Abuelas de Plaza de Mayo reanuda su ciclo Cine por la Identidad con el pre estreno de la película “A procura de Martina”, de la directora brasileña Márcia Faria. Anccom dialogó con la directora, la actriz Cristina Banegas y el presentador del ciclo Miguel Santucho para adelantar lo que ocurrirá el jueves.

Este jueves 24 de abril, a las 18, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo abre las puertas del Auditorio de la Casa por la Identidad, ubicada en el Espacio Memoria y Derechos Humanos Ex Esma, para la primera función del año del ciclo Cine por la Identidad. Se proyectará A procura de Martina, el primer largometraje de Márcia Faria, y contará con la visita de la actriz Cristina Banegas. La entrada será libre y gratuita, y es posible gracias al acompañamiento del Banco Provincia.
El filme narra la búsqueda de Martina, interpretada por Mercedes Morán, Abuela de Plaza de Mayo, quien parte a Brasil con el objetivo de encontrar a su nieto, nacido en cautiverio durante la dictadura argentina, y a quien lleva buscando desde hace tres décadas. La protagonista emprende el viaje con la esperanza de encontrarlo y contarle su historia, luchando contra las señales del olvido que empieza a atravesar debido al Alzheimer.
“La idea de la película surgió mientras buscaba una historia para mi primer largometraje. Fue entonces cuando me encontré con el libro El Clamor, que aborda las dictaduras en América latina y cuenta relatos sobre hijos que fueron secuestrados y entregados a otras familias para ser criados como propios. Esa lectura me conmovió profundamente. Pensar en las dictaduras desde un espejo entre Brasil y Argentina, y, sobre todo, reflexionar sobre cómo lidiamos (o no) con la herencia perversa de la dictadura en Brasil, en contraste con los procesos de memoria y justicia que tuvieron lugar en Argentina, despertó en mí un deseo muy fuerte de hacer una película en la que las historias de ambos países se entrelazan. Quería hablar del borramiento, del silencio, de las marcas que dejó la dictadura en Brasil y que muchas veces siguen siendo invisibles”, cuenta Faria, en diálogo con ANCCOM.
El guion está escrito por la misma Faria y por Gabriela Amaral Almeida, quien -dice la directora- fue quien tuvo la idea disparadora de contar la historia de una abuela que busca a su nieto, pero que también está perdiendo su propia memoria. “Algún tiempo después, mi madre, Jovita, fue diagnosticada con Alzheimer. Ya llevamos más de diez años conviviendo con la enfermedad. Durante ese período, acompañé de cerca su lucha por aferrarse a sus memorias, por no desaparecer. Y, de forma inevitable, mi historia personal se fue entrelazando con la de Martina. Por eso, esta película también es para ella. Al final, hay una dedicatoria a mi madre. Y la proyección del 24 de abril tiene un significado aún más especial: ese día ella cumple 88 años. No se me ocurre mejor manera de celebrarla que compartiendo esta historia inspirada, en gran parte, por su fuerza”, confiesa la directora.

Las guionistas se volcaron a construir no solo un personaje principal complejo, sino también lazos de amistad que la acompañan y que no dejan de ser centrales en la narrativa y en el proceso emocional que atraviesa Martina. “Nos impulsó el deseo de crear una protagonista femenina con una fuerte pulsión de vida, a pesar de las heridas y pérdidas que arrastra. Martina es una mujer atravesada por la fragilidad y la fuerza, una heroína silenciosa que decide ir tras lo que desea, incluso cuando todo a su alrededor parece derrumbarse, cuando todo le dice que haga lo contrario: quedarse en casa, cuidando sus propias heridas. Desde el inicio, el protagonismo femenino fue uno de los pilares de la película. La amistad entre los personajes interpretados por Mercedes Morán, Cristina Banegas y Adriana Aizemberg es uno de los vínculos más potentes de la narrativa. Son tres mujeres muy distintas, con historias diferentes, pero que encuentran en el vínculo entre ellas apoyo, afecto y humor. Esa red también representa una forma de resistencia, una fuerza que nace de lo colectivo”, describe la directora y agrega: “Las Abuelas de Plaza de Mayo fueron una inspiración fundamental. Para mí, son un faro: un ejemplo de coraje, perseverancia y lucha colectiva que iluminó el espíritu de la película. Al igual que ellas, Martina es una mujer que se niega a olvidar, incluso cuando su propia memoria comienza a fallar”.
Faria se encontró con el desafío de dirigir un largometraje por primera vez, con recursos limitados al ser una producción independiente, pero encontrándose completamente abierta a lo inesperado, a la resistencia y entrega que le exigió este proyecto, y a la sensibilidad: “Sin duda, la mayor dificultad fue lidiar con la complejidad de una historia que atraviesa distintos tiempos, países y capas emocionales, y hacerlo con los recursos limitados que tiene una producción independiente. Mantener la delicadeza de la narrativa, equilibrar momentos de emoción con toques de humor, sin perder el ritmo ni la fuerza de las actuaciones, fue un gran desafío”. Habla del proceso como algo profundamente hermoso por el equipo que formaron, la dedicación y la generosidad de las actrices y actores. “Trabajar con Mercedes Morán fue un verdadero privilegio. Su talento, su sensibilidad y su entrega al personaje de Martina aportaron al filme una profundidad emocional que superó todas mis expectativas. Cristina Banegas, que interpreta a una Abuela de Plaza de Mayo, encarna con una fuerza impresionante la memoria y la lucha. Su presencia aporta una dimensión ética y política muy poderosa a la historia. Y Adriana Aizemberg aporta un contrapunto precioso: con su carisma y su humor sutil, le da al filme un respiro, un alivio que hace que todo lo humano se vuelva aún más tangible”.
Cristina Banegas, habla de la experiencia de filmación con cariño, orgullo y admiración, y desea que la audiencia se conmueva y que comparta todo el amor y el respeto con el que hicieron el largometraje. “Me siento honrada de interpretar a una Abuela de Plaza de Mayo. Creo que es importante y es conmovedor, en estos tiempos tan difíciles de la Argentina, poder hacer esta historia, un personaje así, en una película en la que se trabaja sobre los nietos todavía no recuperados. Que pasen esta historia en el ciclo y en ese lugar tiene un valor simbólico muy fuerte, sobre todo en este momento en que el gobierno está desmantelando los espacios de derechos humanos, más que todos los otros espacios. De modo que es un honor y es un deber estar allí el jueves”.
El film formó parte de la sección competitiva Première Brasil: Novos Rumos do Festival do Rio, del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, de la 48ª Mostra Internacional de Cinema de São Paulo, y la 26ª edición del Festival do Rio. La directora rememora la emoción de ver las salas llenas, el latido de la película en el corazón de la audiencia, la emotividad y las risas que le logran sacar a los espectadores. “Es una alegría saber que nuestra historia realmente llega a quienes la ven”, afirma, y espera que sea así con todos quienes la vean, que esta historia permita reflexionar sobre el valor de la memoria, tanto la individual como la colectiva, que despierte recuerdos, preguntas o simplemente ofrezca un momento de empatía. Cuenta orgullosamente y agradecida por el reconocimiento, que recibió la noticia de que ganaron el Premio del Público en el Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay.

El ciclo
“El cine es una herramienta fundamental para la transmisión, no solo de la memoria, sino también de los hechos de la actualidad. Decidimos marcar el inicio del ciclo con una película muy fuerte, muy importante, y con actrices de primera línea, para convocar y dejar una presencia. Estamos defendiendo este espacio, la Casa de la Identidad, y el ex Esma, en un contexto en el que se está cerrando, vaciando, hostigando, todo lo que allí se realiza. Para nosotros es muy importante que vengan, que asistan todos, que empecemos a sala llena esta primera función y que de alguna manera todos defendamos estos espacios de reflexión y de construcción colectiva con los que contamos”, reflexiona Miguel Santucho, integrante de la Comisión Directiva de Abuelas de Plaza de Mayo. “Los actores y la producción de La búsqueda de Martina organizaron una función para Abuelas de Plaza de Mayo, haciéndonos parte, porque les parecía fundamental que nosotros la viéramos en primera instancia. Es una película que me pareció muy interesante, conmovedora, viva y sentida. Si bien entiendo que no responde a una historia real, bien podría serlo”.
El Ciclo de Cine por la Identidad se presenta como una oportunidad de reunión y de encuentro, en el que se exhiben proyectos audiovisuales afines a la temática de la memoria, verdad y justicia, y se debaten con sus autores y actores, con la finalidad de promover el derecho de la identidad, sensibilizar sobre la búsqueda de los alrededor de 300 nietos y nietas que quedan por encontrar, y aportar a este proceso de búsqueda.
Faria resalta la relevancia que significa para ella involucrarse en proyectos de este tipo y lo trascendental que resulta en estos tiempos de avance de ultraderecha recordar el pasado: “La película levanta temas que siguen siendo urgentes: aún vivimos bajo la sombra del legado de aquellos regímenes autoritarios, y muchas de sus estructuras permanecen intactas. En un momento en que la ultraderecha gana fuerza nuevamente en muchas partes del mundo, incluidos Brasil y Argentina, hablar de este pasado reciente se vuelve no solo importante, sino necesario. Recordar los horrores de las dictaduras, visibilizar sus consecuencias, es fundamental para que no se repitan nunca más. El éxito reciente de la película Ainda Estou Aqui (2024), que también aborda la memoria, las desapariciones y la búsqueda de justicia, muestra que el público necesita y quiere hablar de estos temas. La búsqueda de Martina, de alguna forma, es mi contribución a esta memoria colectiva, una forma de resistir al olvido”. Le conmueve pensar en que su trabajo se presente el jueves en un lugar tan simbólico y cargado de historia como la Casa por la Identidad y la Ex ESMA. Recuerda la función previa a su estreno en festivales, la primera proyección fuera de la isla de edición, para las Abuelas, en la que los y las presentes y Estela de Carlotto le dieron el impulso para entregar la película al mundo. “Ella dijo algo que me marcó profundamente: “por primera vez en muchos años de lucha, me puse en el lugar de una abuela que busca a su nieto en otro país, sola.” Y agregó: “eso también existió”. Esa soledad de quien busca sin el apoyo de otros en la misma situación resuena en el camino de la protagonista de nuestra película, que lucha también contra el Alzheimer y por preservar su propia identidad. Es como si la película adquiriera una nueva capa de sentido allí, rodeada de tantas historias reales de resistencia, dolor y reconstrucción. Me siento muy honrada de exhibir la película en este espacio de memoria, verdad y justicia en el que se ha transformado la ESMA”, concluye.