La Plaza de Mayo hasta la 9 de Julio y ambas diagonales estuvieron tapizadas de militantes, organizaciones políticas, sociales y gremiales. También estuvieron los jubilados, trabajadores del Garrahan, autoconvocados y hasta agrupaciones de Izquierda. Todos se manifestaron contra la proscripción de Cristina Fernánez de Kirchner, que envió un mensaje grabado a la multitud.

Desde primeras horas de la mañana del miércoles 18 de junio, la militancia peronista comenzó a acercarse hacia Plaza de Mayo desde distintos rincones de la ciudad, la Provincia de Buenos Aires y distintos puntos del país. Cerca del mediodía, las imágenes aéreas mostraban una Plaza de Mayo multitudinaria. Los manifestantes que reclamaban por lo que consideran una proscripción injusta contra Cristina Fernández de Kirchner, diseñada por la oposición y el Poder Judicial colmaron Avenida de Mayo hasta la 9 de Julio y tanto Diagonal Sur como Diagonal Norte estaban repletas. Se sumaron movimientos sociales, las CTA, La Cámpora, miles de independientes y numerosos líderes políticos entre los que se contaron el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y el último candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa. Los más entusiastas arriesgaban que en total se manifestó un millón de personas.
Luego de que en la Plaza se entonaran las estrofas del Himno Nacional, la líder del PJ compartió un mensaje con el pueblo a través de una grabación de ocho minutos, al que luego se le sumó lo que parecía una breve comunicación telefónica: cuestionó el fallo que la inhabilita a competir para ocupar cargos públicos y pronosticó que el gobierno de Javier Milei “tiene vencimiento”. Además, convocó al peronismo a reorganizarse y en relación a las muestras de apoyo que recibió sostuvo: “Gracias de corazón. Los he escuchado cantar consignas, la marcha, el Himno. Lo que más me gustó fue escucharlos cantar otra vez `vamos a volver`. No lo escuchaba hace mucho. Me gusta porque revela una voluntad: la de tener un país donde los pibes coman cuatro veces al día (…) Estoy en San José 1111, firme y tranquila y con la prohibición de salir al balcón. Un cachivache todo”.
De esa forma comenzó Cristina Kirchner su discurso, más breve de lo que acostumbra. Repasó algunas conquistas de lo que llamó “década ganada”, como que “los laburantes lleguen a fin de mes y que los jubilados tengan remedios”. Y agregó: “Ese país no fue una utopía. Lo vivimos durante 12 años y medio. Lo dejamos desendeudado, como a las familias y a las empresas”. Cerró su discurso asegurando: “Vamos a volver con más sabiduría, más unidad, más fuerza. El pueblo finalmente siempre vuelve”.

Finalmente, todos a la Plaza
La marcha se gestó al calor de idas y vueltas, marcadas por la tensión política. En principio, la movilización se iba a realizar desde el domicilio de la exmandataria, en la esquina de San José y Humberto Iº, hasta el Tribunal de Comodoro Py, donde debía presentarse para recibir la notificación de la condena. Desde allí la militancia prometía volver con ella hasta su domicilio nuevamente.
Muchos de los que participaron también estuvieron en las vigilias a las afueras de la casa de expresidenta, como Silvana Reynoso, psicóloga, quien argumentó su participación “porque me parece que esta sentencia es totalmente una ignominia contra el movimiento peronista y especialmente contra la figura de Cristina. Históricamente las derechas en este país han sido asesinas. Tenemos que estar alertas por los derechos que estamos perdiendo. Yo no milito en ningún partido, simplemente soy una trabajadora de la salud. Como decía hoy Grabois todos los derechos sociales, civiles y personales, digamos, individuales están en peligro y eso me parece que es muy grave para este país que tiene la historia que tiene con 30.000 compañeros desaparecidos’’.
Ayer por la mañana, el fiscal Diego Luciani había rechazado el pedido de prisión domiciliaria por parte de la defensa. Sin embargo, por la tarde, el juez Jorge Gorini, presidente del Tribunal Oral Federal (TOF) 2, quien se encuentra a cargo de la ejecución de las condenas en la causa Vialidad, decidió que la notificación se realizaría de manera virtual.
Entre las condiciones de detención se encuentran el uso obligatorio de tobillera electrónica, balcón restringido y listado de visitas, del cual quedan eximidas las personas que integran el grupo familiar, la custodia policial, los profesionales médicos y abogados que la representan. Como explicó la referente de izquierda Myriam Bregman, ni a los genocidas les imponen estas condiciones: por ejemplo, solo el 16% debe usar tobillera electrónica. Mayra Mendoza, intendenta del municipio de Quilmes y militante de La Cámpora, informó e ironizó: “Por determinación de la justicia, Cristina ya no va a poder saludar desde el balcón. Ese mínimo contacto que tenía con tanta gente que la viene a saludar, a acompañar, la justicia dispuso que ya no podrá hacerlo. Creo que les molesta la sonrisa”.
Desde el Partido Justicialista y distintas organizaciones peronistas vincularon la decisión de notificarla de manera virtual con la necesidad del gobierno de desactivar la marcha de hoy. La senadora nacional, Anabel Fernández Sagasti, había remarcado a través de redes sociales: “¡A no comerse la curva! El miércoles pase lo que pase salimos a las calles a acompañar”.
Paradójicamente, el fallo del pasado martes 11 de junio que estableció “el cepo al voto popular”, como aseguró la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, reorganizó al peronismo detrás de su figura luego de meses de internas.

“Milei tiene miedo”
Desde ayer, en la previa de la movilización, el gobierno nacional trabajó para impedir que manifestantes que viajaban desde diferentes puntos del país lleguen a la marcha: impulsaron la requisa a micros e incautaron carteles y remeras con símbolos peronistas. Además, desde este miércoles por la mañana, se reforzaron operativos policiales en puntos como la autopista Riccheri o las estaciones de tren Constitución y Retiro.
Desde La Cámpora, organización que lidera Máximo Kirchner, denunciaron que las fuerzas de seguridad “intimidan”a los militantes que llegan a la Capital para participar de la protesta contra la detención de la exmandataria y responsabilizaron al presidente Javier Milei y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Gendarmería se sube a los micros que viajan desde todo el país para intimidar a los compañeros y compañeras que vienen a bancar a Cristina. Pararon micro por micro, los hicieron bajar, revisaron todas las pertenencias, palparon a todos, les pidieron DNI y les sacaron fotos de prepo a todos los pasajeros y pasajeras”, apuntaron en las redes sociales.
A las 14:40 la Policía de la Ciudad avanzó sobre los manifestantes y despejó el recorrido del Metrobus en la 9 de julio pero no avanzaron más. Además, estos hechos se enmarcan en la reforma realizada por un decreto de ayer para que la Policía Federal se transforme en el “FBI argentino”, algo que recuerda a épocas oscuras y antidemocráticas de la historia de la Argentina.
A pesar de esos intentos oficiales, militantes de todo el país participaron del acontecimiento, así lo cuenta Lucía Lazarte de 36 años que viajó junto con su familia desde Córdoba: “Al venir de una provincia como Córdoba y ver tanta gente acá me emociona. Amo que haya tantos viejitos y yo creo que ellos por todo lo que atravesaron, saben y valoran más que nadie, las políticas del kirchnerismo. Más allá de lo que uno pueda amar u odiar a Cristina, todos venimos acá por la democracia’’.
Luego de que la expresidenta terminará de hablarle a la Plaza, comenzó a sonar el tema “Todo preso es político” de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota. Cumplida la participación y el reclamo, los manifestantes comenzaron a desconcentrar de forma pacífica y no hubo señales de represión, tal como el conductor del acto había exigido minutos antes por el altoparlante.