Por Gabriel Marques Mastroianni
Fotografía: Foto Anccom

La escritora y guionista de cine Melina Cherro reflexiona sobre la idea de héroe colectivo presente en El Eternauta y su tradición en la historia del cine. Desde el lejano oeste hasta la Buenos Aires distópica.

Melina Cherro es docente, escritora y guionista de cine. Autora de libros sobre cine como Diálogos con Diotima: mito y cine y Más allá del olvido, una historia crítica del cine fantástico argentino escrito junto a Ángel Faretta y Diego Ávalos. ANCCOM dialogó con ella para discutir la reciente adaptación de la obra de Oesterheld, dirigida por Bruno Stagnaro y producida por Netflix. La especialista celebró sus virtudes, la gran hazaña que implicó su realización y el tema que atraviesa la obra: “el héroe en grupo por sobre el héroe individual”. El propio Oesterheld ya lo manifestaba en el prólogo de la historieta recopilada en 1975: “El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano”.

¿Pero quién es el héroe colectivo de El Eternauta y en qué se diferencia del héroe individual? “Me parece que la idea de héroe colectivo viene de la mano de la cuestión de la comunidad y de la reconstrucción social, que tanto en la historieta como en la serie se manifiesta con la presencia del ejército”, explica Cherro. “En la serie vemos al ejército cumpliendo sus funciones en toda su esencia, que es la protección de la patria y el pueblo, y que para llevarlo a cabo necesita de sus ciudadanos, con sus conocimientos y talentos únicos. Lo vemos especialmente durante la situación del tren en el último capítulo, donde hay un trabajo en equipo de todos los personajes y cada uno tiene su función”.

Para Cherro, es al final del segundo capítulo cuando aparece un poco esta primera idea de héroe colectivo cuando se forma “esta primera comunidad que se arma conflictivamente para salvar a Juan Salvo [Ricardo Darín]. Es el primer paso que ellos tienen que dar como grupo para salir de lo individual hacía la pequeña familia, para más adelante convertirse en una familia más grande”.

La serie de Stagnaro también representa la figura del héroe colectivo a través del arco de su protagonista Juan Salvo que empieza siendo un héroe individualista cuyo único objetivo es ir a buscar a su hija, a pasar a formar parte de la resistencia ante la invasión alienígena. Entonces es cuando sacrifica sus propios intereses por el bien mayor. La historia no recompensa al héroe solitario, sino que lo pone en una situación en la que la salvación sólo vendrá de la mano de la organización comunitaria. “Todos los personajes deben hacer este pasaje de lo individual a la comunidad para finalmente hacer lo que deben hacer, que es ir a Campo de Mayo donde se está formando la resistencia”, comenta Cherro.

Construir personajes

¿Cómo se escribe un guion con muchos personajes principales?

Es un gran desafío escribir una historia con tantos personajes, hay que tener una capacidad de síntesis muy grande, con pocas acciones tenés que poder describir a muchos personajes y que tengan carnadura. La tarea del guionista es encontrarle a cada personaje esas acciones que lo caractericen y que el público lo entienda, que empatice con él. En ese sentido, está muy bien el personaje de Omar [Ariel Staltari], porque incluso cuando no empatizamos con él, entendemos sus razones. Todos los personajes tienen que tener sus razones.

¿Cómo es la historia del héroe colectivo en el cine? ¿Hay muchos ejemplos?

Existen muchas películas en la historia del cine que incluyeron está idea de héroe colectivo: Los Siete Magníficos, el western que es una versión norteamericana del clásico japonés de Akira Kurosawa, Los Siete Samuráis, trabaja esta idea. En general, esta idea siempre aparece en todas las series o películas en donde se plantea una situación apocalíptica, cómo The Walking Dead, donde son un montón de personajes heroicos, que tienen sus características, sus fortalezas y sus debilidades, y que esas fortalezas y esas debilidades afectan para bien o para mal al grupo.

Esto viene ya de la antigua Grecia.

Sí. Si bien están los héroes como Héctor; Aquiles, Agamenón, Ulises, Odiseo, todo el tiempo son héroes colectivos: son los aqueos y los troyanos. Pero, en realidad, como concepto es el mismo, el héroe es el que viene a cumplir una misión heroica de rescate y puede sacrificarse por una causa mayor porque lo que puede llegar a perder es mayor si no cumple su rol de héroe. La idea de salvar al mundo siempre está y necesitamos de esa función heroica, ya sea en héroes colectivos o individuales. ¿Por qué el héroe colectivo sería mejor que Jake Sully en Avatar? A fin de cuentas, el héroe ya sea colectivo o individual, es lo menos liberal y capitalista que existe, porque cuando entiende su función heroica, no le importa su casa, su familia o sus cosas, lo único que importa es que una causa mayor por la cual vale la pena sacrificarse y perder todo”.

Detrás de cámara

En algún punto, ¿el héroe colectivo de El Eternauta empieza en el ‘detrás de escena’, con su equipo técnico de grandes talentos dirigido por Stagnaro?

 Conozco un montón de gente que trabajó en El Eternauta. Ilustradores, dibujantes, gente muy joven que está dando sus primeros pasos en el mundo del cine. Si uno se pone a ver los créditos te das cuenta que toda esa gente se formó en las escuelas de cine argentino: en la ENERC, la UNTREF, la FADU. No se trata de una disputa entre lo privado y lo público, sino que son dos sistemas de formación que se necesitan y que juntan sus saberes y sus formas de aprender hacía un fín común. Quizás una de las cosas más difíciles es que la idea de héroe colectivo de El Eternauta no se quede simplemente en un eslogan. Para que funcione esta idea del héroe colectivo, tenemos que comportarnos como héroes colectivos.

¿Ese héroe se manifiesta en la vida real?

Pienso en las donaciones que se hicieron por las inundaciones en Bahía Blanca, todas las personas que estuvieron dispuestas a ayudar, pienso en el Mundial y en lo que representó para Argentina ganar la Copa del Mundo, que en algún punto comparte la misma función que El Eternauta, que es ponernos a los argentinos frente al mundo. A esta idea hay que llenarla de sentido, llenarla de acciones y entender qué quiere decir, si no se vuelve un eslogan vacío. En especial en estos tiempos donde estamos todos tan enojados con el otro, donde todo el tiempo vemos al otro como un enemigo, esta idea de héroe colectivo puede servir para trascender este momento tan difícil que estamos viviendo como argentinos.