente al odio, y que el Estado “no puede convertirse en un agresor que usa herramientas tecnológicas para disciplinar”.

Para presentar la denuncia, estuvo la abogada Camila Palacín, quien explicó que el escrito —de 70 páginas— está encuadrado en cuatro hechos diferentes: amenazas, intimidación pública, apología del delito y malversación de fondos públicos. Sobre esto último detalló: “Lo que decimos es que este aparato de hostigamiento que denunciamos no fue improvisado, sino que hubo funcionarios que usaron su tiempo, las oficinas del Estado y los equipos tecnológicos para reproducir mensajes de odio, editar imágenes y construir esta campaña. Recursos que deberían estar destinados a gobernar, y no a perseguir a una ciudadana”. Además, remarcó lo novedoso del uso de la inteligencia artificial y explicó cómo funcionaba dentro de la lógica del ataque: “La creación de imágenes y videos con IA fue un puntapié para comenzar a circular en redes la idea de que existía un video real, y con eso generar daño y provocar oleadas de amenazas”.

 

En el cierre de la conferencia, Grabois expresó desde el primer momento que su perspectiva era punitivista: “Nosotros queremos un juicio y un castigo severo a quienes participaron de esta acción criminal, que es mucha gente. Que los dispositivos electrónicos de estas personas sean secuestrados, y que los que tengan que estar en detención preventiva para no entorpecer la causa, lo estén. No podemos aceptar las garantías procesales. Muchos de los actores están identificados. Hay un par que tiene fueros, el resto no. Y esto nosotros lo tenemos absolutamente probado: fue planificado y aplicado con sistematicidad”. También recalcó la gravedad de que Milei esté involucrado en la agresión: “El que promovió los mensajitos que se convirtieron en amenazas directas al celular de Julia fue él. Este es uno de los casos que ponen de manifiesto una inhabilidad por la cual ese señor no puede ser más Presidente de la Nación. Tiene que tener un juicio político y hay que sacarlo a través de los mecanismos que nos da la Constitución”. Finalmente, tras citar otros casos, enfatizó: “Nosotros los abordamos rigurosa y sistemáticamente para ganar. No para llorar. La víctima puede llorar. Los abogados no: estamos para ganar. Y ganar es que sean condenados todos los responsables”.