Por Juan Granata y Sabrina Escosteguy
Fotografía: Azul Andrade, Daniela Hernández, Guadalupe Gervasini, Valentina Gómez Sambrano, Vanina Alarcon

Cientos de miles de personas desfilaron por Avenida de Mayo para conmemorar el Día por la Memoria, la Verdad y la Justicia en el contexto de un gobierno que desmanteló la Secretaría de Derechos Humanos y enarbola un discurso apologético de la dictadura. Cuestionamiento a la represión policial, al acuerdo con el FMI, a las políticas jubilatorias, de educación y salud.

A 49 años del último golpe de Estado cívico-militar de Argentina, decenas de organismos de derechos humanos y organizaciones sociales y políticas marcharon en el centro porteño camino a Plaza de Mayo para mantener viva la memoria de lo ocurrido en la última dictadura iniciada en 1976 y decirle “Nunca Más”. Además, la movilización se basó en repudiar el negacionismo avalado y difundido desde el Gobierno y el vaciamiento que están sufriendo las políticas de derechos humanos y los espacios de memoria en el país. “Tenemos la fuerza de la historia de nuestro pueblo, y por eso Milei y Villarruel pretenden negar el genocidio y desmantelar las conquistas en materia de Memoria, Verdad y Justicia”, se leyó en el documento al final de la jornada.

Como cada año, este 24 de marzo se realizó una masiva movilización por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en medio de un contexto hostil para los familiares de desaparecidos y para los trabajadores de los espacios de memoria. “Esta marcha no es diferente, lo que es diferente es el país, el que gobierna. Estamos yendo hacia una derecha que quiere terminar con los pobres, con los viejos, con las mujeres, con los homosexuales”, comentó Kiara, la tía de Juan Carlos García, detenido y desaparecido el 22 de julio de 1977.  García, quien realizaba trabajo comunitario en las villas los fines de semana, fue raptado durante la madrugada y a día de hoy se desconoce su paradero. Historias como la de Juan Carlos abundan en la columna de familiares de desaparecidos que encabezó la marcha por toda Avenida de Mayo, desde la calle Tacuarí hasta llegar a la plaza.

Detrás de ella, se encontraban también nucleadas diversas agrupaciones en defensa de los derechos humanos, como H.I.J.O.S y Abuelas de Plaza de Mayo. Encabezando esta última, Miguel “Tano” Santucho, defensor de los derechos humanos e hijo de Julio Santucho y Cristina Navajas, militantes del PRT-ERP, ratificó la importancia de encontrarse como cada 24 de marzo en la plaza para mantener viva la memoria: “Hoy más que nunca es importante seguir viniendo. Están en juego muchas cosas, también el valor de la democracia en sí. Es muy importante reencontrarnos en estos espacios”.

A su vez, Santucho explicó la relevancia de marchar de forma unificada en esta fecha. “Creo que la sociedad civil y las organizaciones tienen que pensar en lo que hay en frente y lo que está en juego. A pesar de las diferencias pudimos volver a juntarnos, volver a unirnos porque tenemos que estar todos juntos para enfrentar al fascismo”, expresó en diálogo con ANCCOM.

En esa misma línea, Daniel Santucho Navajas, nieto restituido número 133 y hermano de Miguel, manifestó su alegría al poder marchar conociendo su verdadera identidad por segundo año consecutivo. Restituido el 26 de julio de 2023, destacó que el año pasado aún seguía abrumado por el shock de conocer su verdadera identidad, pero hoy llega “con todo un año vivido con mi identidad, pasando por un montón de situaciones muy lindas, dando charlas, compartiendo mi testimonio y ayudando a mantener la memoria. Y estar acá, verlo a mi hermano, estar otra vez en la marcha, lo vivo de una forma muy intensa y muy linda”.

La historia de la familia Santucho Navajas es agridulce, ya que como explicó el “Tano”: “Vivo con una contradicción extrema, porque por un lado es uno de los años más felices de mi vida por poder compartir con Dani, verlo crecer y transformarse en un referente muy importante con su testimonio, y por el otro estamos en un contexto en el que cada vez se pierden más libertades, la Secretaría de Derechos Humanos está siendo desmantelada, los espacios de memoria también. Es triste ver caer en un año todo lo que construimos durante tanto tiempo”.

Además de reclamar por memoria, verdad y justicia, tanto agrupaciones como personas de a pie se movilizaron en repudio a diversos accionares de parte del gobierno de Javier Milei. Entre ellas el anuncio de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la represión provocada por el gobierno nacional comandada por la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. Respecto a esto último, se apreciaron muchos carteles, folletos e imágenes pidiendo justicia por el fotoperiodista Pablo Grillo, quien fue herido de gravedad el pasado miércoles 12 de marzo durante la marcha en defensa de los jubilados

En ese sentido, la movilización no sólo fue vista como una reivindicación de la memoria, sino como una acción de reclamo hacia el Poder Ejecutivo. “Me parece que la marcha de este año va a ser una piña a Milei, a Bullrich y a toda esa clase entregadora oligarco-empresarial que nos está llevando al desastre”, comentó Carmen Inés Salcedo, familiar de seis personas desaparecidas durante la última dictadura cívico-militar. “Estoy marchando por mis compañeros, mis amigos y mi familia. Fuimos una generación de militantes y vamos a seguir marchando hasta que sea como lo soñamos”, agregó la integrante del Grupo Liberación.

Este nuevo aniversario se enmarca en medio de un retroceso de la reivindicación por los derechos humanos y un avance de la ultraderecha que cuestiona ciertos consensos sociales que se fue gestando en el último tiempo. “Veo que hay mucha gente por suerte, eso da esperanza. Es un alivio ahora que está todo tan hostil, con tanto negacionismo. Es muy triste ver que hay determinados consensos que creíamos establecidos y ya no lo están más. ¿Tengo que volver a explicar que son 30.000? No, ya basta”, expresó Valeria Gravello, hija de Ricardo Alfredo Gravello, secuestrado el 8 de diciembre de 1975.

La concentración comenzó llegado el mediodía por las aristas que desembocan en la Plaza de Mayo, para irse nutriendo por la tarde y culminar a las 16:30 con la lectura del documento en el escenario ubicado frente a la Casa Rosada. En dicho escrito, se hizo hincapié en repudiar el genocidio sistemático iniciado el 24 de marzo de 1976, el reclamo por los 30.000 detenidos-desaparecidos y el pedido de que el Estado garantice la restitución de la identidad de los nietos y nietas apropiados en cautiverio. Además, se denunciaron los despidos ocurridos desde la asunción del gobierno de Javier Milei y Victoria Villarruel, el desmantelamiento del Estado y la destrucción de la salud y la educación pública, la precarización de los haberes jubilatorios y la posterior represión ocurrida el pasado 12 de marzo en las afueras del Congreso. También se exigió la liberación de todos los presos políticos y el cese de la represión institucional y los casos de gatillo fácil. 

Al grito de “¡Nunca Más es Nunca Más!”, finalizó esta jornada que, como todos los años, recuerda la importancia de mantener viva la memoria para que la historia no se repita, sobre todo a partir de este contexto en que se ponen en tela de juicio muchos derechos ya conquistados democráticamente.