Contra la lógica de lo inmediato y lo digital, cuatro publicaciones autogestivas eligen el impreso un espacio de creación y resistencia. En la Feria del Libro, Cancelado, Pulpa, Tinta Local y El Cable encuentran, en las viejas formas de circulación en los kioscos, una forma de intervención del espacio público.

En una charla en la Zona Futuro de la Feria del Libro, cuatro periódicos en papel presentaron sus publicaciones. Se trató de medios que, en tiempos de consumo digital casi exclusivo, apuestan a volver al formato físico y compartieron su experiencia en ese desafío.
A la sala llena, la jornada comenzó con la presentación del colectivo de humor Alegría Política, que contó su recorrido hasta la creación de Cancelado, un diario de historietas de humor político. “La idea fue juntarnos entre colegas y hacer algún tipo de movida para después imprimirnos y no depender ni de las redes sociales, ni de un lugar, ni sponsor, ni nada», explicó Ernán Ciriani, integrante del proyecto, en diálogo con ANCCOM. La idea surgió en oposición a las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri y, pese a los cambios de contexto político, continuó creciendo.
En un principio, Cancelado fue un anuario de tiras de humor gráfico relacionados con la política. Sin embargo, por cuestiones económicas, se transformó en una revista, buscando volver a los kioscos de diarios. Aunque reconocen que las redes sociales fueron útiles para darse a conocer, también sufrieron censura, sanciones y denuncias. «Quedábamos baneados o desaparecíamos de la red social. Estábamos ocultos. Entonces surgió la idea del papel», explicó Maxi Falcone, también integrante del colectivo. Han tenido denuncias de personalidades políticas importantes. “Nosotros no estamos haciendo negocio, no estamos ganando dinero pero sí estamos intentando formar algo que quede en la escuela del humor gráfico que tiene este país», agregó Lele, otro de sus integrantes. Actualmente, llevan publicados cinco periódicos y una revista digital.
Luego fue el turno de Pulpa, la publicación de historietas impulsada por Juan Szama. Su primera edición en este formato salió en 2024 con la historia “A tu rojo ruta” de Mariano Taibo. “Yo venía de imprimir libros y es un costo altísimo para una cosa que termina siendo más de nicho como la historieta. Entonces pensaba que si no lo iba a recuperar, prefería no recuperarlo pero por lo menos que tenga mayor visibilidad y circulación”, explicó Szama en diálogo con ANCCOM. Satisfecho con la recepción del público, que ya prepara la segunda edición, protagonizada por El Zíngaro, de Quique Alcatena.

A pesar de haber pensado previamente al formato de diario como algo muy lejano, Szama expuso que le interesaba “que la historieta dialogue y difundirla en mayor cantidad de lugares posibles. Me parecía que el papel permitía eso en tanto costos y distribución y que aparezca en lugares que la historieta hoy en día perdió. Ya no hay historietas más allá de las pocas que hay de saldo europeas o yankis, no hay historieta argentina en kioscos”.
Que la historieta vuelva a ocupar un lugar en el espacio público, especialmente en los kioscos de diarios y revistas, no es tarea sencilla. Para que un diario pueda exhibirse en un puesto de canillita, el kiosquero debe establecer un acuerdo comercial con las editoriales responsables de los títulos que desea vender. Esto implica firmar un contrato que regule el suministro, los precios, las devoluciones, entre otros aspectos. Recuperar ese espacio público era uno de los intereses que Szama señalaba como fundamentales.
El tercer turno fue para Tinta Local, impulsado por Espacio Moebius, una galería, tienda y editorial dedicada al cómic y al dibujo. Su proyecto propone un enfoque federal: convocaron a 21 dibujantes de distintas regiones del país para retratar comercios de cercanía. «La idea era jugar a tener un periódico donde las noticias se trasladaran al público a través del dibujo, con cronistas que fueran también dibujantes», explicó Martín Ramón, director del proyecto.

Finalmente, con una propuesta provocadora e irónica, se presentó El Cable. La introducción, performática, mostraba a un joven leyendo un diario en papel prensa cuya tapa decía “Únicos, como todos los demás”. Vestido de traje, el presentador leyó: «Te ofrecemos un camino alternativo, diferente, un medio impreso para que puedas sentir de verdad aquello que lees, para que puedas palpar, oler, tocar».
El Cable sostiene un tono irónico en toda su edición, con secciones de moda, psicología, entrevistas, reflexiones sobre inteligencia artificial y originalidad. Su lema: ofrecer un diario “sin tiempo”.
Al cierre del encuentro, los protagonistas exhibieron sus publicaciones en una mesa común. Tapas disruptivas, colores vibrantes y propuestas gráficas contundentes dejaron en claro que, en un mundo saturado de pantallas, el papel todavía puede ser un territorio fértil para la creatividad y resistencia.