Por Annabella Hileni
Fotografía: Pamela Duran

Los vecinos del Cine Teatro York de Vicente López denuncian que el desplazamiento de su director, Adriano Bruzzese, se debe a motivos ideológicos y pone en peligro la continuidad de un proyecto comunitario que le valió el reconocimiento de la UNESCO.

El emblemático Cine Teatro York de Vicente López se vio rodeado de vecinos una vez más, el 11 de mayo último. La comunidad se reunió, por segunda vez, en repudio al desplazamiento de Adriano Bruzzese, subsecretario de Cultura y director del proyecto Lumiton, cuyo objetivo es la curaduría y difusión de películas, y la preservación de la memoria e identidad del histórico estudio cinematográfico, el primero de nuestro país.

Como de costumbre, llegando a la calle Juan Bautista Alberdi, las personas esperan frente al Cine Teatro. Esta vez, no se arriman uno detrás del otro, en filas que continúan doblando la calle, esperando pacientemente poder entrar a alguna función, sino que se encuentran esparcidos frente al espacio cultural, sentados en el cordón de las calles o en la plaza de enfrente, aguardando que se hagan las 18 y alguien tome la palabra. Muchos vienen acompañados, pasándose de mano en mano el mate. Otros pasan el tiempo enchufados con sus auriculares y celulares. Se saludan efusivamente y se funden en abrazos entre los vecinos que se encuentran. Algunos se acercan a ver la programación de películas que proyectan esta semana, colgadas en afiches alrededor del edificio, comentan qué películas de John Cassavettes han visto y cuáles quieren ver. Otros se preguntan, abatidos, qué es lo que sucederá con Bruzzese y si hay alguna forma de revertir la situación.

“Tanto yo, como muchos acá estamos agradecidos de lo que hizo Adriano. Sé que no es él solo al que hay que agradecer, que hay un equipo, pero las personas que lideran los grupos contagian ese entusiasmo, la conciencia, el conocimiento que él tiene. Y eso es algo que hay que cuidar, porque es lo que está haciendo falta en el mundo en general y en particular ahora, acá, en Vicente López. Toda clase de arte, pero en especial el cine, tiene la posibilidad de mantener viva la cultura, Y en este caso, como se estaba tomando acá, hace a la historia, a la memoria, a la identidad”, reflexiona Lisandro Cura, vecino de la ciudad. Se moviliza pensando en el cuidado que le dan a las películas en el York, en los valores de este espacio cultural y lo mucho que creció la audiencia estos últimos años y que incluso personas de otros barrios ahora también disfrutan de la experiencia que propone la sala, aunque esto a veces le signifique a Lisandro quedarse afuera de una función por el cupo de asientos. “El cine también es esto, la posibilidad de encontrarse, la posibilidad de compartir este tipo de charlas”, afirma mirando a su alrededor, conmovido.

Bajo la gestión de Bruzzese, Vicente López fue nombrada en 2023 como Ciudad Creativa del Cine por la Unesco. También organiza ciclos como “Vecine Vecine” y “Miradas Argentinas” en distintos sitios del Municipio. Siempre con entrada libre y gratuita, y cuenta muchas veces con la visita de directores nacionales, impulsando el encuentro y debate en torno al cine nacional. La sede del museo se encuentra ubicada en la Casona de las Estrellas, por donde pasaron figuras importantes como Mecha Ortiz, Niní Marshall y Hugo del Carril. La Usina –como se lo conoce- no solo protege y restaura films, sino también organiza talleres de formación y programas culturales, y produce los registros audiovisuales de los programas culturales de la Secretaría de Cultura.

La reunión ahora se traslada a la calle de enfrente. Una numerosa cantidad de personas se acomoda en ronda, escuchando atentamente a quien inicia el debate. La decisión ya está tomada, pero los vecinos autoconvocados se preguntan por qué se rompe lo que funciona bien y qué hacer para revertir la situación y para hacerse escuchar. Se turnan entre todos levantando sus manos para no solo brindar ideas o plantear preguntas, sino también compartir recuerdos y la importancia que les significa el espacio, y los logros que el funcionario cumplió. Rememoran algunos de los ciclos que se han realizado bajo su gestión, mencionando el de Pino Solanas, y aplauden agradecidos cuando reconocen a Ángela Correa entre ellos. Teorizan sobre el motivo por el cuál han removido del puesto de trabajo a Bruzzese, e intuyen que recae en una cuestión ideológica por “ser tolerante, inclusivo, amplio”, y concluyen que deben exigir respuestas.

Mientras que los vecinos continúan deliberando, circula un QR para poder unirse a un grupo de WhatsApp y una hoja para quienes deseen anotarse a una Comisión de Comunicación y Prensa y una de Representatividad. Más allá de si logran o no el cometido, resaltan la relevancia que tiene poner el cuerpo para defender sus espacios. Resuelven presentar una convocatoria vecinal a través del Instagram @vecinesdelyork para abordar a la intendenta Soledad Martínez, y nuevamente en el Cine Teatro York el próximo domingo a las 18, así como seguir difundiendo la lista de firmas solicitando la continuidad de Adriano Bruzzese, que hasta el momento cuenta con 2.923 firmas. También proponen solicitar el apoyo de los medios y actores, actrices, directores y directoras que han pasado por allí. 

Las entidades agrupadas en el Espacio Audiovisual Nacional, EAN, se unen a la protesta contra el desplazamiento del funcionario en un comunicado del 9 de mayo, exigiendo al Municipio de Vicente López revisar su destitución: “El desplazamiento de un gestor de la calidad profesional de Bruzzese pone en peligro una conquista cultural imprescindible en tiempos donde el cine y la cultura sufren permanentes ataques. Otras salas, cineclubes y centros culturales de todo el país padecen desde hace meses una programación intervenida por la censura, y falta de recursos mínimos para poder operar”.

Bajo las luces del letrero del Cine York, se acomodan, vitoreando “Y no se va, Adriano no se va”, al compás de sus aplausos. Son muchos y los del fondo levantan sus manos para dar cuenta de que están. Las cámaras toman registro de la resistencia de una comunidad profundamente agradecida con la gestión de Bruzzese, dispuestos a pelear por la cultura, el arte y su “Ciudad de Cine». Los jóvenes toman fotos, y graban testimonios del abrazo simbólico al cine.

“El York es un lugar en el que se hace homenaje al cine. Ya no quedan muchos cines de barrios en el mundo. Es muy importante hacer valer nuestras ideas, por eso la importancia de estar acá en este momento. Tengo un hijo actor, tengo una nuera vestuarista, tengo muchos amigos que trabajan en publicidad y en cine, y están todos muy preocupados, sin trabajo. Acá dejaron a una persona sin trabajo”, subraya Cecilia Ximenes.

“Mi primer recuerdo acá es cuando nos convocaron como vecindad a participar de una obra de teatro. Era un biodrama de Vivi Tellas, y participé con mi hermana. Es memorable por estar viviendo del otro lado del escenario y dando al público algo que también podemos contar desde nuestro lugar de ciudadano, de vecino. Siento al York como una casa que siempre me recibió, y por eso para mí la lucha es de valor indiscutible. Tiene que seguir adelante, tiene que seguir abierto y si pudiéramos sostenerlo de la manera que lo están sosteniendo hasta hoy, sería un logro. Pero no lo quiero sentir como un recuerdo, porque para mí todavía es actual, está vigente y tiene que seguir vigente”, confiesa Daniela Zacharías. “Tiene muchas posibilidades todavía. Hay que seguir juntos para que esto continúe juntos”. Zacharías se emociona, maravillada con la convocatoria y espera que puedan seguir haciendo la fuerza necesaria para sostener su segundo hogar. “Hoy más que nunca frente a la situación en la que está el cine nacional, hay que hacernos red. Tenemos que reconocer toda la trayectoria y lo que se viene haciendo desde hace años, rescatarlo y ponerle un valor, y no despreciar ni resignar todo eso que se conquistó. Es difícil, va a ser una ardua tarea, pero es posible porque hemos salido varias veces, varias veces nos pisaron y nos hicieron desplazar y nos volvimos a levantar, justamente este pasado que muestra el cine nos debería servir para refrescarnos y volver a despertarnos todo el tiempo”, concluye esperanzada.