Por Camila de la Fuente
Fotografía: Guadalupe Gervasini, Valentina Gomez

Con apenas un 53 por ciento de votantes del padrón, las elecciones legislativas de ayer fueron las de más baja participación desde la vuelta de la democracia. Una derecha cada vez más autoritaria, un peronismo porteño expectante y un pacto que parece inevitable.

La apatía marcó la elección legislativa porteña, en la que se impuso el vocero presidencial, Manuel Adorni, quien obtuvo el 30,13 por ciento de los votos, seguido por Leandro Santoro (27,35 por ciento). En tercer lugar, con un escueto 15,92 por ciento, quedó Silvia Lospennato, la candidata del PRO, que no perdía una elección en el distrito desde 2007. En los comicios de ayer, apenas votó el 53,2% del padrón, la participación más baja desde el regreso de la democracia y la peor en lo que va del calendario electoral. Para Pablo Vommaro, doctor en Ciencias Sociales, docente e investigador de la UBA, CONICET y CLACSO, la baja participación revela «un desinterés, una cierta desafección de la población al menos por esta elección legislativa y por las opciones que se presentaron». Sin embargo, advierte que no se debe generalizar: “No creo que se trate de un rechazo a la política en general, ni siquiera a la de la Ciudad. Pero sí expresa un bajo interés por una elección exclusivamente legislativa y marcada por una extrema polarización».

En esa línea, Vommaro señala que “los cruces entre La Libertad Avanza, el PRO, Rodríguez Larreta y el peronismo generaron más rechazo que compromiso. Esa polarización y esa exacerbación de los conflictos cruzados, lejos de atraer más participación, provocó abstencionismo, rechazo y cierto alejamiento. Según el investigador, el ausentismo también deja al descubierto una desconexión entre la política y la sociedad: “Las agendas que están proponiendo para el debate no hacen sentido, no encarnan los anhelos, las demandas y los intereses de la mayoría de la población”.

Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, también puso el foco en la baja participación: “Votó apenas el 53% del padrón, 22 puntos menos que en 2023 y 16 menos que en las legislativas de 2021”. Para el funcionario, el fenómeno no se limita a la Ciudad: “Es una situación que se repite en varias provincias y pone en cuestión la legitimidad democrática de los resultados”.

A la hora de analizar el impacto político, Bianco ofreció un dato clave: “De cada seis porteños, tres no fueron a votar; y de los tres que sí lo hicieron, sólo uno votó a Adorni. Eso representa apenas un 16% del electorado habilitado”.

El derrumbe del PRO y el futuro de Macri

El triunfo del espacio de Javier Milei sobre el partido fundado por Mauricio Macri quebró la hegemonía del PRO en la Ciudad y consolidó el liderazgo del oficialismo nacional sobre la derecha tradicional. Para Vommaro, el resultado marca «una caída, una especie de debacle del PRO como partido oficialista en la Ciudad de Buenos Aires», que tras casi 20 años de gobierno «encontró su límite, su agotamiento y un declive pronunciado».

Desde su perspectiva, la disputa actual no se reduce a nombres, sino a modelos de ciudad: “La confrontación hoy es entre sectores progresistas —sobre todo encarnados por el peronismo— que impulsan una ciudad más inclusiva, más igualitaria y menos segregada, y las fuerzas oficialistas a nivel nacional, que exacerban discursos de exclusión, violencia y autoritarismo, incluso apelando a fake news y maniobras electorales”.

Santoro, ¿perdedor o ganador?

Leandro Santoro quedó segundo, lejos de su objetivo de máxima —ganar la elección—, pero logró retener la primera minoría legislativa, sumar dos bancas y recuperar terreno en el sur de la Ciudad. Además, con el 27,35% de los votos, alcanzó la mejor marca para el PJ en una elección de medio término desde 2009. Sin hablar de derrota, el candidato destacó que “este resultado nos obliga a seguir trabajando para construir la ciudad que queremos”, aunque puso el foco en la caída del PRO al tercer puesto.

Para Pablo Vommaro, el resultado “lo posiciona de una manera interesante en la Ciudad”, pero advierte que el peronismo deberá consolidarse como verdadera oposición. “Debe dejar de cogobernar o apoyar al oficialismo, como ha hecho tantas veces. Hace falta un perfil opositor claro y, sobre todo, construir un relato de futuro”.

En esa línea, Vommaro apuntó una autocrítica más profunda: “Hoy Milei, incluso con su discurso de odio y exclusión, es el único que proyecta una idea de país. Las demás fuerzas, peronismo incluido, están más ocupadas en debatir entre sí o ancladas en un pasado idealizado, sin una propuesta clara hacia adelante”.

Rodríguez Larreta, el único que festejó

Mientras la UCR y la Coalición Cívica quedaron fuera de la Legislatura —con apenas un 2% cada una y sin lograr renovar las cinco bancas que ponían en juego—, Horacio Rodríguez Larreta fue el único dirigente de la vieja Juntos por el Cambio que terminó la noche con una sonrisa.

Sin certezas sobre su caudal electoral y con una campaña austera, el exjefe de Gobierno porteño obtuvo el 8% de los votos, lo que le permitió sumar tres legisladores. En su entorno celebraron el resultado como un logro inesperado: menos que eso hubiera sido una mala elección, y llegar a los dos dígitos era casi una utopía.

La nueva composición del parlamento porteño

Con el peronismo como primera minoría y La Libertad Avanza como segunda fuerza, Jorge Macri deberá gobernar sin mayoría propia y con un bloque oficialista nacional que avanza sobre sus territorios.

Tras los comicios, Macri felicitó tanto a Manuel Adorni como a Leandro Santoro, y reconoció que su fuerza hizo «una mala elección». Sin embargo, se mostró firme en el discurso: “Hoy no nos toca ganar, pero uno siempre tiene que seguir fiel a sus valores”.

El mapa de CABA dejó un mensaje claro: el voto funcionó como un plebiscito económico a favor de Milei. El fenómeno violeta arrasó en los barrios del norte —Recoleta, Núñez, Belgrano, Palermo— donde la clase media-alta rompió con el PRO. En el sur, Santoro se impuso como canal del voto bronca de los sectores populares.

El pacto inevitable

Sobre un acuerdo entre el PRO y La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires, Vommaro es categórico: “Este resultado posiciona mucho mejor a La Libertad Avanza que al PRO, tanto a nivel nacional como en una eventual alianza bonaerense”.

Para el investigador, lo que se está consolidando es “una derecha mucho más radicalizada que la que existía hasta ahora: autoritaria, violenta, con discursos de odio, pero que Milei ha logrado aglutinar, desplazando al PRO como su principal expresión”.

En ese marco, una alianza entre ambos podría servir para enfrentar al peronismo y, sobre todo, a Axel Kicillof, figura clave en la disputa política e ideológica. Pero, advierte Vommaro: “Sería un acuerdo asimétrico. El PRO quedaría claramente en un rol subordinado”.

En declaraciones televisivas, Javier Milei aseguró que La Libertad Avanza promoverá en un acuerdo electoral con el PRO en la provincia de Buenos Aires sin la participación de Mauricio Macri y, tras la primera derrota de la fuerza macrista en la Ciudad, consideró que «el momento» del líder del partido amarillo «ya pasó».

Milei aseguró que en el territorio bonaerense debe darse «un acuerdo entre dirigentes» y señaló al presidente del PRO bonaerense, Cristian Ritondo, y al diputado Diego Santilli para llevar adelante esas negociaciones.