Una diputada provincial, una enfermera y un representante sindical denuncian la precarización que padecen los trabajadores de la salud, esenciales durante la pandemia, invisibles en la actualidad.

Movilización de trabajadores del Garraham. ARCHIVO ANCCOM
“Estamos reclamando por el aumento de la canasta básica, el reconocimiento profesional y el pase a planta permanente de los trabajadores de enfermería, que son aparentemente invisibles a los ojos del Estado, el mismo Estado que en plena pandemia los consideraba como altamente esenciales, pero que hoy son menos que eso”, expresa la diputada provincial bonaerense Laura Cano Kelly.
Según Cano Kelly, en la provincia de Buenos Aires se quita reconocimiento a los trabajadores del sector teniéndolos a la mayoría bajo la Ley 10430, es decir como “administradores públicos”.Si bien más tarde, con la Ley 15433, de 2023, hubo un reconocimiento, solamente alcanzó a los licenciados en Enfermería como profesionales en salud, quedando afuera miles que no cumplían los requisitos. “Esto es una falta enorme de respeto y de empatía hacia ellos”, sostiene Cano Kelly, quien además de su cargo en el parlamento bonaerense ejerce su profesión de médica en el Hospital “Horacio Cestino” de la localidad de Ensenada.
Cano Kelly, de 33 años, oriunda de la ciudad de Rauch, forma parte del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) en el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT-U). Feminista, referente de la agrupación internacional Pan y Rosas, docente e integrante de la directiva de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires(CICOP) –en representación de la oposición–, afirma: “Junto a mis compañeros del Frente de Izquierda llevamos adelante el reclamo por la precarización laboral histórica, que todos los gobiernos han perpetuado, del sector de enfermería, compuesto en gran medida por mujeres y la mayoría jefas de hogar”.
En la sesión legislativa del pasado 12 de mayo, Día Internacional de la Enfermería, Cano Kelly tomó la palabra para rendir homenaje a todas sus trabajadoras.“Mis mayores respetos y mi homenaje total a los compañeros y compañeras enfermeras. Cobran dos mangos y son los que están ahí. Les dan de comer en la boca a los pacientes muchas veces –remarcó–. Estamos hablando de gente que pone su vida al servicio de la salud pública, que la defiende por muy precarios salarios, mientras diputados senadores y jueces cobran por encima de los cuatro millones de pesos”.
Pese al intento del presidente del cuerpo de interrumpirla, señalándole que su intervención debía limitarse a un homenaje, Cano Kelly continuó defendiendo al sector de enfermería, denunciando las condiciones laborales y la precariedad en la que están inmersos los trabajadores de lasalud no sólo en la provincia sino en todo el país. “El sector tiene salarios miserables, de vergüenza –agrega en diálogo con ANCCOM–, que están por debajo de la línea de pobreza, mientras que la billetera de los grandes políticos de turno engorda todo el tiempo. ¿Cómo puede ser que un trabajador de 30, 35 años de antigüedad en la profesión, tenga un básico de 500 mil pesos mensuales? Estos hechos indignan y hacen que cada vez llevemos los reclamos en defensa del sector de la forma más visible y combativa posible. Es así como en la legislatura mostré,a los que ocupan las bancas, los recibos que me alcanzan los trabajadores de salud,exponiendo sus ingresos como pruebas,que no me dejan mentir, ante los ojos de todos, de su triste realidad”.
“El arte de cuidar, así llaman a la enfermería”, dice Graciela Viola, enfermera con 35 años de profesión y licenciada de la carrera y completa:. “El arte de cuidar a otro que atraviesa una situación muy vulnerable, una de las profesiones más nobles y más humanas que existe”. Sin embargo, “el sistema de salud está cada vez más caótico”, asegura Viola, quien se desempeña en el Hospital Central de San Isidro. “Hay mucha demora para la atención, ya que los médicos hacen guardias de doce horas, y atendiendo de a dos no logran cubrir las necesidades de los pacientes, aparte de que muchos médicos emigran a otros países”.
“En los hospitales provinciales –detalla Viola–, los enfermeros trabajan entre 6 y 7 horas diarias.En cambio, en otros,como en el que yo estoy, las guardias son de 8 horas y el sueldo aumentó muy poco, es paupérrimo. En el Hospital Municipal ‘Bernardo Houssay’ de Vicente López tienen el sistema ‘tranquero’ (cuidado de transición que se brinda a los pacientes cuando pasan de una fase a otra de su enfermedad o tratamiento), siendo reconocidos sus profesionales y teniendo un sueldo mejor. O sea, hay muchas diferencias de salarios entre hospitales públicos municipales”.
“La enfermería ha ido cambiando en el tiempo –prosigue Viola–.Se ha desarrollado tanto teórica como científicamente. Hoy una enfermera puede dar su opinión ante un médico. Considerando que el Estado tiene tres grandes instituciones -educación, policía y salud-, al fin y al cabo es todo política. Parece que no conviene que estas personas ganen bien y sean reconocidas como se debe.”.
La diputada Cano Kelly refiere que desde su espacio proponen un salario básico de 1.700.000 de pesos mensuales y por el reconocimiento completo de la enfermería como profesión en salud. También pone el foco en los municipios: “Son las grandes agencias precarizadoras del país. No permiten que sus trabajadores puedan ser representados por sindicatos fuertes, ya que estos reciben la constante presión de los gobiernos locales, teniendo sus canales de diálogo negociación muy limitados”.
Desde su función como delegado del sindicato municipal del Hospital Central de San Isidro, Marcelo Yandel subraya que están en un continuo proceso de asambleas con sus trabajadores en el reclamo y la negociación con el municipio, exigiendo el incremento del salario básico y rechazando aumentos del 5 y 8 porciento “que son humillantes –afirma–, no alcanza ni para ir a comprar carne, y teniendo que aceptar los llamados bonos únicos, que ayudan en el momento pero no son la solución,como el que el municipio otorgó en mayo, de 3.000 mil pesos”.
La propuesta del sindicato al municipio, según Yandel, es conseguir un aumento al sueldo básico para todos los trabajadores en salud del hospital. “Y no tener que recibir los ya conocidos bonos que representan una humillación y una descalificación y que son pan para hoy hambre para mañana”, enfatiza el representante gremial, quien anticipa que van a seguir luchando y reuniéndose en asambleas, tomando medidas fuertes y, en caso de ser necesario, añade, se llegará al paro. Entre los numerosos reclamos, además del salario básico, están el pase a planta permanente yla vestimenta de trabajo.
La lucha de los trabajadores de la salud por mejores condiciones laborales y salariales es un tema que atraviesa jurisdicciones. Tanto en hospitales públicos municipales, provinciales y nacionales –como lo demuestra, por caso, la lucha de los profesionales del Garrahan– todos buscan el justo reconocimiento a su labor. “La salud no es un negocio –sostiene la diputada Cano Kelly–y es fundamental que se priorice la protección de los derechos de los trabajadores y la calidad de atención médica para todos. No sirve homenajear a la enfermería si después no se la reconoce como profesión”.